viernes, 18 de diciembre de 2020

RETRATO DE UN MUJER EN LLAMAS

 

RETRATO DE UNA MUJER EN LLAMAS Una artista se hará pasar por una discreta dama de compañía. A través de una aguda observación plasmará en un cuadro la personalidad de una caprichosa rubia, a escondidas y en la noche, para lograr casarla a insistencia de su madre cuando esta logre mandarle  el cuadro a un  hombre en  ultramar . © Lilies Films / Mozinet



RETRATO DE UNA MUJER EN LLAMAS (PORTRAIT DE LA JEUNE FILLE EN FEU

Francia, 2019, Dir. Céline Sciama. La exhibición y la promoción de la belleza femenina es una constante a lo largo de la historia, en todas sus manifestaciones. Hoy en día, la Internet con sus redes sociales: Instagram, Facebook, el Tik Tok, las aplicaciones de encuentros amorosos y lo que se acumule esta semana, hacen de esta aventura algo mucho más versátil y dinámico. Sin embargo, el misterio siempre termina con la materialización del sueño del eterno femenino para poseerlo. Las jóvenes aristócratas europeas desde siempre eran pintadas al óleo para mandar sus retratos a los hombres interesados en casarse con la más bonita, con la más prometedora. Así, Marianne (Noémie Merlant), es traída del continente para retratar a Héloïse (Adèle Haenel). Una vez terminado, la madre mandará el cuadro de su hija a un rico industrial de Milán con la esperanza de que pueda hacer un buen matrimonio digno de su estatus socioeconómico, igual que como le pasó a ella. Pero el asunto se complica mucho porque Héloïse no quiere ser retratada, ya que no se quiere casar por razones diversas. El cuadro tendrá que realizarse sin que ella se dé cuenta. La tensión va en aumento porque en varias ocasiones la creadora estará a punto de ser descubierta… 

La artista no  se  presenta a  Héloïse como tal; se tendrá que hacer pasar por una dama de compañía que a través de una acuiciosa observación podrá plasmar la belleza y  la personalidad de la caprichosa rubia,  pero  pintándola de  memoria a escondidas y en la noche. 

Pronto el hielo inicial se romperá entre  las  2  jóvenes y terminarán siendo amigas, las mejores. Pues Marianne es una talentosa mujer de algo de mundo que le abrirá las puertas de ciertos conocimientos,  además de  algunas áreas de su personalidad a la introspectiva y retraída ex novicia, cuya visión del mundo es lastimosamente confusa y limitada debido al encierro en  un  convento para  seguir su vocación religiosa. 

Casi todas las secuencias están fotografíadas por Claire Mathon como si se trataran de un cuadro interminable que muestra el virtuosismo imagológico de una directora que eleva esta producción a terrenos poco vistos antes, pero que son la alegoría perfecta de una historia de amor tan avasallante como imposible. El final es apoteósico e inolvidable. 

¡Corte y queda…! 

MarcH de Malcriado

martes, 8 de diciembre de 2020

NUEVO ORDEN

 

NUEVO ORDEN Una singular obra artística y dialéctica que conlleva una profunda postura ideológica que horroriza o fascina, según sean la idiosincrasia y los ojos de quienes la vean. © The Match Factory/ Teorema/ Les Films d’Ici/ Videocine 


NUEVO ORDEN (México, Francia, 2020. Dir. Michel Franco) Electrizante, catártica y absolutamente incómoda; ésta es la nueva Los olvidados (Luis Buñuel, 1949) ―pero recargada y al revés―, que hace 70 años levantó tanta ámpula, por cruda y controversial, en aquel México ingenuo y provinciano, que había sido multi retratado en la “Época de Oro” como si fuera un  oasis de ensueño mítico y folclórico que nunca existió. Sin embargo, la realidad urbana, que se acercó muchísimo a la realidad, y que desde siempre ha sido muy difícil de procesar, no tiene peros. Tan sólo recordad Distinto amanecer (Julio Bracho, 1943) o Una familia de tantas (Alejandro Galindo,1949). Esta dolorosa realidad nacional, que ahora el enorme Franco (que la escribió, la adaptó, la produjo, la dirigió y al editó, claro) este año nos presenta a colores, con sonido estereofónico y con una factura técnica y artística perfecta en  una producción catedralicia, no habla más que del grandísimo abismo  social y  del talento que existe en nuestro país para mostrársela no  solamente a México,  sino al mundo entero.

Muchas veces preferimos ir a ver películas de Jólibutt que son la mar de divertidas, pero que olvidamos a los 10 minutos de haberlas visto; porque son neoespectáculos opiáceos y absolutamente estúpidos. Por  citar  un  ejemplo: Hace un año me dormí en Pokémon: Detective Picachu (Rob Letterman, 2019), que no pudo salvar ni la  presencia de Ryan Reynolds. Esta súper película, Nuevo  orden,  no es apta para el público que va a ver filmes como Los Vengadores, las sagas de Star Wars, El club de los idealistas o Coco

Nuevo orden escuece la piel, provoca quemaduras de 2° grado y una profunda melancolía que al final se vuelve depresión. Es como ver un filme del neorrealismo italiano, pero todavía más atrevida, más terrible, porque no es allá en la Italia de la posguerra, transcurre en un México peligrosamente actual. Lo  que  le  pasa  a la  única ultra bella y  buena de  la  película, papel a  cargo  de  Naian González Norvind, no  tiene parangón  desde lo  que  le  pasaba a los  personajes de María  Rojo  en  las  películas  de Jaime Humberto Hermosillo. 

Al  salir de la sala de cine caminamos por El Paseo de la Reforma, y queda  uno  deslumbrado de tanta luz solar, de tantas flores de cempasúchil, de música, de la alegría de las calaveras monumentales, de los puestos de chácharas y garnachas (la vimos el 22 de octubre, el día que se estrenó,  antes del Día  de  Muertos), y de  ver a los niños jugando.  Al observar todo eso, no se puede más que esbozar una sonrisa y dar gracias porque vivimos en  paz; porque no somos una dictadura militar, y aunque muchos digan que vamos al precipicio sociopolítico, y que esto y que aquello, la hemos librado. Somos más los que estamos del lado de la ley, de la justicia y de la bondad. 

Películas de denuncia como ésta son una advertencia. Todavía estamos a tiempo de no volvernos un país de puros delincuentes cósmicos pues hay gente, y mucha, que todavía es capaz de tenderle las manos a su prójimo ―si volviera a haber un terremoto seguramente lo volveríamos a constatar―. 

Para sorpresa de muchos y envidia de otros tantos, Nuevo orden es tan grandiosa que ya fue premiada en Estocolmo. En el Festival de Venecia le otorgaron a Franco el Leoncino de Oro por Mejor Dirección y el largometraje, a su vez, obtuvo el León de Plata del “Gran Jurado”, y vaya que allá no se andan con tonterías, ridiculeces ni críticas impresionistas. Que hubo muchísimas aquí  en  nuestro  país nada más porque vieron el tráiler y se asustaron sin ver la polémica película… no si les digo. 

Las películas de Michel Franco no son divertimentos, allí están Daniel y Ana (México, 2010) y Después de Lucía (México, 2012), entre otras varias. Son obras muy fuertes que sacuden la consciencia, pero no por ello son menos interesantes y de excelente factura técnica. Con esta última entrega del  maestro me tardé mucho tiempo en reflexionar y poner en orden el alud de ideas, fascinación y temores que esta película de autor me provocó. No se la puede describir, hay por allí ya abundantes reseñas (que es contar de qué va la historia), eso es muy fácil y aquí no lo hice esta vez. Mejor vayan a verla y comprobarán, que les guste o no, no les será posible olvidarla… ¡nunca…! 

¡Corte y queda…! 

MarcH de Malcriado

jueves, 26 de noviembre de 2020

EL BAILE DE LOS 41


EL BAILE DE LOS 41 Está basada en uno de los hechos históricos más vergonzantes del siglo XX en México: la redada policiaca en la que detienen por “faltas a la moral y a las buenas costumbres” a un grupo de hombres de la diversidad sexual, como se les llama ahora. © CANANA



EL BAILE DE LOS 41 (México, 2020, Dir. David Pablos) Hace poco escribí por aquí acerca de la más hermosa película mexicana, una de fantasmagoría vampírica (ver más abajo la reseña, si ustedes gustan). Bueno, pues nada hay escrito que sea totalmente definitivo y esta cinta de  un género   distinto bien  pudiera  entrar también  a esa categoría también. Esta es una producción que literalmente nos corta el aliento, veamos por qué: El argumento está basado en uno de los hechos históricos más tristes y vergonzantes del siglo XX en nuestro país, una redada policíaca en la que detienen por “faltas a la moral y a las buenas costumbres” a un grupo de hombres de la que ahora se denomina la diversidad sexual. Así, a través de los  periódicos, da inicio  la denostación, el escarnio y el repudio modernos hacia los hombres homosexuales. Antes de esa famosa redada donde “atrapan” a esa bola de “depravados sexuales”, los llamados “maricones”, no existían referentes mediáticos sobre tal condición. Estudios más o menos recientes teorizan sobre la etiología de la homosexualidad. Que si es genética, que si es adquirida, que si es un vicio, una anomalía o que hay predisposiciones socioculturales que llevan a ella, y mucho más. 

