miércoles, 29 de diciembre de 2021

TITANE

 

TITANE La fragilidad y la vulnerabilidad a veces se manifiestan como todo lo contrario: como una fortaleza y poderío capaces de exterminar cualquier amenaza, real o imaginaria. © Kazak Productions/ Frakas Productions Arte/ Arte France Cinéma/ Be TV – Voo



TITANE (Francia, 2021, Dir. Julia Ducournau).
Una extensión del infierno de Dante, alegoría del interior de uno de los personajes más estremecedores y terribles ―a la vez provocador y fascinante― del cine de las últimas décadas. La sexy bailarina Alexis (Agathe Rouselle, una especie de nueva Charlotte Rampling recargada) es la combinación perfecta de la vulnerabilidad y la fragilidad que eclosionan con la fuerza letal de una hipnótica y rara belleza que va muchísimo más allá de la femme fatale noir, porque ella es una  monstruosa cazadora y consumada depredadora. 

El tema principal de la película es el miedo, todos los miedos que se puedan experimentar, pero sobre todo al de la soledad y a decir la verdad, llevado hasta sus últimas consecuencias.


TITANE Agathe Rouselle interpreta 2 de las danzas eróticas más fabulosas del cine desde aquel mítico strip-tease de Kim Basinger en Nueve semanas y media (Adrian Lyne, 1986).
 © Kazak Productions/ Frakas Productions Arte/ Arte France Cinéma/ Be TV– Voo



Desde El cisne negro (Darren Aronofsky, 2011) e Irreversible (Gaspar Noé, 2002), tan sólo por citar 2 filmes de este siglo, no se había visto en la pantalla un personaje de tan alto voltaje como el de Alexis, esa extraña criatura vamp de insondable personalidad. Sobre todo en esta época en la que el respeto a la individualidad, por más bizarra que ésta sea, a la fluidez de género y a la frialdad de una sociedad de consumo mecanizada y cibernética (increíblemente todavía llena de prejuicios tan atávicos cuanto ocultos), que se manifiestan como la más simple de las cotidianeidades en las llamadas súper civilizaciones; lo cual también es un peligro.


El segundo personaje es Vincent (el fabuloso Vincent Lindon), un atormentado padre de familia traicionado y abandonado, que después de recuperar a su hijo, se  mira desnudo en el espejo y cita una verdad absolutamente lacerante: “No estoy enfermo, sólo soy viejo”. A muchos éso nos pega totalmente, pues bien sabemos a lo que se refiere, que es un mundo en sí mismo, pero no menos fascinante.


TITANE Vincent Lindon como "Vincent" se mira desnudo en el espejo y dice: “No estoy enfermo, sólo soy viejo”. Un entrañable y fascinante personaje. © Kazak Productions/ Frakas Productions Arte/ Arte France Cinéma/ Be TV– Voo


El soundtrack oscila entre el más rítmico y estridente techno y la más celestial belleza de las sinfonías corales; pero justo en medio se puede escuchar la versión más inusitada de La Macarena. No hay suspenso en la cruda narrativa de este cuasi thriller psicológico, todo sucede de repente, sin previo aviso. Un ejemplo del absoluto “tour de force” a la francesa. La secuencia del cuerpo de bomberos bailando frenéticos en la estación que se ve interrumpida por una de las danzas más eróticas y ardientes no tiene parangón. Después de todo, se dice que lo que más se rechaza es lo que más se desea…


TITANE La fragilidad y la vulnerabilidad a veces se manifiestan como todo lo contrario: como una fortaleza y poderío capaces de exterminar cualquier amenaza, real o imaginaria.
© Kazak Productions/ Frakas Productions Arte/ Arte France Cinéma/ Be TV – Voo


Por no llevar súper stars en el reparto ―aunque Lindon es archi conocido en Europa por sus más de 50 películas, como la inolvidable Betty Blue (Jean-Jacques Beineix, 1986)―, tampoco excentricidades, con cero grandilocuencias visuales, sin grandes Fx ni las pretensiones de ser una cinta blockbuster (éxito de taquilla); y a pesar de tener el mérito inmejorable de contar con la sencilla profundidad de su maravillosa historia, filmada con apabullante y brutal belleza (nunca había visto nada de esa directora), esta película está condenada inexorablemente a ser exhibida únicamente en una sala, la única de arte que existe en la gran Ciudad de México (la que está atrás del Ángel de la Independencia), además de estar en la cartelera de la consabida Cineteca Nacional, por supuesto.

No sé qué dijeron los críticos, ni el público, pero se llevó la Palma de Oro del Festival de Cannes este año. Titane es algo fuera de serie, totalmente e-x-t-r-a-o-r-d-i-n-a-r-i-a. A nosotros nos dejó muy impactados, y francamente, de boca seca. ¡Qué privilegio haber podido ir a verla…! (Seguramente regresaremos a verla nuevamente).

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

martes, 7 de diciembre de 2021

IN THE MOOD FOR LOVE

 

IN THE MOOD FOR LOVE La eterna historia de un amor prohibido, casi imposible, se vuelve alegoría de la explosión de Eros. Pero de una manera exquisita. © Block 2 Pictures/ Jet Tone Productions/ Paradis Films



DESEANDO AMAR/ IN THE MOOD FOR LOVE (Hong Kong, 2000. Dir. Wong Kar-wai)

El cine asiático desde sus inicios ha sido uno de los más raros y sofisticados del mundo, pues su visión no occidentalizada de la belleza resulta para nosotros algo muy atractivo, y por supuesto, muy exótico. La verdad es que no estamos muy familiarizados con él, pero ahora, gracias a la creciente “globalización”, su distribución es mucho más fácil y expedita. Su accesibilidad estaba constreñida, casi exclusivamente a los festivales internacionales, las muestras, cineclubes, tiendas de DVD o BluRay-Disc y, por supuesto, a la programación de la Cineteca Nacional de la Ciudad de México,  que siempre ha sido el escaparate perfecto para todas aquellas películas fuera del mainstream ya sea hollywodense, latinoamericano o europeo.

No obstante, los actuales cinéfilos de corazón —pero hablo de aquéllos que trascienden los éxitos de taquilla de verano estrenados en el 80% de las salas, claro—, se vuelven cada vez más expertos y exigentes, por lo que las distribuidoras ya se han ocupado de atender esa creciente demanda. Fue todo un acontecimiento de gran envergadura que la Academia de Ciencias y Artes de Hollywood le haya otorgado el Óscar a Parásitos (Bong Joon-ho, 2019) como la mejor película extranjera, pues Corea del Sur no es solamente una potencia económica sino también artística. A partir de allí el gran público comenzó a voltear hacia la cinematografía asiática y a conferirle la importancia que tiene. Fue el comienzo, a mayor escala,  de la búsqueda de  hallazgos mucho más allá de las cintas de artes marciales, de la monumental obra clásica de Akira Kurosawa, valorada, revalorada y muy apreciada; o más recientemente de Nagisa Oshima y de Ang Lee. Es una verdadera fortuna poder descubrir y ver filmes tan atractivos, interesantes y de magnífica factura técnica como los citados y bastantes más.

En esta ocasión reseño In the Mood for Love del excepcional realizador Wong Kar-wai de Hong Kong, a quien conocimos allá por 1996 a través de Happy Together, película tan extraña como perturbadora. Fue reestrenada hacia la mitad de 2021 en la Cineteca de la CDMX, pero no regresé a verla porque a pesar de ser excepcional no me gustó para nada… pero de ella tal vez hablaremos después.

