martes, 18 de diciembre de 2018

ROMA


ROMA Una  obra  maestra. Gracias  señor  director, don Alfonso  Cuarón.  
© Participant Media / Esperanto Filmoj/ Netflix




ROMA (Alfonso Cuarón, 2108) Una vez escuché decir a un actor  de cine decir que hacer una película era como "construir una catedral"... 




ROMA Una  de  esas  películas  que  son  un  hechizo total,  no  sólo  para los  mexicanos,  sino  para el  mundo  entero. Ya  lo  corroboraremos  en  la próxima  ceremonia  del  Óscar,  el  24  de  febrero  de  2019. © Participant Media / Esperanto Filmoj/ Netflix




Si antes una manera de consagrarse era actuar bajo la dirección de Joseph von Sternberg, como Marlene en El ángel azul (1930), al igual que les sucedió a James Dean y a Marlon Brando con Elia Kazan. ¡No bueno...!


Qué ensoñación ser un favorito de Visconti, si se es Helmut Berger en Los malditos; un consentido de Fellini como Mastroianni en La Dolce Vita, y también como la Monroe creada por Billy Wilder en La comezón del 7º año y en Una Eva y dos Adanes. ¿O qué opinan de algunas de las “Chicas Almodóvar” como Marisa Paredes o Carmen Maura...?



Unas de  esas raras revelaciones que  se  dan   en  el  cine. Pocas  personalidades alcanzan esas  alturas  en  su  primera  película: Dolores  del  Río, María  Félix, Garbo, Dietrich,  Montgmomery Clift, James  Dean o  Brando... Ahora, de México  para el  mundo, ¡Yalitza  Aparicio...! 
  


A muchos no les gusta el cine mexicano,  y  tantito peor, en blanco y negro; pero los directores lo utilizan porque adiciona una carga dramática impresionante, sobre todo si está combinada con una fotografía virtuosa. En Roma la magia no se hubiera dado tanto si el edificio del hospital del IMSS (Instituto  Mexicano  del Seguro Social) o el cine Las Américas, en la Avenida de los Insurgentes, con ese tranvía que se desliza hacia el horizonte, hubieran  sido fotografiados en color. Qué decir de la gran secuencia en esa playa traicionera del Océano Atlántico que entra en el Golfo de México; la tensión no hubiera sido jamás la misma. Así puedo citar todas las locaciones, en realidad. 



Yalitza Aparicio como Cleo con Marco Graf como Pepe. Este pequeño actor tiene un encanto similar al que tenía Angélica María de niña en Los gavilanes ~junto a Pedro Infante~ (Vicente Oroná, 1956). © Participant Media / Esperanto Filmoj/ Netflix
El maestro Alfonso Cuarón ha devenido en uno de los mejores directores del mundo. Aun si no hubiéremos visto nada de su filmografía anterior. Sabemos desde  hace mucho que es  en  el Olimpo artístico  donde habita. Se le nota...



El  niño  bonito  y  su  nana, ¿una  historia  muy  trillada...? ¡No,  para  nada...! Nunca  hubiera  ganado  el  León  de Oro  de  Venecia  si   se  tratara de un  asunto así  de simple... 
© Participant Media / Esperanto Filmoj/ Netflix


Algunos se han preguntado qué es lo que hace de Roma una película excepcional, si está hecha en México, es en blanco y negro y con un reparto que prácticamente nadie conocía. El argumento bien podría ser catalogado como el melodrama soft de una empleada doméstica a lo María Isabel pero postmoderna, a primera vista, claro.


Pero, ¿qué creen...? Para navegar y disfrutar de esa deliciosa travesía en mares conocidos pero a la vez ignotos, en semejante película se necesitan referentes. El neorrealismo italiano, la nueva ola francesa y otras corrientes cinematográficas más están allí, a la vista. 
El  maestro Cuarón  las  usa  y  nosotros  las  hemos  reconocido dentro  de  una  película  que  habla  del  amor universal, cuando  la  vean  sabrán a cuál me  refiero.


Roma,  su  título  por  supuesto hace  referencia  a una colonia,  como  llamamos  en  México a  nuestros  barrios, de  la  CDMX. No es una cinta complaciente, no es un divertimento. Es como dirían los franceses un "tour de force". Para el público joven por sus intrínsecas características, y para nosotros, los adultos que vivimos en aquel México de 1970-71 lo  es bastante más. Pero para  nosotros,  los  últimos, es  porque  vemos nuestro retrato, y el de esa ciudad capital que vivimos. Sin  embargo, ni nuestra ciudad , ni nosotros somos ya los mismos. La nostalgia nos invade, porque en la radio sonaban los éxitos que nos gustaban, porque teníamos los mismos muebles, nuestra familia tenía esos automóviles e igual vestíamos esa ropa... Pero lo más deslumbrante es que éramos ingenuos. 



Todos,  absolutamente  todos los  detalles están cuidados  al  máximo. Un  viaje a ese México  de  los  primeros años  de  1970,  es perfecto. © Participant Media / Esperanto Filmoj/ Netflix



Cada fotograma, en muchísimas secuencias es una obra de arte. Allí está un  guiño a Pajaritos y pajarracos (Pasolini,  1966) con los aviones en aproximación final al aeropuerto, los campos que tienen de fondo el volcán Ixtaccíhuatl, o esa toma en la carretera que parece un cielo de Gabriel Figueroa en una película de el "Indio" Fernández. 


