ESTO NO ES BERLÍN México, 2019, Guión y dir. Hari Sama.
Retroceder en el tiempo parece ser lo de hoy en las películas importantes. El año pasado fue con Roma (Alfonso Cuarón, 2018) y Las niñas bien (Alejandra Márquez Abella, 2019), ahora tenemos Esto no es Berlín.
Un par de jovenzuelos, Carlos (Xabiani Ponce de León) y Gerardo (José Antonio Toledano), son los 2 mejores amigos de la prepa; es 1986 y en México apenas se asientan las primeras manifestaciones del movimiento post punk, que por cierto en Europa ya comenzaba a decaer. Aquí la adolescencia es mostrada en su plenitud, con la problemática de la escuela, las relaciones familiares, los cuates del equipo de fútbol, la música, los primeros enamoramientos, la sexualidad y mucho más.
Un par de jovenzuelos, Carlos (Xabiani Ponce de León) y Gerardo (José Antonio Toledano), son los 2 mejores amigos de la prepa; es 1986 y en México apenas se asientan las primeras manifestaciones del movimiento post punk, que por cierto en Europa ya comenzaba a decaer. Aquí la adolescencia es mostrada en su plenitud, con la problemática de la escuela, las relaciones familiares, los cuates del equipo de fútbol, la música, los primeros enamoramientos, la sexualidad y mucho más.
La recreación de la época es perfecta ―la dirección de arte corrió a cargo de Diana Quiroz―, y la dirección de actores de Sama también; la fotografía es estupenda y el soundtrack lo deja a uno con ganas de querer comprarlo, pues ciertas canciones me recordaron a Rita Guerrero muy a lo Santa Sabina. Todo, pero todo, es un “alucine”, como se decía en aquel entonces.
La guapísima Rita (Ximena Romo, una especie de nueva Brigitte Bardot a la mexicana) es una chica que canta rock gótico en "The Aztec", un antro underground; una noche llegan hasta allí Gerardo y Carlos, para descubrir lo "oculto", la historia de ambos ya no será la misma. Pues de la mano del púnkaro y “asesor espiritual” Nico (Mauro Sánchez Navarro, nada menos que ganador de la Biznaga de Plata como Mejor Actor de Reparto en el Festival de Cine de Málaga, 2019) su repentina inmersión al submundo del arte y la manera de expresarse en la vida hará que su experiencia sea de verdad inenarrable y los cambiará para siempre.
No sé, tal vez porque yo también fui joven en esa década, me identifico con mucho de lo que retrata la película: la pérdida de la inocencia, la iniciación a la rebeldía, la apertura mental, las propuestas de una supuesta libertad y mucho más.
Esta película mexicana ya ha sido aclamada en varios festivales internacionales y ha ganado algunos premios. No deben perdérsela por ningún motivo. Yo iré a verla de nuevo, porque es sencillamente fascinante.
¡Corte y queda…!
MarcH de Malcriado
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