jueves, 6 de febrero de 2020

EL FARO / THE LIGHTHOUSE

EL FARO Un duelo de actuaciones como hace mucho que no veíamos en el cine.
© A24 / Regency Enterprises / RT Features

EL FARO / THE LIGHTHOUSE EE.UU., Canadá, 2019. Guión y dirección: Robert Eggers. 

El faro es la crónica de  la lucha de dos hombres por la sobrevivencia en una isla tan alejada de la civilización cuanto inhóspita. Esa inmensa torre en  medio  del  mar es el símbolo fálico del poderío masculino, dirían los psicoanalistas. Yo diría que también es el refugio perfecto para huir del mundo; pero irónicamente el hombre contiene al mundo, así que no hay escapatoria. El otrora galancito juvenil de comedias bobitas, muy mainstream para adolescentes,  es ahora don Robert Pattinson, que cada vez es más perfecto, inclusive me recordó a Franco Nero en Querelle (Fassbinder, 1982). 



Es impresionante ver cómo la maestría en el oficio de un actor así llega tan sólo a través de la práctica in crescendo. Se nota que Pattinson ha visto las actuaciones de los grandes del cine, pero no imita a ninguno, porque él es único. Aprende y se pone a las órdenes de Eggers, un talentoso director que a su vez sabe que tiene entre las manos un soberbio guión (de su autoría), a un actor consagrado y a un magnético diamante multifacético (Pattinson), cuyo trabajo histriónico jamás desmerece ante el arrollador Dafoe, uno de los monstruos de cine más grandes de las últimas décadas. 



La película, a pesar de estar fotografiada en blanco y negro y en 35 mm está nominada a un Óscar por Mejor Cinematografía. No entiendo por qué fue considerada nada más en esa categoría, pues contiene muchos otros valores; por supuesto la actuación de ambos protagonistas y la dirección inclusive, pero ya sabemos cómo se las gasta  la "Academia". 


El faro,  con Willem Dafoe y  Robert  Pattinson como  nunca antes… 
© A24 / Regency  Enterprises / RT Features



El faro es hipnótica, tan sórdida y hermosa como las sirenas que pueblan los sueños eróticos, y tan fotogénica y violenta como las olas rompiendo sobre los acantilados. La publicidad la califica como: “Siniestra, inquietante fascinante y mítica”, y no puedo estar más de acuerdo, pues aquí mismo vemos de qué manera el impetuoso Prometeo fue cegado (y castigado)  por la propia luz que quiso descubrir. ¡Y pensar en las gaviotas…! 

¡Corte y queda…! 

MarcH de Malcriado

1 comentario:

  1. Magníficos actores hay que verla. Gracias po tu reseña Marce querido y conocedor

    ResponderEliminar