No son objeto de discusión aquí las diversas causas de semejante condición humana natural ―que si no lo fuera, no existiría―; y vaya que ha existido desde que el mundo es mundo. Lo que sí es un hecho es que allí ha estado, de una manera u otra, en todos lados, bien oculta por supuesto, pues la religión judeocristiana la menciona y la condena. Vaya cosa más irónica… pues innumerables altos clérigos, y hasta los más humildes frailecitos y presbíteros, suelen ser de lo más contradictorios en sus costumbres y en la observancia de la “Ley de Dios”, que siempre les ha venido bastante laxa, por no decir guanga. ¿No  será  que  mucha  de la llamada "Ley Divina" sólo es un invento del hombre  para  controlar, asustar o  amedrentar a los creyentes, que claramente no tienen idea de la hermenéutica más  elemental? Pura cuestión humana  de  la  que  casi nadie  puede  escapar. 

Pero en fin, es a partir de la publicación de tal evento, el famoso bailecito, en la  prensa de aquel México de 1901, que la cruenta burla, la denigración y el abierto rechazo hacia los hombres que transgreden, o no obedecen, las reglas del común universo de discurso, llámese: patriarcado, heteronormatividad, intolerancia y un sin fin de construcciones sociales e ideológicas, en una palabra: los llamados “maricones”, son atacados, física, verbal, colectiva y legalmente de  manera más despiadada. Aclaro que dicha palabra no la inventé yo ni tampoco la uso  en  mi  habla cotidiana, sino que es en los mismos diálogos de la película que la mencionan los propios protagonistas porque así lo  estipula el guión. 


El sobrio, joven, rico hacendado y diputado  Ignacio de la Torre y Mier (Alfonso Herrera) ―con  su  característica  cara  de disgusto―, es un ambicioso político, ¿cuál no lo es?, que aspira a escalar puestos de mayor relevancia,  hasta  llegar  a la  presidencia. Sus planes para un mayor desarrollo personal le serán más fáciles de conseguir si además del brillante desempeño en el cargo público que ostenta, se casa con Amada (Mabel Cadena), la linda hija del presidente de México, el general don Porfirio Díaz, que más que presidente era un autoritario dictador imperial. El país se encuentra a las puertas de la modernidad, porque después de todo, Díaz hizo de su dictadura algo muy ambivalente y polarizado; por un lado estaba la despiadada explotación de los indígenas trabajadores del sector agrario en el campo y de los obreros de las cada vez más crecientes zonas urbanas ―algo nada raro a partir de la Revolución Industrial―, por el otro la aristocracia vivía en la opulencia y en un esplendor casi versallesco. Entre  otras  muchas  cosas más, como  el  ferrocarril, hay obras de  su dictadura que permanecen  como verdaderas  joyas de  la  arquitectura mexicana: el  Palacio  de  Bellas Artes, la  Columna  de  la  Independencia, El  Palacio Postal, el Palacio de Lecumberri,  el  Hemiciclo a Juárez  y la Aduana de  Tampico son  algunos ejemplos.  

Los ricos vivían haciendo de las suyas, pero los ricos homosexuales lo hacían en la clandestinidad para divertirse a gusto, lejos de la mirada de los no iniciados, para evitar esas miradas indiscretas y críticas inquisidoras. Ya se sabe, lo exquisito no es para los ojos del vulgo... Se dice que Maximiliano había creado un “club” de señores, por y para señores, una especie de University Club, de esos que abundan en las grandes capitales del mundo; la entrada en ellos era bastante restringida, había que llegar solamente con la invitación y recomendación de uno de los miembros ya afiliados. La secrecía, por  supuesto,  estaba asegurada. En esa cofradía estaban inscritos puros hombres que gustaban de “El amor que no se atreve a decir su nombre”, como lo denominaba de manera tan elegante el dandy de dandies, don Óscar Wilde. Así, entre las reuniones de damas de la alta sociedad (más intrigosas e hipócritas que la tiznada), sus desayunos popof y liviandades similares, se desarrolla a la par una historia de amor y deseo que sorprende inclusive a los mismos actantes,  porque es  entre  dos  varones. Nadie está preparado para conocer el verdadero amor que llega así, de repente, de manera inesperada y por  consiguiente la pasión que enloquece a los enamorados. Don Evaristo (Emiliano Zurita) es un abogado que trabaja recientemente en la Cámara de Diputados. Es un joven guapo, educado, provinciano y tiene todo lo que le gusta a de la Torre; apostura, inteligencia y la elegancia suficiente como para acercarlo a trabajar a su equipo y algo más... 

Mientras la señora de de la Torre se pasa las noches en vela esperando a su marido, éste se la pasa bomba con su amante, al que cariñosamente llama “Eva”. Las sospechas y los celos no se hacen esperar y en conjunto detonan una serie de altercados y problemas domésticos que la llevan al borde del colapso nervioso. ¿Qué situación tan familiar, no…? 

El estupendo guión es de Mónica Revilla. La puesta en pantalla es completamente espectacular, la dirección de arte recreó la época porfiariana de manera deslumbrante. La fotografía de Carolina Costa es verdaderamente magistral en  todo  momento. A pesar de que son muy pocas, hay algunas secuencias que tienden a ser lentas y sofocantes, pero creo que van muy acordes con el tono de la narrativa de un mundo en el que no había prisas, en el que no cabía la vulgaridad y la elegante cadencia de lo sórdido se ocultaba dentro de los tibores de Talavera, los jarrones de porcelana china o bajo las mullidas  alfombras. Cabe aclarar que lo sórdido no es la sexualidad diversa, sino la intolerancia, la discriminación, la homofobia, el machismo, la plutocracia, los celos, los prejuicios, la represión, la persecución de inocentes y, finalmente, la injusticia de ese mundo que iba y venía de chistera abordando tílburis y carruajes tirados por caballos… para ir a trabajar, a tomar el té, a una  fiesta o para reunirse a urdir planes maquiavélicos. 

El suntuoso vestuario no tiene más que aciertos; las locaciones son inmejorables y la banda sonora es muy acertada, hermosa y estremecedora. No hay momento alguno en que se dude de que estamos viendo la realidad de un mundo mítico y perfecto. El arte de contar mentiras, que es el cine, nos lleva a una experiencia estética maravillosa que culmina con el baile de aniversario. Nunca se  había visto en el cine mexicano tal perfección de movimientos de cámara, de edición, de actuación ―como cuando de la Torre (Herrera), ya  sin  su sempiterna  cara  de  palo,  se prepara en el espejo con su vestuario para la gran celebración―,  pues  el  protagonista logra transmitir una verdadera descarga eléctrica que se ve muy pocas veces en la cinematografía mundial. Ese joven Herrera es, finalmente, un monstruo de cine que será premiado muchas veces, ya lo veremos el año que entra en los diversos festivales a donde llegue la película. 

La sincronía, el gozo, la libertad, la realización lúdica y ontológica del Ser especial de los 42 personajes, es en su conjunto una total adoración y devoción a los  dioses Eros y  Baco; una indiscutible ascensión a la divinidad de lo estrictamente apolíneo. La emoción se desborda y deja al público perplejo, y aunque la sala desde el inicio permaneció en silencio todo el tiempo, en esa climática secuencia creo que todos dejamos de respirar, y mucho más los que amamos ir a los templos del celuloide a extasiarnos con la belleza del séptimo arte,  y  hablo  de verdadero  arte. 

En El baile de los 41 se sintetiza, sin pretensiones mesiánicas, toda la maestría que el cine mexicano ha ido acumulando desde sus inicios; desde que los mismísimos hermanos Lumiére vinieron a México en  1885 a mostrar y promocionar, ante Porfirio Díaz y toda su corte, el invento que iba a revolucionar de  una  vez  y  para  siempre nuestra visión y comprensión del mundo: el cinematógrafo. 

Me maravillo de que todavía, aun en esta época, con todo y todo, podamos asistir a las salas de cine a soñar, a sufrir, a emocionarnos y a aplaudir la comedia y  la  tragedia humana. 

¡Corte y queda…! 

MarcH de Malcriado

miércoles, 11 de noviembre de 2020

LAS BRUJAS

 

LAS  BRUJAS Aquí somos muy afortunados,  pues en  lugar  de  verla  en  streaming, en   México  tenemos  el privilegio  de poder ver esta  película  proyectada  en las pantallas de los  complejos cinematográficos completamente  antisépticos  y seguros. 
© Esperanto Filmoj/ Warner Bros



LAS BRUJAS (THE  WITCHES) EE.UU., México,  2020.  
Hay mucha gente que todavía recuerda la versión de 1990 de  Nicolas Roeg con Anjelica Huston como  "La  Gran  Bruja". La verdad, yo también la vi en su momento de estreno pero la recuerdo muy vagamente. Por supuesto que me gustó mucho, pues era una historia original y Miss Huston estuvo maravillosa en ese rol, cierto; pero eso no le quita el que sea más antipática que una lasagna de berenjena… 

Sea como fuere, el tiempo sigue su curso y Hollywood continúa con su tradición de hacer sus famosos remakes. Este es uno de  los que los cinéfilos no podemos perdernos. 

El argumento original,  basado  en  la  novela Las brujas de Roald Dahl  es muy sencillo: Las susodichas   brujas detestan a los niños del mundo y bajo la dirección de su majestad Eva  Ernst (La  Gran  Bruja) van a intentar poner en marcha un plan perfecto para exterminarlos de la faz de la Tierra. Para tal fin usarán el hechizo de una pócima letal que  será añadida a todas las golosinas. 