No  puedo dejar  de  mencionar  a Marina  de  Tavira,  en  su papel  de  Sofía,  la  mamá del  clan.  También  está  sensacional en  Roma,  ya  lo  veremos  en  los  premios  Ariel  y  en las  Diosas  de Plata el  año  que  entra.  © Participant Media / Esperanto Filmoj/ Netflix


Pues bien, ahora tenemos a Cuarón como el mega mago, el que ha  llevado  al  altar, consagrándola,  y la ha  convertido en un Stradivarius cinematográfico, a una sencilla “Mexican señouritah”, doña Yalitza Aparicio, y no en una catedral sino en la cima de esa Pirámide del Sol que es ROMA.****/****

P.D. Si en Ladrón de bicicletas (Vittorio de Sica, 1948) al protagonista le roban su bicicleta, en Roma les roban a todos los  personajes algo mucho más importante, algo que no se puede recuperar jamás, ¡la inocencia...!

Ovación de pie, y  además con  unas  lágrimas,  por  qué  no.

¡Corte y queda...!

MarcH de Malcriado

miércoles, 28 de noviembre de 2018

BOHEMIAN RHAPSODY

Bohemian  Rhapsody, "La  audacia  vive  para  siempre". Un  homenaje  a su  majestad Freddie  Mercury.  © GK Films/ TriBeCa Productions/ 20th Century Fox


BOHEMIAN RHAPSODY (GB, 2018, Dir. Bryan Singer). Siempre es grato escuchar nuestra música favorita, pero cuando el vehículo es una película que nos muestra ídolos más grandes que la vida, el gozo es doble, o quíntuple… Volver a ver a cualquier artista −en este caso claro, nada menos que a Freddie Mercury−, en una rápida y ligera disección, desde sus orígenes hasta las  apoteosis sobre los escenarios es muy emocionante. Si además el personaje ya está muerto, es muy recordado e inclusive muy querido, pues se tiene un éxito de taquilla.

Tan sólo hemos de recordar The Eddy Duchin Story / Melodía inmortal (George Sidney, 1956)**, The Doors (Oliver Stone, 1991)***, La Môme / La vida en rosa (Olivier Dahan, 2007)*** sobre Édith Piaf, o más recientemente la encantadora Jersey Boys (Clint Eastwood, 2014)***. Todas ellas ejemplos muy diversos de biopics musicales que nos llevan a la nostalgia total.



El experimentado  actor de ascendencia  egipcia,  Rami  Malek,  logra  una excelente  interpretación del  que  tal  vez  sea  el  cantante  de  rock  más  notable  de la  historia:  Freddie  Mercury.  


La figura de un dios de rock, como Mercury, ameritaba un actor que pudiera calzar sus zapatos. Así el  papel lo  interpreta 
Rami Malek, nacido en Los Ángeles en 1981 (tiene 37 años),  que   se le parece mucho; tiene un físico casi tan exótico como el cantante porque es de origen egipcio. Dadas sus notorias dotes histriónicas y muy bien dirigido, a los 2 minutos de iniciada  la  proyección uno olvida la realidad y se ubica perfectamente dentro de la acción. Ésa es la magia del cine. Algunos han mencionado que Malek está sobreactuado, y es cierto,  por  supuesto. Pero está más que perfecto, porque Freddie era sobreactuadísimo. Nadie, absolutamente nadie que sea discreto, bien portado y con un bajo perfil  llegaría a la cima de ese tipo de Olimpo artístico, ¿o sí…?

Ya desde las primeras secuencias se van escuchando, al estilo arpegio, los primeros compases de la mítica canción o himno "Rapsodia bohemia". Es como ir subiendo la cuesta de la montaña rusa. Intuimos, sabemos, ansiamos que el vertiginoso paseo dé comienzo… y cuando sucede no queremos que pare.

Aunque ya estamos a nada del año 2019, el último de una década supuestamente llena de liberación sexual, tolerancia e inclusión, por lo menos en la CDMX, y con un público que bien sabe que se trata de la biografía del vocalista de “Queen”, escuché en la sala cinematográfica interjecciones bastante evidentes al estilo “¡auch…!” en la escena en la que él se besa con… mejor véanla.

Chispazos de su vida familiar (para quienes no es Fred, sino Farrokh), sus romances juveniles, su primera tocada, la llegada de su incipiente grabación, las sesiones en el estudio, las peleas con los ejecutivos de las disqueras, las cuestiones legales, los primeros triunfos, las críticas, los desplantes, el acoso de la prensa, las hordas de fans en todo el mundo; la soledad en medio del tumulto y, finalmente, la deidificación de una de las figuras más increíbles de la música del siglo XX. 


