miércoles, 7 de diciembre de 2022

 

BARDO Ésta es una película metafísica, una primorosa poesía épica ambientada en el infierno. Por sus características de factura técnica hay que ir a verla al cine, para poder apreciar toda su gloria.

© Estudios Churubusco/ Netflix




BARDO: FALSA CRÓNICA DE UNAS CUANTAS VERDADES  (México, 2022. Dir. Alejandro González Iñárritu).

Durante 174 minutos un periodista o moderno bardo (el que contaba hazañas épicas en la antigüedad) nos narra su vida —a veces de manera onírica— con sus triunfos, fracasos y demás aventuras cuando regresa a México después de 20 años de vivir en Estados Unidos, una sociedad a la que irónicamente termina detestando. Él como todo un profesional de la noticia emigra al país del norte en busca de mejores oportunidades. En una realidad paralela retoma el drama de los que también hacen lo mismo pero en condiciones de desesperada necesidad de supervivencia, los inmigrantes ilegales que tanto sufren, de los cuales muchos mueren en el intento. Esa anécdota fantástica de los que se decía habían sido abducidos en la cumbre de la montaña por la Virgen de San Juan de los Lagos es la síntesis de mucha de la idiosincracia de nuestro católico pueblo latinoamericano. Además, en boca de Silverio Gama (Daniel Giménez Cacho) hay una gran abundancia de frases para recordar.

Directa y sin complacencias denuncia las miserias humanas, las sociales y las económicas de una civilización decadente a través de los ojos de un agudo crítico de la terrible realidad. Estados Unidos y México están entrelazados económicamente, pero no solamente en las actividades comerciales y empresariales legales, sino también en las ilegales y en las criminales.

En la blanca espuma del glamour de los tratados de libre comercio, los intercambios culturales y la marabunta turística en ambos sentidos, subyace el mundo del contrabando de armas y el narcotráfico que les “surte” las drogas a 50 millones de adictos norteamericanos que las consumen en una escalada que parece no tener fin. Paradójicamente, el mundo sólo culpa a los más débiles, a los vencidos, pues los triunfadores aunque rezumen avaricia y sustancias tóxicas e hipertóxicas se asumen como las víctimas de los nefastos que los proveen. 

Nuestra Sor Juana Inés de la Cruz ya lo escribiría  sabiamente hace más de 3 siglos: “… sin razón, sin saber que sois la ocasión de lo mismo que culpáis.”

Una película aguda, lacerante, dolorosa, ácida, irreverente, atrevida, ecléctica, que denuncia brutalmente los crímenes cósmicos de la sinrazón humana con todo su egoísmo, vanidad y soberbia. En un momento delirante, de los muchos que contiene, dice que los mexicanos nos somos indios ni españoles sino unos verdaderos “hijos de la chingada”. Recordad ese monumental El laberinto de la soledad de nuestro Premio Nóbel de Literatura, el inenarrable Octavio Paz.

La obra es verdaderamente épica, pero a la vez es intimista, una absoluta epopeya que deviene en la observación microscópica de las verdades nacionales; me atrevería a decir que es, en versión cine, una especie de La región más transparente de otro de nuestros genios mexicanos: Carlos Fuentes.

Los referentes pueden ser muchos, según la visión y experiencias literarias y cinematográficas de cada quien. Por supuesto cuando fuimos a verla en la sala de cine increíblemente sólo estábamos 8 espectadores, porque no es Güácalanda, perdón Wakanda

Es una maravilla que un director mexicano tenga ya el suficiente nombre y prestigio como para que Netflix no tuviera reparos en concederle un presupuesto archimillonario para que hiciera una película de autor, es decir: nada de encargos y fórmulas de éxito probadas para audiencias muy poco exigentes. No, ésta es una producción única, con tintes brechtianos, fellinianos, exagerados, polisémicos y estridentes, que a la vez contiene secuencias de una belleza poética que nos remiten a la creación y al amor desde la visión que únicamente los artistas de verdad pueden expresar.

Seguramente regresaré al cine a verla otra vez, antes de que la quiten de la cartelera para exhibirla en ese todo-streaming que es Netflix, donde por razones de tamaños de pantallas y calidad del audio perderá la mitad de su magia. Sería patético y absurdo verla en una PC, tablet o en el telefonito celular, pero ¿qué remedio...?

El argumento, la dirección, la fotografía de Darius Khondji, la mezcla de sonido y el diseño de producción son realmente impactantes. 


BARDO El 5 veces "Arielado" actor Daniel Giménez Cacho otra vez nos ofrece su fabulosa calidad histriónica "bordando" a su personaje. ¡Le damos, otra vez, una ovación de pie...!  © Estudios Churubusco/ Netflix



A pesar de que en el 2023 representará a México en los Óscares y en los Goya (de España) como mejor película extranjera, esta entrega de G. Iñárritu ya ha sido acremente despedazada, descalificada y tachada por algunos miembros de la "crítica especializada" como esperpéntica, pretenciosa e ininteligible. 

Pero a nosotros nos pareció todo lo contrario. Bardo es una verdadera poiesis, porque es una gran obra, inspiradísima y ambiciosa por supuesto, de única belleza y crueldad, fantasmagórica, ¡todo allí es absoluta y fascinantemente metafísico…!

Por favor, y si pueden, vayan a verla al cine, pues se debe observar, disfrutar y sufrir de manera silenciosa y de un solo jalón a oscuras para que la hipnosis y la emoción se puedan desbordar plenamente; como debe ser, en el templo de los dioses de la mentira, que finalmente no lo es…

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

miércoles, 9 de noviembre de 2022

SOY TU FAN: LA PELÍCULA

 

SOY TU FAN: LA PELÍCULA Es el epílogo de una entrañable comedia romántica que concluye tan dulcemente, que no decepciona a los que también somos fans de los pastelitos cinematográficos. © Star Original Productions / BTF Media



SOY TU FAN: LA PELÍCULA (México, 2022, Dir. Mariana Chenillo).

Esta es la secuela de Soy tu fan, aquella serie tan chispa de Once TV que la mayoría ni vio, ¿o sí? Una historia romántica que en la tele quedó inconclusa en 2012 regresa 10 años después con el mismo reparto, donde Ana Claudia Talancón ―que es una de las diosas de celuloide más deslumbrantes que tenemos en México― y Martín Altomaro retoman sus entrañables personajes “Charly” y “Nico” que ahora coinciden en la boda de Rocío (Maya Zapata) y Diego (Gonzalo García) una década después. Por supuesto que cada uno ya tiene una vida diferente y adulta, pero como no queriendo sienten que "algo les falta". Su reencuentro se da con una perspectiva diferente en un escenario absolutamente espectacular de la costa del Pacífico mexicano. No podían faltar las travesuras de la excesiva Vanessa (Edwarda Gurrola) que le añade ese toque de humor ácido que necesariamente equilibra  tanta melcocha.

Toda la paz del evento, que parecía ir sobre ruedas a pesar de uno que otro fallo sin importancia, se ve amenazada por un impresionante imprevisto que desencadena toda una serie de acontecimientos que entre hilarantes y absurdos le confieren a la trama la coherencia que finalmente todos esperábamos.

El tono es muy mesurado, porque es una comedia muy fina. Tanto que me recordó a varias películas francesas tipo las que han traído a las muestras galas de los últimos años, y que asemejan la delicadeza de un croissant de queso acompañado de un chocolate como petit déjeuner, pero no en una terraza con vistas de París, sino en un increíble resort mexicano absolutamente perfecto y apantallante.

Este elegante divertimento nos recuerda que la comedia romántica nunca pasará de moda. Nosotros la disfrutamos en el cine hace varias semanas, pero ya está disponible en una plataforma de streaming. Si son fans véanla, y si no ¡también...!

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

jueves, 3 de noviembre de 2022

BROS

BROS Un contundente alto a las estereotipadas comedietas "gay" huecas y complacientes. Esta historia propone una nueva visión de la realidad del colectivo LGBTQ+  para que se cambien los antiguos paradigmas socioculturales llenos de atavismos y prejuicios; ésos que ya no deberían tener cabida en el siglo XXI. © Global Solutions/ Apatow Productions/ Universal Pictures




BROS (EE.UU., 2022, Dir. Nicholas Stoller).
Me metí a ver este filme porque lo publicitan como una comedia romántica. Lo cierto es que a veces uno necesita ver algo que sea un divertimento sin mayores pretensiones, pues esa tarde no estaba yo para dramas, tragedias ni sufrimientos metafísicos. Para esa tarde de cine mi acompañante había sugerido ir a ver una de 3 cintas de esas muy intelectuales, muy acá y de agónicas profundidades, para que yo escogiera, pero mi estado anímico no estaba para ninguna de esas opciones y en su lugar le pedí que mejor viéramos algo ligero y "chistoso". Ya sentados en la sala yo internamente pedía que la película no resultara ser un churro bobalicón e intrascendente. Pero para mi gran sorpresa, ¿qué creen…?

