jueves, 9 de enero de 2020

ESTO NO ES BERLÍN


ESTO  NO  ES  BERLÍN La  Ciudad  de  México, antes  llamada México, D.F.,  y  sus  suburbios,  son el  escenario de  una perfecta recreación  de  1986.  El  soundtrack lo  deja  a uno  con  ganas  de  querer  comprarlo,  pues  ciertas  canciones  me  recordaron  mucho a Rita  Guerrero y  Santa  Sabina. Todo,  pero  todo,  es  un  “alucine”, como  se  decía  en  aquel  entonces.
© Catatonia Films/ La  Palma  de  Oro  Films



ESTO NO ES BERLÍN México, 2019, Guión  y dir. Hari Sama. 

Retroceder en el tiempo parece ser lo de hoy en las películas importantes. El año pasado fue con Roma (Alfonso Cuarón, 2018) y Las niñas bien (Alejandra Márquez Abella, 2019), ahora tenemos Esto no es Berlín

Un par de jovenzuelos, Carlos (Xabiani Ponce de León) y Gerardo (José Antonio Toledano), son los 2 mejores amigos de la prepa; es 1986 y en México apenas se asientan las primeras manifestaciones del movimiento post punk, que por cierto en Europa ya comenzaba a decaer. Aquí la adolescencia es mostrada en su plenitud,  con la problemática de la escuela, las relaciones familiares, los cuates del equipo de fútbol, la música, los primeros enamoramientos, la sexualidad y mucho más.


La recreación de la época es perfecta la dirección de arte corrió a cargo de Diana Quiroz―, y la dirección de actores de Sama también; la fotografía es estupenda y el soundtrack lo deja a uno con ganas de querer comprarlo, pues ciertas canciones me recordaron a Rita Guerrero muy a lo Santa Sabina. Todo, pero todo, es un “alucine”, como se decía en aquel entonces. 

La  guapísima Rita (Ximena Romo, una especie de nueva Brigitte Bardot a la mexicana) es una chica que canta rock gótico en "The  Aztec", un antro underground; una noche llegan hasta allí Gerardo y Carlos, para  descubrir lo  "oculto", la  historia de  ambos ya no será la misma. Pues de la mano del púnkaro y “asesor espiritual” Nico (Mauro Sánchez Navarro, nada menos que ganador de la Biznaga de Plata como Mejor Actor de Reparto en el Festival de Cine de Málaga, 2019) su repentina inmersión al submundo del arte y la manera de expresarse en la vida hará que su experiencia sea de verdad inenarrable y los cambiará para siempre. 

No sé, tal vez porque yo también fui joven en esa década, me identifico con mucho de lo que retrata la película: la pérdida de la inocencia, la iniciación a la rebeldía, la apertura  mental, las  propuestas de una supuesta libertad y mucho más. 

Esta  película mexicana ya ha  sido aclamada en varios festivales internacionales y ha  ganado algunos premios. No deben perdérsela por ningún motivo. Yo iré a verla de nuevo, porque es sencillamente fascinante. 

¡Corte y queda…! 

MarcH de Malcriado