Cuando vemos por primera vez In the Mood for Love, puede uno adivinar cuáles son las obsesiones, los temas y las tomas favoritas de este avasallante realizador que busca la estética a cualquier precio. El argumento es muy simple: chico conoce a chica, y el resultado es el amor. Pero la cosa no es tan sencilla. Cuando la “chica” resulta ser Maggie Cheung, una de las mujeres más hermosas y fotogénicas de la industria cinematográfica oriental—además de que siempre  va ataviada como una verdadera muñeca—, el efecto es el embeleso. Sin embargo, el asunto no es tan simple, pues cuando nos damos cuenta, el “chico”, Tony Leung Chiu Wai, también resulta ser tan interesante, tan fotogénico y casi tan bello como la protagonista; entonces surge la hipnosis.

Con una extraordinaria banda sonora como fondo, un periodista y una secretaria se encuentran en el mismo edificio de departamentos porque son vecinos, mientras sus respectivos cónyuges están de viaje. La atmósfera es sofocante, las miradas en los pasillos se repiten, la atracción y la tensión sexual van en aumento, y aunque las miradas siempre son furtivas, todo se repite. Finalmente,  deviene la aceptación de su fortísimo deseo con el predecible y esperado  beso, por demás  apasionado, pero lleno de culpa. El escenario de semejante declaración física de su amor es un callejón tenuemente iluminado por un farol, la lluvia cae suavemente y la música es absolutamente fantástica y uno se vuelve loco y se prende tanto como los amantes, ¡no bueno…!

Pero todo es un artificio, una mentira, la simulación de lo imposible, porque…

IN THE MOOD FOR LOVE Vestida con qipao Su Li-Zhen (Maggie Cheung) mantiene siempre la figura, el peinado y la pose hierática de la amante perfecta. © Block 2 Pictures/ Jet Tone Productions/ Paradis Films



CORTE A: (Interior, noche, pasillo).

La mujer recorre un lóbrego pasillo en medium shoot. La acción ha iniciado con un plano de sus zapatillas de tacón alto que se alejan mientras la cámara hace un tilt-up hacia su ondulante cadera envuelta en la seda de uno de sus múltiples vestidos clásicos —esos chinos muy elegantes y entallados llamados “qipao”— , y puede uno oler su perfume de jazmín mezclado con los vapores provenientes de la olla donde hierven los  fideos cappelli d’angelo de frijol de soya “Vermicelli” con trozos de pato que nadie se va a comer, o tal vez sí; porque las mujeres esculturales y hieráticas como Su Li-Shen, que viven en Hong Kong, no comen casi nada… pues es más importante mantener la figura, el peinado y la pose perfectos. Pero todo así natural, como no queriendo, como sin darse cuenta, porque el juego de las máscaras ha iniciado desde antes de que los créditos aparecieran, porque el trabajo de pre producción es mucho más largo que el tiempo de rodaje, por supuesto… Porque lo que se verá en pantalla no será una película sino un poema de celuloide que nos transporta al verdadero origen y vórtice de la pasión, el deseo de fundirse en el otro hasta desaparecer y estallar allí, dentro del Ser, ahora binario, en la total metempsicosis de no haberse visto ni haber  sido nunca antes,  pero 
de repente aparecer y reaparecerse materializado en el mundo, y verse reflejado en los ojos del otro, hundido e invadido, respectivamente, en esa oscura y sublime oquedad donde se abre el principio del universo que nos succiona la carne masculina hasta hacernos desaparecer otra vez en una eternidad extática de tan sólo 7 segundos… Después, deviene el caer dormidos; pero al despertar, como todos los amantes, siempre queremos más. Éso es In the Mood of Love.

El filme, ovacionado en el Festival de Venecia, está considerado por la crítica internacional como uno de los mejores de lo que va del siglo XXI. Ya la vi 2 veces y voy por más, porque ésto es arte puro, sencillamente majestuoso.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

martes, 30 de noviembre de 2021

LA CASA GUCCI / HOUSE OF GUCCI

LA CASA GUCCI Tan vistosa como genial, el reparto es de infarto. La Gaga seguramente estará nominada el año que entra al Óscar por su actuación. © Metro Goldwyn-Mayer/ Bron Creative/ Scott Free Productions


LA CASA GUCCI/ House of Gucci. (EE.UU. 2021, dir. Ridley Scott). Escribir sobre una película de Ridley Scott es como hablar de una catedral. Su filmografía está plagada de éxitos comerciales y artísticos, citarlos aquí no es la intención pero únicamente como referente hay que mencionar unos cuantos: Alien, el octavo pasajero (1979), Blade Runner (1982), Thelma y Louise (1991), Gladiador (2000), Prometheus (2012) y Misión rescate (2015).

Basada en la novela La casa Gucci: una sensacional historia de crimen, locura, glamour y avaricia de Sara Gay Forden, el filme es un portento de creación de atmósferas, como en todas las películas más famosas de Scott. Ésta es una biopic del heredero de la prestigiada y célebre marca italiana Gucci, Maurizio Gucci, interpretado por Adam Driver, un antigalán tan magnético cuanto actor de excelencia; que es toda una rara avis entre el estrellerío del momento.

La ya muy probada como actriz ―con nominaciones al Óscar por Nace una estrella (2018)―, y súper estrella de la música pop, Lady Gaga, va de coprotagonista como la loca y seductora Patrizia Reggiani. Ella, como siempre, está tan verdaderamente espectacular que se lleva todas, pero todas, las escenas en las que aparece. Seguramente en 2022 será nuevamente nominada como mejor actriz.

LA CASA GUCCI El talentoso Jared Leto hace una verdadera creación como Paolo Gucci; apuesto a que será nominado el año que entra al Óscar como mejor actor de reparto . © Metro Goldwyn-Mayer/ Bron Creative/ Scott Free Productions


El filme cuenta, además, con unos actores de soporte de fábula: Jared Leto (seguro también será nominado por su maravillosa actuación como Paolo Gucci), Al Pacino y Jeremy Irons. Todos ellos implicados en una trama llena de extremo lujo, glamour, ambición, pasión y crimen.


LA CASA GUCCI Salma Hayek es “Pina”, un papel notablemente terrible, por el que sacrifica su gran belleza para representar a la perfección a una psíquica charlatana. ¡Bien por ella…! © Metro Goldwyn-Mayer/ Bron Creative/ Scott Free Productions



También en un pequeño pero crucial papel se puede ver a doña Salma Hayek. No es posible pasar por alto a la bruja Pina (Hayek), la clarividente charlatana. Nuestra más rutilante compatriota en Hollywood, ella tan major star, tan bella y tan international jet-setter; interpreta a un horrendo personaje que sorprende mucho, porque para ello tuvo que sacrificar su belleza y sex-appeal. Tal vez el hecho de figurar en el reparto no nos sorprende gran cosa, pues como es bien sabido la señora de Pinault es la esposa del archimillonario francés François-Henri Pinault, cuyo enorme consorcio también ostenta la posesión de gran parte del Grupo Gucci. No creo que su participación en la película fuera una mera casualidad.

La dirección de Scott no tiene más que aciertos, y aunque pudiera parecer demasiado larga (157 minutos) y de un ritmo a veces lento ―si hubiera sido menos ambiciosa bien podría haber sido presentada como una serie de 3 capítulos de Netflix o de cualquiera otra plataforma―, es absolutamente gloriosa, sobre todo porque la historia está tomada de la vida real. Afortunadamente, su estreno es como debe ser, en las salas de cine a toda pantalla. Ese tono medio melodramático que va in crescendo hasta finalmente llegar al predecible, ineludible y terrible clímax, en la via Palestro de Milán, cuyo montaje es una herencia directa de Hitchcock, es como un apacible río que termina en una estruendosa catarata bellamente envuelta y suavizada por una hermosa pieza coral de música sacra. Además, la nostálgica banda sonora o soundtrack es un increíble compendio de los mejores hits de la música pop de los años de 1970 a 1995.