La producción  es del  mismo  Zemeckis, pero junto con los  oscareados Guillermo  del  Toro (también coguionista) y  Alfonso Cuarón,  nada más  ni  nada  menos. Así, la puesta en pantalla es sumamente lucidora  y decorosa, pero eso no  es nada nuevo bajo el sol, pues  alude  a los  grandes  nombres  que  la avalan.  El reparto no  podía  ser  mejor, pues también  es de primera magnitud, encabezado por Miss Hathaway, cuyo talento está garantizado por sus  innumerables reconocimientos aquí y allá, y bien coronados por un Óscar por su actuación en Los miserables (Tom Hooper,  2012). Su gran  atractivo y prestigio no pueden  ser cuestionados, pues al  conversar con varias personas me enteré de que todo el mundo la recuerda por su papel en El diablo viste a la moda (David  Frankley, 2006), curiosamente su película  top of mind, donde le dio una réplica memorable y se creció ante la celebérrima Meryl Streep que convirtió en  icónico el  personaje  de   “Miranda Priestly”. 

La señorita Hathaway en esta cinta está  muy exagerada, como  en una versión que  rezuma un divismo desenfrenado como a  lo Marlene Dietrich mezclado con la "Norma Desmond"  (Gloria Swanson) de Sunset Boulevard (Billy  Wilder, 1950) pero hablando como Za Za Gabor ―es  decir, a la extra payasa―… Total, que entre  todos hacen  de la tiránica reina de las brujas una verdadera bomba, grandilocuente, sobreactuada, sobre vestida, histérica mil, súper perversa y total e ilimitadamente fascinante. Cuando ella está en pantalla no puede uno dejar de mirarla ni  un  segundo; y eso señores,  ¡es magia pura…! 

No  obstante,  y  a pesar  de  la gran publicidad que  la  precedía, mis expectativas sobre el  filme eran muy laxas, pues por allí medio leí una crítica bastante ácida, ¿la escuché en la radio o la vi en la tele…?, no recuerdo, y francamente no me importa,  como  todas  las  críticas supuestamente  doctas,  pero   malintencionadas  y  destructivas. De todas maneras los remakes suelen ser malas copias de buenas y de malas películas, o de peores… con resultados realmente desastrosos. Tan sólo recordad Psycho (A. Hitchcock, 1960) y Psycho (Gus  Van  Sant 1999) en la que un clásico de clásicos es despedazado sin piedad quesque con la intención de homenajearlo. ¡Qué descaro…! Es como si quisieran volver a filmar Lo que el viento se llevó (Victor Fleming,  1939) o Una Eva y dos Adanes (Billy  Wilder,  1959) con otra “Scarleth” u otra “Sugar”… no  gracias, mejor preferiría volver a leer La náusea de Jean Paul Sartre. 

Así, Las brujas resulta una producción asombrosa y delirante, en un tono fársico, con un ritmo vertiginoso una vez que todos los actantes coinciden en el hotel donde se lleva a cabo la convención de las brujillas.

La dirección de arte, de fotografía y sobre todo de actores ―no está de más mencionar que también incluye a monstruos de la talla de Octavia Spencer y Stanley Tucci―, la animación y por supuesto los Fx,  que por  cierto, algunos intencionalmente parecen “chafas” para aumentar la hilaridad de todo el asunto, son excepcionales. Total que me la pasé riéndome, bueno, carcajeándome tanto, que al final me dolían el estómago y la garganta de ver semejantes explosiones de alegría, gracia y talento proyectados en este embelesante divertimento. Hace muchísimo tiempo que no veía una película tan redonda, tan fantástica  y que resulta perfecta para olvidarnos de nuestros problemas, de la pandemia y de la neurosis conversiva del mundo durante deliciosos 106 minutos.

Sí, parece que exagero, pero no, me quedé corto en elogios. No sé si habrá Óscares en 2021, y si acaso se celebraran ya parece que veo a Miss Hathaway sentada,  entre  los 3 grandes, (guapérrima y haciéndose la muy modosita) en la primera fila del Kodak Theatre (o como se llame ahora) nominados todos (otra vez) por haber vuelto a maravillarnos con su increíble talento. ¡Quiero volver a verla…! 

¡Corte y queda…! 

MarcH de Malcriado

martes, 3 de noviembre de 2020

ÁNGELES Y  QUERUBINES Esta es la película de vampiros más hermosa que yo jamás haya visto, ¡y  es mexicana…!  En  el  excepcional reparto  van los increíblemente bellos  Helena  Rojo y Jaime  Humberto Robles;  acompañados de  los  primeros  actores Ana Luisa Peluffo  y David  Silva. © Cine Producciones / Roberto Viskin

 


ÁNGELES Y QUERUBINES (México, 1972 Dir. Rafael Corkidi).

En  la  antigua  tradición  del  “cine  de  rostros” de la  Época  Dorada  del  Cine Mexicano esta  cinta  cuenta  con  la  presencia  de dos  actores  de  belleza  extaordinaria: Helena Rojo y  Jaime  Humberto  Robles. Gótica, sobria y  fantástica Rafael Corkidi construyó una  obra  maestra  absolutamente subvalorada y  olvidada. Excepto  por  los  amantes  del  cine de  arte. La  fotografía es  asombrosa,  el  tono y  el  ritmo se  ponen al  servicio  de un  argumento sencillamente  gótico: la historia del  amor eterno ―desde Adán y Eva―,  que a  lo  largo  de  la  historia por anomalías fantasmagóricas  del  género  del  horror, arrojan  a los  protagonistas fuera  del  paraíso y más  allá, en ocasiones  al  abismo de la esquizofrenia y  la  psicosis que provocan el  amor  perdido  y  por  tanto  la pérdida  de la  vida misma y su sentido,  pero  sin  morir. Los  ríos subterráneos,  esotéricos, son  invadidos por  la presencia  infrahumana, humana y suprahumana de los  actantes y  son  el  escenario del  desarrollo de  una  serie  de  eventos mágicos,  religiosos o  antirreligiosos  que  se  desarrollan en la  infernal ultratumba.




Ángela (Helena Rojo) como una "lacrimosa" coronada llora lágrimas de sangre porque está enamorada, y el amor hace sentir la gloria, pero también el infierno... © Cine Producciones / Roberto Viskin


El galán Cristián (Jorge Humberto Robles) no puede conciliar el sueño desde que conoció a su adorada Ángela y también llora de amor... © Cine Producciones / Roberto Viskin


El anhelado toque  de la  vida  eterna, absolutamente espantoso y fuera  de  toda  lógica, ha  fascinado a  todas  las  civilizaciones,  desde  los antiguos persas,  los egipcios  y  los mayas… lo  ignoto,  las  sombras son  un  misterio que  el  hombre  siempre  ha  querido  develar:  así  en  el  imaginario colectivo y  la  mitología se  encuentran desde el  Limbo y el Hades hasta Mictlán, que de  cierta  forma  se  materializan  en los sueños literarios y  cinematográficos de los  genios  como  Corkidi  ―que  además  de  dirigirla,  la  concibió (y  colaboró en el  guión con Carlos  Illescas) y la  fotografió― para dejar  al  público embelesado. Algo  curioso es  que  el  cineasta  alguna  vez  declaró que  él  no trabajaba  para  los  críticos  ni  para  el  público… yo  agregaría  que  tampoco lo  hacían da  Vinci ni Miguel Ángel.  

 

Pero un beso de amor desencadenará una serie de eventos fantasmagóricos y visualmente fascinantes. © Cine Producciones / Roberto Viskin



Sí, Ángeles y querubines, de tan sólo 85 minutos, es la película de vampiros más hermosa que yo haya visto jamás, aunque supuestamente era experimental,  ¡y es mexicana…! En el excepcional reparto también van Ana Luisa Peluffo como “Gabriela” / “Demonio” y David Silva, más señoriales que nunca. 

*****/***** (En mi escala 5 estrellas significa más que excelente, es una obra maestra). 

¡Corte y queda…!

MarcH de  Malcriado



jueves, 22 de octubre de 2020

 

NO SOY QUIEN CREES Los perfiles falsos son perfectos para vigilar a los amados y a los ex amantes a través de una inocente invitación de Facebook. ¿Les suena conocido…? © Diaphana Distribution


NO SOY QUIEN CREES (CELLE QUE VOUS CROYEZ) Francia, 2019, Dir. Safy Debbou. 
Una profesora madura, divorciada, culta, elegante y bella imparte cátedra en una prestigiosa universidad de París, trata de transmitir a sus alumnos el amor por la literatura universal. A ella las letras le han abierto las puertas de la belleza a la que contempla extasiada en sus privados viajes literarios ―porque también escribe―. Leer y escribir son  actividades que se  realizan  en solitario; son una ancestral y efectiva manera de evadir al mundo y su fatal cotidianeidad,  o por  el  contrario: hacerlo  estallar,  como  dijo alguna  vez  Octavio  Paz sobre  el  hombre encadenado  que  cierra los  ojos. 

Leer es una especie de realidad virtual que  sumerge a los diletantes y a los profesionales, en la vida y en las emociones ajenas. Pese a todo eso, la gran catedrática es en esencia la mujer más aburrida y triste del mundo. Sin embargo, no todo está perdido, para mitigar su ansiedad,  hartazgo y soledad está la Internet con sus maravillas, y  sus hipnóticas y  adictivas redes sociales. Esa será  su  salvación y otras  cosas más... Allí puede  suceder de todo: inclusive se puede crear un avatar, inventar un otro yo, una proyección a la medida exacta de todo lo que uno quiere ser o aparentar; dentro del hechizo de un mundo ficticio, irreal, perfecto.

Los perfiles falsos son la plataforma idónea para navegar por el ciberespacio de manera anónima y  meterse en donde  sea; además de ofrecer la posibilidad de vigilar a los amados de manera subrepticia, y hasta espiar (to stalk) a los ex amantes a través de la inocente invitación para agregarlos a la lista de Fb-contactos,  y de paso, también a las amistades de los susodichos, para mantenerse al  tanto de  los  actos colectivos de la mayoría por la simple asociación propia  del  sistema que de todo da  cuenta. ¿Les suena conocido…? 

