sábado, 26 de junio de 2021

COSAS IMPOSIBLES

 

COSAS IMPOSIBLES No podía esperarse  menos de  esta obra maestra del  realismo mágico de  la desolación en un país donde  la gran mayoría vive apenas, donde los viejos estorban, los jóvenes también y los  muertos siguen chingando. © Alebrije Producciones/ SHA/ Videocine 




COSAS IMPOSIBLES (México, 2019, Dir. Ernesto Contreras) Es estridente hasta lo esquizoide, y a la vez preciosa hasta lo sublime. Todo lo sublime que puede tener la locura humana-urbana en una mega ciudad que estalla de millones de habitantes pero al mismo tiempo de soledad… Es la suave caricia de una historia de tantas, pero que por ser tan común conecta de manera extraordinaria con un público que sorprendentemente en martes casi llenó la sala ―con el aforo prestablecido por las medidas de higiene pandémicas vigentes para la CDMX en semáforo quesque “verde”― y que aplaudió al final, después de haber sido abofeteada, ¡por supuesto! 

No podía esperarse menos de esta obra maestra de la desolación en un país donde la gran mayoría vive apenas, donde los viejos estorban, pero los jóvenes también. Ésos que jamás leen una revista (y de libros mejor ni hablamos), que tampoco van a una sala de cine, a un museo o a comprar trapitos posh de moda, ésos que van por la vida sin saber nunca cuál es el color de la temporada… de los que tampoco se subirán a un avión que no sea de feria. Porque las desigualdades sociales y económicas en México son insultantes… gracias a los gobiernos obscenamente deshonestos, corruptos y logrones de la ya célebre dictadura casi centenaria de los partidos supuestamente revolucionarios y luego de los panaderos, ¡horror…!


Pero bueno, así las cosas. Si Lizt Arzubide (leed su poema Ciudad Número 1) hubiera escrito un argumento de cine hubiera sido éste; si a Vittorio de Sica le hubieran propuesto dirigir esta película o Ladrón de bicicletas (Italia, 1948) seguramente   se hubiera quedado con esta producción filmada en la unidad habitacional Aguamiel de Iztacalco, que bien pudiera haber sido también otra cualquiera como Tlatelolco, los Kennedy o la Independencia en la CDMX, u otros  palomares de Roma, Miami Beach o por allí (como el que se acaba de derrumbar) o hasta de Hong Kong; porque la ansiedad y la desesperación permea en el mundo entero, y quien diga que no, miente… Todos sabemos que en súper Suecia, la bella y perfecta nación, o en Japón, los suicidios van in crescendo año con año. Si el "Prozac" no puede con la depresión mucho menos el consumismo exacerbado y patológico: “¡Compre/ lleve/ luzca/ ‘Un diamond es para siempre’, ‘Si se sube a su Meche Benz los dejará a todos muertos de envidia’ y así… Sólo cositas simples. Sin embargo, las Cosas imposibles, con un soundtrack inusitado y casi “imposible” también,  es Neorrealismo italiano puro, pero eso sí, muy muy harto a la mexicana. Aunque la miseria humana está en todos lados, no importa si se la disfraza de éxito, o del glittering glamour que camina en zapatos de diseñador (como diría Margo Glantz) y compra marcas chic para ir de bling-bling, como en Beverly Hills o en la avenida Masaryk de la CDMX.

La era del vacío nos invade, irremisiblemente, ¿pero qué creen…? Para semejante problema están la música el cine, esta puesta en pantalla: una joya verdaderamente deslumbrante que no es un gran remedio, pero que nos sirve de catarsis colectiva. Una absoluta maravilla.

La protagonista “Matilde”, es Nora Velázquez, la archifamosa “Chabelita” de “¡Ay padre!, ¿pues usted qué entendió…?”, cuya mirada irónica y maliciosa en el confesionario la posicionó como uno de los personajes más icónicos de la tele. Esta actriz es lo más en un gran papel que la verdad pareciera escrito para ella. El “Miguel”, un chavi-chacalito banda bien “macizo” es Benny Emmanuel, una nueva promesa del cine cuyo rostro es mega fotogénico y ya hasta está “arielado” previamente; él, lógicamente “hace lo suyo” y es tan fresco e imprescindible como el coprotagónico que construye a la perfección. “Matilde” y “Miguel” no podrían ser más opuestos en la vida, pero en medio de semejantes antípodas se encuentra “Eugenia” (Luisa Huertas, la siempre excelsa), quien sirve de catalizador para que el conflicto tome forma y se precipite a esta montaña rusa de emociones de realismo mágico entre simpatiquísimo y espeluznante a la vez. No podemos dejar de mencionar al villano “Porfirio” (el espléndido Salvador Garcini) que es la fuente directa de todo el mal; un potente Mefistófeles que para qué les cuento…

Otra vez el cineasta nos entrega una película única. Si la belleza bucólica, poética e inspiradora de Soñar en otro idioma (E. Contreras, 2017) nos transportó a la jungla, Cosas imposibles nos pone ahora en medio de la jungla de asfalto, mucho más cruel y peligrosa, de una de las metrópolis más enormes y fascinantes del orbe. No pueden perdérsela.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

lunes, 14 de junio de 2021

UNA RONDA MÁS

UNA RONDA MÁS (En Latinoamérica), OTRA RONDA (En España) DRUK (en danés) Las fronteras del bien y  del  mal se confunden en una  alegoría  de “Nada es  verdad nada  es  mentira,  todo es  del  color del cristal con  que  se mira”. © Zentropa Film i Väst/ Topkapi Films




UNA RONDA MÁS (DRUK) (Dinamarca, 2020, Dir. Thomas Vinterberg) Es la gloriosa crónica de un cuarteto de hombres tristes, invadidos por el tedio, por tener que enfrentarse a la pérdida de la juventud; que se sienten solos, irónica y absolutamente abandonados y victimizados por sus mujeres ―a pesar de que son sus lindas “esposas”―, cuyas prioridades son ellas mismas y sus horrorosos hijos (que también los ignoran, excepto cuando necesitan pedirles dinero).

