lunes, 16 de diciembre de 2013

DE MONSTRUOS GIGANTESCOS

Titanes del Pacífico, un delirio barroco del futuro. 

PACIFIC RIM (Titanes del Pacífico). EU, 2013. Dir. Guillermo del Toro. Megalómana producción escrita y dirigida por un creador de verdad, talentoso y sin poses. Desde que coprodujo Doña Herlinda y su hijo (Jaime Humberto Hermosillo, 1985) y pasando por su Cronos (Méx., 1992), la chistosa Hellboy 2: el ejército dorado (EU, 2008) y la sensacional El laberinto del fauno (Esp. 2006), este cineasta mexicano se ha consagrado a nivel mundial bajo los reflectores de Hollywood. La tecnología al servicio del arte, aunque no me lo crean, llevan a del Toro a las ligas mayores.

Desde que yo de jovenzuelo veía Ultraman en la tele, hace muuuchos años, las historias de Godzila y similares devastando “Tokios” de cartón, me daban risa. Los monos eran unas botargas tan mal hechas que daban pena ajena. Pero bueno, era puro divertimento televisivo de 3ª para públicos infantiles y juveniles de la era en la que no teníamos más que éso y La isla de Guilligan, Perdidos en el espacio, Laramie, Bat Masterson, Hechizada, Bonanza, Los Monster o Los locos Adams. Y en cine cuando mucho Fantasía en 15a corrida en el cine Sonora, Espartaco con el italianísimo Massimo Girotti en 20ª corrida en el cine Maya y Krakatoa al este de Java con el inenarrable Sal Mineo; todas en programas dobles que complementaban con Tammy la foca o alguna de Rocío Dúrcal en copia más amarilla que las palomitas.
En plan sencillo, pero no tan chafa, estaban las de Pily y Mily como Vestidas y alborotadas con Alberto Vázquez y Carlos Piñar en el Palacio Chino o las Criaturas olvidades del mundo en el Futurama.
Cuando la cosa era de “lujo” asistíamos al cine Internacional a ver la más reciente de James Bond: Los diamantes son eternos, que me impactó para siempre, Contacto en Francia, El samurai con Alain Delon o La espía que cayó del cielo con la despampampanante Raquel Welch en bikini verde. ¡Ah… qué tiempos señor don Marchito…!!!

Pero de regreso a lo que nos atañe, en Titanes jamás detecté nada falso, chabacano o mal hecho. Todas las secuencias son visualmente perfectas, y me mantuvieron de boca abierta de principio a fin.
El joven Charlie Hunnam es muy fresco y fotogénico, la bellísima japonesa Rinko Kikuchi es tan hermosa como una flor de cerezo con puños de metal y chingadazo tempanyaqui.
Delirante. La tengo que ver por los menos otras 2 veces para poder verlo todo. Porque imagológicamente es la cinta más barroca que ví este año que se va. ***

March de Malcriado.

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