Una megaproducción tan vistosa como genial, muy a lo "Vanity Fair". La dirección de arte incluye residencias de ensueño, desfiles de modas, tiendas súper exclusivas, fiestas y celebridades; está fotografiada en escenarios deslumbrantes, desde Milán hasta Gressoney en los Alpes, una de las estaciones invernales  de sky  más chics de Europa, pasando por la Villa Balbiano, un impresionante palacio a orillas del lago Como. No pueden perdérsela… después de todo, es una película de Ridley Scott.

¡Corte y queda…! 
MarcH de Malcriado

viernes, 15 de octubre de 2021

SIN TIEMPO PARA MORIR

 

SIN TIEMPO PARA MORIR Por fin llegó a la pantalla grande este esperado divertimento. No sólo es emocionante, es verdaderamente electrizante y muy emotivo. © Eon Productions / Metro-Goldwyn-Mayer


SIN TIEMPO PARA MORIR / No Time to Die (EE.UU., GB, 2021, Dir. Cary Fukunaga).

Tan arrolladora, impactante y emotiva como cada una de las entregas anteriores, pero con el plus de traernos a un 007 más humano que nunca, con el toque al corazón del estallido final del inconmensurable amor que todo lo sufre y todo lo puede.

El agente 007 es un personaje entrañable que puebla los sueños de salvación a través del poderío y la astucia que emana de una de las figuras cinematográficas más impactantes de la historia del cine. 

Desde la primera secuencia no se nos da tiempo de respiro, pues en un momento, la más vulnerable de las criaturas se ve a merced de uno de los asesinos más letales de la saga. Y no es metáfora, pues la asfixia es real.

Eso es cine de verdadera acción, pues el espionaje y el contraespionaje funden sus límites hasta alcanzar el paroxismo final. Siempre me ha gustado aquella máxima que usan los más agudos críticos y que reza: 

“… y llega hasta sus últimas consecuencias”. 

En los créditos de inicio, el archi famoso tema musical clásico de John Barry, la Suite de James Bond, se mezcla maravillosamente con el tema principal, que esta vez está a cargo de la joven ―apenas cumplirá 20 años el próximo 18 de diciembre ―, y muy popular compositora y cantante Billie Eilish, cuya interpretación es en tempo lento y muy profundo, toda una elegía.

El rudo ojiazul Daniel Craigh logró, bajo las múltiples y acertadísimas direcciones de cada una de las 5 realizaciones  que protagonizó, dotar una vez más, y definitivamente, de una 
alma vibrantemente humana  al más famoso agente secreto de todos los tiempos: “¡Bond, James Bond…!”

Programada para ser estrenada en abril de 2020, su exhibición mundial se tuvo que postergar hasta las postrimerías de este año. Esta larguísima espera bien valió la pena, pues la puesta en pantalla superó todas nuestras expectativas. Ésto sí que  es cine, ésto es divertimento total de primera categoría.

Por el clásico “coche Bond”, el plateado Aston Martin, hasta el vestuario y las locaciones de las ciudades más fabulosas y fiestas de-luxe, con vertiginosas persecuciones automovilísticas, aéreas e inenarrables corretizas ―claro, algunas con grandes explosiones y alardes de arte digital―, asistir a una función del 007 es toda una experiencia.

Las preciosas actrices que interpretan a las “chicas Bond” suelen terminar, en buen número, mistificadas; tan sólo recordad a Úrsula Andress como “Honey Ryder” en Dr. No (1962), a Daniela Bianchi como “Tatiana Romanova” en From Russia With Love (1963); más recientemente a Eva Green como “Vesper Lynd” en Casino Royale (2006) y a Mónica Belucci como “Lucia Sciarra” en Spectre (2015). Como dato curioso, también una mexicana, Stephanie Sigman, ha sido parte de esa deslumbrante colección, pues ella fue “Estrella” en la ya citada Spectre, que por supuesto en su primera parte fue filmada en la Ciudad de México. Esta vez toca a la fantástica, latinísima y muy de moda, Ana de Armas interpretar a “Paloma”, una agente de la CIA que corta la respiración, por letal y por supuesto por guapísima y seductora. Ya la queremos ver de “Marilyn” en la versión cinematográfica (de Netflix) de la celebrada novela de Joyce Carol Oates: la tan llevada y traída Blonde.

La  calidad y despliegue de una gran producción utilizados en las películas protagonizadas por el agente secreto Bond están siempre garantizadas para los amantes cautivos, y para los nuevos seguidores, de este género.

No obstante, 
entre tantos aciertos hay algo que sí le resta un poco de lucimiento al filme. A veces puede haber malas elecciones en el rubro del casting, también aunado a que hasta a los actores más talentosos se pueden equivocar a la hora de elegir un papel. 

Resulta que al torvo villano "Safin" (Rami Malek, oscareado por Bohemian Rhapsody de 2018) le falta mucha  personalidad y fuerza para semejante papel, tanta, que lo compensa con una sobreactuación que raya casi en lo ridículo. En vez de infundir temor lo que provoca es un ataque de risa. Irónicamente, y por el contrario, entender y proyectar el savoir faire (saber hacer/ expertise /“bordar”) al personaje es lo que sobra al doblemente oscareado Christoph Waltz como el malvado “Ernst Stavro” en cuya única secuencia aparece casi tan impactante y siniestro como lo fue Anthony Hopkins (también oscareado) cuando hizo de “Hannibal Lecter” en El silencio de los inocentes (Jonathan Demme, 1991). Finalmente, si no se pone uno muy exigente u ortodoxo, ese detalle no es nada del otro mundo. Cosas del cine.

Mejor aprovechen esta oportunidad y asistan a un complejo cinematográfico (están súper sanitizados) a disfrutar y a pasarla sensacional durante casi 3 horas tan intensas que realmente ni se sienten.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

jueves, 9 de septiembre de 2021

LA VOZ HUMANA El exitoso cortometraje (sólo 30 minutos) de Almodóvar es un retrato del arma más peligrosa y letal de todas: las palabras.
© El Deseo/ Avalon/ Wanda Vision



LA VOZ HUMANA (España, 2020. Dir. Pedro Almodóvar). En la primera secuencia vemos a una movie-star (Tilda Swinton) comprando un hacha en la ferretería… Eso nos remite a peligro, ¿acaso estamos viendo a una psicópata? Porque nadie que vista y se vea así va a comprar una arma punzocortante de semejante tamaño, sabemos, no sé por qué, que lo que pretende no es destazar un pavo para hornearlo después en una elegante cena. Una vez en su departamento abre el clóset y saca un traje masculino, lo extiende sobre la cama y lo agarra a hachazos. El perro la observa asustado y ladra.


Corte a: La extraña mujer (la Swinton es una mujer de apariencia fantasmagórica, una especie de actriz del cine de culto, nada más vean Sólo los amantes sobreviven [Jim Jarmusch, 2013]) de repente abre dos frascos y se traga un puñado de pastillas con licor, ¿se quiere suicidar o es una consumada farmocodependiente…? En mitad de su profundo sopor suena el teléfono, a duras penas lo contesta y nos damos cuenta que su amante acepta y le reconfirma que la ha dejado hace 3 días, así, sin avisarle, sin despedirse. La fuerza de las palabras, sus reacciones, nos permiten saber que ella no podrá soportar el abandono.


