jueves, 3 de noviembre de 2022

BROS

BROS Un contundente alto a las estereotipadas comedietas "gay" huecas y complacientes. Esta historia propone una nueva visión de la realidad del colectivo LGBTQ+  para que se cambien los antiguos paradigmas socioculturales llenos de atavismos y prejuicios; ésos que ya no deberían tener cabida en el siglo XXI. © Global Solutions/ Apatow Productions/ Universal Pictures




BROS (EE.UU., 2022, Dir. Nicholas Stoller).
Me metí a ver este filme porque lo publicitan como una comedia romántica. Lo cierto es que a veces uno necesita ver algo que sea un divertimento sin mayores pretensiones, pues esa tarde no estaba yo para dramas, tragedias ni sufrimientos metafísicos. Para esa tarde de cine mi acompañante había sugerido ir a ver una de 3 cintas de esas muy intelectuales, muy acá y de agónicas profundidades, para que yo escogiera, pero mi estado anímico no estaba para ninguna de esas opciones y en su lugar le pedí que mejor viéramos algo ligero y "chistoso". Ya sentados en la sala yo internamente pedía que la película no resultara ser un churro bobalicón e intrascendente. Pero para mi gran sorpresa, ¿qué creen…?

Todo comienza con un gran acercamiento de Bobby Lieber (Billy Eichner) un famoso locutor de radio transmitiendo desde su cabina, un hombre de 40 años, judío, homosexual y soltero. Nada del otro mundo. Conforme avanza la trama nos damos cuenta de que además de su podcast tiene un proyecto pedagógico y cultural de tan enormes dimensiones que va a iniciar otra revolución en la todavía atrasada y oscurantista sociedad estadounidense del siglo XXI (con todo y sus pretensiones de muy abierta, inclusiva y postmoderna). Por otro lado tenemos a Aaron (Luke Macfarlane) como un abogado que se dedica a resolver casos de herencias y cuestiones financieras, pero 
considera que su trabajo es tedioso y aburrido, y definitivamente no lo disfruta. Para quitarle un poco lo rutinario a su existencia asiste a diario al gym para equilibrar su tedio y frustración, desarrollar al máximo sus fantásticos músculos y así al menos poder lucirlos después en los antros gay. ¿Vanidad, narcisimo o egolatría…? Yo diría que los tres, combinados como la sobrecompensación de su frágil y subdesarrollado ego… Pero por favor,  nadie se dé por aludido, no se preocupen, estoy hablando únicamente de personajes de ficción: “Toda semejanza con la realidad es mera coincidencia.”

Esta es una historia muy del género “boy meets girl”, “chico encuentra chica”, pero en versión “boy meets boy” o más bien "bro", al estilo de When Sally Met Harry/ Cuando Sally encuentra a Harry (Rob Reiner, 1989).

Sin embargo, y a pesar del uso de muchos gags y clichés, el discurso en general no tiene nada de superficial, bobo ni chistoso. Muy por el contrario, a pesar de su suave tono de comedia es una verdadera bomba que nos agarra desprevenidos por lo verosímil, coherente y devastador del tema: las relaciones actuales que a toda costa se pretende que no se vuelvan “amorosas”. En la cual se retrata fiel, directamente y sin concesiones a una sociedad pedante y egoísta llena de hombres inseguros y llenos de traumas que tratan de cubrirse con máscaras sobre las máscaras, porque en realidad le tienen pavor a ser descubiertos tal como son y por eso le rehúyen a los compromisos reales. De tal manera viven a medias, sin ser ellos mismos, sin mostrarse tal cual son; luego entonces se hallan atrapados en una zona de confort repleta de fruslerías mentales, de consumo indiscriminado y de satisfacciones inmediatas, pero no de bienes y servicios, sino de congéneres desechables tipo "úsese y tírese"; y eso si acaso se atreven a circular más allá de las fronteras de las redes sociales. Tipos endebles que a pesar de tener frente a sus narices al que pudiera ser el "hombre de su vida" o a "Mr. Right" para disimular su miedo mejor lo rechazan (antes o después de haber tenido sexo), lo dejan plantado, lo tratan mal y lo desprecian —cuando en realidad los que se desprecian son ellos mismos porque son egodistónicos— y mejor prefieren escapar, para proseguir con su frenética y cómoda búsqueda de lo que realmente quieren: "la nada". Eso es lo que acontece entre "Bobby" y "Aaron", los 2 personajes principales que representan el estereotipo y la síntesis del fracaso total de las relaciones humanas profundas y comprometidas en esta era del más rotundo vacío existencial disfrazado de éxito, autosuficiencia e independencia.

Pero además de semejante denuncia a través de un inteligente y agudo análisis psicológico y social del mundo homosexual tenemos contundentes referentes de que tal fenómeno no es solamente el argumento de una película o de una realidad exclusivamente gay sino que  también se da mucho en el mundo heterosexual, acorde a lo que a simple vista, o si  lo si observamos detenidamente, podemos captar; además de escuchar los variados y abundantes testimonios de mujeres que conozco que me han contado personalmente (durante años) que también a ellas suele sucederles exactamente  lo mismo. 

Ver la demoledora Bros es como asistir al glamoroso ritual donde la juventud y la belleza se entronizan por sobre cualquier valor tradicional, en una realidad de relaciones efímeras, y  a veces superpuestas, que idealizan la supremacía del sex-appeal impuesto por los medios masivos de comunicación y las redes sociales. Esta es una brutal disección de la normalizada antropofagia de una sociedad cínica, ridícula, vacía y en plena decadencia.



BROS Dicen que "En el amor y en la guerra todo se vale". Porque después de todo tal vez ambos sólo sean un juego de poderes... 
© Global Solutions/ Apatow Productions/ Universal Pictures


Esta maravilla es la innovadora e increíble apuesta de la productora Universal Pictures, posicionada y considerada entre las majors, para cambiar la concepción de las películas de nicho. Pues además de haber sido escrita y dirigida por gays todos los actores principales también pertenecen a la comunidad LGBTQ+.

Esta trama nos recuerda un poco a Hollywood (2020), una estupenda miniserie de Ryan Murphy ―que todavía transmite Netflix― cuyos 7 episodios nos narran la historia de cómo un estudio cinematográfico cambia la concepción del “star system” en los años dorados de fines de la década de 1940; una época en la que las minorías afroamericanas y de la diversidad sexual eran prejuiciosa y descaradamente excluidas de la industria o relegadas a ínfimos papeles, a menos que lesbianas y homosexuales ocultaran su condición como tales. ¿Se acuerdan de Greta Garbo y Rock Hudson o de la famosa pareja de Katherine Hepburn y Spencer Tracy?, sólo por nombrar a 4 de los más célebres.

Así, Bros es una producción de excelente factura técnica y artística, que a pesar de que pudiera parecer excesiva por lo “estridente” de su temática, es absolutamente inteligente, mesurada, seria y respetuosa,  pero a la vez totalmente deslumbrante y deliciosamente despiadada. ¡Muy a la Woody Allen...!

No se la pierdan, porque finalmente las sonoras carcajadas de un público ávido de diversión, finalmente se diluyen en una profunda reflexión filosófica que lo abarca todo y que encierra una absoluta verdad: “Nada de lo humano me es ajeno”, Publio Terencio dixit.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

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