Quincuagenaria, sumamente frustrada y amargada por su triste y monótona vida, Claire (Juliette Binoche), crea un perfil de Facebook como “Clara”, y para divertirse  más se ostenta como una Lolita tardía, es  decir, utilizando las  fotos falsas de una linda chica de la mitad de su edad y de aspecto absolutamente despampanante. De  esta forma logrará experimentar una maravillosa sublimación y su inefable némesis. Pero para darle mayor  sentido a todo, en  el centro del  asunto no  está  Hubert-Hubert, como  en  la  novela  de  Nabokov, pero sí está Ludo su ex novio, por supuesto,  en cuyo muro,  entre  muchos  otros,  orbita su  mejor  amigo: Alex (Françoise Civil), un  tipito que por ser fotógrafo es muy sensible  y por  lo  tanto ama y valora la belleza como el artista que es. El talentoso e ingenuo Alex  a la  postre sencillamente resultará  ser mucho  más interesante  que  el  tal  Ludovico y  se vuelve el  objetivo amoroso perfecto ante  los  ojos ávidos  de Claire-Clara: debido a que es muy bien parecido y  bastante joven. Tan sólo por serlo la literata desquiciada comienza  a idealizarlo, tanto que  termina por deidificarlo. Así que para  continuar  con  su inocua diversión y para poner  a prueba  sus juveniles  ―y por  tanto ya harto mermadas habilidades "lolitas"―, sutilmente lo va a seducir y lo va a   enamorar… porque ella también es una artista,  sobradamente hábil  en  el  arte  del  engaño. 

El amor cibernético es real y absolutamente verdadero, porque provoca la misma ilusión y las mismas respuestas cerebrales y reacciones químicas que el amor en su  versión clásica: la presencial. Porque invariablemente desemboca en las conversaciones telefónicas donde  sin  decir  nada  se  dice  todo y en las que será posible escuchar la voz amada. Comunicarse de manera inmediata con el otro es sentir la mágica emoción de la promesa del encuentro. Vehículo directo a la felicidad o a un tremendo choque con la realidad que inclusive podría terminar en tragedia. 

Tengo que mencionar que Françoise Civil, como el apasionado y gentil enamorado, y Nicole García como la Dra. Catherine Bormans, la psicoanalista de Claire (en un papel “bombón”, como se dice en el  ámbito teatral), se lucen de una forma extraordinaria y se vuelven entrañables porque ellos  sí  son auténticos. 

He visto muchas películas de mademoiselle Binoche a pesar de que ella no me agradaba ―pero no cabe duda de que es muy buena en su oficio y su filmografía es de primera―; pero en esta producción está increíblemente excelsa, tanto, que hasta desapareció de su cara esa sempiterna expresión suya de limón agrio (tan francesa), y nos permitió por  primera  vez descubrir en  esos magníficos  close-up que no es solamente fotogénica, sino una mujer de gran belleza. Hay una secuencia en la que el fotógrafo la ve a través de la lente y el momento es totalmente simbólico, por todo lo que significa para los personajes y nosotros  los espectadores. Pues no  hay  nada  tan emocionante como posar para alguien que se arroba capturando las  mejores  imágenes de ese otro alguien, en el  vehemente deseo de poseer lo  bello por  un  instante y  viceversa. Fotógrafo y  modelo,  dupla perfecta,  el  uno  no  puede  ser  sin  el  otro.    

Termino dándole una ovación de pie al director Debbou, que logró una  obra  maestra sobre la locura de amor de 2 que no  saben que  no  saben que  no deben  creer todo  lo  que  ven. Seguramente voy a volver a verla, porque vale muchísimo la pena y porque después  de  tantos años, finalmente, ya quiero a la Binoche. 

¡Corte y queda…! 

MarcH de Malcriado

lunes, 19 de octubre de 2020

VENGANZA IMPLACABLE

VENGANZA IMPLACABLE Acción de principio a fin en un filme de excelente factura, con la presencia estelar de uno de los actores favoritos de este género.
© Open Road Films y Briarcliff Entertainment



VENGANZA IMPLACABLE (THE HONEST  THIEF) EE.UU., 2020, Dir. Mark Williams. 
Una cinta de policías y ladrones, el clásico thriller policíaco lleno de trancazos, emociones, corretizas, balazos, explosiones y persecusiones en autos a 150 km por hora y todo lo demás. Pero en esta entretenida producción, para variar, la frontera que divide lo prescrito de lo proscrito, o sea lo que hacen los buenos y los malos, según lo que se supone que les es propio, se diluye en un abrir y cerrar de ojos y el  total parece invertirse en un juego de espejos que pone a la ética frente a la más descarada de las ambiciones de aquellos que creen tener a la ley de su lado. 

Quien mejor para encarnar al inteligente, hábil y fascinante ladrón “Tom Carter” que el monumental macho alfa irlandés de 1.93 metros de estatura, el legendario Liam Neeson, cuya carrera se sustenta en sus magníficas interpretaciones de héroe y antihéroe que siempre tiene que escapar de las jugarretas del destino. No hay pierde con él, aunque su rango histriónico sea limitado porque casi siempre interpreta el mismo papel, excepto en muy honrosas excepciones. Ese sí que últimamente es el clásico caso del actor estereotipado, pero parece que ni a él ni al público nos importa, porque somos sus fans. 

En el fondo de tanta acción subyace una tierna historia de amor y de lealtad con la guapa de la película: “Annie” (Kate Walsh), una dama que sin deberla ni temerla se ve involucrada en una serie de situaciones altamente peligrosas que apelan a su buen juicio, inteligencia y prudencia. Los policías están bastante bien, 2 jóvenes y 2 maduros; que tendrán que investigar a un otoñal ladrón que quiere poner su vida en orden a través de la expiación de sus culpas. 

Muy disfrutable y excelente pretexto para ir a comer palomitas y beber refrescos cuyo precio se ha incrementado bastante para que las cadenas cinematográficas puedan enfrentar los costos de tener que limitar el aforo de las salas en acato de los protocolos de sanidad actuales. Yo no cambio por nada la posibilidad de asistir al cine para ver las películas como se debe mientras podamos, pues así como sigue la situación es una verdadero privilegio que los complejos continúen abiertos. 

¡Corte y queda...! 

MarcH de Malcriado

martes, 6 de octubre de 2020

SPUTNIK

 

SPUTNIK Una versión a la rusa de Alien, oscura y mórbida sólo para quienes gustan del género de los extraterrestres y los asuntos espaciales. Aunque podría decirse que no es nada del otro mundo, lo es… © Art Pictures Studio/ Fond Kino/ Hype Film/ Vodorod 2011 / Distribuida por IFC Midnight/ XYZ Films


SPUTNIK: EXTRAÑO PASAJERO Rusia, 2020. Dir. Egor Abramenko. En 1983, a bordo de la nave Sputnik, 2 astronautas orbitan y ven la Tierra como un espectáculo sin igual. Todo está bajo control, sin embargo, pronto comienzan los problemas, pues también ven algo raro que de repente pasa por la ventanilla allí afuera y la tensión comienza cuando se dan cuenta de que la escotilla comienza a abrirse. Lo que verán no es comprensible para el ojo humano, a pesar del entrenamiento al que han sido sometidos estos cosmonautas durante años. Esta impactante aventura espacial nos sumerge en el vórtice de un secreto de Estado que sólo los altos mandos del Kremlin suponen que pueden manejar, con los riesgos y sorpresas que implica el ir abriendo el expediente… ¿Qué o quiénes habitan en el universo, son amistosos o son de temer...?

El módulo aterriza en alguna parte de Kazajistán, cerca del mar Caspio. Las fuerzas armadas rojas los rescatan y los llevan a la consabida cuarentena... Todo detrás de la cortina de hierro aparece oscuro, viejo, con un sistema anquilosado que no admite aperturas, ni las científicas ni menos aun las éticas. 

El poderío espacial ruso ha mandado 2 hombres al espacio, pero con ellos ha regresado algo o “alguien” más… y ahora los 3 se encuentran en un campamento militar para ser estudiados. 

Para llevar un poco más de rigor en la peligrosa investigación, los altos mandos ordenan traer a la más calificada neuropsiquiatra de Rusia: la Dra. Tatiana Klimova, una hermosa rubia (Oksana Akínshina, por demás despampanante y ya multipremiada, qué bárbara). Mujer de temple, muy inteligente y sagaz, inicia entrevistando a Konstantin (Pyotr Fyodorov), el cosmonauta que guarda la clave del misterio o quid de la trama, que  de antemano se presume como algo realmente terrible. 

Con un ritmo lento pero muy intenso, lo oculto comienza a ser revelado con la llegada de la doctora que  se  dedica  a atar cabos,  pero siempre bajo  la  supervisión y la  mirada hierática  del coronel Semiradov (el  espléndido Fiodor Bondarchuk);  así entonces las luchas de poder no se hacen esperar, pero el miedo tampoco. El bien enfrenta al mal, a pesar de las apariencias. 

No obstante de ser una cinta de fórmula bastante predecible, la puesta en pantalla es magnífica, pues la fotografía, la iluminación y los Fx son de una excelente factura. La dirección es muy acertada porque logra llevar el turbio asunto hasta los confines de lo más torvo y sofocante; así lo requería el argumento; las actuaciones son magníficas y el tono va in crecendo hasta el agobiante e inesperado final. 