En 1948 se estrenó la película L’Amore del realizador italiano Roberto Rossellini, sobre un texto de Jean Cocteau, La Voix Humaine ―obra de teatro a manera de monólogo puesta en escena allá por 1930―, que mostró la imposibilidad del amor a través de la voz de una mujer sin nombre (porque ella podríamos ser todos), que se siente abandonada y destrozada.


LA VOZ HUMANA Hay que subrayar que aparte de la de Swinton, la “actuación” de la mascota, un hermoso  border collie, es notabilísima.
© El Deseo/ Avalon/ Wanda Vision




La obra es la misma, pero la puesta en pantalla del director manchego es absolutamente almodovariana. Desde los créditos de inicio y el tema musical comenzamos nuestro descenso al abismo, donde sabemos que se va a desarrollar la trama. Es un verdadero acierto haber escogido a la inglesa Tilda Swinton para el protagónico y dejar que ella hablara en su propio idioma, aunque la verdad no necesita internacionalizarse más. Seguramente Pedro Almodóvar ha visto, por supuesto, el filme de Rossellini con Anna Magnani, una actriz que no necesita adjetivos. Pero su libre versión, su reinterpretación es una joya, desde el uso del color (como siempre), esta vez un profundo rojo tanto en el decorado como en el del vestuario de Balenciaga, esa dirección de actrices (su especialidad), el tono, el ritmo y las tomas, sobre todo en esa secuencia final con la cámara montada en una grúa que no les contaré…

En 2014 escribí y publiqué aquí mismo la reseña de El amor de Rossellini. Si gustan conéctense directamente en el siguiente link, para que no tengan que buscarla:

https://demalcriadotecuenta.blogspot.com/2014/06/de-santos-y-santones-sentones.html


Si pueden vean las 2 versiones, porque ambas son extraordinarias. Quiero terminar con este fascinante aforismo:

“Si no bajo al infierno, ¿quién lo hará…?”
Buda

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

miércoles, 1 de septiembre de 2021

PUEBLERINA

 

Pueblerina es considerada por muchos críticos como la mejor película del Indio Fernández. Tal vez no es la más famosa ni la más espectacular, pero debido a su tono delirante, el  suspenso, ritmo vertiginoso y montaje perfecto estamos absolutamente de acuerdo.
 © Producciones Reforma/ Televisa (actualmente)



PUEBLERINA (México, 1949, Dir. Emilio “Indio” Fernández).

La construcción de monstruos cinematográficos se hallaba en pleno auge; era la “Época de Oro del Cine Mexicano”. El vehículo eran los acercamientos de cámara a los sublimes rostros de los nuevos dioses de celuloide a 35 milímetros en blanco y negro, para ser adorados dentro del marco de un México forzadamente arquetípico y tan imposiblemente idílico e  inocente, que por supuesto estaba muy lejos de ser real. Esa concepción obviamente nunca existió. Semejante preciosidad sólo era generada por la mente de los geniales realizadores de la industria cinematográfica azteca, a semejanza de los calendarios de Jesús de la Helguera de la pareja erguida con los volcanes de fondo. El templo eran las salas de cine.

Si Garbo, Dietrich, Haworth, Cooper, Gable y Grant esparcían los sueños de Hollywood, su contraparte al sur, a 2,500 km de distancia, en la Ciudad de México, lo hacían otros histriones que  filmaban en locaciones diversas, pero sobre todo en los estudios San Ángel Inn, Churubusco, CLASA, Tepeyac y América. Esas estrellas eran: Andrea Palma, Elsa Aguirre, Dolores del Río, María Félix; Jorge Negrete, Pedro Armendáriz, David Silva, Pedro Infante y Arturo de Córdova, por nombrar únicamente a los más rutilantes y cuya presencia en pantalla era igual de espectacular y a veces mucho más. Los argumentos que se rodaban eran historias urbanas con personajes citadinos, mientras que las producciones de corte campirano trataban de afirmar y reafirmar la identidad de los mexicanos en pueblos y haciendas de ensueño donde las debilidades humanas y las pasiones alcanzaban el paroxismo al son de las canciones y los números musicales (muy estilizados) del folclor nacional. La industria cinematográfica no únicamente promocionaba a nuestras  estrellas de cine, sino también un modo de vida y toda una idiosincrasia. Una mexicanidad idealizada que el mundo veía asombrado.


COLUMBA DOMÍNGUEZ ES PALOMA EN PUEBLERINA Con su increíble rostro ella es la mujer idealizada a la "n" potencia. El Indio Fernández es el responsable de su apoteosis con una de las mejores 100 películas mexicanas de todos los tiempos.                    © Producciones Reforma/ Televisa (actualmente)


En ese marco se inserta la historia de Pueblerina, que es Paloma (Columba Domínguez), una joven de hermosura excepcional que vive como eremita porque ha sido víctima del cacique del pueblo, Julio González (Guillermo Cramer), que ha “manchado” su honra. Aurelio (Roberto Cañedo), después de purgar una injusta sentencia en la cárcel, regresa al pueblo para recuperar todo aquello de lo que cruelmente ha sido despojado: su libertad, el amor de su mancillada novia Paloma, su casa y sus tierras.


PUEBLERINA El amor a sus propias raíces, a la tierra y a la mujer de su vida hacen de Aurelio Rodríguez un héroe entrañable. Este melodrama es una película imprescindible de la "Época de Oro del Cine Mexicano". Columba Domínguez y Roberto Cañedo fueron lanzados a la fama internacional con esta producción.                      © Producciones Reforma/ Televisa (actualmente)



Este melodrama es de dimensiones operísticas, la tensión entre los personajes no cesa un solo segundo del metraje; y uno sabe de antemano, que la tragedia está a punto de desencadenarse en cualquier secuencia, para hacernos sufrir más.

La dignidad, la templanza, la honestidad y la belleza de los protagonistas se verán amenazadas por la envidia, la soberbia y el odio de los antagonistas hasta niveles casi insoportables. El juego ha comenzado y la moneda está en el aire. Las probabilidades de perderlo todo, o ganar, están a la par y a merced de un impredecible destino, que a lo largo de 106 minutos nos mantiene en absoluto vilo gracias a la perfecta dirección y edición de un argumento escrito por el propio “Indio” Fernández y adaptado por Mauricio Magdaleno. La fotografía es de Gabriel Figueroa, que para variar no sólo es espléndida sino preciosista.

Una obra maestra del cine que bien podríamos llamar de “angustia existencial”, porque a pesar de estar enmarcada en un hermoso fresco bucólico nos arroja sin piedad a la maldad mefistofélica de un par de clásicos caciques todopoderosos que hacen gala de su supremacía en un universo cerrado donde ellos, y solamente ellos ponen e imponen las reglas y la ley.

De gran esteticismo y una sencilla pero delirante profundidad Pueblerina es otra de las joyas más exquisitas del cine mexicano. Fue premiada con el Ariel a la mejor cinta de ese año. Los otros galardones los obtuvieron Emilio “Indio” Fernández y Mauricio Magdaleno por Mejor Guión Original, Antonio Díaz Conde por Mejor Música Original, Roberto Cañedo como Mejor Actor y Figueroa obviamente por Mejor Fotografía. No debemos perdérnosla, porque esta cinta es un homenaje total a la valentía y al sacrificio de 2 amantes antológicos del dorado imaginario nacional.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

sábado, 21 de agosto de 2021

UN AMOR MEMORABLE

 

UN AMOR MEMORABLE (Supernova) Es una película exquisita que cuenta una historia de amor entre 2 hombres muy hombres.      © Cirko Film/ Studio Canal/ Bleeker Street



UN AMOR MEMORABLE <<SUPERNOVA>> (Reino Unido, 2020, Dir. Harry Macqueen).