Ésta es la exaltación de la figura del hombre cuyo valor en la vida reside solamente en ser el sujeto proveedor que no puede ni debe quejarse jamás de su condición de bestia de carga, alguien que ya ni siquiera sirve como decoración en sus hogares escindidos y patéticos. Si gustan leed a Schopenhauer…

¿Dónde comienza y termina la fiesta...? La epifanía se les presenta a estos señores en forma de una adicción, el título revela cuál en sí mismo. Pero el alcohol es lo de menos, pues bien pudiera haber sido alguna otra adicción o parafilia. No obstante todos, pero todos, nos sentimos identificados con ellos porque el alcoholismo permea todos los estratos sociales y es un elemento de cohesión social tan fuerte que quien no lo practica en las celebraciones privadas, o tumultuarias, es considerado “fresa”, sangrón, tiquismiquis, aburrido y así. En suma, las personas que sólo se toman una copa, o que de plano no beben son considerados como apestados por inadaptados, casi unos renegados y objeto de todas las burlas.

El alcohol no necesita apologías, odas ni recomendaciones porque simplemente es parte de nuestras vidas: “El que vino a este mundo y no toma vino, ¿entonces, a qué vino?” reza uno de tantos dichos populares. Entonces: ¡Salud…!

La contundente desolación de los varones, de los padres de familia frustrados y absolutamente atrapados en una existencia sin sentido son representados por "Martin", a quien además, y para colmo de males, su señora engaña. El astro danés Mads Mikkelsen, se ha convertido en un actor cada vez más electrizante, al que no es posible objetarle absolutamente nada a su desbordante talento y al que es imposible dejar de ver, pues sin proponérselo se roba todas las escenas donde aparece, a pesar de que se encuentre frente a otro monstruo escénico: Thomas Bo Larsen.


UNA RONDA MÁS El  súper  actor danés Thomas Bo Larsen tiene a su  cargo al personaje más desesperanzado y desolado de  la historia, por  lo  cual  es muy rudo. Pero irónica y secretamente, es el más  dulce y compasivo de  todos.  © Zentropa Film i Väst/ Topkapi Films


Mr. Bo Larsen hace una maravillosa creación de su personaje "Tommy", que  llega muchísimo más  allá que  el  resto de sus compañeros, pero a su  vez  él es el único ser sobre la tierra que entiende a uno de los personajes más tiernos y frágiles de la historia del cine; no había habido uno así desde aquél al que "Charlot" protegía en la muy memorable El chico/ The Kid (Charles Chaplin, 1921) hace tan sólo 100 años.


UNA RONDA MÁS Thomas Bo Larsen como el  entrenador "Tommy" tiene unas  secuencias de  increíble belleza. La forma en  que apoya y  motiva  al pequeño "Gafiti" son impresionantes. 
© Zentropa Film i Väst/ Topkapi Films


El hombre abusado por el sistema y por las mujeres no es un tema recurrente en el cine, ni en la literatura, aunque bien recuerdo Papá Goriot de Balzac, que reivindicó en el siglo XIX, de una vez y para siempre, la figura del hombre-padre amoroso, que es capaz de amar a su progenie más allá de sí mismo, inclusive de forma irracionalmente sacrificial.

Ese baile emancipador y lleno de esperanza al final, es apoteósico ―y sólo tiene parangón con aquél ejecutado por Anthony Quin y Alan Bates en la inolvidable Zorba el griego (Mihalis Kakogiannis, 1964)―, y absolutamente emocionante, el éxtasis después de la catarsis.

Una ronda más tuvo múltiples nominaciones a mejor película, dirección y actor en varios festivales del mundo, pero terminó llevándose el César francés, el BAFTA inglés y el Óscar a la Mejor Película Extranjera de 2020, así nada más. Y no podía ser de otra manera, porque es m-a-g-i-s-t-r-a-l de todo a todo. Si esta reseña no es suficiente para motivarlos a ir a verla al cine entonces no sé qué hacen leyéndola, mejor prendan la tele y vean "La brosa de Guadalupis". ¡Horror…!

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

jueves, 3 de junio de 2021

CRUELLA

CRUELLA Es Emma Stone,  que  se  consagra  como una nueva diva  de Hollywood por  este  papel  que  le quedó a  la perfección.
© Disney

 

CRUELLA (EE.UU., Dir. Craig Gillespie, 2021) Esta nueva versión de la historieta se remonta a la mitad del siglo XX, donde se encuentra el génesis de la novísima era del Pop, de lo In y de todo lo a Go-gó. El rock, el blues y el swing le abren paso a algo mucho más atrevido como los Rolling Stones,  Jim Morrison et al, que colaborarían para hacer de la psicodelia un fenómeno sin precedentes a  partir  del  cual,  a su  vez,  se generará el estridente y llamativo movimiento punk, sintetizado en un  antifaz que reza: "The future",  que lleva  puesto la protagonista  en  cierta  secuencia. El escenario es Londres, la ciudad más fascinante de Europa (lo siento París, pero es la verdad). Lo tradicional, lo tieso y lo  anquilosado se derrumban ante lo nuevo, lo moderno y lo más moderno, que continúa su tránsito hasta lo contemporáneo y más allá después, para llegar finalmente a la gloriosa postmodernidad que vivimos en nuestros días, donde lo que está de moda hoy será demodé mañana.

Allí es donde se inserta Cruella, un maravilloso cuentillo retomado por Disney para hacerlo un mega cuento de hadas, pero sin hadas; sino con algo mucho más fantástico: ¡las brujas...! 

