UNA RONDA MÁS (DRUK) (Dinamarca, 2020, Dir. Thomas Vinterberg) Es la gloriosa crónica de un cuarteto de hombres tristes, invadidos por el tedio, por tener que enfrentarse a la pérdida de la juventud; que se sienten solos, irónica y absolutamente abandonados y victimizados por sus mujeres ―a pesar de que son sus lindas “esposas”―, cuyas prioridades son ellas mismas y sus horrorosos hijos (que también los ignoran, excepto cuando necesitan pedirles dinero).
Ésta es la exaltación de la figura del hombre cuyo valor en la vida reside solamente en ser el sujeto proveedor que no puede ni debe quejarse jamás de su condición de bestia de carga, alguien que ya ni siquiera sirve como decoración en sus hogares escindidos y patéticos. Si gustan leed a Schopenhauer…
¿Dónde comienza y termina la fiesta...? La epifanía se les presenta a estos señores en forma de una adicción, el título revela cuál en sí mismo. Pero el alcohol es lo de menos, pues bien pudiera haber sido alguna otra adicción o parafilia. No obstante todos, pero todos, nos sentimos identificados con ellos porque el alcoholismo permea todos los estratos sociales y es un elemento de cohesión social tan fuerte que quien no lo practica en las celebraciones privadas, o tumultuarias, es considerado “fresa”, sangrón, tiquismiquis, aburrido y así. En suma, las personas que sólo se toman una copa, o que de plano no beben son considerados como apestados por inadaptados, casi unos renegados y objeto de todas las burlas.
El alcohol no necesita apologías, odas ni recomendaciones porque simplemente es parte de nuestras vidas: “El que vino a este mundo y no toma vino, ¿entonces, a qué vino?” reza uno de tantos dichos populares. Entonces: ¡Salud…!
La contundente desolación de los varones, de los padres de familia frustrados y absolutamente atrapados en una existencia sin sentido son representados por "Martin", a quien además, y para colmo de males, su señora engaña. El astro danés Mads Mikkelsen, se ha convertido en un actor cada vez más electrizante, al que no es posible objetarle absolutamente nada a su desbordante talento y al que es imposible dejar de ver, pues sin proponérselo se roba todas las escenas donde aparece, a pesar de que se encuentre frente a otro monstruo escénico: Thomas Bo Larsen.
Mr. Bo Larsen hace una maravillosa creación de su personaje "Tommy", que llega muchísimo más allá que el resto de sus compañeros, pero a su vez él es el único ser sobre la tierra que entiende a uno de los personajes más tiernos y frágiles de la historia del cine; no había habido uno así desde aquél al que "Charlot" protegía en la muy memorable El chico/ The Kid (Charles Chaplin, 1921) hace tan sólo 100 años.
El hombre abusado por el sistema y por las mujeres no es un tema recurrente en el cine, ni en la literatura, aunque bien recuerdo Papá Goriot de Balzac, que reivindicó en el siglo XIX, de una vez y para siempre, la figura del hombre-padre amoroso, que es capaz de amar a su progenie más allá de sí mismo, inclusive de forma irracionalmente sacrificial.
Ese baile emancipador y lleno de esperanza al final, es apoteósico ―y sólo tiene parangón con aquél ejecutado por Anthony Quin y Alan Bates en la inolvidable Zorba el griego (Mihalis Kakogiannis, 1964)―, y absolutamente emocionante, el éxtasis después de la catarsis.
Una ronda más tuvo múltiples nominaciones a mejor película, dirección y actor en varios festivales del mundo, pero terminó llevándose el César francés, el BAFTA inglés y el Óscar a la Mejor Película Extranjera de 2020, así nada más. Y no podía ser de otra manera, porque es m-a-g-i-s-t-r-a-l de todo a todo. Si esta reseña no es suficiente para motivarlos a ir a verla al cine entonces no sé qué hacen leyéndola, mejor prendan la tele y vean "La brosa de Guadalupis". ¡Horror…!
¡Corte y queda…!
MarcH de Malcriado
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