Bohemian Rhapsody: la historia de Freddie Mercury es una película absolutamente imprescindible, aunque no les guste “Queen”… Les garantizo que aunque no sean melómanos saldrán de la sala de cine tarareando alguna melodía del magnífico soundtrack.
Es excelente. ****/****

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

martes, 23 de octubre de 2018

GAUGUIN

Gauguin:  Viaje  a Tahití. Vivir en una  isla de Oceanía se antoja raro y absolutamente exótico. Pero para Gauguin no significaba otra cosa que su destino...
© Studiocanal


GAUGUIN: VIAJE A TAHITÍ (Gauguin: Voyage de Tahiti) Francia, Dir. Éduard Deluc, 2017. Todos hemos visto alguna vez un cuadro del postimpresionista Gauguin, o muchos, según sea nuestro interés o nuestras posibilidades de asistir a los museos o pinacotecas de nuestra ciudad o  del mundo. Porque Gauguin siempre está exhibido en algún lado, es uno de los pintores más famosos y celebrados del mundo. Cuando yo veía sus cuadros me transportaba a ese idílico y lejano mundo paradisíaco que muy pocos conocen, en las islas de la Polinesia, Tahití.  De de hecho es una pequeña isla cuya ubicación me asombra, porque está exactamente en medio del Pacífico Sur, entre Sudamérica y Australia, ya revisé el mapamundi. 

Pero bueno, hasta allá se fue Paul Gauguin en 1891 −para escapar del gris y aburrido París−, a buscar la inspiración y la renovación de su arte, un tanto cuanto incomprendido en su tiempo, al igual que Van Gogh, Cézanne y los demás, por ejemplo (cosa rara, ¿no?). Ninguno de sus amigos se animó a irse con él, ni tampoco su esposa, que ya había tenido suficiente con haber ido a batallar a Dinamarca. Su idea de partir era demasiado aventurada. Sin embargo, para él, acostumbrado a hacer viajes en ultramar, porque había sido marino, porque de niño vivió en Perú (por éso hablaba castellano), también porque había estado en Panamá y porque había vivido 6 meses en Martinica, no lo era. 



PAUL GAUGUIN ¿Qué,  estás  celosa…?
ÓLEO  SOBRE  TELA. 1892.
Colección del  Museo  Pushkin de  Moscú.

Los artistas que se atreven, que rompen con lo establecido, los que estallan de locura, siempre pagan en vida el precio de su inmortalidad. Si quieren ver un fragmento de la inocencia del paraíso, y toda la culpa del infierno, vayan a ver esta película, cuyo guión parece haber sido escrito por el mismísimo Emile Zolá. 




Vincent  Cassel siempre  ha  sido  un  actor  magnífico,  pero aquí  como  el pintor postimpresionista Gauguin va  mucho  más  allá. Está  sencillamente  deslumbrante. ¡Aplauso  de  pie…!
© Studiocanal


Ese astro galo, Vincent Cassel, sin grandilocuencias ni vanidades y sin tantos despliegues de apantallante publicidad, demuestra lo que es ser un dios de cine. Siempre ha sido un actor magnífico, pero en esta cinta su actuación es perfecta, hipnótica, sublime. ¡Es Gauguin…!

No deben perdérsela. ****/****

¡Corte y queda…!
MarcH de  Malcriado

lunes, 22 de octubre de 2018

NORMANDÍA AL DESNUDO




Normandia al desnudo se llama esta ácida comedia que retrata las partes más íntimas de los normandos.

© Les Films des Tournelles/ SND Films




















































NORMANDÍA AL DESNUDO (Normandie Nue) Francia, Dir. Phillipe Le Guay, 2018. Inspirada en las fotografías de Spencer Tunick, esta película narra el efecto psicológico y social de la propuesta de Blake Newman (Toby Jones) un famoso artista international de la lente que quiere efectuar una sesión fotográfica de desnudo colectivo en una pequeña villa de Normandía. Las reacciones van desde el estar de acuerdo, sin mayor problema, hasta el rotundo “no”, e inclusive, el sabotaje por parte de algunos ciudadanos para impedirlo. 
Una comedia de humor negro, que es mucho más profunda de lo que parece en un principio.  Cuenta  con un reparto variopinto, pero muy efectivo, sobre todo el del papel del alcalde Balbuzard, interpretado por Francoise Cluzet, que desea salvar de la crisis económica a su comunidad a través de la salida del anonimato en los mapas por la celebridad ganada por las tomas fotográficas y su difusión mundial. 



En realidad,  el director quiso filmar una metáfora que sintetiza la situación socioeconómica no sólo de los ganaderos y agricultores de Francia, sino de toda Europa, y yo diría que del mundo, ante esta automatización robótica y la revolución digital que nos aliena todavía más de lo que ya estábamos desde la segunda mitad del siglo XX.

Muy buena y muy alejada de lo que usualmente vemos en nuestro país. **/****

¡Corte y queda…!
MarcH de Malcriado



jueves, 18 de octubre de 2018

EL REGRESO DEL HÉROE

EL  REGRESO  DEL HÉROE Un héroe creado  a la  altura  de  una  mujer  enamorada,  éso  es  lo  que todo  hombre debiera  ser... ¿o no...?