Las brujas siempre  han  sido mujeres de poder, y lo ejercen a  través de sortilegios tan poderosos como su gran atractivo; no nos importa si son malas, porque la maldad reside también dentro de todos nosotros evidentemente  o  de forma latente (y por eso nos gustan). Sólo que ellas no se avergüenzan de ser despiadadas, muy por el contrario, son unas perras malvadas que potencian su locura con todos sus encantamientos. Luego entonces esa perversión nos agrada sobremanera. 

La egomanía, la envidia y la venganza son los elementos básicos que impulsan a la protagonista, y  a la antagonista también, para llevar a cabo sus  maquiavélicos planes. La  singular "Estella", es una criatura desde  siempre  abusada y victimizada por ser “diferente”; tanto,  que tiene que "bajarle" a la intensidad de su personalidad de peculiar aspecto para simular  que  es  aburridamente "normal". Pero ella, por  supuesto,  es única; porque es muy hermosa e  inteligente y porque  reboza talento para ser ella misma y para crear lo suyo desde la plataforma de su genialidad. 

La señorita Emma Stone ha dado por fin el “campanazo” que en La La La Land (Damien Chazelle, 2016) no logró, con todo y sus Óscares. Porque si contrastamos ambas películas, aquélla se queda como un divertimento menor.

Cruella es una súper producción de primera categoría. El director cumple excepcionalmente su función. Complementado con un excelente montaje, la dirección de arte es sencillamente  espectacular, igual que los Fx, los decorados, el vestuario y el maquillaje. El talento artístico se  compone de primeras figuras (todos los actores principales están perfectos), de los cuales sobresalen, Miss Stone, obviamente, Emma Thompson como "La Baronesa" y una actriz infantil que para no “espoilear” (revelar) no les diré quien era… El ritmo y el tono de comedia son vertiginosos. Hay varias secuencias en los que las apariciones de "Cruella" en pantalla parecen más bien la puesta en escena de conciertos de rock de los cuales ella es la súper estrella. Sobra puntualizar que el soundtrack incluye muchos hits setenteros ya clásicos, que al escucharlos nos remontan a una época maravillosa.

El duelo de actuaciones entre Stone y Thompson es de antología, un poco, ¿o bastante?, pues se parece al de la Crawford y la Davies en ¿Qué pasó con Baby Jane? (Robert Aldrich, 1962) o al de Meryl Streep y Anne Hathaway en El diablo viste a la moda (David Franker, 2006), que dudo mucho que no hayan visto.

En las fiestas de Día de Muertos “Harry Kruger”, “Maléfica” y “Pennywise”, el payaso diabólico de la horrorosa It (Andrés Muschietti, 2017), fueron los disfraces de moda por su gran impacto en pantalla, dejando una huella indeleble; así que seguramente en el próximo  noviembre veremos a muchos atrevidos vestidos de “Cruella”. Por lo tanto, no se la pueden perder, pues el concepto es tan bueno y llamativo que tal vez próximamente desfilemos todos con los ojos hiper maquillados de negro, el pelo bicolor y unos largos abrigos de piel de dálmata. Si tienden  a ser más sobrios tal vez escojan el look de "La Baronesa"…

Seguramente nosotros regresaremos a verla y disfrutarla otra vez, porque Cruella es divertidísma y absolutamente deslumbrante.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

martes, 1 de junio de 2021

DE ETERNA FASCINACIÓN

DE QUE  HACE 95 AÑOS NACIÓ EL MITO MONROE  El 1° de  junio de  1926... 



Ser  reina de Hollywood es el sueño dorado para la  mayoría de las chicas. Norma Jean no fue la excepción.
Cuando comenzó a ser modelo, Norma Jeane supo que era mucho más  bonita de  lo  que  creía. Tenía tanto por aprender. © André de Dienes

RÉQUIEM POR  UNA  RUBIA 
En la tibia noche veraniega del sábado 4 de agosto de 1962, una linda chica de Los Ángeles fue asesinada. No era  nada  nuevo; en  todos  lados y  en  todas  las  épocas han habido homicidios... pero este, lo  que  hoy  en día se denomina como "feminicidio", fue de  verdad un  caso muy  especial. Supuestamente, ella estaba sola en su nueva hacienda de estilo mexicano al final de una privada en el área de Brentwood, así que "nadie" la pudo defender;  nadie se dio cuenta, ni  siquiera el  ama  de  llaves  que tenía una  habitación aparte. 

Ninguna persona la auxilió a pesar de sus gritos ahogados, que dicen que quedaron grabados en cintas magnetofónicas que después desaparecieron, porque las voces de los asesinos también quedaron registradas. Sus teléfonos estaban intervenidos (había  2  líneas)  y había micrófonos ocultos por  toda  la  residencia. No hubo piedad para ella. Una vez aplicado el veneno, los  perpetradores  del  crimen esperaron para buscar  el famoso "diario  rojo" de  sus  apuntes  personales lleno de  supuestos  secretos,  que  inclusive incluían algunos  de  Estado que  le  había contado  el  mismísimo presidente de  Estados Unidos. Después, en  su  mano derecha le fue colocado el auricular de su teléfono privado. ¿A quién intentaría llamar...? Muchos fueron  los que  dijeron  que  hablaron  con  ella esa  tarde  y  en  las  primeras  horas  de  la  noche... Hay  testimonios  de  que  el Fiscal General de  la  Nación, Bobby Kennedy (el  hermano  del presidente), se  encontraba  de  incógnito en la  ciudad angelina. Una  vecina  asegura  haberlo  visto bajar  de  un  coche  a  las  puertas  de  la residencia  de  Monroe ese  día...   


