lunes, 19 de septiembre de 2022

LADY DI

 

LADY DI El documental definitivo sobre la Princesa Diana de Gales, que sabía que jamás llegaría a ser reina. © Jonathan & Simon Chinn



LADY DI: THE PRINCESS (Reino Unido/ Alemania, 2022. Dir. Ed Perkins).

En este documental de 109 minutos corren ante nuestros ojos las imágenes del glamour y la caída de un personaje ya icónico de nuestro tiempo: Diana Spencer.

Hace unos años (en 2006-7) se presentó en México una exposición de fotografías de Mario Testino en el Museo del Colegio de San Ildefonso de la CDMX. La gran mayoría eran verdaderamente buenas, pero las más memorables fueron por supuesto las de Lady Di, pues entre otras había dos reproducciones gigantes de 2 por 3 metros en las que se podía ver a esa hermosa mujer sonriendo feliz, bella y natural, en la plenitud de su vida. Ella moriría 5 meses después de esa sesión. Esos retratos adornaron la portada de la revista “Vanity Fair” en 1997.


MARIO TESTINO EN MÉXICO Una exposición memorable en el Antiguo Colegio de San Ildefonso. Lo mejor fueron las fotografías de Lady Di. En el afiche la modelo Kate Moss.
© Gobierno de la Ciudad de México/ CONACULTA/ TOYOTA/ InStyle/
GATOPARDO/ GrupoJUMEX/ et al



El metraje narrativo es una sucesión de cortos de material de archivo, que en gran porcentaje ya ha sido previamente visto infinidad de veces en otros documentales: desde los primeros acosos de la prensa ante la noticia de su próximo enlace con el príncipe Carlos, su espectacular boda, hasta todo lo demás. No obstante, el interés sobre su vida y su legado no ha perdido vigencia. Porque era muy querida en el mundo entero, por su calidad humana, porque la gente todavía se identifica con todos los pesares que le provocó su fallido matrimonio con su infiel esposo (que al final de cuentas nunca la amó), por su militancia en pro de las buenas causas y por su inigualable carisma que hizo palidecer de envidia a la realeza.


Lady Di para la lente de uno de los mejores fotógrafos internacionales: Mario Testino. Esta es fue su última sesión fotográfica oficial de estudio. Nunca había lucido más hermosa y segura de sí misma. Ella era la mujer más glamorosa del jet-set.
© Mario Testino/ Vanity Fair



El 1 de septiembre en el XXV aniversario de su muerte, se estrenó Lady Di, sin publicidad y en la única sala de arte de la ciudad, ya saben cuál en la colonia Cuauhtémoc atrás del Ángel de la Independencia.

Todo inicia con unas tomas de un tumulto en la lujosa Place Vendôme, afuera del Hotel Ritz de París, y alguien dice en "off" que allí está la Princesa Diana hospedada y cenando. Ella había llegado después de pasar más de una semana de ensueño navegando en el yate de su nuevo amado por la Riviera Italiana y la Francesa. El dueño del Ritz era Dodi Al-Fayed (que a esas alturas ya era también su prometido) y con el que había llegado a mediodía del 31 de agosto de 1997 en el jet privado también de Dodi. Proseguirían a Londres al día siguiente.

A veces muy gozosos pero a la vez terribles el documental también contiene fragmentos muy poco conocidos, como aquellos de la estación de ski con sus hijos o los del aeropuerto de Heathrow cuando ella deprimida y acosada (como siempre) va a tomar un vuelo. Pero el momento más crudo y desolador es esa entrevista difundida a nivel nacional  en la que un periodista de televisión le pregunta si cree que ella alguna vez será reina; ella desencantada sonríe irónica y con su mirada más triste le contesta que no...