EL REGRESO DEL HÉROE (Le Retur Du Héros) Francia, Dir. Laurent Tirard, 2018). El capitán Neuville (Jean Dujardin) a punto de casarse, deja a su novia vestida y alborotada porque  de  repente tiene que marchar al frente a luchar por su país. La novia está tan desolada por la ausencia del militar que cae realmente enferma; entonces su hermana Elisabeth (Mélanie Laurent), que para mitigar su sufrimiento, comienza a escribirle cartas haciéndose pasar por su  prometido y  amoroso capitán.

Pero las aventuras e intríngulis que le atribuye son realmente fantásticas y ponen de manifiesto la gran imaginación y la vocación literaria de la autora, más bien de la “impostora”. Un día  el oficial regresa inesperadamente y tiene que lidiar con su realidad y con el fabuloso personaje de leyenda, el cuasi  mítico héroe que ha inventado su cuñada. Las situaciones que se generan para estar a la altura de su fama son realmente graciosas.

La película cuenta con 2 estrellas internacionales del cine francés que están extraordinarios en su papel, como siempre. Aunque el final de esta comedia de enredos es bastante predecible, tiene unas vueltas de tuerca y sorpresas que la hacen todavía más disfrutable. La belleza de Mle. Laurent, el gran carisma de Dujardin, la fotografía y el vestuario son el plus de esta magnífica producción de época que deja un agradabilísimo sabor de boca. No deben perdérsela. ***/****

¡Corte y queda…!
MarcH de Malcriado

lunes, 8 de octubre de 2018

VENOM



VENOM Con  el  nuevo  Jean-Paul Belmondo  del  cine,  el  increíble Tom  Hardy,  hace  las  delicias  de  los  amantes  de los  cómics  cinematográficos del  Universo Marvel de  Sony. Ya  se  estrenó en  su  versión  clásica, pero  en  la  CDMX también  está  disponible  en salas 3D y  en 4DX. 
© Columbia  Pictures/ Marvel  Enterntainment/ Sony Pictures  Releasing






VENOM (EE.UU., 2018. Dir. Ruben  Fleischer). Los  supervillanos, que  siempre quieren dominar  al  mundo, y los superhéroes, que  siempre  quieren protegerlo,   han  sido una  combinación  perfecta para  el  cine  del  género cómic. Pero  lo  de hoy  parecieran  ser  los  antihéroes,  como  Venom.  Cuando Eddie Brock (Tom  Hardy) un  osado reportero de  televisión se  convierte  en  el anfitrión  de  un  simbionte extraterrestre que  de repente  apetece  comerse  a  algún  humano  que  se  le  atraviesa  en  el  camino, cuando  tiene  hambre, tenemos  una  comedia delirante,  estrambótica y muy divertida  de  Marvel. 

El  Dr. Carlton  Drake (Riz  Ahmed) quiere  recuperar  al  simbionte Venom, Veneno  en  castellano,  que  importó  del  espacio  exterior,  junto  con  otros  cuantos, para proseguir  con  sus  planes  de  maldad. El  escenario esta  vez  no  es  Nueva  York, sino  el fotogénico  puerto  de  San Francisco con  todo y  su Barrio  Chino. Las  guapas  son   Michelle  Williams como Anne Weying, la  novia  de Brock, y  la  Dra.    Dora  Skirth (Jenny  Slate),  la  clásica científica,  de  bata  blanca  y  anteojos  de pasta, que  alerta al  héroe sobre el   mal inminente.

La  acción  es  vertiginosa,  de  hecho, Venom  es  el monstruo  más violento de  Marvel;  los  Fx  son  impresionantes  y  las  críticas devastadoras,  pues  alegan  que  la  cinta  está  cortada y  Tom  Hardy  declaró  que  los  cortes  fueron  exactamente  en  sus  escenas  favoritas... Habrá  que  esperar  a la  versión en  BD que  incluya todas las  tomas  eliminadas  o  la famosa  versión  llamada  "Director's  cut". 




Tom  Hardy personifica a un  antihéroe que  divierte  a  una  audiencia  fanática  del  género ávida  de  aventuras y  acción.



Absolutamente  disfrutable,  Venom cuenta el  origen  del  villano enemigo  de Spiderman 3,  pero  se  desliga  totalmente  de  ella,  yo  la  recomiendo con tres  estrellas  de  cuatro.***/****


¡Corte  y  queda...!
MarcH  de Malcriado

miércoles, 26 de septiembre de 2018

RENDEL

LOS  FINLANDESES NO  SE  CONSIDERAN  NÓRDICOS Ellos se  consideran  finlandeses,  ¡y  ya...! La  personalidad de su  cine también  es  única. La fantástica  película RENDEL,  creada por Jesse Haaja es  la  prueba.
© Black Lion Pics / Frozen  Flame / Bad  Beaver  Productions



RENDEL (Finlandia. Dir. Jesse Haaja, 2017). El antihéroe enmasacarado de la alejada, oscura y fría Finlandia (sólo 5 meses al año, claro) fragua una venganza en contra de la organización VALA, presidida por el ambicioso Mr. Erola (Matti Onnismaa), que destruyó a su familia de una manera muy impactante, inclusive para las cintas del género. La violencia es extrema, sin concesiones, allí no hay piedad; ni siquiera entre un padre tan elegante y sofisticado como cruel y despótico, Mr. Erola por supuesto −que quiere exportar una vacuna letal para destruir a parte de la humanidad− y su hijo Rotikka, que es un verdadero monstruo de maldad, resentido y casi infernal… ¡Tal para cual…!