Todo comienza con un gran acercamiento de Bobby Lieber (Billy Eichner) un famoso locutor de radio transmitiendo desde su cabina, un hombre de 40 años, judío, homosexual y soltero. Nada del otro mundo. Conforme avanza la trama nos damos cuenta de que además de su podcast tiene un proyecto pedagógico y cultural de tan enormes dimensiones que va a iniciar otra revolución en la todavía atrasada y oscurantista sociedad estadounidense del siglo XXI (con todo y sus pretensiones de muy abierta, inclusiva y postmoderna). Por otro lado tenemos a Aaron (Luke Macfarlane) como un abogado que se dedica a resolver casos de herencias y cuestiones financieras, pero 
considera que su trabajo es tedioso y aburrido, y definitivamente no lo disfruta. Para quitarle un poco lo rutinario a su existencia asiste a diario al gym para equilibrar su tedio y frustración, desarrollar al máximo sus fantásticos músculos y así al menos poder lucirlos después en los antros gay. ¿Vanidad, narcisimo o egolatría…? Yo diría que los tres, combinados como la sobrecompensación de su frágil y subdesarrollado ego… Pero por favor,  nadie se dé por aludido, no se preocupen, estoy hablando únicamente de personajes de ficción: “Toda semejanza con la realidad es mera coincidencia.”

Esta es una historia muy del género “boy meets girl”, “chico encuentra chica”, pero en versión “boy meets boy” o más bien "bro", al estilo de When Sally Met Harry/ Cuando Sally encuentra a Harry (Rob Reiner, 1989).

Sin embargo, y a pesar del uso de muchos gags y clichés, el discurso en general no tiene nada de superficial, bobo ni chistoso. Muy por el contrario, a pesar de su suave tono de comedia es una verdadera bomba que nos agarra desprevenidos por lo verosímil, coherente y devastador del tema: las relaciones actuales que a toda costa se pretende que no se vuelvan “amorosas”. En la cual se retrata fiel, directamente y sin concesiones a una sociedad pedante y egoísta llena de hombres inseguros y llenos de traumas que tratan de cubrirse con máscaras sobre las máscaras, porque en realidad le tienen pavor a ser descubiertos tal como son y por eso le rehúyen a los compromisos reales. De tal manera viven a medias, sin ser ellos mismos, sin mostrarse tal cual son; luego entonces se hallan atrapados en una zona de confort repleta de fruslerías mentales, de consumo indiscriminado y de satisfacciones inmediatas, pero no de bienes y servicios, sino de congéneres desechables tipo "úsese y tírese"; y eso si acaso se atreven a circular más allá de las fronteras de las redes sociales. Tipos endebles que a pesar de tener frente a sus narices al que pudiera ser el "hombre de su vida" o a "Mr. Right" para disimular su miedo mejor lo rechazan (antes o después de haber tenido sexo), lo dejan plantado, lo tratan mal y lo desprecian —cuando en realidad los que se desprecian son ellos mismos porque son egodistónicos— y mejor prefieren escapar, para proseguir con su frenética y cómoda búsqueda de lo que realmente quieren: "la nada". Eso es lo que acontece entre "Bobby" y "Aaron", los 2 personajes principales que representan el estereotipo y la síntesis del fracaso total de las relaciones humanas profundas y comprometidas en esta era del más rotundo vacío existencial disfrazado de éxito, autosuficiencia e independencia.

Pero además de semejante denuncia a través de un inteligente y agudo análisis psicológico y social del mundo homosexual tenemos contundentes referentes de que tal fenómeno no es solamente el argumento de una película o de una realidad exclusivamente gay sino que  también se da mucho en el mundo heterosexual, acorde a lo que a simple vista, o si  lo si observamos detenidamente, podemos captar; además de escuchar los variados y abundantes testimonios de mujeres que conozco que me han contado personalmente (durante años) que también a ellas suele sucederles exactamente  lo mismo. 

Ver la demoledora Bros es como asistir al glamoroso ritual donde la juventud y la belleza se entronizan por sobre cualquier valor tradicional, en una realidad de relaciones efímeras, y  a veces superpuestas, que idealizan la supremacía del sex-appeal impuesto por los medios masivos de comunicación y las redes sociales. Esta es una brutal disección de la normalizada antropofagia de una sociedad cínica, ridícula, vacía y en plena decadencia.



BROS Dicen que "En el amor y en la guerra todo se vale". Porque después de todo tal vez ambos sólo sean un juego de poderes... 
© Global Solutions/ Apatow Productions/ Universal Pictures


Esta maravilla es la innovadora e increíble apuesta de la productora Universal Pictures, posicionada y considerada entre las majors, para cambiar la concepción de las películas de nicho. Pues además de haber sido escrita y dirigida por gays todos los actores principales también pertenecen a la comunidad LGBTQ+.

Esta trama nos recuerda un poco a Hollywood (2020), una estupenda miniserie de Ryan Murphy ―que todavía transmite Netflix― cuyos 7 episodios nos narran la historia de cómo un estudio cinematográfico cambia la concepción del “star system” en los años dorados de fines de la década de 1940; una época en la que las minorías afroamericanas y de la diversidad sexual eran prejuiciosa y descaradamente excluidas de la industria o relegadas a ínfimos papeles, a menos que lesbianas y homosexuales ocultaran su condición como tales. ¿Se acuerdan de Greta Garbo y Rock Hudson o de la famosa pareja de Katherine Hepburn y Spencer Tracy?, sólo por nombrar a 4 de los más célebres.

Así, Bros es una producción de excelente factura técnica y artística, que a pesar de que pudiera parecer excesiva por lo “estridente” de su temática, es absolutamente inteligente, mesurada, seria y respetuosa,  pero a la vez totalmente deslumbrante y deliciosamente despiadada. ¡Muy a la Woody Allen...!

No se la pierdan, porque finalmente las sonoras carcajadas de un público ávido de diversión, finalmente se diluyen en una profunda reflexión filosófica que lo abarca todo y que encierra una absoluta verdad: “Nada de lo humano me es ajeno”, Publio Terencio dixit.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

domingo, 30 de octubre de 2022

CRÍMENES DEL FUTURO

CRÍMENES DEL FUTURO Una pesadilla muy "cronenbergiana", filosófica y aterradora de lo que los "avances" de la civilización nos deparan. © Serendipity Point Films/ Metropolitan Film Export / Vertigo Média



CRÍMENES DEL FUTURO (CRIMES OF THE FUTURE) Canadá, Francia, G.B. y Grecia, 2022, Dir. David Cronenberg.

Otra vez el iconoclasta cineasta canadiense nos sumerge en una pesadilla a su más famoso estilo “cronenbergiano”, cuya estética es altamente estremecedora. El artista del performance Saul Tenser (el inenarrable Viggo Mortensen), en un futuro no muy lejano, parece enloquecido, pues ya no es solamente como aquel Ron Athey que se cortaba y salpicaba sangre infectada de VIH al público (eso lo hizo realmente en el 4° Festival Internacional de Performance en el Ex Teresa de la CDMX en 1995, para mayúscula impresión y susto de los asistentes). Pero la cosa es todavía peor, pues Tenser va mucho más allá de las ganas de impresionar y  escandalizar; porque ante los ojos del mundo él “modifica” los órganos humanos. Pues la tecnología, la locura y el futuro exigen que la anatomía y la fisiología de los seres humanos cambien, que sean modificados para que concuerden con las nuevas condiciones de vida de una sociedad en una alta crisis de valores, de recursos naturales, de agua y de alimentos.

La compañera de vida, de experimentos y de los chóus al público de Tense, se llama Caprice (la bellísima Lea Seydoux) que es a la vez el alma gemela de un transgresor absolutamente necesario que busca no solamente los porqués del caos, sino que también propone raras, inevitables y terribles soluciones.

Cronenberg es un cineasta profundamente crítico, que analiza la realidad y filosofa imagológicamente a través de discursos que parecieran desoladores, pero que en realidad si los tomáramos más en cuenta como sociedad de consumo (y desperdicio),  nos quedaría muy en claro que no son más que una alerta sobre la pérdida de rumbo de la humanidad en aras de la satisfacción inmediata, el placer, el confort y una especie como de esquizofrenia pandémica. Siempre directo y devastador es un verdadero artista que lleva a la pantalla lo que nadie más se atreve, así como en la película de culto Videodrome (1983) que lo catapultó al cénit de la celebridad. Mucho más tarde filmó Crash: Extraños placeres (1996). Ambos filmes en su momento nos dejaron a todos boquiabiertos.