Todo el asunto es muy interesante, porque sin afán infamatorio o de denigrar a nadie y sin falsas moralinas el director armó un vertiginoso tren de imágenes que presentan el perfil de un ser humano, una ingenua y encantadora chica llena de cualidades que llegó a la cumbre del esplendor más espectacular y del increíble y altísimo precio que finalmente pagó por ello. Un verdadero cuento de hadas de la vida real que conmocionó al mundo entero.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

sábado, 3 de septiembre de 2022

MARÍA FÉLIX: La Doña (Serie de tv)

 

MARÍA FÉLIX La bioserie de VIX+ es un gran homenaje de excelentes cualidades técnicas, artísticas y por supuesto histriónicas basado en la vida y obra de la diva. Ya hacía falta una serie así en la televisión mexicana que deleitara al público admirador de "La Doña". © TelevisaUnivisión



MARÍA FÉLIX: LA DOÑA (México, TelevisaUnivisión, 2022, Dir. Mafer Suárez, Prod. Carmen Armendáriz Pardo).

Las biopics o bioseries siempre son un peligro, pues nunca faltan los admiradores que aman a sus estrellas, pero también abundan los detractores, que por lo mismo, el amarlas tanto, los vuelve muy severos, pero también muy criticones. Aclaro que entre eso y lo otro hay mucha diferencia, pues para ser “crítico” se requiere, como ya lo hemos dicho antes, de un aparato crítico verdaderamente sólido y depurado. Así, los “criticones” son una masa intolerante de todo y contra todo, especialmente con los histriones que tienen la fortuna ―o el infortunio de interpretar a sus ídolos―. En fin…

Para nadie es desconocida la figura de María Félix, pues estén de acuerdo o no, les guste o no, ella es y seguirá siendo la máxima diva del cine mexicano; la más bella y la más polémica, es cierto, pero aun así la más deslumbrante. Tanto así que en sus años de gloria fue requerida para estelarizar películas en Argentina, España, Francia e Italia. Ella siempre desdeñó a Hollywood, porque decía que allí le ofrecían puras indias: “Y yo, a las ‘indias’ las interpreto en México”, en Europa interpretaba reinas y mujeres legendarias. Altanera y soberbia como era, por supuesto, representó en la pantalla y fuera de los foros, en su vida misma, la antítesis de la sufrida y la sumisa mujercita mexicana. ¡No, ella no sería así de dejada y sin carácter, pues era la que acostumbraba imponer las reglas del juego! Porque tenía la disciplina, la inteligencia, la astucia, la hermosura y el talento necesarios para hacerlo con la mano en la cintura y la ceja levantada, faltaba más.

Aparte de sus 47 películas hay muchas publicaciones biográficas, libros de fotografías y de metraje en videotape de entrevistas, documentales y programas sobre su figura. La empresa de llevar la vida de María Félix a una serie de televisión es verdaderamente plausible, ¿pero, por qué no?

Por cierto, si les gusta leer les recomiendo una biografía publicada en 2014 por la editorial Planeta, cuyo autor es del excelente escritor mexicano Sergio Almazán: Acuérdate María. Allí se encuentran muchas claves para entender al ser humano y la imagen estelar de la artista que se hizo a sí misma. Si también les da curiosidad saber por qué se enojó tanto con Carlos Fuentes llamándolo "mujerujo" lean también la interesante y terrible Zona sagrada en la que el autor se toma la libertad de describir la compleja relación de "La Doña" con su hijo Enrique Álvarez Félix.     

La puesta en pantalla es asombrosa, pues técnica y artísticamente es de gran calidad. Hasta el más mínimo detalle de la dirección de arte, que incluye vestuario, maquillaje, peinados, ambientación, escenografía, y decorados (con infinidad de sutiles detalles) es de una minuciosidad extrema. La musicalización, los Fx sonoros, y en general el soundtrack son de gran factura. (No todo en la vida es Netfluxsh).

Esta historia completó su última entrega el pasado jueves 1 de septiembre (comenzó el 21 de julio). Consta de solamente 8 capítulos. El guión fue escrito por Mafer Suárez y  se basa en muchos libros y abundante material de apoyo que es harto conocida porque cultural e históricamente la Félix atravesó el siglo XX, aunque inclusive para los aficionados, cinéfilos y fans contiene nuevas y muy reveladoras sorpresas. 