Muy al estilo del cine “noir”, el tranquilo  y  pacífico Rämö,  que  se  ve forzado  a convertirse  en Rendel (Kris Gummerus) para  saldar  cuentas, no tiene poderes extraordinarios; pelea a puño limpio para defender a los más débiles. 


Como parte de la organización delincuencial está un personaje que no tiene nombre (Renne Korppila), el fortachón, tatuado y medio retrasado mental de 1.92 m, que hace gala de una fuerza bruta inusitada como el matón de Rotikka (el extraordinario Rami Rusinem) uno de los psicópatas más amenazantes y perversos del cine, que quiere exterminar a Rendel, porque le estorba en sus planes de destrucción.

Esta producción es toda una curiosidad porque viene de un país cuya cinematografía es poco conocida, pero no por eso menos interesante.

Por primera vez en este tipo de cine tuve la duda de que el bien y la justicia prevalecieran sobre las fuerzas del mal. Es cine europeo y luego ya ven cómo se las gastan allá… Ir a verla es sumamente estremecedor, tanto, que una pareja se salió de la sala con su “combo” de palomitas (rosetas de maíz) y refresco a medio consumir a tan sólo 20 minutos de iniciada la proyección…

El  slogan  reza: "La  venganza engendra venganza". Recomendable sólo para amantes del género, pero en extremo, sin gags ni payasadas a lo Deadpool, que  por  otro  lado también  me  gusta  mucho. ***

¡Corte y queda…!
MarcH de Malcriado

miércoles, 29 de agosto de 2018

THE MEG MEGALODÓN

THE  MEG o Megalodón, una extraordinaria   aventura  marina que  lo  tiene todo,  menos  ser  inolvidable...
©  Warner  Bros




DE UN  LINDO ESCUALO MUY  "GOLOSO", OTRO CHURRO ACUÁTICO:  O DE UN MEGALOBODRIO Bueno, la cosa es subjetiva como casi todo en esta vida −que en el mar dicen que es más sabrosa−, porque en plenas vacaciones, de playa claro, te puede devorar un monstruo marino prehistórico que  "se  escapó" porque un grupo de científicos le fueron a picar la aleta a las profundidades donde vivía… 

Se trata de THE MEG, MEGALODÓN (China, EE.UU., Dir. Jon Turteltaub, 2018), cuyo argumento es muy simple: En lo más profundo del océano Pacífico −a  11,000 metros en  la  fosa  de  las  Marianas−, cerca de Filipinas, vive una fauna de tamaño mega, como eran los animales prehistóricos. En aras del avance los científicos y biólogos marinos llegan hasta allá, pero sin saberlo, desatan las fuerzas de la naturaleza y después ya no las pueden controlar. ¿Les suena conocido...?



JAWS significa  mandíbulas  en  castellano,  pero  en  México  fue  intitulada  como  Tiburón.
La  banda  sonora o  soundtrack  fue único. Fue  tal  su  éxito  que pronto  filmaron
Tiburón  2.  En  aquellos  tiempos (1975)  realmente  nos  impresionamos. 
© Universal Pictures



Si Jaws/ Tiburón (Steven Spielberg, 1975)*** para nuestra generación de chavitos-vintage, como lo soy yo, fue terrorífica, inolvidable e impactante, tanto que todos nosotros al meternos al mar, inclusive muchos años después, seguimos recordando que por allí nadando también puede andar un tiburón hambriento, a los jóvenes esto apenas si les impresiona. Porque las películas “normales” de esta época ya presentan monstruos mucho más grandes y letales, como en las cintas de superhéroes, transformers o batallas intergalácticas. Al otro día me olvidé de la película, con todo y que la 3D la hace más espectacular, porque aunque es una megaproducción multimillonaria, con excelentes actores y dirección, y que está llena de magníficos Sfx (special effects) ya no impresiona ni a mi abue…


¡Ah, qué tiempos!, mis queridos millennials y lindos  "viejecillos" que los acompañamos −que como ya hemos visto tanto cine (aunque  nunca  suficiente), nos impresiona mucho más una película como Psycho (Hitchcock, 1960)****, Doctor Zhivago (David Lean, 1965)**** o Una familia de tantas (Alejandro Galindo, 1949)****.

¡Corte  y  queda...!
MarcH  de  Malcriado

miércoles, 8 de agosto de 2018

MONTGOMERY CLIFT


Montgomery Clift. Si  en  Hollywood hubiera  realeza, Monty   sería el  máximo príncipe azul y  encantador;  el  más increíble de todos.