En su más reciente entrega de torvo ambiente y repulsivas imágenes, lo espeluznante del tema deleita a sus miles de fans, pues el sadismo, la crueldad y las parafilias se deconstruyen, una vez más, para llevar al delirio al espectador adicto a las experiencias cinematográficas extremas. Por supuesto, los no iniciados se llevarán una sorpresa ―no sabemos si desagradable o grata, según sus aversiones o sus gustos (secretos)―.

De tono muy oscuro, denso e intoxicante, pero no por ello menos interesante, la provocadora y terrible Crímenes del futuro no es más que una parábola de la decadencia del mundo y sus consecuencias… que tal vez no estén tan lejanas, pues el futuro ya está aquí y no nos hemos dado cuenta.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

viernes, 7 de octubre de 2022

BLONDE

BLONDE Ha sido tachada de misógina y obscena, porque ofende la memoria de Marilyn. ¿Será...?
© Netflix



BLONDE (EE.UU., 2022, Dir. Andrew Dominik). Es curioso, casi nunca leímos críticas masivas y en alud sobre Blonde, el libro de Joyce Carol Oates publicado en el año 2000. Pero claro, irónicamente 22 años después, ya adaptado a su versión cinematográfica (al alcance de todos muy cómodamente instalados en su casita), ahora sí muchos hablan y más que nada, ¡critican...!

La película fue estrenada en la 79ª Muestra de Cine de Venecia donde dicen que el público la ovacionó de pie durante más de 15 minutos —con 1 ó 2 ya hubiera sido un triunfo total—. Ese público de festivales obviamente tiene que ser naturalmente muy sofisticado y conocedor, y ni qué decir de los jueces. Por supuesto que semejante reconocimiento era también para una de las máximas figuras del cine que ahora fungió como productor, el inenarrable Brad Pitt que no necesita presentación. La bellísima  Ana de Armas no es ninguna novata, pues inclusive ya ha sido “Chica Bond” y cuenta con una buena filmografía medianamente notable. Con esta producción de Netflix ahora se consagra como superstar y le auguran una nominación al Óscar en 2023. Ojalá sí se lo otorguen. Porque así quedaría demostrado que los gringos de la Academia de Hollywood sí han cambiado y que una latina como Miss de Armas también puede formar parte de la realeza cinematográfica.

Sólo hay que verla personificando a Marilyn, es increíble y absolutamente prodigiosa; por momentos parece que uno está viendo a la verdadera Monroe. Qué enorme reto ha sido para muchas actrices en incontables cintas personificar al máximo símbolo sexy de Hollywood. Pero para envidia y beneplácito de muchos indiscutiblemente de Armas ha demostrado que es una actriz extraordinaria. La magia no podría ser menos si casi todas las secuencias han sido reproducidas fielmente cuadro por cuadro basadas en la inabarcable iconografía de la Monroe, incluidas varias repeticiones de escenas de su propia filmografía.

Consecuentemente los "críticos" ha respingado. La cuestión es un tanto cuanto ambivalente pues Carol Oates ha tenido que declarar, otra vez, que su libro es una novela sobre un personaje real pero “novelado”, lógica y literariamente ficticio. La frontera puede resultar muy confusa, porque los que no conocen el libro ni tampoco a fondo la biografía de la rubia y mucho menos aún han visto sus filmes, ciertamente se pueden sentir bastante perdidos.

Además, los angloparlantes han hecho mucho hincapié en que les ha molestado el “acento” latino de la señorita de Armas en algunas tomas; inclusive reprueban que haya sido una “cubana” a quien se haya escogido para representar al supremo símbolo 100 % norteamericano y WASP (White anglo saxon protestant) del cine. Sin embargo, su apariencia y actuación en realidad y a pesar de todo son soberbios. No obstante que los valores de producción y estéticos superan las expectativas la polémica sigue en el aire. Han descalificado la película hasta la saciedad, pues ha sido tachada de irrespetuosa, vulgar y obscena, y al director Andrew Dominik lo han acusado de "misógino".

La ambientación, el vestuario y las locaciones en general son verdaderas copias de la realidad de aquella época, pero no así la historia. Entonces surge allí la confusión y el gran malestar. ¿Qué es verdad y qué es ficción? Alerta entonces cazadores de mentiras. ¿Dónde se inicia la fantasía? Hay ciertas imprecisiones temporo espaciales, que aunque pocas sí se notan, en realidad creo que son tan sólo 2 y no tienen la mayor importancia. También hay enormes lagunas de datos que tal vez el público hubiera querido ver, y que se han pasado de largo, para quienes los esperaban y que son los fans, esos que sí saben más sobre su idolatrada Marilyn. Imposible describir en pantalla semejante compendio de vivencias, pues la Monroe en sí misma era muy vasta, casi inabarcable. Toda un enigma, absolutamente compleja e inescrutable, aun en su propio tiempo.

Ni sus maridos, compañeros de trabajo, allegados, amigos ni maridos lograron conocerla realmente. Sin embargo, a Joyce Carol Oates se le nota el rigor de una profunda investigación y el exhaustivo análisis del personaje que ha retratado sin eufemismos ni edulcorantes adicionados. Claro que no lo hizo a través de los rayos X o de un frío ultrasonido del espíritu de una mujer convertida en un fenómeno; eso solamente se puede intuir, inventar y escribir desde el fondo de un alma que guía la pluma de una artista. Los artistas se comprenden entre sí.

Pero insisto, la Monroe era un enigma inclusive para ella misma, pues ella solía referirse a su persona como una creación, un personaje que sólo existía en la pantalla. ¿Quién era ella realmente? ¿Era Norma Jeane o era "La Monroe"? ¿Quiénes eran ellas, en qué momento se fundían y en que gradación…?

En los tiempos de la posguerra la sociedad no era la misma que hoy, los estudios e investigaciones sobre muchos temas médicos, psicológicos, sociológicos, tecnológicos y culturales estaban, en muchos casos por descubrirse o en los inicios de su desarrollo. El papel de la mujer era otro, y sobre todo el de la mujer que vivía de su atractivo físico: Así que modelos, bailarinas y actrices eran consideradas como seres transgresores, se les admiraba pero también se les temía. Pero Marilyn fue todavía más allá; no solamente tuvo que luchar y romper esquemas, porque por sus característica físicas (potenciadas hasta el delirio por los estilistas de la imagen, los maquillistas, los directores y los publicistas) la convirtieron en el nuevo arquetipo de la "diosa del amor". La que provocaba adoraciones y todo tipo de sueños, fantasías y aberraciones… Ella se adaptó perfectamente a su propio determinismo biológico que por encima del de ser mujer la elevaba a la categoría de un objeto de culto, a un símbolo sexual. Entonces como tal, en su propia vida se vio sujeta a indescriptibles presiones para no sucumbir como persona y como empleada de una industria que la obligaba a obedecer a sus managers y a sus jefes. Entiéndase a vivir y a representar las condiciones imagológicas extremas de ese tipo de súper estrellas de cine, esclavizadas pero a la vez divinizadas, de las que Miss Monroe era el máximo ejemplo. En el caso de Marilyn todo eso era exagerado, porque ella era en todo la exageración total.

Esa mujer ya deidificada por el Technicolor llegó a disfrutar de grandes privilegios, inalcanzables inclusive para otras estrellas, que eran reservados solamente para las de esa reducida élite. A pesar de contar con el repudio y la desconfianza de los magnates de la industria ella tenía mucho poder porque en su oficio era excelsa y el público la amaba. Por otro lado, aquellos que la hizo sufrir también alcanzó dimensiones casi insoportables: La explotación de la que fue víctima, la incomprensión  y obviamente el abuso sexual; lo que hacían con su cuerpo, desde antes de ser estrella ―e inclusive después de muerta en su cama y en la morgue que no les voy a contar―, y que ha escandalizado a tantos en la película (apenas 3 escenitas de quesque alto impacto) es apenas una fracción de lo que le pasó realmente sólo por el hecho de ser mujer.

Es altamente sintomático de un síndrome al que habría que ponerle nombre (eso de "generación de cristal" se queda corto) que una película cause tantos malestares… “No soporté verla más allá de los primeros 20 minutos”, “Es asquerosa", "Un insulto a la memoria de Marilyn”, “Deberían prohibirla”, y otras aseveraciones muy en la misma línea.


BLONDE La recreación de la secuencia de Some Like It Hot es impresionante. ¡Sencillamente perfecta...! © Netflix



Los fervientes “monroístas” y los adoradores de su mito detestan a cualquier actriz que ose representar a su deidad, o a los directores y a las películas que no la presenten como la dulcificada y fabulosa “Chica ¡Mmh!”. Siempre habrá sectores más papistas que el papa.