Es densa y larga, pero los 113 minutos que dura pasan sin sentirlos. Es una rara sorpresa, pero muy interesante, ver en la cartelera mexicana una película rusa de la que no había visto tráiler alguno ni tenía información previa. Fue mejor así, porque me gustan las citas a ciegas… esta vez no hubo decepción. Hace tiempo dejé de calificar las cintas aquí, pero esta vez sí quiero hacerlo, en mi escala de 5 le doy: **** 

¡Corte y queda…! 

MarcH de Malcriado

domingo, 27 de septiembre de 2020

AMORES MODERNOS

AMORES MODERNOS Del genial director Matías Meyer. Es un íntimo portento de belleza, tan emotiva cuanto deliciosa. © BDH Films


DE AMORES MODERNOS (México, 2019, Dir. Matías Meyer). Una producción muy al estilo de Jean-Luc Godard, ¿por qué no...?; pues Meyer, además de director es guionista y productor, y se cuestiona sobre el sentido de la vida, de las relaciones, del amor. Una pequeña maravilla que por no pretender ser apantallante apantalla absolutamente. El talento del director y de los actores, en su totalidad, es íntimamente grandilocuente en este fresco costumbrista y moderno,  como  reza  parte  del  título. La primera parte resulta sofocante, inclusive claustrofóbica, en una serie de secuencias donde parece que no pasa nada, pero cuya acción interna causa vértigo por las pérdidas:  la  primera "Armida" (Concepción  Márquez,  como  siempre  estupenda),  una  mamá mucho más  mujer e  inteligente que  la  clásica  chantajista madrecita mexicana que  de  todo  se  hace  la  víctima  para  controlar. Bien  pudiera  ser  que ella fuera  la  más  "moderna"  de todos. Aunque la ausencia pareciera ser la nada, es un todo que aplasta, que no permite respirar ni  a los actantes  ni  al  público. 

No cabe duda que Ilse Salas ya se ha posicionado como una superstar del cine nacional desde Las  niñas  bien (Alejandra Márquez Abella, 2018) con  Ariel  y  todo  por  esa  cinta  en  2019.  Salas retrata de manera íntima y natural a mujeres muy  contenidas  que llevan dentro un volcán en plena erupción; aquí es "Rocío", una "outsider" con el poder de un virus. Véanla y ya entenderán el porqué. Ludwika Paleta va como "Ana", un papel extraordinario que le da la oportunidad de lucir, además de su gran talento, unas piernas tan perfectamente torneadas que la mismísima Marlene Dietrich envidiaría.

No obstante, en esta película el mayor peso histriónico lo llevan los hombres, cosa rara, pues como que desde El amor a la vuelta de la esquina (Alberto  Cortés, 1986), Lola (María  Novaro, 1989) o Ciudad de ciegos (Alberto  Cortés,  1991)  por citar  ejemplos muy  notables―, las historias de mujeres son las que han prevalecido en el cine azteca. Así, el ya arielado Leonardo Ortizgris como "Alex" va como el desenfadado y complejo "rarito" que  no  se  sabe  al  principio  como  de  qué va hasta  que  habla  por  teléfono  con  su  amor. En contraposición está el hierático, dogmático y antipático "Carlos" (Andrés Almeida, excelente actor) que cumple a las mil maravillas con su papel de antagonista,  alejado  del amor. El  galán  romántico, apasionado y  delirante está a  cargo  de  David Angulo, que  llena  la pantalla con la locura de su  personaje  "Ricardo".   

Una historia tan común,  pero bien prototípica de la familia en la sociedad latina, tan nuestra y mexicana que hasta nos da un poco de risa, ternura y con la cual nos sentimos absolutamente identificados, pues muestra todo  un  abanico de variados  amores,  tan  modernos  que  son los clásicos,  por  supuesto. La quiero volver a ver para observar más detenidamente algunas sutilezas que tal vez no  capté cabalmente porque me distraje con los grandes trazos tan envolventes y  las  hipnóticas  actuaciones de  un  reparto  excepcional.

¡Corte y queda...!

MarcH de Malcriado

       


viernes, 25 de septiembre de 2020

LOS NUEVOS MUTANTES

 


LOS NUEVOS MUTANTES El afiche tiene un diseño muy atractivo, minimalista e impactante. Ojalá el filme lo fuera. ¡Lástima...! © 20th Century Studios/ Marvel Entertainment




LOS NUEVOS MUTANTES (THE NEW MUTANTS) EE.UU., 2020, Dir. Josh Boone. Uno llega a la sala de cine sin mayor referente que la idea de disfrutar una más de las buenas películas divertimento del Universo Marvel con esos personajes maravillosos que tanto nos gustan. Mal hecho, a veces hay que leer una reseña previamente, yo usualmente no lo hago para llegar “virgen” a la butaca, sin prejuicios ni expectativas sesgadas; sobre todo si antes no he visto un tráiler ni nada parecido. Pero no bueno. Creyendo que vamos a ver a Wolverine, a Magneto, a Mystique o a algunos X-Men parecidos, pues nos llevamos una sorpresa. 

La película trata sobre cinco adolescentes que están confinados en  una  especie  de  clínica,  hospital /prisión para adaptarse y aprender a controlar sus magníficos poderes recién descubiertos, en una especie de X-Teenagers. Pero ni siquiera me acuerdo de sus nombres y sus “poderes” son de los más babosos. La que podría haber sido una figura maravillosa, la doctora Reyes (Alice Braga, guapísima actriz brasileña),  que  está  a  cargo,  se quedó a medio camino entre el pavoroso Dr. Menguele, uno de los nazis más terribles de la historia y Mr. Hulot, uno de los personajes más estúpidos del cine francés, patético de verdad. Total que no vale la pena reseñarla, más bien no puedo, ni tampoco me es posible criticarla porque me quedé dormido la mitad de la película. Así de mala mala pero mala está. No la vi, y gracias a Dios, porque es una reverenda porquería… 

¡Corte y ni queda…! 

MarcH de Malcriado Dormido

sábado, 19 de septiembre de 2020

MANICOMIO DEL TERROR


MANICOMIO  DEL  TERROR Un  grupo de  psicóticos hacen  de  las  suyas cuando  son  objeto  de  un terrible  experimento que se  sale  de  control. El  afiche  es  tan  surrealista  como  la cinta  misma,  pues no  tiene  pies  ni  cabeza… y  algunas de  verdad  que  sí salen  volando.  © Archstone Distribution [USA], Noori Pictures. Golden Crab Film Production, Nubian Film Production




MANICOMIO DEL TERROR (PATIENTS OF A SAINT) Inglaterra, 2019, Dir. Russell Owen. Fallida cinta de horror que no asusta ni a una mosca. Con tintes de thriller psicológico deviene en la historia de una especie de raros zombies en una casa de recuperación psiquiátrica que más bien es una cárcel de alta seguridad, ¿o es al revés…? Los pacientes o reclusos se comienzan a infectar unos a otros de una rara afección que los vuelve asesinos más peligrosos de lo que ya eran, pero no se sabe por qué, si para chuparles la sangre, comérselos o sólo por joder. Los enfermeros son unos policías bastante ineptos. Seguramente ni el director ni el guionista sabían bien a bien de qué se trataba la cosa. El caso era filmar un producto comercial que explotara la publicidad prometiendo una cinta del género que no lo llega a ser de ninguno ni por casualidad. Todas las escenas están forzadas hasta el ridículo; hasta la directora de la fortaleza parece preguntarse qué diablos pasa allí, pues es tan inexpresiva que no proyecta nada y más bien pareciera que ella es la que está más trastornada con su carita de what…?

Desde Carne cruda ―una película también inglesa que fui a ver creo que al "Palacio Chino" alrededor de los años finales de 1970 y de la que ni siquiera encuentro datos en Internet, pero que trata de un grupo de personas que debido a no sé qué se tienen que esconder en los túneles del metro de Londres; luego se comienzan a degenerar hasta canibalizarse entre ellos y posteriormente secuestran a pasajeros en los andenes más solitarios― no veía algo tan mal hecho. Este bodrio está mal escrito, mal actuado y peor dirigido. Aunque pensándolo bien el argumento en realidad no es tan malo y nos recuerda la situación de la pandemia actual, en la que hay que evitar el contagio a toda costa.

Situada en una isla del mar del norte la película pretende ser claustrofóbica, densa y gore; pero el resultado es muy aburrido y hasta causa cierta hilaridad. Cuando se suponía que el público debiéramos asustarnos lo que nos provocó fue risa. Algo que finalmente se agradece, pues le resta monotonía y uno aprovecha para tomar más refresco. Insoportable sin palomitas y sin la compañía de alguien con quien cuchichear y reírse de que también se ríe. Aunque uno supone que es una película de fórmula, nunca nos imaginamos que fuera tan mala, más bien es pésima. Sólo entramos a verla porque la oferta cinematográfica a esa hora no ofrecía otra opción. ¡Así que ni vayan…!

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

viernes, 18 de septiembre de 2020

DE ETERNA FASCINACIÓN

 

Ser  reina de Hollywood es el sueño dorado para la  mayoría de las chicas. Norma Jean no fue la excepción.
Cuando comenzó a ser modelo, Norma Jeane supo que era mucho más  bonita de  lo  que  creía. Tenía tanto por aprender. © André de Dienes

RÉQUIEM POR  UNA  RUBIA 
En la tibia noche veraniega del sábado 4 de agosto de 1962, una linda chica de Los Ángeles fue asesinada. No era  nada  nuevo; en  todos  lados y  en  todas  las  épocas han habido homicidios... pero este, lo  que  hoy  en día se denomina como "feminicidio", fue de  verdad un  caso muy  especial. Supuestamente, ella estaba sola en su nueva hacienda de estilo mexicano al final de una privada en el área de Brentwood, así que "nadie" la pudo defender;  nadie se dio cuenta, ni  siquiera el  ama  de  llaves  que tenía una  habitación aparte. 