MONTGOMERY CLIFT: O DE UN ACTOR BRUTAL Con un talento que rayaba en la locura es  una  leyenda  del Hollywood  clásico porque fue  un  ser  excepcional. Nacido en  1920 como Edward  Montgomery Clift,  fue el tercer hijo  de un  neurótico y acaudalado hombre  de  la  banca.  Tenía  un hermano  mayor y una  hermana gemela  que  nació unos minutos  antes  que  él. Nace  en  Omaha,  Nebraska y es educado  como  todo un  príncipe por "Sunny",  una madre que  estaba medio  trastornada mentalmente y que  ejercía  sobre  él  un  control  exagerado. Pues Ethel Clift (Sunny) creía  que  eran de  procedencia  aristócrata por  ser ella misma la  hija de  personas  muy  importantes y  de  dinero que  siempre  la  ignoraron,  comenzando  por  haberla  dado  a  ella en adopción por haber nacido fuera  del matrimonio. El niño hablaba alemán,  francés  e  italiano;  idiomas  que  practicó  cuando  su madre  lo  llevó en  crucero de  vacaciones por  Europa para  refinarlo  todavía  más cuando tenía 8  años. En  la  piscina  del  barco hubo  un  incidente  en  el  que el  pequeño casi  se  ahoga. A raíz  de  ello desarrolló  un  absceso  en  el  oído  que  tuvo  que  ser  operado  en  Alemania.



Los cambios de  Monty a  través  de  sus  primeros  años. No sólo  era  guapísimo, además poseía una  gran personalidad y  era muy seductor. 


Debido  a su arrobadora belleza y  porque  era  muy  fotogénico,  el apuesto Monty comienza  una  carrera  como  modelo en  Nueva  York. Más tarde,  alentado  por  su  madre,  debuta en Broadway con "Flay Away Home" a los 13 años.  



El pequeño Monty en la producción de Fly Away Home en el 48th Street Theatre de Nueva York. En el rol principal estaba Thoma Mitchel.

Allí descubre  que  se  le  dan bien  las  imitaciones y  que  se  encuentra  muy  a  gusto en  el extraño  mundo  del  teatro. Todos allí  lo  consideran  un  encanto  de  muchacho,  muy  prometedor. 


Monty como  el  príncipe Peter con  Jackie  Kelk  en el  musical  de  Cole  Porter  Jubilee en el  teatro  Imperial de Broadway. En 1935 todos  salían  de  la  obra  tarareando la  melodía Beguin  the  Beguine.  

La actriz Libby Holman, adinerada , madura y bisexual, enloquece por él,  cuando él ya tiene 22, y le produce la obra Mexican Mural a cambio de ser su amante en 1942. En  total  Clift actuó  en 15  puestas  en  escena.


El  joven Montgomery Clift poseía  una  muy notable presencia y fotogenia. Se  hacía  de  un  buen  nombre  en  Broadway,  porque era  disciplinado y, por  si  fuera  poco, tenía  mucho talento en  escena. 


Después de una década de éxitos y aprendizaje se va a Hollywood y a regañadientes filma  una película.  Es  curioso que el  cine  le  pareciera  un  arte  muy  menor;  muy  inferior  al  teatro.  A finales de 1948 se estrena Río rojo (Howard Hawks)*** un  western donde actúa  el coestelar  junto a John Wayne,  la anécdota es que a lo largo del rodaje ambos se caían bastante mal. Su sueldo  fue de tan sólo  $60, 000 dólares,  pero su triunfo fue total.



Montgomery Clift como Matt, un  vaquero  capaz  de  desafiar a un padre  autoritario y retrógrado en Río rojo.
©
 CB Films/ United  Artists

En diciembre de  1948 gracias a Red  River  y a  The  Search, ya  estrenada  también,  aparecería  en  la  portada  de  una  revista muy  popular en  Estados  Unidos sin  él  saberlo porque recorría  las  grandes  capitales europeas:  Londres,  París, Roma y  Atenas.  Después  se  iría  a  Israel  con  su  amigo  el  director  Fred  Zinnemann. Nadie  lo  reconocía  porque  iba medio  desaliñado, sin afeitar  y  con  ropa bastante  común. Cuando  regresó a Estados  Unidos,   para  su  gran sorpresa,   se  vio  convertido  en una  especie  de  sex-symbol.



Vertiginosamente convertido en  astro  cinematográfico con  sólo  2  películas (Red  River y  The  Search), Clift  fue  la portada de  una  revista  de gran circulación.  

Después  de  tal  éxito el excepcional actor de  galanura melancólica ya  cobraría $150,000 dólares  por  película. Rechazaría pertenecer  a un  único estudio  cinematográfico. Sería nominado  4  veces  al  Óscar: Los  ángeles  perdidos (Fred Zinnemann, 1948)***, Un  Lugar  en  el  sol (George  Stevens, 1951)****, De  aquí  a la  eternidad (F.  Zinnemann, 1953)**** y Juicio  en  Nüremberg (Stanley  Krammer,  1961)**. 

Cualquiera de sus películas es una absoluta maravilla. Algo  que  rechazó  también,  y  que  fue  un  craso  error,  fue  el papel protagónico  de  la grandiosa Sunset  Boulevard,  porque tener  que  hacer de  amante  y  besar  a la  otoñal  Gloria Swanson le  parecía repugnante...


