lunes, 22 de junio de 2020

TOY BOY


TOY BOY Carlo Costanzia hace de su personaje Jairo, tan sexy como emotivo, uno de los grandes consentidos de esta epidérmica serie.  © Atresmedia/ Netflix


TOY BOY (Dir. Iñaki Mercero / Javier  Quintas, Prod. Atresmedia para Antena 3, España, 2019). 
Yo  la  hubiera intitulado,  después  de su  título original,  claro  está como:  QUÉ CALOR EN MARBELLA, MEJOR BAILO EN TANGA,  en  serio. 


El varón como ente erotizado y  erotizante se oferta hoy en un creciente mercado multisexual ávido de belleza, de híper masculinidad y hasta de nuevas sensaciones y emociones.  Con la apertura de la nueva mentalidad que ha  derribado los tabúes que obligaban a todos a ocultar sus gustos, por más “secretos” que estos fueran, ahora todo se vale. Ya no hay secretos. El hombre ya no es solamente el macho de  las  3  "f": feo, fuerte y formal que solía ser antes al  estilo  del inspector de  la policía, Mario  Zapata, que  hace aquí el magnífico Pedro Casablanc― o que socioculturalmente se veía obligado a ser, pues en  la actualidad el culto a la hermosura y a la juventud está en pleno auge y no excluye a nadie. 



TOY BOY Los hombres apolíneos como objetos sexuales están al alcance de la mano de quien pueda pagarlos.
© Atresmedia/ Netflix




La reciente teleserie, actualmente exhibida mundialmente en Netflix: Toy Boy, es un thriller policíaco que cuenta la historia de un estríper, en muchas ocasiones confundido o malamente denominado como “prostituto”, con la misma connotación negativa que   también conllevan  las chicas, o señoras sexoservidoras.  Cuestión  que entonces   lo  pone en  desventaja al  ser prejuzgado y juzgado  como alguien intrínsecamente malo,  proscrito. Sin  embargo, e irónicamente ya no es nada raro para nadie que alguien de cualquier sexo alquile los servicios de alguien más, también de cualquier sexo… para pasarla bien si  tiene  con  qué  pagar. 




TOY BOY La abogada Triana Marín (María Pedraza) y la cougar mega millonaria Macarena Medina (Cristina Castaño) se disputan la atención y el amor  de Hugo (Jesús Mosquera,  increíble y  novel  talento), el muñeco de estriptís más caro de la Costa del Sol.                    © Atresmedia/ Netflix

Así la Macarena (Cristina Castaño,  hermosa  donde  las haya), una empresaria archimillonaria, tiene bajo su “protección” a Hugo (Jesús Mosquera, cuya  actuación  es  espléndida  tomando en  cuenta  que  procede  del  medio  futbolístico) su macho de alquiler. El Huguín, que por las noches baila en un chóu de encueradones, y que es y está más bueno que el pan, vive como en un sueño mágico bajo los reflectores, la luna o el sol de la playa ―según la hora―, pero pronto se ve involucrado en un terrible crimen. Lo que pareciera una vulgar historieta de “putillos de la noche” es una espectacular intriga mucho más interesante de lo que pareciera ser. No hay allí desperdicio alguno, pues la opulencia de-luxe convive con la pobreza, y al mismo tiempo con abogados y la policía, todo en un mismo y  soleadísimo paraíso. Las relaciones  familiares,  la seguridad y la protección  que se  deben,  son  muy  fuertes,  pero en  algunos  casos también  son muy  laxas. La búsqueda  de presuntos culpables es exhaustiva mientras nos  deleitamos  con  magníficos números  de streaptease varonil elaboradísimos, muy  sofisticados  de  verdad, y ejecutados  por  verdaderos living  dolls  que  cobran  bastante  caro.  Lo  que  hagan ellos  después  del  espectáculo es su libre  desición,  y  vaya  que  hacen muchas  cosas... 


TOY BOY Una  ovación  de  pie para Pedro  Casablanc,  que  hace a Zapata, el  inspector de  policía  más emocionante desde Fumero, el  jefe  de la policía  de  La  sombra  del  viento  del  recientemente  fallecido Carlos  Ruíz  Zafón.
© Atresmedia/ Netflix


Mención  aparte requiere una  asombrosa coreografía vamp que por  sí  misma bien podría  valer como  un  hito,  sin  antes ni  después,  en  la televisión.  Pero  cuidado, nada es lo que parece, y al llegar al capítulo final de  esta  primera  temporada nos queda un regusto amargo, agridulce y a la vez tan salado como el mar. Pero también queda uno muy  satisfecho de haber visto una serie de  13 episodios con grandes actores y realizada con excelente calidad,  de  veras. 

¡Corte y queda…! 

MarcH de Malcriado

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