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Para muchos esta película prometía un gran deleite visual... lástima. |
FIFTY SHADES OF GREY (Cincuenta sombras de Grey). EEUU, 2015. Dir. Sam Taylor-Wood.
El príncipe encantador Christian Grey no es tan príncipe y tampoco tan lleno de encanto. Pero no porque sea el hijito abusado de una prostituta completamente loca y adicta al crack. A pesar de esos antecedentes, resulta ser un joven de mucho atractivo, magnate y, por supuesto, guapo y muy seductor. Pero el quid del asunto es que tiene un “secretito prohibido”, que esconde muy bien, inclusive bajo llave, en su “cuartito de juegos”. La que entra allí no saldrá jamás siendo la misma…
Un día Ana, una bonitilla y bastante bobalicona estudiante de letras inglesas, a unas semanas de graduarse, va a entrevistarlo a su apantallante oficina panorámica en el penthouse del rascacielos de las empresas "Grey" en Seattle. Una ultra rubia, bien clairoleada claro, a lo “Barbie secretaria ejecutiva trilingüe” la conduce a lo que de hoy en adelante será su destino. Pero su entrada-presentación no puede ser menos afortunada. Al abrirse el elevador Anita se va de bruces con todo y su vestidito y suetercito de la zona de saldos de "Target"; aparte, ni siquiera trae pluma… ¡y ay, pobrecita…!
Allí comienza la magia; porque la pobre fodonguita impresiona a Grey. Él, tan acostumbrado a las sofisticadas cocottes-de-luxe (caza fortunas o por lo menos aventureras), y ella que es más naïve que la Cenicienta… Paradójicamente se apellida Steele, Anastasia Steele (Dakota Johnson) para servir a usté’ y a Dios… Muy chistosa.
Si comparamos esta zaga (seguramente la segunda y tercera película, correspondientes al 2º y 3er libro, ya están en plena producción) con la obra Justine, del Marqués de Sade, aquélla resulta ser una reverenda vacilada mediática. Para no usar la otra popular y más adecuada palabra que también termina en “ada”…
Les diré que es una lástima, pues la película no es tan pésima si se sobreentiende que el guión no pudo llegar a más, debido a que la novelita best-seller # 1 en la que está basada, está muy pobremente escrita y se dirige a lectoras del tipo que lee cosas como las de Corín Tellado o Barbara Cartland, es decir, muy poco iniciadas en la literatura, y para colmo también medio, o totalmente, frustradas sexuales —¿o qué, muy realizadas y satisfechísimas en la cama? Mhhh. Si fueran lo contrario no leerían estas cochinadas—. Ésto no es literatura. Es simplemente una novelilla boba con tintes pseudo porno, es más, ¡ni siquiera es erótica de veras…!
El ritmo es más lento que el de las cintas de Tarkovsky (que no obstante, sí eran arte), los actores secundarios están de tercera, los diálogos son de cuarta y todo en general es como de quinta. Sin embargo, no todo está perdido. Las locaciones son muy lucidoras, la fotografía, es muy aceptable; no en vano la directora es una fotógrafa y videoasta de regular fama; por otro lado, el soundtrack es buenísimo.
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La fotografía sí es buena, y también el soundtrack. |
La Johnson está muy bonita y actúa bien, aunque está a cien años luz de una nominación, excepto para la Frambuesa de Oro (que seguro que su coprotagonista si ganará en el 2016). Así es, ese tieso actor principal, uno que nadie conocíamos, aunque aseguran que “actuó” en María Antoinette (Sofía Coppola, 2006)***: Jamie Dornan, que aunque fotografía mono y mide más de 1.80 m, adolesce absolutamente de la fuerza y personalidad de un personaje que, finalmente, es el símbolo de una fantasía femenina… un macho alfa súper dotado, que las ama y las castiga dominante, poderoso, turgente (pero con total cara de tonto inexpresivo). Ni en el librejo mismo nos lo imaginamos con semejante cara de palo (sin albur).
La obra “triunfó” en el mundillo de los best-seller porque su autora, E.L. James, presenta la historieta mórbida de una moderna Cinderella enamorada de un principillo inmensamente rico pero “bien degenerado” al que le encanta el masoquismo de las tontas sumisas que compra, con contrato y todo, para que jueguen a ser sus zorras amarradas.
Desafortunadamente, la tensión sexual entre los dos protagonistas es prácticamente inexistente, por más que los pongan a mirarse intenso, a jadear y poner los ojos en blanco. Por favor, nadie ata y azota a su amante con los pantalones puestos y como si estuviera armando un rompecabezas, ¿o sí? Todo está tan homogeneizado, pasteurizado y listo para tratar de engañarnos que lo que nos provoca son risas y bostezos. No se dejen embaucar.
Si quieren leer la historia de una buena chica expuesta al sadismo de verdad allí tienen a la esplendorosa y marmórea Justine o los infortunios de la virtud, que además de ser un libro clásico está escrito con el talento del celebérrimo literato y filósofo francés, nada menos que Donatien Alphonse de Sade. También de las novelas eróticas que conozco están: Fanny Hill, memorias de una cortesana de John Cleland y El amante de Lady Chaterly de D.H. Lawrence. Que no son tan sádicas pero que sí sirven.
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En El portero de noche si se cuenta una historia de sumisión sexual en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Es impresionantemente bella. |
Si lo que desean ver son filmes realmente eróticos, y de altísima calidad, allí están: Les Valseuses (Bertrand Blier, 1974)***, Emmanuelle (Just Jackin, 1974 )***, La historia de O (Just Jaeckin, 1975)**, El portero de noche (Liliana Cavani, 1974)****, Salón Kitty (Tinto Brass, 1975)****, Vicios privados, virtudes públicas (Miklós Jancsó, 1975)***, Calígula (Tinto Brass, 1979)** o la que quieran de la “Trilogía de la vida” de Pasolini: El Decamerón (1971)****, Los cuentos de Canterbury (1972)****, Las mil y una noches (1974)**** y , además Teorema (1968)**** y Saló o los 120 días de Sodoma (1975).****
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La guapísima Corinne Clery protagonizó esta historia de sadomasoquismo de exquisita estética y terrible sumisión. |
Viendo los títulos que me vinieron a la mente me doy cuenta que el cine quesque atrevido y supuestamente sexy de finales de siglo XX y de lo que va del siglo XXI no tiene ni por asomo la excelencia de aquellas maravillosas películas filmadas en los años de 1970, que iban mucho más allá de lo imaginable, de todo a todo.
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Champaña antes del tormento. Cuando en el cine actuaban verdaderas "diosas de celuloide". Charlotte Rampling y Dirk Bogarde en El portero de noche. |
Así que ustedes decidan si leen o ven este bodrio insoportable de las Cincuenta sombras del fiasco, en cualquiera de sus 3 entregas. Ni modo, esta película no merece ninguna estrella en mi escala de 4. ¡Aburridísma...!
March de Malcriado
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