La protagonista, María de los Ángeles, de niña era un ser especial, difícil de entender y de “manipular”. Esa característica está perfectamente lograda desde un inicio de los primeros capítulos. Su relación filial con su hermano Pablo y la tragedia en que esta devino fueron el inicio de la construcción de una coraza, de un mecanismo de defensa, que la protegería de la amenaza del mundo exterior, sobre todo del “mundo masculino”, del de los hombres de una época en la que el machismo, y el hembrismo, eran lo imperante en la común idiosincrasia mexicana, comenzando por su riguroso  padre Bernardo Félix (Guillermo García Cantú, como siempre espléndido). 

El fuerte carácter y personalidad de María como mujer y después como estrella de cine se vieron magnificados hasta el delirio por sus vivencias y  circunstancias personales, pues después de su primer divorcio (del papá de "Quique") se casó con 2 figuras archi reconocidas y míticas del espectáculo: Agustín Lara y Jorge Negrete, nada menos; ya no se diga en las películas hechas a su perfecta medida. Por si fuera poco, su rostro quedó fijo en el imaginario popular porque  el mejor cinefotógrafo del cine mexicano (ganador del reconocimiento y de premios a nivel mundial), el maestro Gabriel Figueroa; la elevaría al nivel de una verdadera diosa de nitrato de plata. Claro que de la mano de los mejores directores de la Época del Cine de Oro Mexicano.

Su figura era tan lejana cuanto cercana, porque no era del todo difícil encontrársela de repente en lugares públicos como el aeropuerto de la Ciudad de México ―documentándose para volar a París―, en restaurantes o paseando por las calles viendo aparadores. Una vez la vimos también en el almacén de artículos para diseñadores y pintores que está frente al cine "Metropolitan" en el centro de la CDMX. María era alta, muy delgada y erguida, con su brillante y hermosa cabellera negra sostenida por 2 peinetas de carey; iba ataviada con pantalones negros, un suéter de cuello alto también negro y unas botas de gamuza color camello de tacón no demasiado alto. Iba con Antoine Tzapoff el pintor franco-ruso que la inmortalizó en aquellos lienzos de gran valor estético. Eran los primeros años de 1990 ―todavía no aparecía en el programa “Mala Noche No” de Verónica Castro”, así que le era más fácil salir sin crear tumultos…―. Ella entró al local "en María", la misma del cine. Mientras Tzapoff elegía pinceles y tubos de óleo, "La Doña" parada allí frente al mostrador al mirar los adornos navideños de Santo Clós, renos y toda esa parafernalia de temporada, con su peculiar y gravísima voz increpó a las vendedoras diciéndoles: “¿Pero por qué ponen eso?, ¡mejor pongan a Villa a Zapata, lo mexicano…!”. Ellas no le contestaron nada y sólo pusieron cara de "yo no fui". Tal acto fue verdaderamente impresionante, la más internacional de nuestras estrellas clamando vehementemente por la iconografía nacional…



María Félix extraordinariamente personificada por Ximena Romo, una de las mejores actrices jóvenes de México. © TelevisaUnivisión



Adivinar la inmensidad de María en el rostro de Ximena Romo es ver a la mismísima diva, no a una artista haciendo de la Félix. La fotografiaron espléndidamente y como ya ha hecho teatro tiene tablas (allí la vi por primera vez sin saber ni quien era) y varias buenas películas, la joven resultó perfecta para el papel pues es muy bella además de excelente actriz. 

Después, en capítulos subsecuentes la veterana y popular Sandra Echeverría también logró momentos gloriosos, sobre todo en el capítulo final, cuando el director de fotografía nos muestra a la mujer  en situaciones muy adversas, casi al final de su camino, conversando con su amigo de siempre Ernesto Alonso (un inmenso Iker Madrid). En el octavo capítulo las secuencias son inenarrables.

A muchos no les gustará, pero a otros, a los que saben y entienden la significación de los homenajes artísticos, se las recomiendo muy ampliamente.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado