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THE MEG o Megalodón, una extraordinaria aventura marina que lo tiene todo, menos ser inolvidable... © Warner Bros |
DE UN LINDO ESCUALO MUY "GOLOSO", OTRO CHURRO ACUÁTICO: O DE UN MEGALOBODRIO Bueno, la cosa es subjetiva como casi todo en esta vida −que en el mar dicen que es más sabrosa−, porque en plenas vacaciones, de playa claro, te puede devorar un monstruo marino prehistórico que "se escapó" porque un grupo de científicos le fueron a picar la aleta a las profundidades donde vivía…
Se trata de THE MEG, MEGALODÓN (China, EE.UU., Dir. Jon Turteltaub, 2018), cuyo argumento es muy simple: En lo más profundo del océano Pacífico −a 11,000 metros en la fosa de las Marianas−, cerca de Filipinas, vive una fauna de tamaño mega, como eran los animales prehistóricos. En aras del avance los científicos y biólogos marinos llegan hasta allá, pero sin saberlo, desatan las fuerzas de la naturaleza y después ya no las pueden controlar. ¿Les suena conocido...?
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JAWS significa mandíbulas en castellano, pero en México fue intitulada como Tiburón. La banda sonora o soundtrack fue único. Fue tal su éxito que pronto filmaron Tiburón 2. En aquellos tiempos (1975) realmente nos impresionamos. © Universal Pictures |
Si Jaws/ Tiburón (Steven Spielberg, 1975)*** para nuestra generación de chavitos-vintage, como lo soy yo, fue terrorífica, inolvidable e impactante, tanto que todos nosotros al meternos al mar, inclusive muchos años después, seguimos recordando que por allí nadando también puede andar un tiburón hambriento, a los jóvenes esto apenas si les impresiona. Porque las películas “normales” de esta época ya presentan monstruos mucho más grandes y letales, como en las cintas de superhéroes, transformers o batallas intergalácticas. Al otro día me olvidé de la película, con todo y que la 3D la hace más espectacular, porque aunque es una megaproducción multimillonaria, con excelentes actores y dirección, y que está llena de magníficos Sfx (special effects) ya no impresiona ni a mi abue…
¡Ah, qué tiempos!, mis queridos millennials y lindos "viejecillos" que los acompañamos −que como ya hemos visto tanto cine (aunque nunca suficiente), nos impresiona mucho más una película como Psycho (Hitchcock, 1960)****, Doctor Zhivago (David Lean, 1965)**** o Una familia de tantas (Alejandro Galindo, 1949)****.
¡Corte y queda...!
MarcH de Malcriado