LA HEREDERA Al  lado  de  Olivia  de  Havilland,  en  The  HeiressLa  heredera (William Wyler,  1949) es  un   granuja aventurero que persigue  a  una  chica rica,  pero nada  agraciada.  Su galanura se  ve  potenciada por  contraste natural.
© Paramount  Pictures




MONTGOMERY CLIFT SEX SYMBOL En  shorts  y  playera  vieja, como  cualquiera  en  la  playa, Monty lucía como  ningún  otro actor serio.


A pesar  de ser  un actor  de  altos  vuelos a Hawks, Hitchcock y  Huston les  costó  bastante  trabajo lidiar con  él  en  los  rodajes. El  primero  era muy  machista,  el  segundo solía  ser  muy  impositivo,  y el  tercero era  en  extremo  irascible. Él,  por  supuesto,  no  era  una  cereza  en  almíbar. Sin embargo, al final todos los  directores   caían  rendidos ante su  enorme talento. Porque después  de  todo, él  era  una singular "estrella".



Un  lugar bajo el  sol o  Ambiciones  que  matan de  1951. Se  dijo  que Taylor  y  Clift  eran la  pareja más  hermosa  del  cine.
© Paramount


Pero irónicamente, mientras sus logros en el cine eran grandiosos su vida personal era un verdadero desastre:  torbellinos pasionales lo  llenaban de dudas,  neurosis y amantes secretos (otros actores que también permanecían dentro del clóset,  escorts y affairs  de una  noche). Por si fuera poco el  alcohol lo combinaba con pastillas ansiolíticas, somníferos y analgésicos. 

Clift,  por  supuesto,  no  era  el  único actor  homosexual, o bisexual,  como  otros  lo  consideraban: Allí  estaban  también  Marlon, Grant,  Dean  y  un Lancaster muy  "bi";  o Farley  Granger, Rock Hudson, Tab  Hunter, Randolph  Scott, Anthony Perkins, Vincent Price, Sal Mineo (y se rumoraba mucho sobre Spencer Tracy, el "esposo" de  la Hepburn)  y  muchos  más. Ahora nadie  ignora la verdadera  sexualidad  de Katherine Hepburn,  la Garbo, Marlene Dietrich,  Tallulah Bankhead,  Barbara  Stanwick...  y  bueno,  incontables  más. 

La increíble De  aquí  a la  eternidad se  convirtió en  su película  más famosa,  hasta  entonces.  Allí  alternó  con  otros consagrados  como  Frank  Sinatra  y  Burt Lancaster. El  argumento  versaba  sobre  las  tropas  asentadas  en  la  base  marítima de Pearl  Harbor, Hawaii,  antes  de  aquel  cruento  ataque aéreo  japonés.  Clift hacía  de  un  soldado traumado que  había  sido boxeador,  pero  que  no  quería  volver  a subir  al  cuadrilátero  porque  su  último contrincante  había fallecido  de un  mal  golpe que  él mismo le  había propinado. Aprendió  a tocar  la  trompeta  y con  un  solo  de  réquiem, para  su  amigo  muerto, quedó  inmortalizado en  la  historia  del  cine.



From  Here  to  Eternity  fue  la  mejor  película de  1953. Se llevó  8 Óscares en  total,  y  aunque  Lancaster  y  Clift  estuvieron  nominados  a  mejor  actor,  no  se  lo  llevaron;  Deborah  Kerr tampoco.  Pero  Frank  Sinatra y  Donna  Reed en  cambio sí   lo ganaron por sus actuaciones   secundarias. 
© Columbia  Pictures 




Con  Liz   en   Raintree County (1957) dirigida por  Edward Dmytryk. Inspirada  un  poco en  Lo  que  el  viento  se  llevó; la  crítica la  recibió bastante  mal. El  rostro  de  Clift ya  no  era  el  mismo al  final  de  la  película,  como  bien se  puede 
apreciar  en  esta foto  publicitaria.
 © Metro-Goldwyn-Mayer.


En 1956 al salir de una fiesta ofrecida por su coestrella de El árbol de la vida
Raintree County, Elizabeth Taylor, se estrelló en su auto, quedó muy lastimado y su cara quedó desfigurada. 



El  automóvil destrozado de  Clift. Liz  Taylor al  saber  del  accidente acudió  al  lugar  enseguida. Histérica ahuyentó a  los  paparazzi  y  le sacó  los  dientes  que le  obstruían la  garganta al   maltrecho  actor que  se  hallaba inconsciente

La cirugía reconstructiva hizo lo que pudo, que  fue  bastante, pero el pobre hombre ya no volvió a quedar  igual, ni  física ni psíquicamente. Comenzó a depender de fuertes  analgésicos y de  la codeína porque  los  dolores  por la  fractura de  la  mandíbula y  los  pómulos eran muy  agudos; a  veces   no  podía masticar  bien. Para  colmo de  males, comenzó  a  tener  insomnio y  cuando  por  fin lograba  dormir, con  somníferos claro,  sufría  de horrendas  pesadillas.



A raíz  del  accidente la  cara de  Clift  quedó  modificada;  los  músculos  de  su  frente quedaron  casi  inmóviles,  el  labio  superior quedó  diferente y su expresión  se  endureció. 


Además del trauma de haber perdido su increíble rostro, le había tocado vivir en una época en la que ser homosexual era considerado como una anomalía,  una absoluta aberración,  que además acabaría con  la  carrera  cinematográfica de  cualquiera.  Ésa era una condición inaceptable para un público que veía a las estrellas como símbolos de la más pura heterosexualidad;  es  más,  ni  siquiera  se pensaba que alguna  de  ellas no  lo fuera  en  la  Meca  del  Cine. Al  parecer,  a  Clift  esta condición  le  resultaba  muchísimo  más  agobiante  que  a  sus  otros compañeros  de la  diversidad. Tal  vez  porque  era bastante  más sensible.



Edward Montgomery  Clift  de  signo  Libra, bien  podría  haber sido  también un modelo  de  calendarios,  porque nunca  perdió  su esbelta figura.  Medía  1.78 m y  pesaba alrededor  de 70 kg.    


Era tal el sufrimiento de Monty por haber perdido su belleza, además de cargar con   la  culpa por tener que ocultar a  toda  costa su naturaleza, que la mismísima Marilyn Monroe comentó una vez que Clift era el único ser humano con el que se podía identificar, porque sus problemas eran muy similares. Ambos  eran  geniales.



Clift en  1960 declaró  que la  Monroe era "La mejor  actriz con  la  que he  trabajado".
© Bruce Davison / Magnum  Photos


Él adoró a  la  extra rubia  y a su vez, después de The Misfits (Huston, 1961), dijo que Marilyn era la actriz más talentosa con la que había trabajado jamás. Vaya que lo avalaban sus años de experiencia… Muchos decían que ellos eran almas gemelas. Para  aumentar  el  morbo  sobre  su  controvertida fama y figura,  a Monty se le conoció como “El suicidio más lento de un  actor en  Hollywood”.



Nadie  sabía que  Los  inadaptados (llamada así en Hispanoamérica) iba  a ser  la  última  película  de Marilyn  Monroe y  también de Clark  Gable.
©
 United  Artists

Para  Juicio  en  Nuremberg de  1961,  le habían  asignado  $100, 000 dólares por un  papel cuya  secuencia  sólo  duraría 12  minutos.  Pero  estaba  tan  inseguro  de poder  hacerlo  bien  que  mejor  optó  por  no  cobrar. Nunca   pudo  recordar  sus parlamentos debidamente,  así  que    Stanley  Kramer,  el  director, lo  dejó  improvisar.  Era  tal  su sensibilidad, entrega  y  talento,  que  fue  nominado  otra  vez  a  un  Óscar. No  se  lo  otorgaron.

John Huston lo volvió a dirigir en Freud: pasiones secretas, bajo una fuerte presión, porque no se ponían de acuerdo en casi nada. El guión lo había escrito Jean Paul Sartre, el padre del existencialismo francés. El actor ya comenzaba a sufrir de cataratas, con frecuencia olvidaba sus parlamentos y bebía vodka a escondidas en su camerino.


Esa  mirada azul  tan  intensa  es  una de  las  más  memorables  de aquel  Hollywood  en  blanco  y  negro, tan mítico e irrepetible. Además,  como  reza  el  título posterior de  la producción,  aquí  también había  alguien lleno  de  "pasiones  secretas".
© Universal Studios






Montgomery Clift protagoniza Freud: Pasiones secretas (1962) bajo la dirección de John Huston. Los choques entre ellos eran constantes, porque además la película era experimental y  el  guión  no  estaba terminado.
© Universal Studios

Una cinta que  la  crítica  también  recibió  bastante  mal  fue  Freud,  porque es  demasiado  larga  (140 minutos) y para  muchos aburrida. Les  pareció  excesivamente  didáctica. Sólo  la  actuación  de  Clift,  de quien Huston  sabía  que  era  un  monstruo  cinematográfico,  la salva  hasta  cierto  punto. No  obstante, a  los  amantes  del  cine  nos  parece una  curiosidad  bastante  interesante;  además,  Clift está muy  bien fotografiado en  su  vestuario  de época y  barbado,  aunque  nadie  haya  creído  que  se pareciese  lo  más  mínimo al "Padre del  psicoanálisis".



Aun maltratado y madurado muy  prematuramente  debido a  sus desequilibrios  psicológicos, las alergias,   males  gástricos,  su  dependencia  a  las  pastillas  y  al alcohol,  Clift no  perdía  su  esplendor. Aquí  en  un momento de  descanso  en  el  rodaje  de El  desertor.


Su amiga Elizabeth  Taylor le  había  pedido  a John  Huston para  él el  papel  de  su atormentado esposo, el  comandante  Penderton, enamorado  secretamente de  un soldado de la  tropa, en  Reflejos  en  un  ojo  dorado (1967). Huston,  pese a todo,   había estado  de  acuerdo en  contratarlo. Pero desafortunadamente,  tres  meses  antes  del  estreno  de  su  última película The  Defector (El  desertor de  Raoul  Lévy),  el  23  de  julio  de  1966, su  último  amante, Lorenzo  James, lo  encontró  muerto en  su   departamento  de  Nueva  York.  La causa  fue  una  severa oclusión  coronaria. 

¡Corte y  queda...!
MarcH  de Malcriado