La impresionante cinta Amor (Michael Haneke, 2012) ―con los legendarios Emmanuelle Riva y Jean-Louis Trintignant―, muestra el fortísimo lazo de amor que une a la pareja eterna hasta la vejez, con todo lo que éso implica. Más recientemente, con El padre (Michael Haneke, 2020) también asistimos al deterioro mental de un septuagenario contada de forma magistral, con Óscares y todo. A pesar de que el tema de la pérdida de la memoria no es nada nuevo, es muy popular y casi nunca pasa inadvertido. Por allí hay otro filme que da cuenta de una brillante conferencista a quien le pasa lo mismo: Siempre Alice (Richard Glatzer, 2014). Además están: Iris (Richard Eyre, 2001), La dama de hierro (Phyllida Lloyd, 2014) y más de una docena. Esas 5 películas son magníficas.

A pesar de lo tan manido del tema, Supernova es sobrecogedoramente emotiva y nos corta la respiración. Es con mucho más brutal que las ya citadas. Primero, porque es una historia de amor entre 2 hombres, muy hombres, que han estado unidos durante décadas. Segundo: No se encuentra en ella ningún afán de ser tremendista, exhibicionista o panfletaria, ni es mucho menos emocionalmente chantajista. El objetivo es analizar y diseccionar, hasta donde es posible, el peligro inminente que acecha la existencia  de estos dos seres, que están hechos el uno para el otro, y  las terribles consecuencias una vez que los alcance. Con una narrativa muy al estilo de las “road movies”, la travesía es una analogía de su viaje juntos por la vida, pues vemos a los dos señores en unas tranquilas vacaciones en su furgoneta (motorhome). Mientras se detienen en parajes de ensueño se van develando algunos misterios y deseos secretos (uno de ellos tiene uno verdaderamente terrible e inconfesable), pero el principal es que uno de los personajes comienza a padecer los primeros síntomas del Alzheimer, ese mal que aqueja a muchos adultos mayores.


UN AMOR MEMORABLE (Supernova) Casi nunca la traducción o el título que escogen en castellano suelen ser atinados, y en algunas  ocasiones tienden mucho a la cursilería. Traducir es "traicionar", pero en algunos casos se pasan.
© Cirko Film/ Studio Canal/ Bleeker Street



Fotografiada de forma espléndida en bosques y lagos de la campiña inglesa, la trama nos introduce poco a poco en el alma de cada uno de los personajes: Sam (Colin Firth) es un músico de conciertos y Tusker (Stanley Tucci) es escritor. Ambos han construido a lo largo de su vida una relación-fortaleza a prueba de todo. 

El tercer elemento a su favor es que se trata de una película muy emotiva y de una gran belleza. Porque es íntima y serena; el tono de pieza nunca se desvía ni un milímetro porque la soberbia dirección de Macqueen, quien también es el autor del argumento,   y la  portentosa actuación de dos súper astros, que son 2 muy reconocidos y sólidos actores, es perfecta. El final a primera vista pareciera que es abierto, pero para cerrarlo hay que saber "leer" la genial interpretación del monumental Firth en la última secuencia ―podremos ver en mayúscula una cátedra de actuación digna de muchos premios―. 

Una supernova es una estrella que estalla provocando el resplandor más grande del universo, pero sólo brilla así para morir. De tal manera, el título de este filme es una atinada y emotiva alegoría.  Un amor memorable <<Supernova>> irónicamente es una rutilante joya guardada solamente en 2 salas de cine de la capital más cultural y trepidante de América, la CDMX, por supuesto. Mientras tanto, los "churros" de Hellywood acaparan de manera avasallante la taquilla. Así es y así ha sido siempre; sin embargo, me alegro de que las películas "memorables", las raras y exquisitas o  las espectacularmente vulgares, las famosas, se encuentren casi siempre disponibles en la cartelera, pues escasas unas  y muy abundantes las otras, uno siempre es el que escoge qué quiere ver. Todo se vale, pero hay que subrayar que, a pesar de que no es algo tan popular, la poesía siempre será la poesía…

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

martes, 17 de agosto de 2021

LA DIOSA ARRODILLADA

 




LA DIOSA ARRODILLADA Vehículo idóneo para que los fanboys de la Félix y de De Córdova nos extasiemos con su presencia y monstruosa fotogenia. A los puristas no les gusta mucho esta película que digamos, pero éso: “¡No tiene la menor importancia…!”
© Panamerican Films / Televisa (actualmente)


LA DIOSA ARRODILLADA (México, 1947, Dir. Roberto Gavaldón). 
Todo inicia con una toma aérea panorámica de la capital tapatía. Corte a: Raquel Serrano (María Félix absolutamente deslumbrante), ansiosa en el aeropuerto, porque se encuentra a la espera de alguien... Ella es una linda modelo de artistas plásticos, y luego quesque cupletista, que está perdidamente enamorada del magnate Antonio Ituarte (el inenarrable Arturo de Córdova). Pero Antonio, un próspero industrial, está casado con la bella Elena (Charito Granados, muy señorial). Así que Raquel y Antonio son amantes. Él va a verla muy seguido hasta Guadalajara, a donde se escapa so pretexto de cumplir con “viajes de negocios”.
 

LA DIOSA ARRODILLADA En los aeropuertos inician y terminan muchas historias de amor, como la de Raquel y Antonio.  
© Panamerican Films / Televisa (actualmente)


La situación es bastante cómoda para el infiel, porque él vive en México y viaja a GDL cuando le da la gana. Pero esa aventurilla extramarital él la termina muy pronto, y deja de ir a verla, así de fácil pues se siente muy  presionado por los prejuicios y la terrible culpa que siente. Esta es una muestra de que hacer "ghosting" (desaparecer de la vida de alguien de repente, sin avisar ni despedirse) no es algo nuevo. Todo regresa a la "normalidad", él vuelve a respirar tranquilo y Elena "se siente muy feliz".

Tiempo después, por una jugarreta del destino, Antonio se vuelve a encontrar a la dichosa provinciana, todavía más sofisticada ―Raquelito es en realidad una “cocotte” de lujo con un pasado "que no bueno"―, que posa desnuda en el taller de Demetrio (Rafael Alcayde), un escultor amigo, en la Ciudad de México. El inusitado encuentro se suscita porque Ituarte necesita la escultura de "una Venus" que su esposa le ha pedido para colocarla en la nueva fuente de su jardín. La sorpresa de ambos es mayúscula y su pasión se vuelve a encender.


LA DIOSA ARRODILLADA La hermosa escultura de María Félix creada por el artista hondureño-mexicano Mario Zamora Alcántara (1920-2017) tiene un enorme parecido con la diva. En la película se supone que es "Raquel", la protagonista. © Panamerican Films / Televisa (actualmente)



Las  relaciones volcánicas continúan entonces, muy a pesar del poderoso empresario, a quien de veras le remuerde mucho la conciencia por engañar a la inocente, señora “de Ituarte” (la Granados), que es casi una santa, y cuya salud es muy frágil.

