jueves, 9 de septiembre de 2021

LA VOZ HUMANA

LA VOZ HUMANA El exitoso cortometraje (sólo 30 minutos) de Almodóvar es un retrato del arma más peligrosa y letal de todas: las palabras.
© El Deseo/ Avalon/ Wanda Vision



LA VOZ HUMANA (España, 2020. Dir. Pedro Almodóvar). En la primera secuencia vemos a una movie-star (Tilda Swinton) comprando un hacha en la ferretería… Eso nos remite a peligro, ¿acaso estamos viendo a una psicópata? Porque nadie que vista y se vea así va a comprar una arma punzocortante de semejante tamaño, sabemos, no sé por qué, que lo que pretende no es destazar un pavo para hornearlo después en una elegante cena. Una vez en su departamento abre el clóset y saca un traje masculino, lo extiende sobre la cama y lo agarra a hachazos. El perro la observa asustado y ladra.


Corte a: La extraña mujer (la Swinton es una mujer de apariencia fantasmagórica, una especie de actriz del cine de culto, nada más vean Sólo los amantes sobreviven [Jim Jarmusch, 2013]) de repente abre dos frascos y se traga un puñado de pastillas con licor, ¿se quiere suicidar o es una consumada farmocodependiente…? En mitad de su profundo sopor suena el teléfono, a duras penas lo contesta y nos damos cuenta que su amante acepta y le reconfirma que la ha dejado hace 3 días, así, sin avisarle, sin despedirse. La fuerza de las palabras, sus reacciones, nos permiten saber que ella no podrá soportar el abandono.


En 1948 se estrenó la película L’Amore del realizador italiano Roberto Rossellini, sobre un texto de Jean Cocteau, La Voix Humaine ―obra de teatro a manera de monólogo puesta en escena allá por 1930―, que mostró la imposibilidad del amor a través de la voz de una mujer sin nombre (porque ella podríamos ser todos), que se siente abandonada y destrozada.


LA VOZ HUMANA Hay que subrayar que aparte de la de Swinton, la “actuación” de la mascota, un hermoso  border collie, es notabilísima.
© El Deseo/ Avalon/ Wanda Vision




La obra es la misma, pero la puesta en pantalla del director manchego es absolutamente almodovariana. Desde los créditos de inicio y el tema musical comenzamos nuestro descenso al abismo, donde sabemos que se va a desarrollar la trama. Es un verdadero acierto haber escogido a la inglesa Tilda Swinton para el protagónico y dejar que ella hablara en su propio idioma, aunque la verdad no necesita internacionalizarse más. Seguramente Pedro Almodóvar ha visto, por supuesto, el filme de Rossellini con Anna Magnani, una actriz que no necesita adjetivos. Pero su libre versión, su reinterpretación es una joya, desde el uso del color (como siempre), esta vez un profundo rojo tanto en el decorado como en el del vestuario de Balenciaga, esa dirección de actrices (su especialidad), el tono, el ritmo y las tomas, sobre todo en esa secuencia final con la cámara montada en una grúa que no les contaré…

En 2014 escribí y publiqué aquí mismo la reseña de El amor de Rossellini. Si gustan conéctense directamente en el siguiente link, para que no tengan que buscarla:

https://demalcriadotecuenta.blogspot.com/2014/06/de-santos-y-santones-sentones.html


Si pueden vean las 2 versiones, porque ambas son extraordinarias. Quiero terminar con este fascinante aforismo:

“Si no bajo al infierno, ¿quién lo hará…?”
Buda

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

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