martes, 29 de septiembre de 2015

AL ESTE DEL PARAÍSO


AL ESTE DEL  PARAÍSO Ahora  con  la  magia  del  BD  se  puede volver  a  ver  este  súper clásico,  con la  ventaja  adicional  de  los  "extras". ¡Dean más  vigente  que  nunca...!




EAST OF EDEN (Al este del paraíso). EEUU, 1955. Dir. Elia Kazan. Basada en la novela del celebrado John Steinback publicada en 1952. 

Papi, ¿dónde  está  mamá? 
¿Se hereda el bien?, ¿se hereda el mal?

Caleb  y Aron son los hermanos gemelos,  no idénticos, que en  la  trama darán respuesta a  esas  preguntas, aunque su padre les había contado que su hermosa, bondadosa y  linda madre había muerto hacía  muchos  años, cuando  todavía eran niños muy pequeños. Como era de  esperarse, ambos ya   mayores veneran su memoria. 

Cal (James Dean), a menudo hace viajes en tren hacia el oeste para buscar a una oscura y adinerada dama en Monterey (Jo Van Fleet, acreedora al Óscar por su actuación en esta cinta en 1956). La sigue de cerca por las calles, la observa… pero no sabe cómo acercarse a ella, sólo la acecha de  lejos. Todos lo toman como una de las múltiples locuras del  joven. Pasa el tiempo y después de varios intentos fallidos logra entrevistarla introduciéndose subrepticiamente en sus aposentos. Lo que va a descubrir lo dejará  estupefacto.




JAMES DEAN El  pasado  no  era  como  su  padre lo  había contado. Un  día,  la  dama  de  negro  le  devela a  Caleb la  verdad.

Cal regresa a Salinas con  otra  perspectiva de  la  realidad.  Allá vive con su padre granjero y su honorabilísimo hermano,  que está  enamorado de Abra (Julie Harris). La vida transcurre sin mayores problemas  ni novedades. Sin embargo, Cal sufre de lo que la novia de Aron (Richard Davalos) dice que es lo peor que le puede pasar a una persona: "el sentimiento de  no ser  amado". Ella sabe lo que  significa y se identifica muy bien con su futuro cuñado; se diría que demasiado bien…


¿Qué  se  hace cuando  el  hermano  del  novio  le  resulta  mucho  más atractivo  e  interesante  a la chica...?


Después  de  un infortunado evento  que afectará el negocio familiar, Cal hará algo para ganarse el amor y el respeto de su padre, el amargado y fanático religioso Adam Trask (Raymond Massey); cuyo rigor moral tan exagerado ya le ha jugado demasiadas malas pasadas.

El incomprendido Cal, ayudado por la misteriosa mujer del oeste, a través de un gesto muy  bondadoso desea probar su valía como ser humano. 


Finalmente, aunque el acto de Caleb es realmente magnánimo, surge en su padre otra vez el egoísmo y su moralina, la desconfianza hacia  él.  La  decepción  de Caleb no tiene parangón. 

La  actuación  de James Dean en esa escena es electrizante.  Se dice que  Kazán  lo dejó improvisar. Éso sucede sólo cuando el director confía plenamente  en  el  talento de sus actores. En las  secuencias subsiguientes sobreviene la catástrofre final,  y  la redención.

Esta película fue el vehículo ideal para el apoteósico lanzamiento de alguien  que nadie había  pensado  que  se  convertiría en un mito: James Dean. 


Al estreno en Nueva York fue todo el mundillo cinematográfico, inclusive la  huidiza pero rutilante Marilyn Monroe. ¿Pero  saben quién no asistió...? Sí, adivinaron,  James Dean, el mismísimo e inenarrable protagonista, ya considerado como la encarnación  del enfant terrible. Marlon Brando, también lanzamiento de Kazan 4 años antes en  Un  tranvía llamado  Deseo (1951)****, comenzó  a sentirse  receloso e incómodo por  semejante éxito y dejó  de contestarle  las llamadas...

Hollywood buscaba una nueva estrella, pero eso fue muy superado por  Dean. El mundo entero  se estremeció con el  talento  y  el destino de uno de los actores más sensibles, trágicos  e inolvidables del siglo XX. 

James Dean se mató en  su  Porsche plateado a  150  km por  hora en un accidente automovilístico de  carretera el  30  de septiembre  de 1955, cuando   no  se habían estrenado aun  sus dos siguientes  películas. 

Imperdible clásico digno de volverse a ver. ****

¡Corte y  queda...!

MarcH de Malcriado

martes, 8 de septiembre de 2015

Peppino Gagliardi - Che vuole questa musica stasera (1967)

DE GUERRITAS BIEN FRÍAS



THE MAN FROM U.N.C.L.E. (El agente de C.I.P.O.L.). EEUU, 2015. Dir. Guy Ritchie. Ubicado en 1963, Napoleon Solo (Henry Cavill) cumplirá una misión ultra secreta tras la infausta Cortina de Hierro. Éste es el inicio de una aventura trepidante de espionaje y contraespionaje. El mundo está polarizado por la Guerra Fría, fuente inagotable de mitos y realidades, de sueños de libertad y de deseos apremiantes de alcanzar la hegemonía mundial. El dominio del mundo se reduce a la posesión de armas nucleares, y mientras más se tengan mejor. ¿Quién ganará…? 

Después del cruento encuentro, en Berlín, entre Solo y su némesis, el letal Illya Kuryakin (Armie Hammer) —que son los agentes más osados de la CIA norteamericana y de la KGB rusa respectivamente—, todo el tiempo lucharán, literalmente a brazo partido, por la obtención de la microcinta con las instrucciones de fabricación de una nueva bomba de uranio, e impedir que ésta llegue a manos de los rojos. 





Mientras tanto,  en una  suite  del  hotel  Plaza  de Roma, entre Alicia  e  Illya pasa  cada  cosa...
Foto:  Warner  Bros.


El vehículo es la guapita Gaby Teller (Alicia Vikander,  en  foto  arriba), que llevará a los espías hasta su padre, el científico secuestrado para manufacturarle la bomba de uranio a los rusos.  Una  vez  fabricada  será transportada a través de un consorcio naviero itálico, que por tradición siempre ha tenido nexos con las fuerzas oscuras, como los nazis, desde la 2ª Guerra Mundial. La compañía naviera es comandada por la rubia más fatídica de lo que va del año: la despampanante Victoria Vinciguerra (Elizabeth Debicki).



Una rubia tan  bella  como  fatídica. Victoria, al  mando de una  organización  al servicio  de las  fuerzas  oscuras  del  mundo. No  se  detiene  ante  nada... Foto: Daniel Smith/ Warner Bros AP  

Esta vez me “armé” con mi combo de palomitas, refrescote y chocolatote (qué precio$$$) para disfrutar de una tonta película del género de acción, que me gusta mucho ver, de vez en cuando. Me llevé una gran sorpresa, pues no me perdí en una de esas ridículas y complicadísimas tramas (que puedo asegurarles que a veces ni el productor, el director ni el escritor entienden), no  para nada. Hasta una persona  mayor  y de lento aprendizaje  como  yo le puede entender  muy bien. 

El director Ritchie se ubicó perfectamente en una época de elegancia y estilo totales (los diálogos sobre moda, diseñadores y combinaciones entre los protagonistas en la boutique romana de la Via Veneto, ¿o Condotti?, son de antología). No olvidemos que el slogan de la cinta es: "Saving the world never goes out of style", algo así como: "Salvar al mundo nunca va con perder el estilo". Las locaciones italianas no pudieron ser más lucidoras, en Roma mayormente. La dirección de arte es digna de mención. El soundtrack es de primera categoría (me tocó una sala 100% digital con sonido ...meXtremo), sobre todo en la secuencia en el muelle la que Solo, dentro de un camión, bebe con fruición una copa de Chianti Vecchio acompañado de un tramezzino, mientras afuera acontece una persecución de lanchas delirante. La bella canción de fondo es Che Vuole Questa Musica Stasera interpretada por Peppino Gagliardi. El  video musical no  lo pude insertar  aquí,  pero lo comparto aparte en  la entrada previa  de  este  mismo blog.  

El británico Cavill y el californiano Hammer son dos de los tipos más deslumbrantemente fotogénicos que se  han visto en el cine últimamente. No en balde Henry Cavill ya hizo de Superman en Man of Steel (Zack Snyder, 2013)***.



Napoleon Solo, contra el mundo...
Foto: Daniel Smith/ Warner Bros AP


Cavill le da a Napoleón Solo una galanura y “savoir faire” que tiene su perfecta réplica en un Kuryakin de apostura hercúlea, quien por su parte ya estelarizó otra megaproducción: The Lone Ranger (El llanero solitario, de Gore Verbinski, 2013)**. Hace mucho que no se veía una química tal entre dos antagonistas.

Illya  Kuryakin,  el  agente más  letal  de
la  de  por  sí  ya  muy  temible KGB.
Foto: Warner  Bros.

Si quieren ver un poco sobre cómo era la política, la moda, la música y el glamour de los  años 60, mientras pendía sobre la cabeza de la humanidad la espada de la inminente Guerra Fría vayan a verla, y si no, también; porque es una película de entretenimiento de una gran factura (75 millones de dólares muy bien utilizados). Muy buena. ***

March de Malcriado