lunes, 20 de abril de 2015

DE QUE PARECE QUE VI UN LINDO GATITO

Unas chicas llegan a  vivir  a una  casa  "embrujada". Las  ganas  de  sacarlas  de allí  de  inmediato  son  inevitables. Pero  entonces,  no  habría película  de  horror. 


MÁS NEGRO QUE LA NOCHE México, 1975. Dir. Carlos Enrique Taboada. Después de unos créditos de inicio muy sui generis, la megarubia Ofelia (Claudia Islas) regresa de una gira artística para enterarse que ha heredado la gran mansión de su tía Susana (Tamara Garina). La condición para disponer de la herencia es que mantenga a su cuidado a la mascota de la difunta, un lindo gatito llamado "Becker".

Sofía (Alicia Palacios), la adusta ama de llaves les da una gélida bienvenida a la actriz y a sus amigas: Pilar (Helena Rojo), Aurora (Susana Dosamantes) y Marta (Lucía Méndez), que se van a vivir con la heredera, pues ya eran “room-mates” desde antes.

La eterna historia de las guapas en “casa embrujada” no estaba todavía tan explotada en el cine. Pero uno sabe que les va a pasar algo fatal…
Doña Sofía, con su acento castizo, es una fuerte presencia al estilo de la Sra. Danvers del clásico Rebeca de Hitchcock. Por supuesto que la antipatía de las “modernas” hacia la fiel y muy correcta empleada surge a las primeras de cambio.


La  publicidad de  la  cinta  en  Sudamérica  es  bastante explícita. No  era  apta  para  menores  de  18 años.

Las cuatro chicas son algunas de las reinas del cine mexicano del momento: Islas, Rojo, Dosamantes y la cuasi debutante Méndez, que están verdaderamente de lo más graciosas. Sus niveles histriónicos son medio disparejos, pero Taboada logra dirigirlas tan eficientemente que no decepcionan. Todas están en el apogeo de su encanto y juventud. Su belleza es extraordinaria; así que había que mostrarlas en paños menores y baby-doll (excelente  idea). Sin embargo, ningún personaje se comporta en  realidad como femme fatale.

Aurora (Dosamantes), que sufre ailurofobia (temor a los gatos) lleva consigo a su canario. Una tarde lo descubren fuera de su jaula, despedazado. Ya suponen quién es el culpable… ¿no…? Si la animadversión hacia Becker se había manifiestado desde un principio, ahora la cuestión toma un tinte mucho más dramático.

Paradójicamente, y a pesar del look de vampiresa-light setentera de Ofelia (Islas), su personaje es el más dulce, equilibrado y hasta noble. Está comprometida con Pedro (Julián Pastor). Así que aprovecha para rescatar, de un viejo baúl del sótano, el vestido de novia que perteneciera a su tía. Pero el vestido aparece al otro día quemado en la chimenea…

Después, el misterioso Becker aparece muerto en el jardín. Allí se desencadenan una serie de sucesos inexplicables. Las chicas oyen y ven cosas muy extrañas: voces, lamentos nocturnos, sombras. El nivel de tensión se eleva con la primera muerta y así hasta el final.

La compré en DVD y no trae 
más  “bonus” que la fotogalería y una pequeña semblanza del director y sus actrices. Más negro que la noche, que hace referencia al color del gato, es una realización bastante decorosa, más entretenida de lo que yo esperaba. Ver a algunas de las estrellas más fulgurantes de la época en una película de horror es muy interesante. También participa Pedro Armendáriz Jr.,  con un pequeño papel.

Para pasar un buen rato, de preferencia en la noche. **

March de Malcriado