Ninguna persona la auxilió a pesar de sus gritos ahogados, que dicen que quedaron grabados en cintas magnetofónicas que después desaparecieron, porque las voces de los asesinos también quedaron registradas. Sus teléfonos estaban intervenidos (había  2  líneas)  y había micrófonos ocultos por  toda  la  residencia. No hubo piedad para ella. Una vez aplicado el veneno, los  perpetradores  del  crimen esperaron para buscar  el famoso "diario  rojo" de  sus  apuntes  personales lleno de  supuestos  secretos,  que  inclusive incluían algunos  de  Estado que  le  había contado  el  mismísimo presidente. Después, en  su  mano derecha le fue colocado el auricular de su teléfono privado. ¿A quién intentaría llamar...? Muchos fueron  los que  dijeron  que  hablaron  con  ella esa  tarde  y  en  las  primeras  horas  de  la  noche... Hay  testimonios  de  que  el Fiscal General de  la  Nación, Bobby Kennedy (el  hermano  del presidente), se  encontraba  de  incógnito en la  ciudad angelina. Una  vecina  asegura  haberlo  visto bajar  de  un  coche  a  las  puertas  de  la residencia  de  Monroe ese  día...   


La policía fue notificada por  su psiquiatra, de lo que obviamente fue arreglado como "suicidio", muchas horas después. Al llegar a  la  escena el oficial en turno en  medio  de  un  semi tumulto  de  personas, notó, para comenzar, que no había vasos en la recámara donde  yacía  el  cuerpo,  que además  estaba como "colocado"  en  una  forma atípica. El  que  no hubiera vasos de agua, algo básico para ingerir pastillas, lo  hizo  sospechar; cuantimás si se toman barbitúricos por  vía  oral en cantidad masiva. Todo  mundo  sabía  que  ella  acostumbraba  tomar hipnóticos para  poder  dormir. La noticia del deceso salió en los periódicos hasta el lunes 6. Después de la autopsia, se reconfirmó la sospecha de "probable suicidio", a pesar  de  que  en  el  tracto digestivo  no  había rastros  de píldoras. 


El cuerpo de la muchacha permaneció en un refrigerador de la morgue durante 3 días sin que nadie lo reclamara. Ese hecho fue aprovechado por un furtivo fotógrafo para sobornar al guardia nocturno con el fin de tomarle fotos al cadáver, y sabrá Dios qué más... Finalmente, Joe DiMaggio, uno de sus ex esposos reclamó los restos y se encargó de los funerales. Pero el señor no permitió la entrada del público y mucho menos de la gran mayoría de sus “amigos”. Decidió no invitarlos porque los consideró falsos, hipócritas y hasta "cómplices" de su muerte,  aunque eran muy  allegados  al  clan  de los  Kennedy, en mayor o menor medida. Había muerto la estrella de cine más fabulosa de su tiempo... Marilyn Monroe.




MARILYN MONROE La única estrella que puntualizó que lo  era solamente gracias al público. Que la había pedido en más películas y cuyo éxito  en  la taquilla y en  el  correo que  recibía en el estudio le confirieron su gran popularidad,  para  asombro de  los  ejecutivos y  la  envidia  de  muchas personas. Los premios y los reconocimientos eran abundantes. Hasta llegar a la máxima consagración de la fama: plasmar sus huellas en el Teatro Chino de Hollywood. © Frank Powolny

Nunca  hubo  una investigación seria  y  a fondo del caso en  la  Corte Suprema y  nadie fue  citado a  declarar  bajo  juramento. Los  registros  de  la  compañía telefónica fueron incautados. El  ama de  llaves, Eunice  Murray pasó después del  suceso  una  larga  temporada  en  Europa. Ella  en  varias  entrevistas,  después  de muchos  años,  se  contradijo   en  varias  ocasiones (cosa  rara, ¿no...?). La secretaria  y  publicista de  Marilyn, Pat Newcomb, atendió alrededor  de 250 llamadas de la  prensa de  todo  el  mundo inquiriéndola sobre  el sonado deceso. Muy  pronto  se fue  a trabajar  a Washington, D.C., supuestamente  recomendada  por Bobby Kennedy. 

Hay  una enorme  cantidad  de  libros  que  reportan  que  el  FBI y  la  CIA vigilaban  a la  Monroe  desde  que  comenzó  a ser  una  celebridad,  sobre  todo, porque  tenía  nexos con ciertos intelectuales de  tendencias comunistas. Es  más,  muchos  de  sus maestros y  amigos eran  de  origen ruso.  Inclusive su tercer  marido,  Arthur  Miller,  era un escritor judío incluído  en  la  lista  negra  de  las personalidades  rojas que  podrían  representar una  amenaza  para el sistema capitalista. Los  escritores  casi  siempre  lo  son. Además,  desde los primeros  años de  1970 alrededor  del  10°  aniversario  de  su  muerte, curiosamente,  la imagen  de la  desaparecida  estrella retomó un ímpetu mediático bastante  considerable. Norman  Mailer escribió  un  libro muy  ilustrado con muchas  fotos a  colores y a toda  página, como  un  homenaje a la  que  llamó "El  dulce  ángel del  sexo". La Monroe volvió  a ocupar  las  portadas de  las revistas, los  periódicos  revisaron  sus  crónicas,  y  gracias a  la  nostalgia sus  discos  se  reeditaron ( Marilyn  cantaba extraordinariamente bien), al igual  que  sus  pósters;  se comenzaron a reprogramar ciclos  de  sus películas en  muchas  ciudades  del  mundo,  porque varias cintas son excelentes y llegaron  incluso a ser  consideradas  clásicas. Con  tanto  alboroto también se  comenzaron a analizar las circunstancias de su extraña muerte,  que  apuntaron directamente  hacia  una  conspiración orquestada  desde la  política, la  mafia, o  las  2, de grandes dimensiones. Fue  tanta  la  insistencia que diversas personalidades y  autoridades  intentaron que  se  reabriera  el  caso  ante  un  Gran  Jurado. Lo  que casi estuvo  a punto  de efectuarse,  pero  fue finalmente denegado.  

  
LA  ESTRELLA
A  pesar  de  la gran animadversión  que  desde  un principio sentía por  ella    Darryl F. Zanuck,  el  presidente  de la  20th  Century Fox, el público es  el que manda, porque es el que decide  a quién  quiere ver en las salas de cine. Para 1952 la  fama y  la popularidad de  la actriz  ya era fenomenal, así  que el  estudio  que  tanto  la  repudiaba tuvo que llevarla en 3 grandes  producciones del año  siguiente. En enero se  estrenó Niagara/ Torrente  pasional  (Henry Hataway, 1953) que acaparó  toda la  atención porque  en  ella personificaba a  una mujer fatal con  instintos  asesinos; en  junio fue el estreno del gran musical Los caballeros las prefieren rubias (Howard Hawks, 1953) que  la catapultó a  la  celebridad  internacional,  y en noviembre estuvo en Cómo pescar un millonario (Jean Negulesco, 1953) al  lado  de otras dos grandiosas reinas: Betty  Grable  y  Lauren  Bacall, ante  las  cuales  nunca  desmereció e  hizo  gala  de un  elevadísimo  nivel profesional  e  histriónico. A  pesar  de  todo,  los intelectuales  y  los  críticos  la  seguían  viendo  como un  mero producto publicitario  que  no  actuaba para  nada,  porque  pensaban  que  ella  en  realidad  era  así de ingenua  y  boba... 

Nunca  fue  su  intención  ni  la  de  nadie, pero Marilyn Monroe era el  máximo estereotipo de la rubia tonta. Aunque había  comenzado a  filmar desde 1947 como  extra, desde  1948 había obtenido muchos papeles  secundarios y   uno  que  otro protagónico  en buenas películas pero de  poca  resonancia. 


Marilyn como  "Nell",  la  perturbada  mental,  en Don't  Bother  to  Knock/ Niebla  en  el  alma ofreció  una actuación  tan  fina y  perfecta que Anne Bancroft,  apenas una debutante  en  este filme,  contaba que al  observarla en  el  set (en la secuencia  final),  se emocionó  tanto  que comenzó  a llorar.   © 20th Century Fox



Cuando  hizo  de paciente psiquiátrica esquizoide en Don't  Bother  to  Knock / Niebla  en  el  alma (Roy  Baker, 1952) desplegó  un gran talento  dramático y  una  presencia asombrosa. Pero  la  película  no  gustó  porque trataba  un  tema bastante  triste,  sumamente  patético que incluía traumas  de  guerra  e  intentos  de suicidio. La actuación  de Marilyn  fue revalorada mucho tiempo después; inclusive  se  cuenta  que  se les  proyectaba  la  película  a los  estudiantes  de  psiquiatría como  ejemplo  de un  caso  típico. Su  ascenso  fue  bien  lento,  pero  muy firme. Nada  de  fenómenos  de la  noche a  la  mañana basados  únicamente en  la  apariencia física, usualmente de  debutantes sin muchas aptitudes, y en  los  que  la  preparación  es  muy escasa  o  casi nula.