La policía fue notificada por  su psiquiatra, de lo que obviamente fue arreglado como "suicidio", muchas horas después. Al llegar a  la  escena el oficial en turno en  medio  de  un  semi tumulto  de  personas, notó, para comenzar, que no había vasos en la recámara donde  yacía  el  cuerpo,  que además  estaba como "colocado"  en  una  forma atípica. El  que  no hubiera vasos de agua, algo básico para ingerir pastillas, lo  hizo  sospechar; cuantimás si se toman barbitúricos por  vía  oral en cantidad masiva. Todo  mundo  sabía  que  ella  acostumbraba  tomar hipnóticos para  poder  dormir. La noticia del deceso salió en los periódicos hasta el lunes 6. Después de la autopsia, se reconfirmó la sospecha de "probable suicidio", a pesar  de  que  en  el  tracto digestivo  no  había rastros  de píldoras. 


El cuerpo de la muchacha permaneció en un refrigerador de la morgue durante 3 días sin que nadie lo reclamara. Ese hecho fue aprovechado por un furtivo fotógrafo para sobornar al guardia nocturno con el fin de tomarle fotos al cadáver, y sabrá Dios qué más... Finalmente, Joe DiMaggio, uno de sus ex esposos reclamó los restos y se encargó de los funerales. Pero el señor no permitió la entrada del público y mucho menos de la gran mayoría de sus “amigos”. Decidió no invitarlos porque los consideró falsos, hipócritas y hasta "cómplices" de su muerte,  aunque eran muy  allegados  al  clan  de los  Kennedy, en mayor o menor medida. Había muerto la estrella de cine más fabulosa de su tiempo... Marilyn Monroe.




MARILYN MONROE La única estrella que puntualizó que lo  era solamente gracias al público. Que la había pedido en más películas y cuyo éxito  en  la taquilla y en  el  correo que  recibía en el estudio le confirieron su gran popularidad,  para  asombro de  los  ejecutivos y  la  envidia  de  muchas personas. Los premios y los reconocimientos eran abundantes. Hasta llegar a la máxima consagración de la fama: plasmar sus huellas en el Teatro Chino de Hollywood. © Frank Powolny

Nunca  hubo  una investigación seria  y  a fondo del caso en  la  Corte Suprema y  nadie fue  citado a  declarar  bajo  juramento. Los  registros  de  la  compañía telefónica fueron incautados. El  ama de  llaves, Eunice  Murray pasó después del  suceso  una  larga  temporada  en  Europa. Ella  en  varias  entrevistas,  después  de muchos  años,  se  contradijo   en  varias  ocasiones (cosa  rara, ¿no...?). La secretaria  y  publicista de  Marilyn, Pat Newcomb, atendió alrededor  de 250 llamadas de la  prensa de  todo  el  mundo inquiriéndola sobre  el sonado deceso. Muy  pronto  se fue  a trabajar  a Washington, D.C., supuestamente  recomendada  por Bobby Kennedy. 

Hay  una enorme  cantidad  de  libros  que  reportan  que  el  FBI y  la  CIA vigilaban  a la  Monroe  desde  que  comenzó  a ser  una  celebridad,  sobre  todo, porque  tenía  nexos con ciertos intelectuales de  tendencias comunistas. Es  más,  muchos  de  sus maestros y  amigos eran  de  origen ruso.  Inclusive su tercer  marido,  Arthur  Miller,  era un escritor judío incluído  en  la  lista  negra  de  las personalidades  rojas que  podrían  representar una  amenaza  para el sistema capitalista. Los  escritores  casi  siempre  lo  son. Además,  desde los primeros  años de  1970 alrededor  del  10°  aniversario  de  su  muerte, curiosamente,  la imagen  de la  desaparecida  estrella retomó un ímpetu mediático bastante  considerable. Norman  Mailer escribió  un  libro muy  ilustrado con muchas  fotos a  colores y a toda  página, como  un  homenaje a la  que  llamó "El  dulce  ángel del  sexo". La Monroe volvió  a ocupar  las  portadas de  las revistas, los  periódicos  revisaron  sus  crónicas,  y  gracias a  la  nostalgia sus  discos  se  reeditaron ( Marilyn  cantaba extraordinariamente bien), al igual  que  sus  afiches;  se comenzaron a reprogramar ciclos  de  sus películas en  muchas  ciudades  del  mundo. En  la  Ciudad  de México tuvimos una que fuimos a  ver  en  julio de  1977,  en  la sala "Fernando de  Fuentes" de la  Cineteca Nacional,  donde  además  hubo una espectacular muestra fotográfica en  el enorme lobby.  Aquéllo fue un éxito  rotundo porque varias de las cintas exhibidas son excelentes, algunas llegaron  incluso a ser  consideradas  clásicas. Con  tanto  alboroto también se  comenzaron a analizar las circunstancias de su extraña muerte,  que  apuntaron directamente  hacia  una  conspiración orquestada  desde la  política, la  mafia, o  las  2, de grandes dimensiones. Fue  tanta  la  insistencia que diversas personalidades y  autoridades  intentaron que  se  reabriera  el  caso  ante  un  Gran  Jurado. Lo  que casi estuvo  a punto  de efectuarse,  pero  fue finalmente denegado.  

  
LA  ESTRELLA
A  pesar  de  la gran animadversión  que  desde  un principio sentía por  ella    Darryl F. Zanuck,  el  antipático presidente  de la  20th  Century Fox, el público es  el que manda, y no  tuvo más remedio  que  incluirla  en las  producciones de clase "B", porque finalmente los  que  pagan  el boleto son los que deciden  a quién  quieren ver en las salas de cine. 