El melodrama realmente comienza cuando Raquel se aparece en la fiesta de aniversario de bodas de  los Ituarte; ella va del brazo del escultor (que nada sospecha). Elena, sorprendida, y maliciosa, de inmediato nota el enorme parecido de semejante femme fatale con la escultura de "La diosa arrodillada" que su marido le ha obsequiado. “La otra”, ataviada de manera espectacular, obviamente es muy mal mirada por la señora de la casa que la trata con mucha displicencia, cosa que a ella no puede importarle menos ―porque de seguro ya está acostumbrada―. A partir de allí se desencadena una vorágine de acontecimientos cruciales y definitivos.


LA DIOSA ARRODILLADA Protagonizada por las dos personalidades más emocionantes y  rutilantes de la cinematografía azteca de la época dorada. El maquillaje de Sara Mateos y los peinados de Esperanza Gómez son notabilísimos. Además, el vestuario de Lillian Opennheim y Aurora Mainez, es  absolutamente sensacional.   © Panamerican Films / Televisa (actualmente)


La presión moral y la tensión nerviosa de Antonio, el personaje de De Córdova, van in crescendo hasta los límites mismos del suspenso, pues en esos dramáticos papeles  ya sabe uno que cualquier cosa puede pasar en la retorcida trama… debido a que el  perfil de su personalidad es psicológicamente más “letal” que el de su contraparte; la propia “roba maridos” profesional.

No es casualidad que el súper astro Arturo de Córdova, una vez más, interprete a un atormentado y seductor hombre “border line” (antes se les llamaba de personalidad bipolar), que al filo de la navaja se debate entre su escala de valores y la locura de un deseo obsesivo compulsivo por Raquel, perfectamente interpretada por la más grande vampiresa del cine mexicano de todos los tiempos; quien en esta producción se ve increíble porque va lujosamente  ataviada con el fabuloso vestuario de la diseñadora Lillian Oppenheim.


LA DIOSA ARRODILLADA Arturo de Córdova también representa aquí al epítome del hombre fuertemente atormentado por sus debilidades humanas.  © Panamerican Films / Televisa (actualmente)


Ésto, definitivamente, es cine de culto, uno de los mejores ejemplos del “cine de rostros” que tanto caracteriza a la “Época de Oro del Cine Mexicano”, pues los tres protagonistas poseen una fotogenia que en manos del camarógrafo Alex Phillips llega a la genialidad.


LA DIOSA ARRODILLADA El rostro perfecto de María Félix como “Raquel” en erótico éxtasis; la mujer de lujo que vuelve locos a los hombres. La iluminación de este inmejorable fotograma no sería posible sin contar también con el gran profesionalismo de una actriz que se tomaba muy en serio su oficio. © Panamerican Films / Televisa (actualmente)


Como en Rebecca escrita por Daphne Du Maurier en 1938―, filmada en Hollywood por Hitchcock (1949), encontramos también aquí la figura clave de un fiel sirviente: el mayordomo Esteban (Carlos Martínez Baena, actorazo), personaje análogo al de aquella siniestra "señora Danvers" (el ama de llaves),  al  estilo mismo de un “Can Cerbero”, que inadvertidamente, y con “carita de yo no fui”, todo lo ve y todo lo sabe… 

Alto voltaje y emociones muy fuertes, son manejadas muy hábilmente por Gavaldón, en esta historia del autor húngaro Ladislas Fodor,  co-escrita y adaptada  por el mismo Gavaldón y José Revueltas; un vehículo más, hecho a la medida para dos legendarios e irrepetibles monstruos sagrados. 

Pueden encontrarla en la Internet en su versión ya restaurada por la Cineteca Nacional y preservada por la Filmoteca de la UNAM (Universidad Autónoma de México) y la Fundación Televisa, A.C. 

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

sábado, 14 de agosto de 2021

JUNGLE CRUISE

 

JUNGLE CRUISE Una aventura cuya fuerza la convierte en una pieza a modo de cuento. Compendio de emociones, de filosofía, de superación personal, de esperanza y de que el bien, y el amor, siempre prevalecen sobre el mal. © Walt Disney Pictures



JUNGLE CRUISE (EE.UU., 2021, Dir. Jaume Collet-Serra) Aventura muy al estilo de Indiana Jones, en la que un objeto sagrado y mágico despierta la codicia de un malvado príncipe alemán que quiere “controlar” el mundo, como es usual… pero para evitar que él lo encuentre primero están la bióloga Lily (Emily Blunt) y el capitán de la pequeña embarcación. Ambos se le adelantan por un escaso margen.

Esta producción de Disney es verdaderamente graciosa, no para uno de reírse porque Frank, el capitán (Dwayne Johnson “The Rock”, destila ese carisma que lo identifica como una de las grandes estrellas consentidas de Hollywood), es un verdadero granuja que se las sabe de todas todas. No obstante, la Dra. Lily es la que se lleva las palmas porque aparte de bella (y rubia) es una chica inteligente, enérgica, rebelde e intrépida que dista mucho de ser la damita delicada y ñoña que sólo toma el té ―con galletitas― de las 5 con sus vestiditos de raso y encaje de los años de la Primera Guerra Mundial. Los acompañan en esta aventura el hermano de la chica, McGregor (Jack Whitehall); ése sí que es todo un sofisticado dandy londinense y, como siempre, también hay una mascota: la preciosa minina (en realidad es un jaguar) llamada  “Próxima” ―sin querer vimos la película doblada al castellano―. La música de Wagner, los gags, las vueltas de tuerca, los elementos fantásticos y los sortilegios son muy disfrutables. Los Fx son lo que ya es de rigor en la cinematografía de divertimento hollywoodense actual.

Este reciente estreno en las salas bien pareciera una bobería de verano pero no lo es, pues como se decía antes: tiene “mensaje”. La fuerza del trasfondo la convierten en una pieza que es un compendio de emociones, de filosofía, de superación personal, de esperanza y de que el bien siempre deberá prevalecer sobre el mal. 

Absolutamente familiar puede ser disfrutada por el público adulto que busca divertirse en grande con este crucero por el mítico río Amazonas, que está lleno de bellezas y secretos. De verdad, este filme no es malo para nada. Inclusive, aunque dejé de hacerlo hace tiempo, le doy una calificación de 3/4 estrellas…

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

martes, 10 de agosto de 2021

LA VERDAD

 

LA VERDAD A los dioses de cine todo les perdonamos, sean terribles o misericordiosos, llenos de defectos o de virtudes ―como a las mismísimas deidades mitológicas―, porque son necesarios para comprender nuestro propio Ser. © 3B Productions, Bun-Buku, MI Movies, France 3 Cinéma, Garidi Films




LA VERDAD / La Vérité (Francia, Japón, 2019. Dir. Hirokazu Koreeda).
Decía María Félix: “A una actriz no se le describe, se le inventa”. Cuantimás si se trata de una "diva". Ella tenía razón. Porque, ¿a quién le importa la verdad cuando de estos seres míticos y soñados se trata? La misma Monroe entendía y practicaba dicha mistificación desde el momento en que ya dentro de la nómina de la Fox como starlett los publicistas del estudio le decían qué “tenía que decir”: Que había sido descubierta casualmente por un productor cuando su esposa la había contratado como baby-sitter en su residencia. Hasta una serie de fotos cuidando a un par de bebés le tomaron para armar semejante cuento. Norma Jeane de niñera, ¡no bueno, falsedad de falsedades…! Después la misma Marilyn dijo la verdad, porque esa boba historieta resultaba tan inverosímil que ni a ella le gustaba.

El director Gaspar Noé dijo: “El cine es el arte de contar mentiras” cuando presentó su largometraje Irreversible (Fra. 2002) en el Festival de Cine Francés en México. Es cierto, todo en el cinematógrafo es mentira. Las historias son ficción pura, aunque estén "basadas en hechos reales", los irresistibles galanes de la pantalla resultan ser bastante tímidos e inseguros, las diosas de celuloide son unas verdaderas ególatras bastante insoportables, dentro y fuera del set. Unas y otros más o menos, pero la realidad es lo que menos importa.

En su propia autobiografía Bardot, Deneuve, Fonda: Memorias de Roger Vadim, el cineasta cuenta la historia de Brigitte, de Catherine y de  Jane. Tres actrices fabulosas que él personalmente  creó y lanzó al estrellato, y por cuya grandeza posterior apenas podían ser consideradas como “humanas” por el gran público mundial. Ellas son ejemplos de bellezas  inalcanzables; talentosas y leyendas vivas de su propio tiempo. A esas chicas  sencillas y naturales de principio, la industria del cine (al igual que a la gran mayoría de los artistas) las volvió criaturas  monstruosas, tanto que ni ellas mismas se aguantan; porque a la postre resultan ser unas señoras bastante neuróticas y dañadas, que terminan creyendo que de verdad son divinas. Por supuesto que en muy  diferentes gradaciones, claro ―por ejemplo la Bardot de joven intentó suicidarse varias veces, ya sea porque de veras estaba desquiciada o únicamente para llamar la atención, vaya uno a saber―. Sin embargo, caprichosas, de feos modos, lindas o no, todos las amamos porque no importa cuán imperfectas sean en realidad, sus personajes sean como fueren, siempre nos subyugan tan sólo por el hecho de "aparecer" en la pantalla representando personajes. Las imágenes enmarcadas o encuadradas son muy atractivas para el ojo, pero los son mucho más si éstas son de seres que "se mueven", que ríen, que sufren, gozan, lloran y, sobre todo, si se muestran preciosamente seductoras o ellos de irresistible valor y galanura. Tal es la magia del cine que reviste a las stars.


LA VERDAD Las formidables Deneuve y Binoche, dos divas  de diferentes generaciones en un magistral téte a téte en  el cual quien termina por ganar es el público. Cada una tiene su propio encanto, aunque Mle. Binoche sea bastante más antipática.  © 3B Productions, Bun-Buku, MI Movies, France 3 Cinéma, Garidi Films



Ésa precisamente es la trama de la película La verdad; la fantasía contrastada con la realidad de una sempiterna, esplendorosa y cinematográfica diva rubia. Resulta que Fabienne (una Catherine Deneuve verdadera e increiblemente deslumbrante todavía) es una famosa actriz que publica sus memorias. El detalle es que se le ocurrió incluir en el texto abundantes "mentirillas" que coadyuvaran a mantener la  ilusión y a encumbrar todavía más el hechizo de su fabricada personalidad. La siempre rebelde y discrepante Lumir (Juliette Binoche), su única hija que vive en Nueva York al  lado de Hank (Ethan Hawke), ―un actor al que por cierto también le gustan las mentirillas, ¿cosa rara no...?―, como es enemiga de las "máscaras" al leer el libro vuela de inmediato a París para enfrentarla y poner algunos puntos sobre las íes. Además de “aclarar” ciertos puntos que no han quedado del todo resueltos entre ella y su celebérrima madre desde que era niña y después  adolescente.

El reparto es de ensueño, la fotografía es sobria, la dirección es excelente y el argumento, también de Hirokazu Koreeda, al estilo del  “cine dentro del cine” es algo ya visto antes. Pero resulta novedoso y refrescante, muy contemporáneo, sobre todo debido al sutil tratamiento de los sentimientos, de los recelos y la inseguridad que provoca en la figura ya consagrada de Fabienne la joven Manon (Manon Clavel, muy bella), la prometedora actriz que debuta  a su lado en el rodaje de su más reciente película, pues  Manon es y está magnífica.

Ese final de travelling inverso y en contrapicada de la actriz en su jardín nos devuelve la seguridad y el gozo de saber que la vida toda es un sueño, y que más vale disfrutarla a cada momento. Esta cinta es un verdadero homenaje del director japonés a la Deneuve. Es más, me da la impresión de que el cineasta tal vez, al igual que todos nosotros, también esté enamorado de la hermosa e irrepetible actriz símbolo de Francia. Tal fenómeno no es nada raro por supuesto, pero a algunos directores se les nota mucho más que a otros...

Después de todo, bien que queremos a las diosas y a los dioses de nitrato de plata, y está bien claro que  todo les perdonamos, porque buenos o malos, terribles o misericordiosos, llenos de defectos o de virtudes, perfectos o no, ellos como los mismísimos dioses de la mitología griega, son totalmente necesarios para poder comprender a través de ellos la realidad y la irrealidad de la vida, lo cual nos permite tratar de explicarnos nuestra propia ontología. 

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

viernes, 6 de agosto de 2021

MÁS DE MARILYN

 

MARILYN MONROE En la sesión para "Vogue" fotografiada por Bert Stern en  la última semana de junio de  1962. La súper  estrella estaba en el cénit de su belleza. Seis  semanas después fue víctima de un feminicidio clasificado como "suicidio". Así de  sencillo, gracias a los encubrimientos de la alta política.
                                                                      


¡Arte, arte, el arte…! Ese enorme algo que nunca nos hartará y a través del cual nuestra vida se torna mucho más profunda e interesante, más fascinante, más humana. Leámonos a nosotros mismos en la obra de los artistas.

Entre múltiples ejemplos de artistas del cine ―ya inscritos con letras de oro en el llamado  "Hall of Fame"―, Marilyn Monroe es una de las más grandes, la más rutilante, y aun hoy en día mucho más que nunca con una sorprendente vigencia. Ahora, las nuevas generaciones la conocen por sus fotos de la Internet, por los videoclips de sus películas y por la memorabilia que inunda el mercado de los souvenirs: desde sus discos, estampitas y muñecas, hasta las líneas de ropa y los vinos con su nombre y efigie, por supuesto ya como marca registrada. Irónicamente, a ella le disgustaba ser considerada un "símbolo sexual", porque eso, decía, presuponía el volverse una cosa, un objeto de consumo… Ahora ella es una trade mark que sigue produciendo millones de dólares.

Sin embargo, Marilyn ciertamente  sí era, y  sigue  siendo un símbolo. Por ser tan espectacularmente hermosa y rubia, representó el papel de la “rubia tonta” a la perfección en sus películas, pero por supuesto sin serlo. Lo hacía tan bien que se volvió todo un estereotipo. Todos pensaban que no “actuaba” porque que así era ella en realidad. Semejante “top of mind”, referente mental primario, la hizo víctima de su propio estilo con los productores ―sobre todo en sus primeras películas donde era incluida solamente como muñeca decorativa con diálogos muy escasos pero con un vestuario muy ceñido y lucidor―. Admirada y adorada por el público era a la vez subestimada y tratada con escarnio por la prensa y la crítica de su tiempo, a pesar de que era una excelente comediante. El público la pedía en más películas, así que a Spyros Skouras, el presidente de distribución de  la 20th Century Fox, no le quedó más remedio que contratarla por 7 años e incluirla doquiera que se necesitara una rubia sensacional. No obstante, nunca fue tomada muy en serio y en muchas ocasiones al ser entrevistada de forma irrespetuosa, vulgar y para burlarse. Por lo general ella terminaba por demostrarles su gran ingenio y agudeza mental con respuestas que ponían en su lugar a los reporterillos de chismes de la farándula. A sus alocuciones pronto les llamaron “monroísmos”, de los cuales hay muchísimos ejemplos, inclusive recopilados en varios libros:

―¿Qué tenía puesto en el calendario rojo…?
―La radio…

―¿Le molesta vivir en un mundo de hombres?
―No, si en él puedo ser una mujer.