En  1950 la  "Chica Mmmh" es  fotografiada en  un  parque estudiando un guión.  © Edward Clark para  la  revista "Life" 


LA  MODELO
La pequeña Norma Jeane —como toda persona nacida después de la invención de la fotografía—, fue retratada muy  a  menudo desde que era una rubia bebé de ojos azules. Unas amigas de su madre que eran una especie de tutoras, la casan a los quince años con un vecino que ellas escogen para salvarla de regresar al orfanato y de los peligros que conlleva no tener padre ni madre (sí  tenía,  pero  estaba recluida en  un  hospital  psiquiátrico) y de tener un físico como el que ella tenía... El  marido  pronto es enviado a  servir en  la  marina  mercante y  deja a  su  joven esposa  al  cuidado  de  su madre. Norma Jeane  entra a  trabajar como obrera, para  no  ser  del todo una  carga para  su  suegra. A los diecinueve años, gracias a que la descubre en la planta industrial el entrenado ojo del fotógrafo  David Conover,  decide por  su consejo, meterse de modelo. Toma un curso en una agencia y pronto deja a todos de boca abierta porque  es  muy linda y  bastante  lista. Ya bien posicionada como  la "Next door  girl" y lo  suficientemente cotizada, las tomas se multiplicarían hasta niveles inconmensurables. Los “click” de las cámaras la acompañarían durante toda su vida, como si fueran los latidos de su propio corazón… 


Un día en el estudio de la Fox le dijo al jefe de casting ―quien la bautizó artísticamente como "Marilyn" (Monroe lo  sugirió ella porque era el apellido de su abuela y  de  su  madre)― un aforismo propio y premonitorio:

“No me importa el dinero, sólo quiero ser maravillosa”. 

Todo lo que ella anhelaba era ser completamente fantástica. No sabía que ya lo era, y por mucho... 



Norma Jeane era muy bonita, pero quizás no tanto como muchas otras. Lo que la hacía sobresalir es que había aprendido muchos trucos para lucir todavía más linda de lo que era. La chica de la izquierda también es bonita, pero sin actitud de "bella", y eso hace la gran diferencia.


ORIGEN Y ANTECEDENTES
Nacida ilegítima en el Hospital General de Los Ángeles el 1° de junio de  1926, Norma Jeane Baker (la "e" de Jeane sería después suprimida) fue hija de una vestuarista de la productora de películas RKO, y de un novio que desapareció en cuanto supo que Gladys, que tenía fama de estar medio "loca", estaba encinta. 


La madre, Gladys Pearl, una guapa  pelirroja se  apellidaba Monroe y  había  nacido  en 1902 en Piedras  Negras, Coahuila, México; cuando  su  padre trabajaba allá en la  construcción  del  ferrocarril. Gladys tuvo  por segundo  marido a Edward Mortenson, que  la abandonó  a pocos  meses  de  haberse  casado  con  ella. Norma  Jeane  por  eso llevó  por  un  tiempo  ese apellido, asentado  en su acta  de  nacimiento, aunque  él no  era  su  padre.     



Un embarazo no deseado y el abandono de su primer marido Jack Baker —que en el proceso de divorcio le había quitado a sus dos hijos previos—, también  del  segundo, Edward Mortenson, los fracasos con sus amantes subsecuentes, la precariedad económica y la predisposición genética a los desórdenes mentales, fueron los detonantes de la esquizofrenia de aquella guapa pelirroja al cabo de unos cuantos años. Delante  de la  pobre niña, Gladys,  presa  de  una fuerte crisis, fue maniatada con  una  camisa  de  fuerza  y  entre  pataleos y  alaridos  la  subieron  en  una  ambulancia para ser ingresada en el manicomio, totalmente ajena a la realidad. 


NORMA  JEANE BAKER Era una  preciosa  niña  californiana de  ojos  azules y cabello lacio y extra rubio que  casi  desde  que  nació fue puesta  en  custodia con una  familia porque  su  madre  tenía  que  trabajar  y no  podía  cuidarla. Nadie imaginaba su  destino...



Así, Norma Jeane a partir de los 6 años fue internada en un hospicio. Poco después, creció rodando de casa en casa, que no era tampoco lo mejor; sin ser realmente cuidada ni apreciada por nadie. En tales circunstancias la pequeña no obtuvo nunca el cariñoso estímulo afectivo e intelectual que se les prodiga a la mayoría de los niños cuando son deseados y queridos. No tuvo una familia permanente que la formara, la guiara y la quisiera de verdad. En casi todas esas casas de acogida siempre fue la última, la más relegada. 

"Cuando  era  niña  nunca  nadie  me  dijo  que  era  bonita; a todas  las  niñitas  deberían  decírselo,  aunque  no  sea  cierto".

Luego entonces, de todas sus carencias, la del amor materno fue la más terrible, la más dolorosa. Pues la familia Bolender, y  luego  las otras sustitutas, lo que realmente querían eran los dólares que recibían como compensación de la madre y  luego del condado por tenerla en custodia. La pobre Gladys  la  visitaba  de  vez  en  cuando,  pero se  comportaba muy  ausente y casi  no  le  hablaba,  recordemos  que era  una  mujer cuya salud mental no era normal. En algunas casas el fanatismo religioso era extremo y en otras por el contrario, la enseñaban a bailar y la ponían a jugar con las botellas de licor vacías que  quedaban de sus escandalosas fiestas. En algunas otras fue víctima de ciertos horrores y de abusos de connotación sexual. 


FIN DE LA INOCENCIA
A pesar de todas esas desventajas, increíblemente, el coeficiente intelectual de Norma Jeane ―a la que apodaban "ratón" en  la  escuela por flaca y acomplejada― llegó a ser muy superior a la media. Según estudios e investigaciones recientes, se dice que de 165 puntos. Por eso, y a pesar de no haber podido concluir la instrucción secundaria (igual que tanta gente del espectáculo de esa época) porque la casaron prematuramente para evitar que regresara al orfanato, ella en un principio se esforzaba para minimizar  su ignorancia y para poder entender libros de cierta dificultad cognitiva. Después terminó leyendo muchas obras de gran  complejidad e inclusive hasta filosóficas. Tanto le interesaba la cultura y terminar de instruirse, que no obstante de ser ya toda una starlet se inscribió en un curso universitario de literatura en  la  UCLA, donde todos sus condiscípulos la conocían y la admiraban porque decían que "salía" en las películas. Cuando una de sus profesoras se enteró del hecho dijo que jamás se lo hubiera imaginado, porque era una alumna muy adusta y muy seria, tanto  que  le  recordaba a las  monjas.


Norma  Jeane  en  una  de  sus  primeras  glamour  shots. Una figura de sirena es el vehículo idóneo para ser modelo publicitaria y  aspirante  a actriz. Si se tiene algo más, el paso al cine es lo que sigue. La firma ya era a la "MM"... ¡Guauuu...!



DEL  SUEÑO CASI  IMPOSIBLE
Todavía adolescente, pero ya consciente de que era bastante mediocre, de que estaba desorientada en la vida y de que existía todo un universo inabarcable por descubrir —más allá del orfanato, de su precoz y anodino matrimonio con un chamaco inexperto y bobalicón, y después de su rutinario trabajo de obrera en una triste fábrica—, cerró los ojos con fuerza y soñó que ella no era ella...



Marilyn como bomba sexy. La imagen idealizada de la mujer como símbolo erótico no había tenido jamás en  la  historia  del  arte (nidel cine) un referente tan poderoso. Previas a Marilyn sólo estaban las diosas mitológicas, las musas y  las criaturas imaginarias de la escultura y la pintura, y los  bombones  sexuales de  celuloide: Jean  Harlow y Rita  Hayworth. © Frank Powolny para la 20th Century Fox



La joven Norma Jean soñó que soñaba un sueño donde ella era la chica más hermosa, la más dorada y la  más admirada. Aquel juego onírico le comenzó a gustar tanto que volvería a hacerlo todas las noches. La ilusión era tan apasionante que inclusive también la repetiría como una ensoñación diurna. Pero en las mañanas, de camino a la planta industrial le quedaba bastante claro que no  tenía  los  recursos suficientes y que  tendría que conformarse con seguir soñando. Éso era lo único que podía hacer para mitigar el  miedo, su miseria y la angustia de saberse otra vez abandonada; pues su joven esposo fue llamado a filas y enrolado en la marina  porque el país estaba en guerra... 

Corte a: Un fotógrafo publicitario la "descubre" y le dice que está muy guapa, pero sobre  todo, que  es muy fotogénica y por lo tanto ideal para ser modelo... 



Norma Jeane era una de cientos modelos de revista, que  sabía encarnar también a la perfecta "chica de al lado",  sin  complicaciones  y  absolutamente  natural. 
  

STARLET
Poco a poco, con trabajo  constante y  mucha  disciplina logra ser ser  modelo,  una de las cientos de que había en Hollywood, la glamorosa "Capital del Cine". Viviendo aquí y allá, posando  para  infinidad  de  fotógrafos y  artistas consigue subsistir en  ese  mundo  tan competido. Comienza a conocer  sus cualidades  fotográficas,  pero también analiza sus defectos y aprende a disimularlos muy bien, pues tiene las piernas flacas y chuecas,  sus prominentes  dientes  y  su nariz es  bulbosa. Sin  embargo, con  todo  y  todo sigue  entusiasmada; se estira, sonríe, camina, gira coqueta, posa, posa y posa  otra  vez, seduce... y brilla. Brilla de verdad porque le dicen que se aclare el cabello rubio castaño, a su tono rubio original de cuando era niña. Ya se enfilaba hacia el camino correcto para “ser maravillosa”, según sus propios parámetros, que eran cada vez más precisos, más exigentes. Con el tiempo sería evidente que sus anhelos no estuvieron nunca fuera de su alcance...


