jueves, 21 de mayo de 2015

DE LA VISIÓN DE LOS GENIOS

La  historia  del  cine  no  sería  la  misma  sin  Fellini.

CHE STRANO CHIAMARSI FEDERICO: SCOLA RACCONTA FELLINI (¡Qué extraño llamarse Federico!: Scola cuenta a Fellini). Italia, 2013. Dir. Ettore Scola. El joven caricaturista Ettore Scola llega a trabajar en el mismo lugar en el que trabajaba Federico Fellini: la redacción de una revista satírica. Se hacen buenos amigos, porque ambos aman las imágenes que cuentan historias. Pronto trabajarán  en  las  películas y después serán directores de cine. Todo  el  tiempo conservarían  su gran amistad. Éste es un magno homenaje al mago de la imagen al que Scola admiró desde siempre. 


Federico (Tomasso Lasotti) muestra  sus  bocetos al  redactor  en  jefe  de la  revista Marc'Aurelio.


La mítica Cinecittá es el escenario de toda Roma, esa Roma de Fellini y su pléyade de súper personajes fellinianos. Ahí están también Alberto Sordi, Marcello, Anita Ekberg, la Masina… 


Una  toma  aérea  de  cómo  se  filmó la  secuencia  de  la  fuente  de  Trevi para  La  Dolce  Vita es un  pequeño  regalo  de  esta  cinta.


Quienes amamos el cine vemos una cascada de recuerdos maravillosos. Para quienes apenas comienzan su romance con el celuloide ésta es su oportunidad para saber de dónde salieron El jeque árabe, La Strada, 8 ½, La Dolce Vita, y tal vez se dejen embrujar por el más grande de los directores italianos de todos los tiempos.

Todavía se exhibe en la Cineteca Nacional de la CDMX. Hermosa y  llena  de encanto. ***

March de Malcriado

lunes, 18 de mayo de 2015

DE QUE MEJOR CÓRRANLE PORQUE AHÍ VIENEN


Dice  el  slogan: "El  futuro  pertenece  a los  locos". Si  la  ven  sabrán  por  qué... 


MAD MAX: FURY ROAD (Mad Max: Furia en el camino) Australia-EEUU, 2015. Dir. George Miller. No sé qué decir primero… bueno, comenzaré mencionando que esta superproducción futurista lleva tal cantidad de acción y  violencia que bien pareciera un compendio de guerra, desde las cruzadas hasta la de Irak (pasando por la 1ª y la 2ª Mundiales). El ritmo es tan vertiginoso que cuando la pantalla se va a negros y aparecen los créditos no lo podemos creer. La 3D le añade un espectacularidad avasallante, la fotografía y el soundtrack van acordes con lo épico de la historia.


El  iracundo Immortan,  un  tirano  cuya  maldad y blonda cabellera también  se  agitan con  el  viento.   


En un futuro no muy lejano quien posee el agua tiene el poder, ése es Immortan (Hugh Keays-Byrne), el rey del desierto. Los súbditos son sus esclavos. Ya no hay recursos naturales como bosques, lagos o tierra cultivable. La emperadora (sic) Furiosa (Charlize Theron), está realmente furiosa, pues no está allí por gusto, ha sido secuestrada de su aldea desde niña por el tirano. Ella añora regresar a su lugar de origen, la Tierra Verde, así que decide escapar llevándose consigo a las otras cinco preciosas jóvenes del harén real, entre las que se destaca la trágica extra rubia Splendid (Rosie Huntington-Whiteley). 


Como esclavas  sexuales  que  son,  las  chicas del  harén  del  rey portan  su cinturón  de  castidad. 


Entre tanta beldad, la coprotagonista, Miss Theron, se distingue mucho: aquí no es la güera oxigenada over-dressed que anuncia perfumes de moda. Rotundamente no, la Theron encarna a una mujer con enormes dosis de testosterona en su torrente sanguíneo. Es tal su fortaleza física y su ímpetu que hasta al mítico policía de los caminos Mad Max (Tom Hardy), su némesis,   por  momentos lo hace ver bastante menos alfa de lo que suelen ser los héroes machos de esta clase de películas. 


La ojiverde  Charlize  Theron vuelve a  sacrificar  su  belleza  en  aras  de una espléndida actuación. ¡Qué  actriz...!


El ya muy experimentado Max está cautivo —aun todo revolcado, arañado y golpeado— pero es más hermoso (tiene la boquita más roja, voluptuosa y besable) que la mismísima Furiosa… que con sus intensos ojazos verdes y su prótesis robótica luce fatídica y muy amenazante. ¡Guauuu…!


El rudo  Mad Max (Tom  Hardy) tiene  los  labios  mas  sexy  del  cine. 


El argumento es muy sencillo, chicas semidesnudas huyendo en busca de la libertad. Lo que es delirante es la acción, por supuesto. Manierista, exagerada y desbocada, esta película es una locura perfecta. ¡Me encantó…!***

March de Malcriado

jueves, 14 de mayo de 2015

DE UN GUAPO VS EL MAL



Cuando  se  planea cometer  un  magnicidio,  se  contrata  al  mejor... 


SUDDENLY (De repente). EU, 1954. Dir. Lewis Allen. El sheriff Tod (súper Sterling Hayden de 1.96 m) está enamorado de Ellen (Nancy Gates), viuda de guerra y madre de un chamaco que admira a Tod y que quiere ser policía de grande para acabar con los delincuentes. Ella es renuente a los devaneos de Tod.

Un día se enteran que el Presidente hará una escala en Suddenly, su pueblillo de California donde nunca pasa nada. La visita está programada para las 17:00 horas y los agentes del FBI y los jefes de seguridad llegan desde las 13:00 para efectuar sus rutinas previas a la llegada del mandatario a la estación de trenes. Casualmente, la casita en la colina, en la que vive Ellen con el pequeño Pidge (Kim Charney) y su anciano suegro, es declarado el punto más estratégico para vigilar la estación ferroviaria por el jefe Baron (Frank Sinatra), un ex combatiente y héroe de guerra.

La trama devela muy pronto que alguien planea asesinar al presidente. ¿Les suena familiar?


Pidge  y  Ellen  observan  el duelo entre  el  policía y  el  jefe  se  seguridad  del  FBI.


A pesar de ser un cantante chaparro y flacucho,  Frank Sinatra también era un reconocido actor, y por si fuera poco, de gran talento; ya  había  ganado  un  Óscar  por  De aquí a  la  eternidad (Fred  Zinnemann, 1953)****. La fuerza que imprime a su papel le permite crecerse y sobresalir en gran medida, a pesar de pararse junto al fabuloso y monumental Sterling Hayden.

Un retrato de las costumbres y la moral de los años cincuenta que se ve con interés y se disfruta bastante. A pesar de ser una película de serie B (de bajo presupuesto ), la presencia de Hayden y Sinatra la hacen muy buena. **

March de Malcriado

lunes, 11 de mayo de 2015

DE UNOS GÜERITOS QUE JUEGAN EN LA ORILLA DEL ABISMO

Un  afiche  en  el  que  se ven  dos  enamorados  en  plenitud. Parece  una  comedia  romántica.  No  lo  es  en  absoluto.


CANDY Australia, 2006. Dir. Neil Armfield. El joven poeta Dan (Heath Ledger) se enamora de Candy (Abbie Cornish), una pintora que promete. Ambos son bellos, libres, artistas y adictos a las drogas. Hacen el amor todo el tiempo, también travesuras, se aman, se drogan y así hasta “El cielo”, que es la primera parte de la cinta.


En “Tierra”, la segunda parte, siguen amándose y drogándose cada vez más. Se casan y se declaran “junkies” irredentos, hasta que ella queda embarazada. Se mudan al campo y comienzan a desintoxicarse… pero el destino les prepara una sorpresa.

En el tercer capítulo, “El infierno”, Casper (el grandioso Geoffrey Rush) su mejor amigo, muere de una sobredosis. Ellos, tal vez se salven… la secuencia final es imprevisible y muy conmovedora.

Ah,  el  amor, no  hay  otra  cosa  en  el  mundo  como  el  amor... ¡y  las  drogas!


Un año antes de este filme se estrena la inenarrable Broke Back Mountain (Ang Lee, 2005)**** y Mr. Ledger, con tan sólo veinticinco años, ya es un dios del cine. Su carrera cinematográfica comienza en 1992. Sus dotes histriónicas son prodigiosas, cuestión que queda de manifiesto con el merecidísimo Óscar por su actuación como “Joker” en The Dark Knight (El caballero de la noche)*** de Christopher Nolan, 2008.

El australiano actor también era productor y le hubiera gustado ser director. Si no hubiera muerto en enero de 2008, el pasado mes de abril  hubiera cumplido treinta y seis años.

Candy esta basada en el libro Candy: a Novel of Love and Addiction de Luke Davies. No lo he leído, y jamás lo leeré porque ésto es un monumento al amor, pero también a la desolación.

Creo que desde Réquiem por un sueño (Darren Aranofsky, 2000)*** no había visto una cinta de adictos tan impactante.

La bellísima Miss Cornish hace de la Candy un verdadero dulce, envenenado, pero dulce al fin. Y Heath Ledger me dejó con la boca abierta, literalmente. No sé, me da cosa comprobar que algunos elegidos de los dioses sean así o que “traigan metido al diablo en el cuerpo”, como me dijo una vez un 
 joven y exitoso productor de  cine mexicano refiriéndose a Marilyn. Pues el talentosísimo Ledger también sufría de insomnio, angustia, depresión… y vaya uno a saber qué más.

¿Es ése el precio de la gloria? Una de las posibles respuestas, paradójicamente, está en Candy, una película entrañable. ¡Extraordinaria...! ***

March de Malcriado

martes, 5 de mayo de 2015

DEL MARTIRIO DEL SADISMO LIGHT ANTIPORNO


Para  muchos  esta película prometía un  gran  deleite  visual... lástima. 



FIFTY SHADES OF GREY (Cincuenta sombras de Grey). EEUU, 2015. Dir. Sam Taylor-Wood.

El príncipe encantador Christian Grey no es tan príncipe y tampoco tan lleno  de encanto. Pero no porque sea el hijito abusado de una prostituta completamente loca y adicta al crack. A pesar de esos antecedentes, resulta ser un joven de mucho atractivo, magnate y, por supuesto, guapo y muy seductor. Pero el quid del asunto es que tiene un “secretito prohibido
, que esconde muy bien, inclusive bajo llave, en su “cuartito de juegos”. La que entra allí no saldrá jamás siendo la misma…

Un día Ana,  una bonitilla y bastante bobalicona estudiante de letras inglesas, a unas semanas de graduarse, va a entrevistarlo a su apantallante oficina panorámica en el penthouse del rascacielos de las  empresas "Grey" en Seattle. Una ultra rubia, bien clairoleada claro, a lo “Barbie secretaria ejecutiva trilingüe” la conduce a lo  que  de  hoy  en adelante será  su  destino. Pero su entrada-presentación no puede ser menos afortunada. Al abrirse el elevador Anita se va de bruces con todo y su vestidito y suetercito de la zona de saldos de "Target"; aparte, ni siquiera trae pluma… ¡y ay, pobrecita…!

Allí comienza la magia; porque la pobre fodonguita impresiona a Grey. Él, tan acostumbrado a las sofisticadas cocottes-de-luxe (caza fortunas o  por lo  menos  aventureras), y ella que es más naïve que la Cenicienta… Paradójicamente se apellida Steele, Anastasia Steele (Dakota Johnson) para servir a usté’ y a Dios… Muy chistosa.

Si comparamos esta zaga (seguramente la segunda y tercera película, correspondientes al 2º y 3er libro, ya están en plena producción) con la  obra Justine, del Marqués de Sade, aquélla resulta ser una reverenda vacilada mediática. Para no usar la otra popular y más adecuada palabra que también termina en “ada”…

Les diré que es una lástima, pues la película no es tan pésima si se sobreentiende que el guión no pudo llegar a más, debido a que la novelita best-seller # 1 en la que está basada, está muy pobremente escrita y se dirige a lectoras del  tipo que  lee  cosas como  las de Corín  Tellado o Barbara  Cartland, es decir, muy  poco iniciadas en la  literatura, y para colmo también medio, o totalmente, frustradas sexuales —¿o qué, muy realizadas y satisfechísimas en la cama? Mhhh. Si fueran  lo contrario no leerían estas cochinadas—. Ésto no es literatura. Es simplemente una novelilla boba con tintes pseudo porno, es más, ¡ni siquiera es erótica de veras…!

El ritmo es más lento que el de las  cintas  de Tarkovsky (que no  obstante,  sí  eran  arte), los actores secundarios están de tercera,  los diálogos son  de  cuarta y  todo  en  general  es como  de quinta. Sin embargo, no todo está perdido. Las locaciones son muy lucidoras, la fotografía, es muy aceptable;  no  en  vano  la  directora  es  una   fotógrafa  y  videoasta de  regular  fama; por  otro lado, el soundtrack es buenísimo. 



La  fotografía sí es  buena,  y  también  el  soundtrack.


La Johnson está muy bonita y actúa bien,  aunque está a  cien años  luz  de  una  nominación,  excepto para  la Frambuesa  de  Oro (que  seguro  que  su coprotagonista  si  ganará  en  el 2016). Así  es, ese tieso actor principal, uno que nadie conocíamos, aunque aseguran que “actuó” en María Antoinette (Sofía Coppola, 2006)***: Jamie Dornan, que aunque fotografía mono y mide más de 1.80 m, adolesce absolutamente de la fuerza y personalidad de un personaje que, finalmente, es el símbolo de  una fantasía  femenina… un macho alfa súper dotado, que  las  ama y  las castiga dominante, poderoso, turgente (pero  con total cara  de  tonto inexpresivo). Ni  en  el librejo mismo  nos  lo  imaginamos  con  semejante cara  de palo (sin  albur).

La obra “triunfó” en el mundillo de los best-seller porque su autora, E.L. James, presenta la historieta mórbida de una moderna Cinderella enamorada de un principillo inmensamente rico pero “bien degenerado” al que le encanta el masoquismo de las tontas sumisas que compra, con contrato y todo, para que jueguen a ser sus zorras amarradas.

Desafortunadamente, la tensión sexual entre los dos protagonistas es prácticamente inexistente, por más que los pongan a mirarse intenso, a jadear y poner los ojos en blanco. Por favor, nadie ata y azota a su amante con los pantalones puestos y  como  si estuviera  armando un  rompecabezas, ¿o sí? Todo está tan homogeneizado, pasteurizado y listo para tratar de engañarnos que lo que nos provoca son risas y bostezos. No se dejen embaucar.

Si quieren leer la historia  de una  buena  chica expuesta al sadismo de verdad allí tienen a la esplendorosa y marmórea Justine o los infortunios de la virtud, que además de ser un libro clásico está escrito con el talento del celebérrimo literato y filósofo francés, nada  menos que Donatien Alphonse de Sade. También de las novelas eróticas que conozco están: Fanny Hill, memorias de una cortesana de John Cleland y El amante de Lady Chaterly de D.H. Lawrence. Que  no  son  tan  sádicas pero  que sí sirven.



En El portero  de noche si  se  cuenta  una  historia de sumisión  sexual  en   tiempos  de la Segunda  Guerra  Mundial.  Es impresionantemente  bella.  


Si lo que desean ver son filmes realmente eróticos, y de altísima calidad, allí están: Les Valseuses (Bertrand Blier, 1974)***, Emmanuelle (Just Jackin, 1974 )***, La historia de O (Just Jaeckin, 1975)**, El portero de noche (Liliana Cavani, 1974)****, Salón Kitty (Tinto Brass, 1975)****, Vicios privados, virtudes públicas (Miklós Jancsó, 1975)***, Calígula (Tinto Brass, 1979)** o la que quieran de la “Trilogía de la vida” de Pasolini: El Decamerón (1971)****, Los cuentos de Canterbury (1972)****, Las mil y una noches (1974)**** y , además Teorema (1968)**** y Saló o los 120 días de Sodoma (1975).****


La   guapísima  Corinne  Clery protagonizó  esta  historia de  sadomasoquismo de  exquisita estética y  terrible sumisión.


Viendo los títulos que me vinieron a la mente me doy cuenta que el cine quesque atrevido y supuestamente sexy de finales de siglo XX y de lo que va del siglo XXI no tiene ni por asomo la excelencia de aquellas maravillosas películas filmadas en los años de 1970, que iban mucho más allá de lo imaginable, de todo a todo.



Champaña  antes  del  tormento. Cuando  en el  cine actuaban verdaderas "diosas de  celuloide". Charlotte  Rampling y Dirk  Bogarde en El  portero  de  noche


Así que ustedes decidan  si leen o ven este bodrio insoportable de las Cincuenta sombras del fiasco, en cualquiera de sus 3 entregas. Ni modo, esta película no merece ninguna estrella en mi escala de 4. ¡Aburridísma...!


March de Malcriado