―¿Qué opina del sexo?
―Que es parte de la naturaleza, y yo estoy de acuerdo con la naturaleza.

―¿Cuál es su peor temor?
―La bomba “H”.

―¿En verdad es usted tan rubia?
―¡Nadie es así de rubia…!



MARILYN MONROE CALENDARIO "GOLDEN DREAMS" Uno de sus famosos "Monroísmos":
―¿Qué tenía puesto en el calendario rojo…?
―La radio…


Su carrera fue tan fulgurante que se posicionó como una de las  10 estrellas más taquilleras de Hollywood y la más  famosa del mundo. El público realmente la adoraba. 


MARILYN MONROE EN SU PRIMERA PORTADA DE "LIFE" Fotografiada ya como símbolo sexual nada menos que por Philippe Halsman...  y todavía no era 1953, el año de su espectacular apoteosis, en el que se estrenaron, exitosamente  una después de otra: Niagara/ Torrente pasional,   Los caballeros las prefieren rubias y Cómo pescar un millonario

Y pasaron los años...

MARILYN PASA DE SER LEYENDA A SER UN MITO
 
No fue sino hasta el 6 de agosto de 1962, dos días después de su misterioso "suicidio" (del que todavía se especula mucho sobre si la autoría intelectual y su ejecución fue de parte de  los "hermanitos Kennedy"), que apareció la noticia de su muerte en los periódicos de Estados Unidos. El mundo entero se estremeció. Era de no creerse... 

Hubo muchos testimonios de personas que aseguran haber visto a Bobby Kennedy en Los Ángeles ―ese fatídico sábado 4―. Inclusive, vecinos de la estrella dijeron que lo vieron entrar a la residencia de la Monroe acompañado de otro hombre que portaba un maletín médico... Por otro lado, un agente de tránsito cuenta que detuvo un auto que iba a exceso de velocidad en un boulevard angelino con dirección al aeropuerto y que le extrañó mucho ver que en el asiento de atrás iba el hermano del presidente, que por cierto era nada menos que el Fiscal General de la Nación. Si bien, en entrevistas posteriores, Robert Kennedy negó haber estado ese día en Los Ángeles (pero oficial y casualmente sí estaba en el norte de California).


Por supuesto nada de todo ello fue declarado en una investigación oficial bajo juramento de decir verdad ante una corte judicial que investigara el caso. Ni la horrorosa Eunice Murray, el ama de llaves, de quien Marilyn sospechaba que la vigilaba en demasía y a quien ya había decidido despedir muy pronto, por considerarla una descarada espía de su torvo psicoanalista, el Dr. Ralph Greenson. Además de esos dos, tampoco su agente de prensa, Pat Newcomb, que sabía mucho más de lo que aparentaba, fueron jamás llamados a declarar, porque sencillamente no hubo carpeta de investigación, a pesar de que el caso fue real y escandalosamente cuestionable a ojos de los "investigadores" y, sobre todo, a los del sargento Clemmons, del departamento de policía de Los Ángeles, quien fue el que  asistió al llamado para  verificar el deceso de la actriz. El reporte fue hecho con muchas horas de dilación, ya muy avanzada la madrugada. Él dijo que la posición del cadáver y otros elementos, como que no hubiera un solo vaso de agua en la habitación, le parecieron como una malísima "puesta en escena" para que pareciera "suicidio". ¿Quién es capaz de tragar decenas de píldoras somníferas sin tomar agua...? Días después la autopsia reveló que no había trazas de pastillas ni de su colorante en ninguna parte del sistema digestivo de Miss Monroe.

El veredicto final del jefe de la morgue en el certificado de defunción de Marilyn Monroe fue: "Probable suicidio".


MUERE MARILYN MONROE Pastillas las culpables. Portada de "Los Angeles Times" del 6 de  agosto de 1962, presuponiendo un suicidio. La trágica noticia le dio la vuelta al mundo.       



La producción Blonde de Netflix, con Ana de Armas como la Monroe, que sería estrenada en 2021 se pospuso hasta el 2022, porque en la versión del director las escenas sexuales fueron consideradas "demasiado atrevidas" y explícitas por parte de los ejecutivos.


ANA DE ARMAS COMO MARILYN En la controvertida Blonde de Netflix, que todavía no se estrena, porque supuestamente le están haciendo cortes y retakes para que las escenas de sexo no sean tan perturbadoras visualmente.
© Netflix



La  verdad  es que en la obra original, el libro Blonde de  Joyce Carol Oates publicado en  1999, y en  la que está basada la puesta en pantalla, es  una biografía de ficción  fortísima, efectiva y realmente atrevida; pero no por ello menos interesante. Tal vez  esté muy cercana a la realidad de una  mujer cuyo atractivo sexual e imagen pública eran la personificación de la pasión y las fantasías eróticas del mundo entero. Todavía habremos de esperar  para verla finalmente como una versión mutilada,  bastante más light, ¿qué remedio...? 

El libro sí que contiene varios pasajes muy audaces que son francamente perturbadores.  


BLONDE De la celebrada escritora norteamericana Joyce Carol Oates, ha  sido muy premiada; tanto, que estuvo muy  cerca de recibir el Pulitzer. Es verdaderamente impactante, y sí, dudo mucho que algunos pasajes tan lujuriosos sean aptos para todas la audiencias en  su adaptación cinematográfica. Sobre  todo en  esta  época de "tanta corrección socio-política" e hipócritamente moralina de  tendencia oscurantista.



Si lo pueden conseguir léanlo, pues a pesar de los pesares, es altamente recomendable. Es literatura pura, de verdad muy impresionante, tanto que se convirtió rápidamente en un best-seller; y sin alardear vaya que hemos leído muchos libros sobre la Monroe. 

También les recomiendo el extraordinario, y tal  vez el mejor y más exquisito libro sobre ella: Marilyn: Un relato inédito de Norman Rosten, Grijalbo, 1975. El autor a diferencia de Oates, sí la conoció personalmente, y muy bien, porque además fue su íntimo amigo. Ella solía mostrarle sus escritos y sus versos. Él, como el profesional que era, la guiaba y la alentaba para que escribiera mejor poesía.

Si los libros no están a su alcance, o no les gusta leer, vean entonces cualquier película de Marilyn; varias de ellas son clásicos del cine que continúan exhibiéndose, y no únicamente en streaming, sino también en las salas de arte y en las cinetecas.

A pesar de haberse levantado, desde muy abajo, para alcanzar el triunfo nunca perdió su candor, dulzura y compasión; la caracterizaban su gran sencillez y naturalidad. Siempre fue amable, accesible y absolutamente hermosa y talentosa. Marilyn Monroe permanece congelada en el tiempo. 

Es una ironía absolutamente siniestra que tal vez el motivo principal de semejante idolatría sea que ella permanece siempre sonriente, joven, lozana, vital; como una hada del sexo. 

El destino le negó completar el ciclo humano normal: Ella terminó siendo una diosa porque representa la perfecta felicidad infantil y a la vez erótica, ¡y porque jamás envejeció...!

En respetuosa y amorosa memoria de Marilyn Monroe. 

¡Feliz cumpleaños güera...!

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado