jueves, 29 de enero de 2015

DE CRUZ O CUERNOS

El  francés Aja dirige  esta  extraña  pero  extraordinaria  película.  Daniel  Radcliffe,  pese  a  lo  que  dicen sus  detractores,  está excelente.


HORNS (Cuernos). EU/ Canadá, 2014. Dir. Alexandre Aja. Si no se ha leído el libro de Joe Hill no sabe uno de qué trata la cosa. Al inicio sabemos que Ig (Daniel Radcliffe) es el principal sospechoso de haber asesinado a su novia; la trama es averiguar qué pasó realmente, ¿es o no culpable? Porque todos creen que sí; todo lo acusa, hasta una testigo bastante rara. Todos en el pueblillo lo odian, lo quieren ver tras las rejas o hasta en la silla eléctrica. El padre de la chica tiene que aguantarse las ganas de matarlo él mismo; pero el joven y su abogado aducen inocencia. ¿Pero cómo demostrarla?...

La cosa se complica cuando 
al joven, después de una noche loca con la cuasi prosti del bar, de la nada  le comienzan a salir, ¡cuernos…! Allí inicia otro plano existencial. Sinceramente no se sabe qué es éso que vemos. Tal  vez  el personaje  se  lo  está  imaginando,  o es  un sueño... Pareciera una "pelichunga" engañabobos que hasta dan ganas de ir a comprar más confites a la dulcería, digo, para pasar el rato como  que  más con el cerebro en neutral...

Pero mientras más avanza la trama más se interna en 
el realismo mágico;  de repente da un vuelco bárbaro y se pone más interesante. Comienza a surgir lo oculto, todo lo que nadie sabe, o no se atrevería  a decir.

La escena en la que la mamá le dice a Ig lo que realmente piensa sobre el  embrollo, y sobre él mismo, es sencillamente maravillosa pero brutal. Es muy difícil encontrar en el cine un diálogo de ese calibre. Después, nos sorprenden los hechos que suceden, tanto el del  parroquiano del bar cuanto 
el del sádico policía dentro  de la patrulla. Actos que son justificados  con un discurso muy del siglo XXI. Aunque las pulsiones más primitivas del hipotálamo hayan aparecido en las criaturas mucho más ancestrales que el hombre.

No se la pueden perder. Es una película que no es lo que parece, pues de una quesque comedieta panfletaria (y babosa) surge, como los susodichos cuernos del personaje central, una catedral de verdades inenarrables, impactantes pero tan cotidianas que bueno… para qué les cuento.

Seguramente yo la volveré a ver… porque realmente me impactó, a pesar del fantasmagórico final.

Radcliffe, como ya lo he dicho en otra reseña (la de La dama de negro), es un monstruo cinematográfico total.

¡Muy buena…! **

March de Malcriado