DE QUE MUCHAS HAN QUERIDO SER LA NUEVA MARILYN Porque inclusive hasta nuestros días, ella es el máximo rasero de la belleza, la fama y el glamour al que puede aspirar una persona con sueños de "superstar”. No cabe duda que algunas se han acercado bastante desde aquella tremenda, y descaradamente adorable, Jayne Mansfield. Allí están por ejemplo: Carol Baker, Diana Dors, Barbara Lang o Stella Stevens (¿alguien las recuerda...?).
En los años de 1950 y parte de los 60, la señorita Mansfield copiaba sin tapujos y exageradamente el estilo de la Monroe, porque la admiraba tanto que quería ser como ella. |
La linda Blake Lively personificó a la perfección a Serena, "La Chica It" de Nueva York en Gossip Girl. |
Las rubias, y mucho más las del tipo “explosivo”, ya no abundan y según varios estudios e investigaciones de los científicos del campo de la genética, parece que a futuro tienden a desaparecer. Sin embargo, nos gustan mucho, Por algo será... Recordemos a Margot Robbie como una Lolita caricaturizada, fantástica y muy fatídica Harley Quinn en Escuadrón suicida (David Ayer, 2016)***. Largometraje que les recomiendo muy ampliamente, por cierto.
Pero bueno, no creo que para ser ese tipo de güera lo más difícil sea ser joven y muy bonita, ni vivir en el gym, estar siempre a régimen alimenticio, decolorarse el pelo, y todo lo demás, para después teñirse de extra rubia y posar a “la Harlow o a lo Monroe” exacerbadamente. Con vestidos de los que literalmente se están saliendo (o que dan la impresión de que se van a reventar dentro de un segundo). El chiste para llegar realmente a la cima del estrellato, y mantenerse allí, es muy simple: Ser muy ambiciosa, ser extraordinariamente hermosa, con muchas curvas, piernas muy largas y torneadas, aunque sean un tanto cuanto aerodinámicas, tener carisma, y además, pero sobre todo, tener mucho pero muuucho t-a-l-e-n-t-o. Claro, ésto también aplica para todas, aunque sean castañas… u hombres; ¿verdad Amanda Lepore…?
La señorita Smith era realmente preciosa y la verdad lucía rutilante. Sus fotos lo demuestran. Tanto, que llegó a ser una especie de top model e imagen publicitaria de una popular marca de ropa, todo lo cual le reportó buenas sumas de dinero. Se casó con un nonagenario multimillonario, sólo por amor claro. Así y todo, la monumental beldad no tenía ni la infraestructura psíquica ni artística para aguantar el rigor de la fama falsa, del peróxido –con su fétido olor–, el peso de las "bubis" todavía más falsas y todo lo demás... que duele y hiede todavía peor…
Con su playera de “Daddy’s Lil Girl”, Margot Robbie como la letal Harley Quinn. Imagen: © DC Entertainment/ Warner Bros |
Pero bueno, no creo que para ser ese tipo de güera lo más difícil sea ser joven y muy bonita, ni vivir en el gym, estar siempre a régimen alimenticio, decolorarse el pelo, y todo lo demás, para después teñirse de extra rubia y posar a “la Harlow o a lo Monroe” exacerbadamente. Con vestidos de los que literalmente se están saliendo (o que dan la impresión de que se van a reventar dentro de un segundo). El chiste para llegar realmente a la cima del estrellato, y mantenerse allí, es muy simple: Ser muy ambiciosa, ser extraordinariamente hermosa, con muchas curvas, piernas muy largas y torneadas, aunque sean un tanto cuanto aerodinámicas, tener carisma, y además, pero sobre todo, tener mucho pero muuucho t-a-l-e-n-t-o. Claro, ésto también aplica para todas, aunque sean castañas… u hombres; ¿verdad Amanda Lepore…?
Es obvio que para poder trascender el centerfold, una simple y triste historia o la leyenda, volverse ícono o convertirse en un verdadero mito, hay que eliminar un gran error estructural, la falla fatal. Que radica primordialmente en la carencia del exquisito talento histriónico
propio del paradigma (Marilyn Monroe, por supuesto). Pues al querer copiar el
icónico estilo de la máxima “bombshell” universal, tan sólo por intentarlo, ya
se ven como un ridículo cliché ─pues además, si no se tienen los tamaños
suficientes, en todos los sentidos─, el triunfo será tan efímero y ficticio
como el intento.
Ana Nicole Smith, una bellísima rubia trágica. |
A pesar de todo, para horror y fascinación del público, siempre hay alguna chica dispuesta a ser la nueva personificación del "cordero de sex-appeal" para el holocausto hollywoodense; o, mucho más humilditamente, para los medios televisivos o las plataformas cibernéticas, que reclaman nuevas víctimas, digo “actrices”...
Las mujeres bellas nunca pasan de moda. En esta cinta para la televisión se reafirma que, además, siempre son un buen negocio, excepto para ellas mismas...
Imagen: © Sony Pictures TV
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El argumento de la película ANNA NICOLE de la directora Mary Harron, 2013, con Agnes Bruckner en el rol principal, es el mismo de todo este tipo de biopics: Chica bonitilla, hambrienta y miserable, con muchos sueños y las suficientes agallas para cerrar o abrir muy bien la boca (que le estalla de roja), y las piernas (por supuesto), a cambio de un quesque fabuloso trabajo de prostituta imagológica envuelto en el oropel del infierno. Una fábrica de sueños lúbricos tan duradera como un orgasmo a solas...
La Monroe es la única que sigue apareciendo en nuestros sueños cuando de muñecas rubias se trata. Imagen: © Richard Avedon, 1958 / MM State |
In loving memory of those goddesses and sex-symbols. I cherish you all anyway… my little precious…!
¡Corte y queda…!
MarcH de Malcriado
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