Hay muchísimos (fans y no fans) que se horrorizaron con lo que vieron en el filme, pero les tengo noticias: Si leyeran el libro seguramente se desmayarían, porque en él no hay cortes ni censura. La novedad sería que a la Oates también la tacharan de misógina (en realidad tal vez ella sea más bien misántropa, porque los personajes masculinos, todos resultan ser un verdadero asco, comenzando con el padre de Norma Jeane), pervertida e inmoral, con todo eso yo sigo creyendo que se quedó corta. Pero, nada hay que temer, no la van a llevar a la hoguera. Y no lo harán porque no leerán su libro, que en su versión al castellano consta tan sólo de 942 páginas.

Pero hay algo todavía peor, a todos esos hipersensibles y mojigatos sí que les daría un infarto de a de veras si leyeran los otros libros (de muchas menos páginas, claro) que cuentan cómo era tratada realmente Norma Jeane por los jefes de los estudios, los productores y en ocasiones por sus amantes, novios y maridos (Joe DiMaggio hasta la golpeaba). Y hay lugar para más, existen otros autores que han teorizado muy descriptivamente sobre todo lo que pasó, y los espantosos porqués, en aquella tibia noche del 4 de agosto de 1962, en la que Marilyn fue víctima del crimen más horrendo de todos, y su inmediato encubrimiento, por órdenes de las más altas esferas del gobierno del país que se proclama como el epítome de la justicia y la libertad. Eso sí que es lo realmente obsceno...

Mi recomendación es que por favor no vean Blonde, mejor vayan a misa y recen para que su moral, y la de los demás,  no se vea mancillada por una película que ya previamente ha pasado por varios retakes para suavizarla y que además "necesariamente" fue mutilada con múltiples y muy píos cortes. ¡Ah, la censura…! 

¡Traed el agua bendita...!


¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

lunes, 19 de septiembre de 2022

LADY DI

 

LADY DI El documental definitivo sobre la Princesa Diana de Gales, que sabía que jamás llegaría a ser reina. © Jonathan & Simon Chinn



LADY DI: THE PRINCESS (Reino Unido/ Alemania, 2022. Dir. Ed Perkins).

En este documental de 109 minutos corren ante nuestros ojos las imágenes del glamour y la caída de un personaje ya icónico de nuestro tiempo: Diana Spencer.

Hace unos años (en 2006-7) se presentó en México una exposición de fotografías de Mario Testino en el Museo del Colegio de San Ildefonso de la CDMX. La gran mayoría eran verdaderamente buenas, pero las más memorables fueron por supuesto las de Lady Di, pues entre otras había dos reproducciones gigantes de 2 por 3 metros en las que se podía ver a esa hermosa mujer sonriendo feliz, bella y natural, en la plenitud de su vida. Ella moriría 5 meses después de esa sesión. Esos retratos adornaron la portada de la revista “Vanity Fair” en 1997.


MARIO TESTINO EN MÉXICO Una exposición memorable en el Antiguo Colegio de San Ildefonso. Lo mejor fueron las fotografías de Lady Di. En el afiche la modelo Kate Moss.
© Gobierno de la Ciudad de México/ CONACULTA/ TOYOTA/ InStyle/
GATOPARDO/ GrupoJUMEX/ et al



El metraje narrativo es una sucesión de cortos de material de archivo, que en gran porcentaje ya ha sido previamente visto infinidad de veces en otros documentales: desde los primeros acosos de la prensa ante la noticia de su próximo enlace con el príncipe Carlos, su espectacular boda, hasta todo lo demás. No obstante, el interés sobre su vida y su legado no ha perdido vigencia. Porque era muy querida en el mundo entero, por su calidad humana, porque la gente todavía se identifica con todos los pesares que le provocó su fallido matrimonio con su infiel esposo (que al final de cuentas nunca la amó), por su militancia en pro de las buenas causas y por su inigualable carisma que hizo palidecer de envidia a la realeza.


Lady Di para la lente de uno de los mejores fotógrafos internacionales: Mario Testino. Esta es fue su última sesión fotográfica oficial de estudio. Nunca había lucido más hermosa y segura de sí misma. Ella era la mujer más glamorosa del jet-set.
© Mario Testino/ Vanity Fair



El 1 de septiembre en el XXV aniversario de su muerte, se estrenó Lady Di, sin publicidad y en la única sala de arte de la ciudad, ya saben cuál en la colonia Cuauhtémoc atrás del Ángel de la Independencia.

Todo inicia con unas tomas de un tumulto en la lujosa Place Vendôme, afuera del Hotel Ritz de París, y alguien dice en "off" que allí está la Princesa Diana hospedada y cenando. Ella había llegado después de pasar más de una semana de ensueño navegando en el yate de su nuevo amado por la Riviera Italiana y la Francesa. El dueño del Ritz era Dodi Al-Fayed (que a esas alturas ya era también su prometido) y con el que había llegado a mediodía del 31 de agosto de 1997 en el jet privado también de Dodi. Proseguirían a Londres al día siguiente.

A veces muy gozosos pero a la vez terribles el documental también contiene fragmentos muy poco conocidos, como aquellos de la estación de ski con sus hijos o los del aeropuerto de Heathrow cuando ella deprimida y acosada (como siempre) va a tomar un vuelo. Pero el momento más crudo y desolador es esa entrevista difundida a nivel nacional  en la que un periodista de televisión le pregunta si cree que ella alguna vez será reina; ella desencantada sonríe irónica y con su mirada más triste le contesta que no...

Todo el asunto es muy interesante, porque sin afán infamatorio o de denigrar a nadie y sin falsas moralinas el director armó un vertiginoso tren de imágenes que presentan el perfil de un ser humano, una ingenua y encantadora chica llena de cualidades que llegó a la cumbre del esplendor más espectacular y del increíble y altísimo precio que finalmente pagó por ello. Un verdadero cuento de hadas de la vida real que conmocionó al mundo entero.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

sábado, 3 de septiembre de 2022

MARÍA FÉLIX: La Doña (Serie de tv)

 

MARÍA FÉLIX La bioserie de VIX+ es un gran homenaje de excelentes cualidades técnicas, artísticas y por supuesto histriónicas basado en la vida y obra de la diva. Ya hacía falta una serie así en la televisión mexicana que deleitara al público admirador de "La Doña". © TelevisaUnivisión



MARÍA FÉLIX: LA DOÑA (México, TelevisaUnivisión, 2022, Dir. Mafer Suárez, Prod. Carmen Armendáriz Pardo).

Las biopics o bioseries siempre son un peligro, pues nunca faltan los admiradores que aman a sus estrellas, pero también abundan los detractores, que por lo mismo, el amarlas tanto, los vuelve muy severos, pero también muy criticones. Aclaro que entre eso y lo otro hay mucha diferencia, pues para ser “crítico” se requiere, como ya lo hemos dicho antes, de un aparato crítico verdaderamente sólido y depurado. Así, los “criticones” son una masa intolerante de todo y contra todo, especialmente con los histriones que tienen la fortuna ―o el infortunio de interpretar a sus ídolos―. En fin…

Para nadie es desconocida la figura de María Félix, pues estén de acuerdo o no, les guste o no, ella es y seguirá siendo la máxima diva del cine mexicano; la más bella y la más polémica, es cierto, pero aun así la más deslumbrante. Tanto así que en sus años de gloria fue requerida para estelarizar películas en Argentina, España, Francia e Italia. Ella siempre desdeñó a Hollywood, porque decía que allí le ofrecían puras indias: “Y yo, a las ‘indias’ las interpreto en México”, en Europa interpretaba reinas y mujeres legendarias. Altanera y soberbia como era, por supuesto, representó en la pantalla y fuera de los foros, en su vida misma, la antítesis de la sufrida y la sumisa mujercita mexicana. ¡No, ella no sería así de dejada y sin carácter, pues era la que acostumbraba imponer las reglas del juego! Porque tenía la disciplina, la inteligencia, la astucia, la hermosura y el talento necesarios para hacerlo con la mano en la cintura y la ceja levantada, faltaba más.

Aparte de sus 47 películas hay muchas publicaciones biográficas, libros de fotografías y de metraje en videotape de entrevistas, documentales y programas sobre su figura. La empresa de llevar la vida de María Félix a una serie de televisión es verdaderamente plausible, ¿pero, por qué no?

Por cierto, si les gusta leer les recomiendo una biografía publicada en 2014 por la editorial Planeta, cuyo autor es del excelente escritor mexicano Sergio Almazán: Acuérdate María. Allí se encuentran muchas claves para entender al ser humano y la imagen estelar de la artista que se hizo a sí misma. Si también les da curiosidad saber por qué se enojó tanto con Carlos Fuentes llamándolo "mujerujo" lean también la interesante y terrible Zona sagrada en la que el autor se toma la libertad de describir la compleja relación de "La Doña" con su hijo Enrique Álvarez Félix.     