Norma Jeane también posaba regularmente como pinup para  el  ilustrador Earl Moran. El artista la  contrataba desde 1946 hasta  1949  a  través  de la  agencia "Blue Book" para fotografiarla  con  vestuarios muy  variados, y  a  veces  bastante  escasos, a  fin de  hacer sus ilustraciones para  revistas y calendarios.     



Norma Jeane y sus maestros, ya en "Norma Jean" demuestra su desmesurada preocupación por la belleza, por el arreglo, el cuerpo, el ejercicio y la correcta postura. Ahora estaba obsesionada por todas las cosas; por saber los secretos del arte que muy pronto pondría en práctica: la actuación. 



Casi nunca se mencionan las horas y horas que Norma Jean se dedicaba a tomar clases de actuación, vocalización, danza y gimnasia; a la lectura de los clásicos, a los ensayos y al refinamiento personal. Aquí con su profesora rusa Natasha Lytess practicando su dicción.



¿Cómo podía atreverse esta pobre bobita pretenciosa a quererlo todo...?, se preguntaban muchos envidiosos. Si lo que único que veían era tan sólo a una vulgar bonitilla más de boca demasiado roja y exagerados contoneos. Como creían que era tonta se burlaban de ella, y tristemente el bullying siempre estará presente. Continuaría siendo humillada, subestimada y abusada. Vaya que fue abusada: por sus "novios", por  los instructores, por los agentes, por los productores y por todos los que tuvieran un poco de poder e influencia. La labor que se proponía se antojaba algo casi imposible de lograr, titánica. ¿Ser actriz para ser todavía más vampirizada?, eso era como ser una especie de sexo servidora. ¡Ay, pero pobre infeliz, con esos antecedentes y carencias! ¡Si no es fotogénica (así  la  consideraban  varios jefes  de  los  estudios,  tanto en la  Columbia  cuanto  en  la 20th Century Fox) y tampoco sabe hablar...! ¿Cómo se crea entonces a una vampiresa a partir de una "campesinita" ignorante...?



El fotógrafo húngaro, André de Dienes, intituló como "Happiness" esta foto de Norma Jeane Dougherty sin maquillaje en 1946. Estaban  en la playa de Malibú leyendo poemas y ella personificaba los diversos sentimientos del alma humana. © André de Dienes



SIRENA  ENVUELTA  EN  LAMÉ
Cuando por  fin comienza a fulgurar bajo los cegadores reflectores de la fama, jamás pierde la firme visión que tenía de la artista fabulosa que estaba diseñando y recreando poco a poco, en secreto, con la ayuda y la guía de sus profesores a los  que  era  ella  misma les  exigía  más. Mientras se mostrara "sirena" sería notada, admirada y deseada. Así, transformada, logra entrar al cine con papelitos de ornato con la ropa tan entallada que pronto la apodan la "Chica Mmmmh". Pero ella no se conforma solamente con éso. Quería mucho más. Necesitaba vehementemente convertirse y ser respetada como actriz. De  tal  manera que a  sabiendas  de  que  le  faltaba  mucha  experiencia se perfecciona en su oficio, pincelada tras pincelada, de manera acuciosa y milimétrica; hasta los niveles mismos de la locura. ¡Como los artistas verdaderos...!



MARILYN SUEÑOS DORADOS Despedida de la 20th Century Fox fue a parar a Columbia Pictures, pero después de rodar para ellos Ladies of the Chorus (Phil Karlson, 1949), un churro de 3a,  su contrato tampoco fue renovado. En ese momento crucial Tom Kelley le ofrece una sesión de fotos al desnudo. Ella acepta por cincuenta dólares; nace entonces "Golden Dreams", el mítico calendario de 1950. © Playboy



¡Ah, Norma Jean, Norma Jean…!, la pobre "putilla" desarrapada y sin apellido. La que se atrevió a hilar el lienzo en el que en  definitiva plasmaría lo que desde siempre había soñado: La prodigiosa imagen de una diosa de nitrato de plata. ¡La  más  grande,  la  más inolvidable...! 



Nunca antes, jamás después... Marilyn Monroe. "Él me  hizo  importante",  declaró en referencia al fotógrafo  Milton Green. 
© Green State


DIOSA
Divinidad dorada de mirada profunda y celeste... de labios sonrientes e incitantes. Siempre feliz en el templo inmaculado de su imagen de obsesión: el calendario rojo, la loca de los diamantes o la de la falda al aire; la Venus que sería, final y oficialmente, glorificada por el arte pop de Andy Warhol en esa imagen que cerraría una era y abriría otra. 


NIAGARA Un raro ejemplo de cine negro pero en Technicolor, es la historia de una mujer vulgar y sin escrúpulos que engaña a su marido con un amante más  joven. La publicidad la presentaba como una mujer inusitadamente hipersexuada. En la cinta aparecía todavía más cínica y provocativa. El mundo quedó atónito con esta mujer de belleza diabóloca. La "Liga de la Decencia" pegó el grito en el cielo y Marilyn consolidó una imagen de femme-fatale más letal y  seductora que  la  de  Marlene Dietrich o Greta  Garbo. © Gene Korman para 20th Century Fox 


En 1954 Marilyn  obtiene  un  papel en  una  película  del magnífico director austriaco Billy Wilder. Su  rol ni  siquiera  tenía  nombre,  pero  la  mitad  de las  actrices de  Hollywood hubieran hecho hasta lo imposible para  obtenerlo, porque  había  sido un rotundo éxito  de  Broadway. Se  trataba  de  una sexy  comedia de  tintes  sociológicos y  psicológicos que  retrataba ácidamente  a la puritana y  reprimida sociedad norteamericana de la  posguerra  con sus pulsiones  sexuales y  sus obsesiones. Era el  vehículo perfecto  para lucirse. Por  ejemplo, Carolyn  Jones (la inolvidable "Morticia"  de  The  Addams Family o Los locos  Addams),  es  una  enfermera  que  acosa a  un  paciente de una  forma absolutamente  hilarante. El fantástico Tom  Ewell está  insuperable  como el don Juan fallido que  quiere seducir  a su  vecina (MM). La Monroe alcanza  la  consagración  definitiva  como la nueva diosa entre las  diosas cuando en éxtasis casi  infantil se  para acalorada  con  las  piernas  abiertas sobre  el  respiradero  del  metro de  Nueva York para  recibir la  brisa en  una  escena que  de inmediato pasó a  ser  parte  de  la  historia  del  cine,  aun  antes  de  su  estreno. 
   

MARILYN  MONROE ES LA MUJER BLANCA ABSOLUTA  (Que no la roja como Ava Gardner, Bardot o la Loren) Un  símbolo que  proyecta toda  su sexualidad de ingenua manera, como  siempre; tan natural que  nadie  puede  culparla  de despertar los  instintos  más  básicos del  ser  humano. Todos los hombres la  desean  y las  mujeres no se  ponen  celosas, porque se identifican y quieren  ser  como  ella. Nadie  había  llegado  hasta allí con  semejante  gracia y  talento,  como  si no pasara  nada  más  que la  intención  de  divertirse y  celebrar  la  vida... Esa  representación  del  Eros  puro  fue  el  resultado  de  casi  10  años de  preparación  histriónica.  Foto: Sam Shaw



En  el  proceso  de mistificación delirante de  su efigie no se puede pasar por alto la ópera  rock  de
Ken Russell en la increíble película Tommy (GB, 1975).  


La máxima apoteosis de la Monroe está en la "Marilyn Church",  donde  ella es diosa y sacerdotiza de una nueva religión. Es la ópera rock Tommy (GB, 1975) dirigida por Ken Russell. © Records / Columbia Pictures



Las manifestaciones  artísticas que  han  utilizado  la  figura  de  Monroe datan  desde  que  ella comenzaba  a  ser  estrella. Hay  una pintura al  estilo del  expresionismo abstracto  de  Willem  de  Kooning fechada  en  1954 que es  muy  interesante,  y bastante  fea,  por  cierto. 


WILLEM  DE  KOONING, "MARILYN MONROE", 1954. Es  un poco difícil  creer  que  en los  años  de  1950 Marilyn  fuera  representada en  una  pintura al  más estridente estilo del  expresionismo  abstracto. La iconicidad de Monroe traspasaba muy  tempranamente los  límites de lo  establecido. Figura  de  vanguardia proyectada  en  el  inconsciente colectivo desde  siempre. 

   


"Multi Marilyn" de Andy Warhol, 1967. Retomada del original de 1962. © Museo de Arte Moderno de Nueva York. 



EL MITO
Sin embargo, no debemos olvidar que el mundo está lleno de paradojas, y que Marilyn a pesar de ser, y representar a la estrella más deslumbrante de Hollywood, en realidad no dejó de ser la chiquilla triste y solitaria, la güerita abandonada en el orfanato. Nunca dejó de ser Norma Jeane, la temerosa chiquilla de vocecita balbuceante, la de los zapatos viejos y los calzones agujerados. 

Nacida bajo el signo de Géminis, invariablemente ella era dos personas a la vez, pero la misma. Esta mujer-niña —que aun en la cumbre de su fama atómica— nunca terminó de creerse del  todo lo que era,  porque siempre insegura se preguntaba si su obra maestra: "Marilyn Monroe en  la  pantalla" (y  fuera  de ella), había logrado convencer y gustarle al público por  su  trabajo. El público era  ese maravilloso y fatídico ente irreductible, que sabía que era el único monstruo al que ella quería pertenecerle por siempre jamás... y en  ello  dejó  su  alma.


La metamorfosis total, de Norma Jeane a Marilyn. La ascención de una simple mortal a  una diosa se dio en la superstar más icónica de todas. © Bert Stern, 1962



¡Corte y queda...!

MarcH de Malcriado