Para 1952 la  fama y  la popularidad de  la actriz  ya era fenomenal, así  que el  estudio  que  tanto  la  repudiaba tuvo que llevarla en 3 grandes  megaproducciones del año  siguiente: En enero se  estrenó Niagara/ Torrente  pasional  (Henry Hataway, 1953) que acaparó  toda la  atención porque  en  ella personificaba a  una mujer fatal con  instintos  asesinos; en  junio fue el estreno del gran musical Los caballeros las prefieren rubias (Howard Hawks, 1953) que  la catapultó a  la  celebridad  internacional,  y en noviembre estuvo en Cómo pescar un millonario (Jean Negulesco, 1953) al  lado  de otras dos grandiosas reinas: Betty  Grable  y  Lauren  Bacall, ante  las  cuales  nunca  desmereció e inclusive hizo  gala  de un  elevadísimo  nivel profesional  e  histriónico. A  pesar  de  todo,  los intelectuales  y  los  críticos  la  seguían  viendo  como un  mero producto publicitario y decían  que era  muy  hermosa, pero que  no  actuaba para  nada,  porque  pensaban  que  ella    era  así de ingenua  y  boba en  realidad. 

Nunca  fue  su  intención  ni  la  de  nadie, pero Marilyn Monroe era el  máximo estereotipo de la rubia tonta. La  verdad es que era una  excepcional  comediante,  perfecta  para las  películas  divertimento al  estilo  de Los  caballeros las  prefieren  rubias. Pues  hacer  de  rubia lista que  se  hace  la  tonta con  semejante  soltura, gracia y  talento,  además  de cantaro  y  bailar números de  antología  de una manera tan perfecta que  hasta las mismísimas Madonna y Kylie Monigue imitándola  décadas  después no  le  llegan pero  ni  a la rodilla (siendo  ellas  del  tamaño de  entertainers que  son). Aunque había  comenzado a  filmar desde 1947 como  extra, Marilyn desde  1948 había obtenido muchos papeles  secundarios y   uno  que  otro protagónico  en buenas películas pero de  poca  resonancia. 


Marilyn como  "Nell",  una  perturbada  mental,  en Don't  Bother  to  KnockNiebla  en  el  alma ofreció  una actuación  tan  fina y  perfecta que Anne Bancroft,  apenas una debutante  en  este filme,  contaba que al  observarla en  el  set (en la secuencia  final),  se emocionó  tanto  que comenzó  a llorar.   © 20th Century Fox



Cuando  hizo  de paciente psiquiátrica esquizoide en Don't  Bother  to  Knock / Niebla  en  el  alma (Roy  Baker, 1952) desplegó  un gran talento  dramático y  una  presencia asombrosa. Pero  la  película  no  gustó  porque trataba  un  tema bastante  triste,  sumamente  patético que incluía traumas  de  guerra  e  intentos  de suicidio. La actuación  de Marilyn  fue revalorada mucho tiempo después; inclusive  se  cuenta  que  se les  proyectaba  la  película  a los  estudiantes  de  psiquiatría como  ejemplo  de un  caso  típico. Su  ascenso  fue  bien  lento,  pero  muy firme. Nada  de  fenómenos  de la  noche a  la  mañana basados  únicamente en  la  apariencia física, usualmente de  debutantes sin muchas aptitudes, y en  los  que  la  preparación  es  muy escasa  o  casi nula.


En  1950 la  "Chica Mmmh" es  fotografiada en  un  parque estudiando un guión.  © Edward Clark para  la  revista "Life" 


LA  MODELO
La pequeña Norma Jeane —como toda persona nacida después de la invención de la fotografía—, fue retratada muy  a  menudo desde que era una rubia bebé de ojos azules. Unas amigas de su madre que eran una especie de tutoras, la casan a los quince años con un vecino que ellas escogen para salvarla de regresar al orfanato y de los peligros que conlleva no tener padre ni madre (sí  tenía,  pero  estaba recluida en  un  hospital  psiquiátrico) y de tener un físico como el que ella tenía... El  marido  pronto es enviado a  servir en  la  marina  mercante y  deja a  su  joven esposa  al  cuidado  de  su madre. Norma Jeane  entra a  trabajar como obrera, para  no  ser  del todo una  carga económica extra para  su  suegra. A los diecinueve años, gracias a que la descubre en la planta industrial el entrenado ojo del fotógrafo  David Conover,  decide por  su consejo, meterse de modelo. Toma un curso en una agencia y pronto deja a todos de boca abierta porque  es  muy linda y  bastante  lista. Ya bien posicionada como  la "Next door  girl" y lo  suficientemente cotizada, las tomas se multiplicarían hasta niveles inconmensurables. Los “click” de las cámaras la acompañarían durante toda su vida, como si fueran los latidos de su propio corazón… 


Un día en el estudio de la Fox le dijo al jefe de casting ―quien la bautizó artísticamente como "Marilyn" (Monroe lo  sugirió ella porque era el apellido de su abuela y  de  su  madre)― un aforismo propio y premonitorio:

“No me importa el dinero, sólo quiero ser maravillosa”. 

Todo lo que ella anhelaba era ser completamente fantástica. No sabía que ya lo era, y por mucho... 



Norma Jeane era muy bonita, pero quizás no tanto como muchas otras. Lo que la hacía sobresalir es que había aprendido muchos trucos para lucir todavía más linda de lo que era. La chica de la izquierda también es bonita, pero sin actitud de "bella", y eso hace la gran diferencia.


ORIGEN Y ANTECEDENTES
Nacida ilegítima en el Hospital General de Los Ángeles el 1° de junio de  1926, Norma Jeane Baker (la "e" de Jeane sería después suprimida) fue hija de una vestuarista de la productora de películas RKO, y de un novio que desapareció en cuanto supo que Gladys, que tenía fama de estar medio "loca", estaba encinta. 


La madre, Gladys Pearl, una guapa  pelirroja se  apellidaba Monroe y  había  nacido  en 1902 en Piedras  Negras, Coahuila, México; cuando  su  padre trabajaba allá en la  construcción  del  ferrocarril. Gladys tuvo  por segundo  marido a Edward Mortenson, que  la abandonó  a pocos  meses  de  haberse  casado  con  ella. Norma  Jeane  por  eso llevó  por  un  tiempo  ese apellido, asentado  en su acta  de  nacimiento, aunque  él no  era  su  padre.     



Un embarazo no deseado y el abandono de su primer marido Jack Baker —que en el proceso de divorcio le había quitado a sus dos hijos previos—, también  del  segundo, Edward Mortenson, los fracasos con sus amantes subsecuentes, la precariedad económica y la predisposición genética a los desórdenes mentales, fueron los detonantes de la esquizofrenia de aquella guapa pelirroja al cabo de unos cuantos años. Delante  de la  pobre niña, Gladys,  presa  de  una fuerte crisis, fue maniatada con  una  camisa  de  fuerza  y  entre  pataleos y  alaridos  la  subieron  en  una  ambulancia para ser ingresada en el manicomio, totalmente ajena a la realidad. 


NORMA  JEANE BAKER Era una  preciosa  niña  californiana de  ojos  azules y cabello lacio y extra rubio que  casi  desde  que  nació fue puesta  en  custodia con una  familia porque  su  madre  tenía  que  trabajar  y no  podía  cuidarla. Nadie imaginaba su  destino...



Así, Norma Jeane a partir de los 6 años fue internada en un hospicio. Poco después, creció rodando de casa en casa, que no era tampoco lo mejor; sin ser realmente cuidada ni apreciada por nadie. En tales circunstancias la pequeña no obtuvo nunca el cariñoso estímulo afectivo e intelectual que se les prodiga a la mayoría de los niños cuando son deseados y queridos. No tuvo una familia permanente que la formara, la guiara y la quisiera de verdad. En casi todas esas casas de acogida siempre fue la última, la más relegada. 

"Cuando  era  niña  nunca  nadie  me  dijo  que  era  bonita; a todas  las  niñitas  deberían  decírselo,  aunque  no  sea  cierto".

Luego entonces, de todas sus carencias, la del amor materno fue la más terrible, la más dolorosa. Pues la familia Bolender, y  luego  las otras sustitutas, lo que realmente querían eran los dólares que recibían como compensación de la madre y  luego del condado por tenerla en custodia. La pobre Gladys  la  visitaba  de  vez  en  cuando,  pero se  comportaba muy  ausente y casi  no  le  hablaba,  recordemos  que era  una  mujer cuya salud mental no era normal. En algunas casas el fanatismo religioso era extremo y en otras por el contrario, la enseñaban a bailar y la ponían a jugar con las botellas de licor vacías que  quedaban de sus escandalosas fiestas. En algunas otras fue víctima de ciertos horrores y de abusos de connotación sexual. 


FIN DE LA INOCENCIA
A pesar de todas esas desventajas, increíblemente, el coeficiente intelectual de Norma Jeane ―a la que apodaban "ratón" en  la  escuela por flaca y acomplejada― llegó a ser muy superior a la media. Según estudios e investigaciones recientes, se dice que de 165 puntos. Por eso, y a pesar de no haber podido concluir la instrucción secundaria (igual que tanta gente del espectáculo de esa época) porque la casaron prematuramente para evitar que regresara al orfanato, ella en un principio se esforzaba para minimizar  su ignorancia y para poder entender libros de cierta dificultad cognitiva. Después terminó leyendo muchas obras de gran  complejidad e inclusive hasta filosóficas. Tanto le interesaba la cultura y terminar de instruirse, que no obstante de ser ya toda una starlet se inscribió en un curso universitario de literatura en  la  UCLA, donde todos sus condiscípulos la conocían y la admiraban porque decían que "salía" en las películas. Cuando una de sus profesoras se enteró del hecho dijo que jamás se lo hubiera imaginado, porque era una alumna muy adusta y muy seria, tanto  que  le  recordaba a las  monjas.


Norma  Jeane  en  una  de  sus  primeras  glamour  shots. Una figura de sirena es el vehículo idóneo para ser modelo publicitaria y  aspirante  a actriz. Si se tiene algo más, el paso al cine es lo que sigue. La firma ya era a la "MM"... ¡Guauuu...!



DEL  SUEÑO CASI  IMPOSIBLE
Todavía adolescente, pero ya consciente de que era bastante mediocre, de que estaba desorientada en la vida y de que existía todo un universo inabarcable por descubrir —más allá del orfanato, de su precoz y anodino matrimonio con un chamaco inexperto y bobalicón, y después de su rutinario trabajo de obrera en una triste fábrica—, cerró los ojos con fuerza y soñó que ella no era ella...



Marilyn como bomba sexy. La imagen idealizada de la mujer como símbolo erótico no había tenido jamás en  la  historia  del  arte (ni del cine) un referente tan poderoso. Previas a Marilyn sólo estaban las diosas mitológicas, las musas y  las criaturas imaginarias de la escultura y la pintura, y los  bombones  sexuales de  celuloide: Jean  Harlow y Rita  Hayworth. © Frank Powolny para la 20th Century Fox



La joven Norma Jeane soñó que soñaba un sueño donde ella era la chica más hermosa, la más dorada y la  más admirada. Aquel juego onírico le comenzó a gustar tanto que volvería a hacerlo todas las noches. La ilusión era tan apasionante que inclusive también la repetiría como una ensoñación diurna. Pero en las mañanas, de camino a la planta industrial le quedaba bastante claro que no  tenía  los  recursos suficientes y que  tendría que conformarse con seguir soñando. Éso era lo único que podía hacer para mitigar el  miedo, su miseria y la angustia de saberse otra vez abandonada; pues su joven esposo fue llamado a filas y enrolado en la marina  porque el país estaba en guerra... 

CORTE A:
(DÍA, INTERIOR DE FÁBRICA)
Un fotógrafo publicitario asignado  para retratar a  chicas  bonitas para una  revista que  pretende  hacer  un  artículo  sobre las muchachas trabajadoras  en  la  industria  de la guerra  "descubre" a una linda güerita,  medio  tímida pero muy chistosa y le dice que sonría para  su  cámara, que  ponga  carita feliz, que está muy guapa; pero sobre  todo, días  después  cuando las  fotos  ya  están  impresas regresa y  le  dice que  es muy fotogénica y por lo tanto ideal para ser modelo... que  quiere  tomarle  más  fotos. 



Norma Jeane era una de cientos modelos de revista, que  sabía encarnar también a la perfecta "chica de al lado",  sin  complicaciones  y  absolutamente  natural. 
  

STARLET
Poco a poco, con trabajo  constante y  mucha  disciplina logra ser ser  modelo,  una de las cientos de que había en Hollywood, la glamorosa "Capital del Cine". Viviendo aquí y allá, posando  para  infinidad  de  fotógrafos y  artistas consigue subsistir en  ese  mundo  tan competido. Comienza a conocer  sus cualidades  fotográficas,  pero también analiza sus defectos y aprende a disimularlos muy bien, pues tiene las piernas flacas y chuecas,  sus prominentes  dientes  y  su nariz es  bulbosa. Sin  embargo, con  todo  y  todo sigue  entusiasmada; se estira, sonríe, camina, gira coqueta, posa, posa y posa  otra  vez, seduce... y brilla. Brilla de verdad porque le dicen que se aclare el cabello rubio castaño, a su tono rubio original de cuando era niña. Ya se enfilaba hacia el camino correcto para “ser maravillosa”, según sus propios parámetros, que eran cada vez más precisos, más exigentes. Con el tiempo sería evidente que sus anhelos no estuvieron nunca fuera de su alcance...


Norma Jeane también posaba regularmente como pinup para  el  ilustrador Earl Moran. El artista la  contrataba desde 1946 hasta  1949  a  través  de la  agencia "Blue Book" para fotografiarla  con  vestuarios muy  variados, y  a  veces  bastante  escasos, a  fin de  hacer sus ilustraciones para  revistas y calendarios.     



Norma Jeane y sus maestros, ya en "Norma Jean" demuestra su desmesurada preocupación por la belleza, por el arreglo, el cuerpo, el ejercicio y la correcta postura. Ahora estaba obsesionada por todas las cosas; por saber los secretos del arte que muy pronto pondría en práctica: la actuación. 



Casi nunca se mencionan las horas y horas que Norma Jean se dedicaba a tomar clases de actuación, vocalización, danza y gimnasia; a la lectura de los clásicos, a los ensayos y al refinamiento personal. Aquí con su profesora rusa Natasha Lytess practicando su dicción.



¿Cómo podía atreverse esta pobre bobita pretenciosa a quererlo todo...?, se preguntaban muchos envidiosos. Si lo que único que veían era tan sólo a una vulgar bonitilla más de boca demasiado roja y exagerados contoneos. Como creían que era tonta se burlaban de ella, y tristemente el bullying siempre estará presente. Continuaría siendo humillada, subestimada y abusada. Vaya que fue abusada: por sus "novios", por  los instructores, por los agentes, por los productores y por todos los que tuvieran un poco de poder e influencia. La labor que se proponía se antojaba algo casi imposible de lograr, titánica. ¿Ser actriz para ser todavía más vampirizada?, eso era como ser una especie de sexo servidora. ¡Ay, pero pobre infeliz, con esos antecedentes y carencias! ¡Si no es fotogénica (así  la  consideraban  varios jefes  de  los  estudios,  tanto en la  Columbia  cuanto  en  la 20th Century Fox) y tampoco sabe hablar...! ¿Cómo se crea entonces a una vampiresa a partir de una "campesinita" ignorante...?



El fotógrafo húngaro, André de Dienes, intituló como "Happiness" esta foto de Norma Jeane Dougherty sin maquillaje en 1946. Estaban  en la playa de Malibú leyendo poemas y ella personificaba los diversos sentimientos del alma humana. © André de Dienes



SIRENA  ENVUELTA  EN  LAMÉ
Cuando por  fin comienza a fulgurar bajo los cegadores reflectores de la fama, jamás pierde la firme visión que tenía de la artista fabulosa que estaba diseñando y recreando poco a poco, en secreto, con la ayuda y la guía de sus profesores a los  que  era  ella  misma les  exigía  más. Mientras se mostrara "sirena" sería notada, admirada y deseada. Así, transformada, logra entrar al cine con papelitos de ornato con la ropa tan entallada que pronto la apodan la "Chica Mmmmh". Pero ella no se conforma solamente con éso. Quería mucho más. Necesitaba vehementemente convertirse y ser respetada como actriz. De  tal  manera que a  sabiendas  de  que  le  faltaba  mucha  experiencia se perfecciona en su oficio, pincelada tras pincelada, de manera acuciosa y milimétrica; hasta los niveles mismos de la locura. ¡Como los artistas verdaderos...!



MARILYN SUEÑOS DORADOS Despedida de la 20th Century Fox fue a parar a Columbia Pictures, pero después de rodar para ellos Ladies of the Chorus (Phil Karlson, 1949), un churro de 3a,  su contrato tampoco fue renovado. En ese momento crucial Tom Kelley le ofrece una sesión de fotos al desnudo. Ella acepta por cincuenta dólares; nace entonces "Golden Dreams", el mítico calendario de 1950. © Playboy



¡Ah, Norma Jean, Norma Jean…!, la pobre "putilla" desarrapada y sin apellido. La que se atrevió a hilar ella  misma el lienzo sobre el que plasmaría lo que desde siempre había soñado: La prodigiosa imagen de una diosa de nitrato de plata. ¡La  más  grande,  la  más inolvidable...! 



Nunca antes, jamás después... Marilyn Monroe. "Él me  hizo  importante",  declaró en referencia al fotógrafo  Milton Green. 
© Green State


DIOSA
Divinidad dorada de mirada profunda y celeste... de labios sonrientes e incitantes. Siempre feliz en el templo inmaculado de su imagen de obsesión: el calendario rojo, la loca de los diamantes o la de la falda al aire; la Venus que sería, final y oficialmente, glorificada por el arte pop de Andy Warhol en esa imagen que cerraría una era y abriría otra. 


NIAGARA Un raro ejemplo de cine negro pero en Technicolor, es la historia de una mujer vulgar y sin escrúpulos que engaña a su marido con un amante más  joven. La publicidad la presentaba como una mujer inusitadamente hipersexuada. En la cinta aparecía todavía más cínica y provocativa. El mundo quedó atónito con esta mujer de belleza diabóloca. La "Liga de la Decencia" pegó el grito en el cielo y Marilyn consolidó una imagen de femme-fatale más letal y  seductora que  la  de  Marlene Dietrich o Greta  Garbo. © Gene Korman para 20th Century Fox 


En 1954 Marilyn  obtiene  un  papel en  una  película  del magnífico director austriaco Billy Wilder. Su  rol ni  siquiera  tenía  nombre,  pero  la  mitad  de las  actrices de  Hollywood hubieran hecho hasta lo imposible para  obtenerlo, porque  había  sido un rotundo éxito  de  Broadway. Se  trataba  de  una sexy  comedia de  tintes  sociológicos y  psicológicos que  retrataba ácidamente  a la puritana y  reprimida sociedad norteamericana de la  posguerra  con sus pulsiones  sexuales y  sus obsesiones. Era el  vehículo perfecto  para lucirse. Por  ejemplo, Carolyn  Jones (la inolvidable "Morticia"  de  The  Addams Family o Los locos  Addams),  es  una  enfermera  que  acosa a  un  paciente de una  forma absolutamente  hilarante. El fantástico Tom  Ewell está  insuperable  como el don Juan fallido que  quiere seducir  a su  vecina (MM). La Monroe alcanza  la  consagración  definitiva  como la nueva diosa entre las  diosas cuando en éxtasis casi  infantil se  para acalorada  con  las  piernas  abiertas sobre  el  respiradero  del  metro de  Nueva York para  recibir la  brisa en  una  escena que  de inmediato pasó a  ser  parte  de  la  historia  del  cine,  aun  antes  de  su  estreno. 
   

MARILYN  MONROE ES LA MUJER BLANCA ABSOLUTA  (Que no la roja como Ava Gardner, Bardot o la Loren) Un  símbolo que  proyecta toda  su sexualidad de ingenua manera, como  siempre; tan natural que  nadie  puede  culparla  de despertar los  instintos  más  básicos del  ser  humano. Todos los hombres la  desean  y las  mujeres no se  ponen  celosas, porque se identifican y quieren  ser  como  ella. Nadie  había  llegado  hasta allí con  semejante  gracia y  talento,  como  si no pasara  nada  más  que la  intención  de  divertirse y  celebrar  la  vida... Esa  representación  del  Eros  puro  fue  el  resultado  de  casi  10  años de  preparación  histriónica.  Foto: Sam Shaw



En  el  proceso  de mistificación delirante de  su efigie no se puede pasar por alto la ópera  rock  de
Ken Russell en la increíble película Tommy (GB, 1975).  


La máxima apoteosis de la Monroe está en la "Marilyn Church",  donde  ella es diosa y sacerdotiza de una nueva religión. Es la ópera rock Tommy (GB, 1975) dirigida por Ken Russell. © Records / Columbia Pictures



Las manifestaciones  artísticas que  han  utilizado  la  figura  de  Monroe datan  desde  que  ella comenzaba  a  ser  estrella. Hay  una pintura al  estilo del  expresionismo abstracto  de  Willem  de  Kooning fechada  en  1954 que es  muy  interesante,  y bastante  fea,  por  cierto. 


WILLEM  DE  KOONING, "MARILYN MONROE", 1954. Es  un poco difícil  creer  que  en los  años  de  1950 Marilyn  fuera  representada en  una  pintura al  más estridente estilo del  expresionismo  abstracto. La iconicidad de Monroe traspasaba muy  tempranamente los  límites de lo  establecido. Figura  de  vanguardia proyectada  en  el  inconsciente colectivo desde  siempre. 

   


"Multi Marilyn" de Andy Warhol, 1967. Retomada del original de 1962. © Museo de Arte Moderno de Nueva York. 



EL MITO
Sin embargo, no debemos olvidar que el mundo está lleno de paradojas, y que Marilyn a pesar de ser, y representar a la estrella más deslumbrante de Hollywood, en realidad no dejó de ser la chiquilla triste y solitaria, la güerita abandonada en el orfanato. Nunca dejó de ser Norma Jeane, la temerosa chiquilla de vocecita balbuceante, la de los zapatos viejos y los calzones agujerados. 

Nacida bajo el signo de Géminis, invariablemente ella era dos personas a la vez, pero la misma. Esta mujer-niña —que aun en la cumbre de su fama atómica— nunca terminó de creerse del  todo lo que era,  porque siempre insegura se preguntaba si su obra maestra: "Marilyn Monroe en  la  pantalla" (y  fuera  de ella), había logrado convencer y gustarle al público por  su  trabajo. El público era  ese maravilloso y fatídico ente irreductible, que sabía que era el único monstruo al que ella quería pertenecerle por siempre jamás... y en  ello  dejó  su  alma.


La metamorfosis total, de Norma Jeane a Marilyn. La ascención de una simple mortal a  una diosa se dio en la superstar más icónica de todas. © Bert Stern, 1962



¡Corte y queda...!

MarcH de Malcriado