La puesta en pantalla es asombrosa, pues técnica y artísticamente es de gran calidad. Hasta el más mínimo detalle de la dirección de arte, que incluye vestuario, maquillaje, peinados, ambientación, escenografía, y decorados (con infinidad de sutiles detalles) es de una minuciosidad extrema. La musicalización, los Fx sonoros, y en general el soundtrack son de gran factura. (No todo en la vida es Netfluxsh).

Esta historia completó su última entrega el pasado jueves 1 de septiembre (comenzó el 21 de julio). Consta de solamente 8 capítulos. El guión fue escrito por Mafer Suárez y  se basa en muchos libros y abundante material de apoyo que es harto conocida porque cultural e históricamente la Félix atravesó el siglo XX, aunque inclusive para los aficionados, cinéfilos y fans contiene nuevas y muy reveladoras sorpresas. 

La protagonista, María de los Ángeles, de niña era un ser especial, difícil de entender y de “manipular”. Esa característica está perfectamente lograda desde un inicio de los primeros capítulos. Su relación filial con su hermano Pablo y la tragedia en que esta devino fueron el inicio de la construcción de una coraza, de un mecanismo de defensa, que la protegería de la amenaza del mundo exterior, sobre todo del “mundo masculino”, del de los hombres de una época en la que el machismo, y el hembrismo, eran lo imperante en la común idiosincrasia mexicana, comenzando por su riguroso  padre Bernardo Félix (Guillermo García Cantú, como siempre espléndido). 

El fuerte carácter y personalidad de María como mujer y después como estrella de cine se vieron magnificados hasta el delirio por sus vivencias y  circunstancias personales, pues después de su primer divorcio (del papá de "Quique") se casó con 2 figuras archi reconocidas y míticas del espectáculo: Agustín Lara y Jorge Negrete, nada menos; ya no se diga en las películas hechas a su perfecta medida. Por si fuera poco, su rostro quedó fijo en el imaginario popular porque  el mejor cinefotógrafo del cine mexicano (ganador del reconocimiento y de premios a nivel mundial), el maestro Gabriel Figueroa; la elevaría al nivel de una verdadera diosa de nitrato de plata. Claro que de la mano de los mejores directores de la Época del Cine de Oro Mexicano.

Su figura era tan lejana cuanto cercana, porque no era del todo difícil encontrársela de repente en lugares públicos como el aeropuerto de la Ciudad de México ―documentándose para volar a París―, en restaurantes o paseando por las calles viendo aparadores. Una vez la vimos también en el almacén de artículos para diseñadores y pintores que está frente al cine "Metropolitan" en el centro de la CDMX. María era alta, muy delgada y erguida, con su brillante y hermosa cabellera negra sostenida por 2 peinetas de carey; iba ataviada con pantalones negros, un suéter de cuello alto también negro y unas botas de gamuza color camello de tacón no demasiado alto. Iba con Antoine Tzapoff el pintor franco-ruso que la inmortalizó en aquellos lienzos de gran valor estético. Eran los primeros años de 1990 ―todavía no aparecía en el programa “Mala Noche No” de Verónica Castro”, así que le era más fácil salir sin crear tumultos…―. Ella entró al local "en María", la misma del cine. Mientras Tzapoff elegía pinceles y tubos de óleo, "La Doña" parada allí frente al mostrador al mirar los adornos navideños de Santo Clós, renos y toda esa parafernalia de temporada, con su peculiar y gravísima voz increpó a las vendedoras diciéndoles: “¿Pero por qué ponen eso?, ¡mejor pongan a Villa a Zapata, lo mexicano…!”. Ellas no le contestaron nada y sólo pusieron cara de "yo no fui". Tal acto fue verdaderamente impresionante, la más internacional de nuestras estrellas clamando vehementemente por la iconografía nacional…



María Félix extraordinariamente personificada por Ximena Romo, una de las mejores actrices jóvenes de México. © TelevisaUnivisión



Adivinar la inmensidad de María en el rostro de Ximena Romo es ver a la mismísima diva, no a una artista haciendo de la Félix. La fotografiaron espléndidamente y como ya ha hecho teatro tiene tablas (allí la vi por primera vez sin saber ni quien era) y varias buenas películas, la joven resultó perfecta para el papel pues es muy bella además de excelente actriz. 

Después, en capítulos subsecuentes la veterana y popular Sandra Echeverría también logró momentos gloriosos, sobre todo en el capítulo final, cuando el director de fotografía nos muestra a la mujer  en situaciones muy adversas, casi al final de su camino, conversando con su amigo de siempre Ernesto Alonso (un inmenso Iker Madrid). En el octavo capítulo las secuencias son inenarrables.

A muchos no les gustará, pero a otros, a los que saben y entienden la significación de los homenajes artísticos, se las recomiendo muy ampliamente.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

viernes, 12 de agosto de 2022

 

LA GRAN LIBERTAD Un verdadero canto libertario para la comunidad LGBTQ+ en una película que todos deberían ver.
© Freibeuter Film / Rohfilm



LA GRAN LIBERTAD / GROẞE FREIHEIT 

(Alemania y Austria, 2021, Dir. Sebastian Meise).

El movimiento expresionista se refiere más que nada a lo “emocional” a través de múltiples simbolismos sin tomar muy en cuenta la realidad. Los alemanes tienen una cinematografía de primera, pues desde el llamado cine expresionista alemán como El gabinete del Dr. Caligari (Robert Wiene 1920), el de Murnau con Nosferatu (1922) y también el del austriaco Fritz Lang que realizó en Alemania Metropolis (1927). Todos ellos dejaron patente que esa raza se toma muy en serio la tecnología, la filosofía y por supuesto el arte. Esta pequeña introducción sirva para contextualizar un poco la seriedad y la profundidad conferida por los cineastas al muy respetado cine alemán o hablado en alemán. Algún día escribiré reseñas sobre algunas películas más actuales, como las  del fenomenal director Fassbinder, uno de mis grandes favoritos de todos los tiempos.
 
Debo aclarar que los austriacos hablan alemán, y me parece que al compartir el mismo idioma comparten también mucho de su idiosincracia y su cosmogonía, al igual que los suizos de la parte alemana. Lo menciono porque el director Meise es austriaco y el protagonista también. Después de todo, la puesta en pantalla es una coproducción entre ambos países vecinos. 

La primera película de temática homosexual que vi en la vida fue Die Konsequenz, La consecuencia (Wolfgang Petersen, 1977), un filme bastante  crudo pero extraordinario, cuyos protagonistas se encuentran en reclusión y por consiguiente la expresión de la sexualidad está prohibida, cuantimás si esta es “rarita” o más bien “diversa” como se le llamaría hoy en día.

Con sus obvias diferencias,  La gran libertad se parece temáticamente a La consecuencia, pues ambas tratan de reclusos que se ven forzados a convivir. 

Son tiempos de postguerra y Alemania ha perdido. Un día el judío Hanz Hoffman (Franz Rogowski) que se ha salvado de algún campo de concentración, acaba de ser atrapado por la policía y condenado a 18 meses de prisión por “pervertido”. Su cédula de identificación dice que su condena se debe a que transgredió el párrafo 175 del código penal que castiga los actos homosexuales; es apenas 1945. Muy pronto Viktor (Georg Friedrich) su rudo y homofóbico compañero de crujía se entera y se arma la tremolina… que no para ―con diferentes intensidades― hasta los créditos finales.

Emotiva, sórdida y sofocante, es únicamente hasta los brillantes colores y la romántica L’amor, l’amour (en la voz atercipelada de Marcel Mouloudji) de la penúltima secuencia en que todo cobra sentido y desaparece el vacío.

La factura técnica es excelsa y sus actores tienen un talento indescriptible. Su protagonista (Rogowski) se llevó el premio al Mejor Actor en el Festival de Sevilla, al igual que la película misma. En Cannes el jurado le otorgó el premio especial correspondiente a la sección "Un Certain Regard".

Si se tiene sentido de observación y paciencia resultaría que tal vez no sea una película tan compleja y solamente para iniciados, pues es un filme absolutamente humanista que todos deberían ver.

No sólo de Hollywood vive el hombre.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

miércoles, 27 de julio de 2022

ELVIS

 

ELVIS Un homenaje a la legendaria figura de la máxima estrella del rock.
© Bazmark Films/ The Jackal Group/ Warner Bros. Pictures



ELVIS
(Australia-EE-UU, 2022, Dir. Baz Luhrmann).

En agosto de 1977 el mundo se estremeció con la noticia de la prematura muerte de "El Rey", Elvis Presley; tan sólo tenía 42 años... 

