miércoles, 5 de mayo de 2021

BREAKING BAD

 

BREAKING BAD Es un moderno  western literalmente policiaco, muy al estilo del film noir.
© High Bridge Entertainment / Gran Via Productions / Sony Pictures Television / Netflix




BREAKING BAD (EE.UU., 2008-2013. Escrita y producida por Vince Gilligan et al.)

"Cuando se mira el trabajo de los buenos actores el mundo tiembla", este es mi nuevo aforismo inspirado por una antigua serie de t.v., que acabo de ver, bastante tardíamente lo confieso. La serie se intitula Breaking Bad, cuya 1ª temporada data de 2008.

El tema versa sobre el mundo de las drogas, asunto muy difícil y delicado, máxime si los productores, guionistas y  directores no quisieron hacer una apología del crimen pero tampoco pretendieron darle un tratamiento panfletario. Es tan sólo un fresco monumental en el que convergen todas las variables involucradas a saber: las económicas, sociales, de salud pública; además de la lucha para erradicar su producción/ importación/ exportación y tráfico; por ende, la infructuosa persecución de lo proscrito, y por último, el punto de vista de las constelaciones familiares y su repercusión axiológica.

Ésta es una verdadera tragedia contemporánea de dimensiones globales. Irónicamente, está situada en una pequeña ciudad desértica de Nuevo México, en medio de la nada, donde pareciera que en efecto no pasa "nada". Irónicamente, resulta que es allí donde se ubica el epicentro de lo que tal vez Jünger llamaría “el absoluto”.

La historia es una especie de western policiaco, de hombres para hombres, sin tono de comedia o melodrama alguno. Allí están, como si nada 6 actores extraordinarios: Bryan Cranston como “Walt”/ “Heisenberg”, Aaron Paul como “Jesse”, Dean Norris como “Hank”, Bob Odenkirk como “Saul”, Jonathan Banks como “Mike” y Giancarlo Esposito como “Gus”. Todos ellos están sublimes y nada en las 5 temporadas tiene falla. El arco dramático es perfecto.

Me pasé unas 2 semanas literalmente hipnotizado, devorando con ansia los episodios. Cada uno estaba más impregnado de locura y testosterona que el anterior; pues la tensión hitchokcockiana se mezcla con lo inaudito y el arrobamiento. Nunca supimos que  iba  a pasar, nada fue predecible jamás.

Este tipo de producciones ya no podrían llamarse “televisión”, pues ésta, en particular y en su momento, fue un verdadero fenómeno y ahora es material de culto. Una larguísima película de muy alto voltaje ―seriada para mantenernos física y mentalmente sanos (dentro  de lo  posible), pues mientras la vemos nos mantiene enteramente catatónicos, con la boca seca y pegados al sofá―, y  al  igual  que  les  pasa  a la  totalidad de los personajes, no hay escapatoria.

Entre varias decenas de  series que he visto y que son muy disfrutables, hay 3 que ya son mis mega favoritas. Ésta es la más reciente, para mi gusto personal, claro. Ya les contaré cuáles son las otras 2, que a su manera también me engancharon  desde  el primer  capítulo;  que me hicieron vibrar, emocionarme, reír, llorar, reflexionar y comprobar que el arte siempre de los siempres será “el arte” y el hecho de que éste haya invadido también el “streaming” me parece fabuloso. ¡Cosas de la postmodernidad…!

Aquí el bien y el mal no luchan, únicamente se complementan como los movimientos cíclicos de una humana sinfonía de belleza angélico-diabólica que traspasa las líneas del amor, del odio, de la moral, de la ética, del equilibrio, de la cordura, y en definitiva: de la vida y la muerte. Las fronteras del Ser y del "deber ser" se diluyen y se ponen a disposición, el gusto y el criterio de cada espectador, que es libre de llegar a un consenso con  los  actantes o discrepar, depende de su idiosincracia y según su escala de valores.

Hacer de la desesperación un estallido psíquico al estilo de una suave marea que baña las playas del infierno,  pero en  medio de fosas  y  remolinos ocultos, que de repente se convierte en un pavoroso tsunami, no es más que un retrato de la naturaleza humana al estilo de los griegos como Sófocles, Eurípides y Esquilo; o de Shakespeare, Dostoievski y Balzac.

¡Imprescindible y altamente  adictiva…!

¡Corte y queda…! (Porque fue rodada en 35 mm).

MarcH de Malcriado