jueves, 26 de diciembre de 2013

DEL VOLCÁN ENTRE LAS PIERNAS

La obsesión de una mujer a los pies de su dios de carne.


OSSESSIONE (Obsesión). Ita. 1942. Dir. Luchino Visconti. Estar casada con un gordo zopenco, cuasi disfuncional eréctil, y más aburrido que jugar dominó en casa de la prima Remilgos, es la causa de la locura e insatisfacción de Giovanna (Clara Calamai), una pobre mujercita que atiende la pequeña trattoria de Bragana (Juan de Landa), el marido. El tedio es insoportable hasta que llega al mesón un portento de hombre, uno de los dioses italianos de celuloide más apantallantes, el inenarrable Massimo Girotti como Gino el vagabundo... No bueno, nada más de verlo la tipa siente vahídos y que se le escurre la lava desde el corazón hasta la entrepierna. Ya se podrán imaginar. Como buena mesonera en cuanto puede le ofrece todo el pan... él lo acepta de buen agrado. Pero el maridito les estorba, así que se lo echan sin más. ¿Les suena conocido...? 


Éso es pasión volcánica. La policía sospecha de Gino y lo comienza a acechar. Él por su parte ya  se comienza a aburrir de tanto y tanto pan. Además la  
Giovannita  ya muy seguido se le pone histericona, por si fuera poco es manipuladora y bastante encimosa. Ya lo comienza a hartar. ¿Pero qué más puede hacer ella si está locamente enamorada de Gino y sin él siente que se ahoga...? 


Él le gusta a otras mujeres. Pues cómo no si es joven, fuerte y está divino. Además es bastante bruto y también le gusta dejarse querer. No se puede hacer mucho contra la naturaleza.


¿Pero qué creen?, la cínica autora intelectual de un crimen también se puede redimir: Ella, la Giovanna, heredó una pequeña fortuna del difunto y ¡púmbale...!, ahora está embarazada. Por  otro lado, Gino bien podría huir de ella y largarse hasta el fin del mundo, pero con la policía en los talones decide que no. Ya es hora de sentar cabeza, a pesar  de las  tensiones y si ella no lo delata, pues mejor huirán juntos a comenzar una  nueva vida; total, la tipa no es tan nefasta y no está tan fea. ¡Pero sorpresa!, aunque en la pareja todavía quede algo de pasión, dinero y un bebé en camino... El final es sobrecogedor.

Ésta es la primera cinta del neorrealismo italiano. Cruda, irredenta, en blanco y negro como debe ser (el color 
todavía no estaba tan generalizado, gracias a Dios ) y con escenas que marcarán el nacimiento de nuevos conceptos cinematográficos, como ésa donde ella acaricia los huevos mientras mira a Gino con lujuria y el marido detrás ni cuenta se da. ¿Cómo se puede hacer una primera película de tal magnitud...? Pues porque la puesta en pantalla es nada menos que del maestro Visconti. Sencillamente impresionante. **** 

March de Malcriado.

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