El realizador Baz Luhrmann acostumbra filmar películas-chóu-de-pirotecnia-pura; recordad Moulin Rouge (2001) y El gran Gatsby (2013). En esta ocasión no podría ser diferente y Elvis es la prueba, de facto con esta entrega se supera a sí mismo y logra que la figura de la máxima súper estrella del rock n' roll alcance alturas verdaderamente épicas.

Seguramente fue harto difícil hallar al actor que se pareciera y que emulara la gran fotogenia y el salvaje magnetismo de semejante figura, sin embargo, la prueba fue superada y Austin Butler cumple con creces las expectativas. Por otro lado, Tom Hanks como el Coronel Parker, el manager del astro, hace alarde de su gran oficio y seguramente estará nominado a un Óscar en 2023 por su portentosa actuación.

Al estilo de la clásica biopic, filme biográfico, en realidad Elvis es una verdadera hagiografía que se dispara hasta el cielo. Poblada de abundantes referencias históricas y personajes ídem, el tono se mantiene siempre uniforme, todo en ella es espectacular. La fotografía es perfecta y la edición también. La duración es bastante larga, 159 minutos, de los cuales ninguno está de sobra y se pasan sin sentir.

En los años de 1950 el ambiente social de la Norteamérica profunda y anglosajona era muy antipático, restrictivo y mojigato, propio de ese arrogante país en el auge de la posguerra. Tal situación fue el catalizador para que los cambios de mentalidad, de patrones morales y de discriminación étnica y sexual, comenzaran a eclosionar y a tomar forma para cristalizar definitivamente en los años de 1970.

Al ser el protagonista un personaje tan famoso de la música, es lógico que el soundtrack sea el sueño de todos los fans de Presley, porque acompaña todas las secuencias de los vistosos conciertos del ídolo y de muchos de sus contemporáneos, varios de los cuales también le sirvieron de influencia e inspiración, al ser grandes figuras en sí mismas.

La súper producción Elvis es un delirio visual y auditivo que tal vez sea necesario ver otra vez, en otra sala de cine por supuesto, para poder apreciar mejor mucho de aquello que podríamos habernos perdido debido al frenético ritmo de las imágenes, en ocasiones necesariamente cargadas en demasía de elementos narrativos e imagológicos. Después de todo es la historia del fantástico Elvis Presley.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

domingo, 3 de julio de 2022

NOCTURNO

 

NOCTURNO Una película de sofocante belleza, inmensa, cosmogónica. De lo mejor del cine mexicano de los últimos años. © REDCA/ DODO ESCENAS



NOCTURNO (México, 2016. Dir. Luis Ayhllón). Un anciano se verá acompañado de un hada del pasado que tal vez haya aparecido para torturarlo enfrentándolo a toda su realidad, a sus debilidades humanas, a sus devastadoras malas decisiones y peores acciones. Él ya había sido joven y fuerte, por supuesto, pero al fin y al cabo, con tres de las fallas más comunes: El egoísmo, la vulgaridad y el tener el corazón muy duro, o más bien, ¡no tener corazón! Se dice que "La vida todo se lo cobra". El ensayo estilístico de Ayhllón lo probará o disprobará...

Ana es una enfermera que se dedica a cuidar de personas con enfermedades en etapa terminal. Se habla “de tú” con la muerte porque esa es su vocación y su profesión; pero a la vez, ella también es una extraordinaria tejedora de historias. Nunca sabremos si todo lo que escribe son extractos de su experiencia personal, si sólo son sus sueños o una manera de enfrentar sus obsesiones y pesadillas. Sea como fuere, los cuentos le ayudan para lograr la catarsis, sobre todo cuando se los lee al viejo Oliverio (Juan Carlos Colombo).

Filmada en blanco y negro, formalmente podría decirse que es perfecta. Desde el argumento hasta la misma e increíble locación, la iluminación, los movimientos de cámara, los encuadres, el ritmo, el tono. La dirección del realizador es asombrosa. Las actuaciones de Irela de Villiers como Ana, la enfermera, y del extraordinario Colombo son absolutamente magistrales.

Aquí se presentan sin concesiones, y con un tono aterrador: el abandono, la consecuente soledad, la desesperanza y la tristeza, que de tan fuertes y profundas dejan de doler, y que sumergen al espectador en un logradísimo universo denso y fantasmagórico. Lo mejor, y lo peor, es que “El arte imita a la vida”, “¿O la vida imita al arte?”, vaya uno a saber. El mundo está lleno de historias como esta.

El nocturno es un estilo de composición musical melancólica, consolidado en pleno romanticismo del siglo XVIII a veces mística, llena de disonancias que estaba destinada para ser escuchada por las noches. Así, hasta intitular esta película como Nocturno es un gran acierto; porque además, es una de las películas más fantásticas y hermosas del cine mexicano de los últimos años. Fue galardonada en el Viejo Mundo como el mejor largometraje de ficción en el Film Festival del Reino Unido en 2016. Ya la hemos visto 2 veces y seguramente, si hay oportunidad, la veríamos por tercera vez. El cine de autor a veces es u difícil de entender, porque está muy lejos de la popularidad de las entregas de divertimento puro. Son obras artísticas muy personales, que provienen del alma de cineastas dotados de un gran talento, así entonces suelen ser un raro fenómeno cinematográfico. lo plausible es cuando están escritas (por supuesto) y filmadas en México, y por mexicanos. Un absoluto regocijo para los cinéfilos más exigentes.


Nocturno es otro exquisito poema de altos vuelos llevado a la pantalla. Esta producción es una obra maestra que merece, verdaderamente, una ovación de pie.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

lunes, 25 de abril de 2022

LA GRAN BELLEZA

 

LA GRANDE BELLEZA Cuando el hombre cree que ya ha visto, tenido y tocado la belleza, y supone que lo ha vivido todo, de repente aparece la anagnórisis final, esa que le revela el sentido de la vida. Un poema hecho película que nadie debe perderse.
© Medusa Film/ Pathé/ Indigo Film/ France 2/ French Babe Films




LA GRANDE BELLEZZA (Italia, Francia, 2013, Dir. Paolo Sorrentino).

Todo inicia con una gran panorámica del río Tíber en Roma y la voz en off de Jep Gambardella (el prodigioso Toni Servillo), un periodista bon vivant, que narra cómo es que llegó a la “Ciudad Eterna” desde muy joven para trabajar, pero sobre todo para vivir, para aprehender a vivir. Vaya que lo logró, pero el precio fue altísimo: perder el alma. A sus 65 años lo ha experimentado todo y vive sin rumbo, perdido en la locura de los últimos años del fin de siglo y el cambio de milenio, en los que Berlusconi en Italia era el prototipo del sumo sacerdote del exceso esquizoide; la máxima ironía era que los très chic lo imitaban.

La puesta en pantalla tiene el tono épico de un héroe del glamour cuyas batallas han sido ganadas con la mano en la cintura: el esfuerzo ha sido mínimo en el mundo superficial de las élites sociales atiborrado de simulaciones y poses, de hartazgo y del aturdimiento de los sentidos a través de ese juego patético que propuso Pirandello hace cien años, en el que los actantes de la obra de teatro de la vida buscan la verdadera razón de su existir: Seis personajes en busca de autor.

Este filme sobre la perenne insatisfacción tiene la grandeza de que sin ser para nada pretencioso logra conmover y deslumbrar a los amantes del cine, con lo sencillo de un misterio eterno: ¿Cuál es el verdadero sentido de la vida…?

Una pareja de adolescentes se encuentra en un acantilado, el mar es el fondo, y el amor se le revela al hombre a través de la contemplación de la máxima belleza y juventud de una Fata Morgana que lo embelesa para siempre… pues ella sólo será mujer en tanto que el hombre la desee y le demuestre su amor. Su necesidad de ser adorada la asemeja a los dioses, ella en sí misma es una diosa, ¡pues se trata del eterno femenino…!

Pero cuidado, ya lo dijo Schopenhauer alguna vez y para siempre: el amor es un truco de la naturaleza para la conservación de la especie.

Cuando la belleza y la juventud se marchitan, ¿qué queda?

Esta obra maestra nos propone una respuesta espléndida. Solamente los muchogenarios, como el que esto escribe, tenemos la clave, tal vez… 
Porque la belleza está donde menos la imaginamos.

Está de más mencionar sobre la maravillosa dirección de Sorrentino, que también coescribió el argumento, y por supuesto el guión; la fotografía, el soundtrack, la dirección de arte, el montaje y la apoteosis histriónica de su protagonista, el m-a-e-s-t-r-o Servillo, que soporta todo el peso de una historia formidable. Recibió la Palma de Oro en Cannes por Mejor Actor. Pocas veces me pongo de pie para agradecer en adoración a quienes son capaces de llevarnos a las máximas experiencias estéticas.

En su momento la película se llevó el Óscar, el BAFTA y el Globo de Oro a la mejor película extranjera, también ganó 9 premios David de Donatello en la misma Italia.

Ya la he visto 2 veces y voy por la tercera. No podría recomendárselas más. Búsquenla en las plataformas de cine o tal vez en DVD o BluRay-Disc, no se van a arrepentir.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

martes, 19 de abril de 2022

SPIDER-MAN: NO WAY HOME

 

SPIDER-MAN: SIN CAMINO A CASA Otra aventura del arácnido superhéroe que nos fascina. Esta vez la súper producción y los Fx nos dejan virtualmente apantallados. Fue nominada a un Óscar por Mejores Efectos Especiales. Es increíble y está llena de gratas y terribles sorpresas. Búsquenla ahora en streaming. © Columbia Pictures / Marvel Studios




SPIDER
-MAN: NO WAY HOME (EE.UU., 2021, DIR. JIM WATTS).

Estrenada hace cinco meses en las salas de cine, el atractivo principal de esta entrega, además de ver a nuestro arácnido superhéroe, es la espectacular presencia del Dr. Strange (Benedict Cumberbacht) que con su gema del tiempo llega para ayudar a Spider-man, que tiene un gran problema, a regresar al pasado. Ese pasado ya conocido, de estadios mucho más cómodos y cotidianos que le permitían llevar a cabo sus aventuras y sus luchas contra el mal. 

Pero algo sale mal. Así, el multiverso que sólo unos cuantos muy versados entienden totalmente, se fractura y los planos de realidad aumentada se multiplican de una forma delirante atrayendo nuevas preocupaciones y  conflictos. Los juegos entre el tiempo y los personajes, que entran y salen de él, en diferentes planos dimensionales hacen de esta cinta algo ciertamente críptico y exigen concentración, conocimientos de la saga y algunos retos intelectuales. Esa dificultad cognitiva nos motiva a revisar los episodios anteriores para efectuar relecturas que nos ayuden a tener más claro este intrincado rompecabezas cinematográfico.

La puesta en pantalla, la dirección, las actuaciones y el soundtrack son de primera categoría. ¡Es un producto Marvel, por supuesto...! Además, fue nominada a un Óscar por Mejores Efectos Especiales. No ganó, pero eso no tiene la menor importancia, porque la crítica mundial la considera como la mejor película de cómic del 2021.

Finalmente, el resultado es apoteósico, gracias a la combinación de los villanos: Doc Ock (Alfred Molina siempre perfecto), Green Goblin (Willem Defoe como siempre extraordinario), Electro, Sandman y otros más que regresan hiper recargados y más locos que nunca ―también con sus poderes sobrenaturales claro―, en unas batallas hiperdimensionales 
perfectamente coreografiadas contra nuestros amados superhéroes. Fue nominada a un Óscar por Mejores Efectos Especiales, pero no ganó, lo cual no tiene la menor importancia.

En esta ocasión multiplicados, todos los personajes hacen las delicias de los fans y nos llenan de divertimento nostálgico, pletórico de emociones que nos dejan de boca abierta. Pero como ya dijimos, también representan un reto para el espectador. Por lo tanto, hay que efectuar una relectura (o varias) para apreciarla todavía más, pues de primera vez siempre se nos van muchos detalles cuando vemos este tipo de producciones  tan barrocas visualmente.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

jueves, 14 de abril de 2022

THE BATMAN

 

The Batman es ahora una inquietante película donde el superhéroe infunde temor no solamente a los facinerosos, sino también a la gente de Gotham, pero no por ello es menos fascinante. © DC Films / Warner Bros Pictures 



THE BATMAN (EE.UU., 2022, Dir. Matt Reeves).


El universo del cómic de papel se desborda más allá de sus límites para mostrarnos a la mítica figura de este caballero de la noche cuya impronta es indeleble en la memoria colectiva de varias generaciones. Apreciarlo en una pantalla de cine le confiere un valor adicional, porque la gran mayoría amamos a los superhéroes. Con ustedes: The Batman.

En los años de 1960 su versión televisiva nos presentaba un Batman divertido, ingenuo y psicodélico; porque representaba el espíritu de una época maravillosa. Todo allí era una lucha del bien contra un tipo de mal bastante a gogó, glamoroso y muy pop. Por supuesto el mundo era otro, desde el arte, los avances científicos y la moda hasta la mismísima cosmogonía. Se podría decir que aquella todavía era una edad de inocencia. Se estaba pasando de una sociedad niña a una adolescente. Lejos quedaban los traumáticos tiempos de la posguerra, y aunque ya se sabía que había fuertes cambios sociales y que se avecinaban muchos más, nada se comparaba con lo que pasa hoy, en 2022. Allá irrumpía el concepto del movimiento hippie, la revolución sexual, la popularización del uso de la mariguana y el LSD como drogas recreativas. Por otro lado, también había otras cosas realmente escabrosas como el reciente  “suicidio” de Marilyn y el asesinato de Kennedy ―dos de los máximos símbolos del sueño americano y del esplendor del mundo libre―, la “guerra fría”, la Cuba comunista amenazantemente cerca de Florida y la cruenta guerra de Vietnam.

En cuanto a esta producción, estrenada hace unas semanas, tenemos que descubrimos que al joven Robert Pattinson muchos lo detestan, porque no le perdonan el haber iniciado su carrera y su enorme fama como un vampiro que a la luz del sol no perecía sino que brillaba, en Crepúsculo (Catherine Hardwicke, 2008) y su saga. Alguien me dijo burlonamente: "¿De veras vas a ir a ver a ese Batman carilindo con 'brillitos'…?".

No voy a hacer apología de este actor. Sin embargo, hemos sido testigos de que al pasar de los años, ese vituperado "lindo ex modelo de pasarela" se ha convertido en uno de los mejores actores de la industria de Hollywood. Histriónicamente Pattinson ha crecido notablemente, y como el "Hombre Murciélago" hace gala de su gran talento y fotogenia  logrando imponer una gran presencia en pantalla; pero lo desconcertante es que en las secuencias en las que aparece como "Bruce Wayne",  inmediatamente después de quitarse el emblemático traje negro, su galanura se ve sacrificada, pues el director quiso imprimirle un sello de antigalán frustrado, desgarbado, medio mugroso y bastante greñudo, al no darle tiempo para recuperar su apostura del magnate irresistible de siempre, ya enlocionado y perfectamente acicalado en sus lujosos aposentos. Cosa bastante inusitada y rara, porque todos los actores que han interpretado a Batman/ Bruce Wayne son, al igual que Pattinson claro, muy guapos y siempre impecablemente arreglados. Nosotros hemos visto casi todas sus películas, de las que sobresalen Bel Ami (Nick Ormerod, 2012) y El faro (Robert Eggers, 2019) que ya reseñamos por aquí en su momento. Con The Batman no se queda atrás, y eso no es ninguna sorpresa.


The Batman. El magnífico Robert Pattinson agrega otro gran triunfo a su carrera al representar a este nuevo Batman mucho más complejo y oscuro. © DC Films / Warner Bros Pictures


Uno de los personajes que siempre han estado alrededor de Batman, para bien o para mal, es Gatúbela “La Mujer Gato”, que menciona en uno de sus parlamentos: “Un murciélago y un gato siempre hacen buena combinación”. ¡Mmmh...! En esta entrega a Gatúbela la hace un prodigio de actriz, tan bella como talentosa: la exótica Zoë Kravitz, que se mueve como pez en el agua en cada una de sus escenas. El resultado de sus secuencias es muy interesante y altamente brillante. Ella soporta gran peso de esta  historia y logra fascinar al taciturno Batman (¿y a quién no?). Al final de cuentas, la felina le confiere un gran toque de misterio, sex appeal y esplendor a un argumento sumamente lento, denso, oscuro y muy sórdido escenificado en  Ciudad Gótica, Gotham, que aparece sucia, decadente y peligrosa; como un lugar al que uno no quisiera ir a visitar o vivir, y mucho menos de noche… En esta ocasión al personaje de Batman no le tocó una película divertimento, más bien es un film noir que ni siquiera es para niños.

Así, las cintas sobre Batman se han vuelto cada vez más dark; y aunque Batman continúa siendo un superhéroe atormentado, ahora lo presentan como un “emo” que raya en lo caricaturesco.  Como complemento de tal desasosiego, los villanos ya no son festivos, chistosos ni traviesos como “El Guasón” de César Romero en la serie de televisión de 20th Century Fox Televisión y ABC (1966-1968) o aquel interpretado por Jack Nicholson en Batman (Tim Burton, 1989). 
Es más, a partir del pavoroso "Joker" de Heath Ledger en Batman: El caballero de la noche (Christopher Nolan, 2008) se comenzó a retratar a los villanos cada vez más apegados a lo que realmente son: unos verdaderos y pavorosos psicópatas. Tan sólo recordemos también ese magnífico y brutal spin off intitulado The Joker (Todd Phillips, 2019) ―donde Joaquin Phoenix alcanza el cénit de la perversión DC (ya reseñada también en su momento por aquí abajo)― que nos dejó sin aliento y absolutamente estremecidos.


THE BATMAN Cada vez más dark. Ahora la personalidad del magnate "Bruce Wayne" tiende a ser una especie de "emo" que raya en lo caricaturesco, cuestión que por supuesto no se sale de registro, pues esto es un cómic.
© DC Films / Warner Bros Pictures


Ya verán qué sorpresa se llevan en esta ocasión con el tratamiento que el director Reeves le dio al villanazo estrella de esta producción: el oculto "Riddler" (Paul Dano), que es toda una revelación y también está de no creerse.

Ver en una sala de cine una película de Batman, la que sea, mala, regular, buena o excelente ―cada quien tendrá sus propios gustos y opiniones―, es un deleite, pues sus puestas en pantalla siempre son una alegoría de los grandes males y placeres de la vida; y nos guste o no, es de agradecerse. Porque es una suerte todavía poder asistir a esos templos a oscuras, para gozar y sufrir la máxima experiencia de la tristeza, la melancolía, el horror y la belleza de un ser que habita en las sombras, al cobijo de la noche y sus secretos; que espera la señal proyectada en el cielo para entonces desplegar su capa en forma de alas y transfigurarse en ese murciélago con mente y corazón de semidios, un hombre imperfecto y atormentado, pero que es finalmente un súper héroe. 

Para beneplácito de sus incontables fans, los curiosos y los que prefieren ver los filmes en las plataformas ya se anunció que The Batman pronto estará en streaming. Ya la estaremos viendo nuevamente, porque nuestro eterno Batman bien vale otra lectura y otra...

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

miércoles, 9 de marzo de 2022

EL CALLEJÓN DE LAS ALMAS PERDIDAS

 

El callejón de las almas perdidas es el remake de un filme del mismo nombre de 1947. Un agudo estudio de la naturaleza humana sin concesiones ni edulcoramientos. © TSG Entertainment/ Double Dare You Productions/ Searchlight Pictures



EL CALLEJÓN DE LAS ALMAS PERDIDAS / NIGHTMARE ALLEY  (EE.UU., 2021, Dir. Guillermo del Toro).

El mundo del circo siempre ha estado poblado de seres extraordinarios, tanto que el gran público paga por verlos y en muchas ocasiones del morbo y la sorpresa se pasa a la fascinación. Hay una cinta de 1932 llamada Freaks (Tod Browning), que pensamos, hasta ahora, que era la más singular y horrorosa que habíamos visto de esa temática, sobre todo, porque nos presenta la maldad y la degradación humana de la artista más bella de la pista, una rubia trapecista que se encuentra rodeada de los “fenómenos” del título ―por cierto,  las personas más nobles e inocentes del mundo―, y que irónicamente no tienen ni la más remota idea de que tan "linda chica" lleve dentro de sí semejante monstruo de perversión. No obstante, el cine realizador mexicano va todavía más allá con esta producción ya nominada a los Óscares en 4 categorías: “Mejor película”, “Mejor diseño de producción”, “Mejor fotografía” y “Mejor diseño de vestuario”.

Decía Erich Fromm que el hombre conlleva una subyugante dualidad: la de animalidad conjugada con la divinidad. ¿Qué tanto de una y otra naturaleza nos habita y nos domina?

El más reciente filme de Guillermo del Toro, creador de universos tan complejos cuanto redondos,  El callejón de las almas perdidas, es un agudo estudio de la naturaleza humana sin concesiones ni edulcoramientos.

Nosotros somos grandes admiradores del cine clásico y sus figuras.  Hollywood es la fábrica de sueños por antonomasia y para ello tiene que producir y lanzar dioses de celuloide únicos y casi siempre irrepetibles. Sin embargo, los arquetipos nunca varían: el galán tan despreocupado cuanto seductor, la linda chica de al lado y la femme fatale estarán constantemente presentes y sus caracteres serán obviamente maximizados, porque de ello dependerá el éxito de taquilla. En eso radica el star-system.


El callejón de las almas perdidas tuvo su primera versión cinematográfica en 1947, fue dirigida por Edmund Goulding. Hoy en día es un clásico. © 20th Century-Fox



Basada en la exitosa novela Nightmare Alley, escrita por William Lindsay Gresham, tuvo su primera versión cinematográfica en 1947 dirigida por Edmund Goulding. La cinta fue traducida al castellano con un nombre mucho más dramático:  El callejón de las almas perdidas, cuyo protagonista es un buen tipo que por azares del destino de repente obtiene lo que todo mundo desea: éxito, dinero, amor y fama. El galán de matiné Tyrone Power demostró sus grandes dotes histriónicas al bordar a la perfección el papel de “El Gran Stanton”, un brillante y astuto mentalista de circo. La actriz antagónica Helen Walker, como Lilith la perversa psicóloga, también está sencillamente formidable. La historia es verdaderamente estremecedora, pues versa sobre el triunfo basado en la degradación humana. Destino, suerte o premonición se funden en una pesadilla noir acerca de los tintes profundamente psicológicos que tiñen tres de las debilidades humanas: el embuste, la ambición y la culpa.


NIGHTMARE ALLEY. Bradley Cooper, en esta película bien podría ser considerado una especie de nuevo Clark Gable. © TSG Entertainment/ Double Dare You Productions/ Searchlight Pictures
 

Nunca osaríamos hacer comparaciones entre  películas o una estrella y otra, de la misma o aun de diferentes épocas, pero sí en cambio nos permitimos, y muy ampliamente, realizar contrastes. Las dos versiones de El callejón de las almas perdidas son  extraordinarias, y aunque entre ambas medien 75 años, la primera, por supuesto ya convertida en un clásico, no tiene desperdicio; por lo cual el tono y el ritmo fueron reproducidos muy fielmente, por supuesto que muy mejorados por la tecnología y un presupuesto de más de 60 millones de dólares que se notan acusadamente.  

Por el lado del talento artístico de los histriones, Cate Blanchett (como Lilith) a veces nos dio la impresión de que hacía una exquisita imitación de Lauren Bacall ―y no de Helen Walker, irónicamente―, aquella sofisticada y ruda rubia de voz profunda y gutural de imponente presencia. El protagonista, un guapazo, como lo es Bradley Cooper, bien podría ser una especie de nuevo Clark Gable ―más no de Tyrone Power―; pues tiene una figura apolínea  y casi el mismo tipo de rostro increíble y magnético del mítico “Rey de Hollywood”. La secuencia de la tina es una de las más portentosas que se hayan filmado aludiendo al sex-appeal de un magnífico "macho-man" en condiciones de total indefensión ante una decadente y peligrosa  depredadora sexual.



El callejón de las almas perdidas. En la secuencia del baño de tina de Stanton (Bradley Cooper) se aprecia una de las escenas más portentosas que se hayan filmado aludiendo al sex-appeal masculino. © TSG Entertainment/ Double Dare You Productions/ Searchlight Pictures



Este tour de force, que nos lleva del sórdido mundo de los seres trashumantes del circo al total glamour del espectáculo de cabaret de lujo para un público de élite, es una verdadera montaña rusa de emociones.

De la entrega de del Toro nos tocó ver la versión a colores. Lo que sí supimos de antemano es que duraría 150 minutos y francamente temimos que se nos harían eternos; pero no. Para variar, del Toro haciendo gala de una dirección genial, literalmente nos apantalló con la manera tan vertiginosa en que nos hizo llegar hasta la última secuencia sin sentir, que resultó ser  absolutamente inesperada, espectacular  y abismal. Es decir, nunca fuimos conscientes de la larguísima duración del filme. Eso es entretenimiento puro y además 100% arte.

El fantástico cine de del Toro suele desencadenar emociones fuertes, dándonos sorpresas y arrobadoras catarsis finales. Esta es una película verdaderamente densa y difícil, en la que lo inesperado termina dejándonos prácticamente sin aliento (a menos que ya hayamos visto previamente la versión de 1947).

Recordemos que Antonin Artaud fue el creador del teatro de la crueldad. Se podría decir entonces que Guillermo del Toro es ahora, con mucho, el artífice de cierto tipo de cine de la crueldad… en el que todo es parte del juego malvado de la naturaleza humana, tan terrible y mágicamente asombrosa.

Habré de ver otra vez este tratado sobre la infamia, pero ahora en su versión en blanco y negro…

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado