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Cuando comenzó a ser modelo, Norma Jeane supo que era mucho más bonita de lo que creía. Tenía tanto por aprender. © André de Dienes
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RÉQUIEM POR UNA RUBIA
En la tibia noche veraniega del sábado 4 de agosto de 1962, una linda chica de Los Ángeles fue asesinada. No era nada nuevo; en todos lados y en todas las épocas han habido homicidios... pero este, lo que hoy en día se denomina como "feminicidio", fue de verdad un caso muy especial. Supuestamente, ella estaba sola en su nueva hacienda de estilo mexicano al final de una privada en el área de Brentwood, así que "nadie" la pudo defender; nadie se dio cuenta, ni siquiera el ama de llaves que tenía una habitación aparte.
Ninguna persona la auxilió a pesar de sus gritos ahogados, que dicen que quedaron grabados en cintas magnetofónicas que después desaparecieron, porque las voces de los asesinos también quedaron registradas. Sus teléfonos estaban intervenidos (había 2 líneas) y había micrófonos ocultos por toda la residencia. No hubo piedad para ella. Una vez aplicado el veneno, los perpetradores del crimen esperaron para buscar el famoso "diario rojo" de sus apuntes personales lleno de supuestos secretos, que inclusive incluían algunos de Estado que le había contado el mismísimo presidente. Después, en su mano derecha le fue colocado el auricular de su teléfono privado. ¿A quién intentaría llamar...? Muchos fueron los que dijeron que hablaron con ella esa tarde y en las primeras horas de la noche... Hay testimonios de que el Fiscal General de la Nación, Bobby Kennedy (el hermano del presidente), se encontraba de incógnito en la ciudad angelina. Una vecina asegura haberlo visto bajar de un coche a las puertas de la residencia de Monroe ese día...
La policía fue notificada por su psiquiatra, de lo que obviamente fue arreglado como "suicidio", muchas horas después. Al llegar a la escena el oficial en turno en medio de un semi tumulto de personas, notó, para comenzar, que no había vasos en la recámara donde yacía el cuerpo, que además estaba como "colocado" en una forma atípica. El que no hubiera vasos de agua, algo básico para ingerir pastillas, lo hizo sospechar; cuantimás si se toman barbitúricos por vía oral en cantidad masiva. Todo mundo sabía que ella acostumbraba tomar hipnóticos para poder dormir. La noticia del deceso salió en los periódicos hasta el lunes 6. Después de la autopsia, se reconfirmó la sospecha de "probable suicidio", a pesar de que en el tracto digestivo no había rastros de píldoras.
El cuerpo de la muchacha permaneció en un refrigerador de la morgue durante 3 días sin que nadie lo reclamara. Ese hecho fue aprovechado por un furtivo fotógrafo para sobornar al guardia nocturno con el fin de tomarle fotos al cadáver, y sabrá Dios qué más... Finalmente, Joe DiMaggio, uno de sus ex esposos reclamó los restos y se encargó de los funerales. Pero el señor no permitió la entrada del público y mucho menos de la gran mayoría de sus “amigos”. Decidió no invitarlos porque los consideró falsos, hipócritas y hasta "cómplices" de su muerte, aunque eran muy allegados al clan de los Kennedy, en mayor o menor medida. Había muerto la estrella de cine más fabulosa de su tiempo... Marilyn Monroe.
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MARILYN MONROE La única estrella que puntualizó que lo era solamente gracias al público. Que la había pedido en más películas y cuyo éxito en la taquilla y en el correo que recibía en el estudio le confirieron su gran popularidad, para asombro de los ejecutivos y la envidia de muchas personas. Los premios y los reconocimientos eran abundantes. Hasta llegar a la máxima consagración de la fama: plasmar sus huellas en el Teatro Chino de Hollywood. © Frank Powolny
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Nunca hubo una investigación seria y a fondo del caso en la Corte Suprema y nadie fue citado a declarar bajo juramento. Los registros de la compañía telefónica fueron incautados. El ama de llaves, Eunice Murray pasó después del suceso una larga temporada en Europa. Ella en varias entrevistas, después de muchos años, se contradijo en varias ocasiones (cosa rara, ¿no...?). La secretaria y publicista de Marilyn, Pat Newcomb, atendió alrededor de 250 llamadas de la prensa de todo el mundo inquiriéndola sobre el sonado deceso. Muy pronto se fue a trabajar a Washington, D.C., supuestamente recomendada por Bobby Kennedy.
Hay una enorme cantidad de libros que reportan que el FBI y la CIA vigilaban a la Monroe desde que comenzó a ser una celebridad, sobre todo, porque tenía nexos con ciertos intelectuales de tendencias comunistas. Es más, muchos de sus maestros y amigos eran de origen ruso. Inclusive su tercer marido, Arthur Miller, era un escritor judío incluído en la lista negra de las personalidades rojas que podrían representar una amenaza para el sistema capitalista. Los escritores casi siempre lo son. Además, desde los primeros años de 1970
―alrededor del 10° aniversario de su muerte
―, curiosamente, la imagen de la desaparecida estrella retomó un ímpetu mediático bastante considerable. Norman Mailer escribió un libro muy ilustrado con muchas fotos a colores y a toda página, como un homenaje a la que llamó "El dulce ángel del sexo". La Monroe volvió a ocupar las portadas de las revistas, los periódicos revisaron sus crónicas, y gracias a la nostalgia sus discos se reeditaron ( Marilyn cantaba extraordinariamente bien), al igual que sus pósters; se comenzaron a reprogramar ciclos de sus películas en muchas ciudades del mundo, porque varias cintas son excelentes y llegaron incluso a ser consideradas clásicas. Con tanto alboroto también se comenzaron a analizar las circunstancias de su extraña muerte, que apuntaron directamente hacia una conspiración orquestada desde la política, la mafia, o las 2, de grandes dimensiones. Fue tanta la insistencia que diversas personalidades y autoridades intentaron que se reabriera el caso ante un Gran Jurado. Lo que casi estuvo a punto de efectuarse, pero fue finalmente denegado.
LA ESTRELLA
A pesar de la gran animadversión que desde un principio sentía por ella Darryl F. Zanuck, el presidente de la 20th Century Fox, el público es el que manda, porque es el que decide a quién quiere ver en las salas de cine. Para 1952 la fama y la popularidad de la actriz ya era fenomenal, así que el estudio que tanto la repudiaba tuvo que llevarla en 3 grandes producciones del año siguiente. En enero se estrenó Niagara/ Torrente pasional (Henry Hataway, 1953) que acaparó toda la atención porque en ella personificaba a una mujer fatal con instintos asesinos; en junio fue el estreno del gran musical Los caballeros las prefieren rubias (Howard Hawks, 1953) que la catapultó a la celebridad internacional, y en noviembre estuvo en Cómo pescar un millonario (Jean Negulesco, 1953) al lado de otras dos grandiosas reinas: Betty Grable y Lauren Bacall, ante las cuales nunca desmereció e hizo gala de un elevadísimo nivel profesional e histriónico. A pesar de todo, los intelectuales y los críticos la seguían viendo como un mero producto publicitario que no actuaba para nada, porque pensaban que ella en realidad era así de ingenua y boba...
Nunca fue su intención ni la de nadie, pero Marilyn Monroe era el máximo estereotipo de la rubia tonta. Aunque había comenzado a filmar desde 1947 como extra, desde 1948 había obtenido muchos papeles secundarios y uno que otro protagónico en buenas películas pero de poca resonancia.
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Marilyn como "Nell", la perturbada mental, en Don't Bother to Knock/ Niebla en el alma ofreció una actuación tan fina y perfecta que Anne Bancroft, apenas una debutante en este filme, contaba que al observarla en el set (en la secuencia final), se emocionó tanto que comenzó a llorar. © 20th Century Fox
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Cuando hizo de paciente psiquiátrica esquizoide en Don't Bother to Knock / Niebla en el alma (Roy Baker, 1952) desplegó un gran talento dramático y una presencia asombrosa. Pero la película no gustó porque trataba un tema bastante triste, sumamente patético que incluía traumas de guerra e intentos de suicidio. La actuación de Marilyn fue revalorada mucho tiempo después; inclusive se cuenta que se les proyectaba la película a los estudiantes de psiquiatría como ejemplo de un caso típico. Su ascenso fue bien lento, pero muy firme. Nada de fenómenos de la noche a la mañana basados únicamente en la apariencia física, usualmente de debutantes sin muchas aptitudes, y en los que la preparación es muy escasa o casi nula.
LA MODELO
La pequeña Norma Jeane —como toda persona nacida después de la invención de la fotografía—, fue retratada muy a menudo desde que era una rubia bebé de ojos azules. Unas amigas de su madre que eran una especie de tutoras, la casan a los quince años con un vecino que ellas escogen para salvarla de regresar al orfanato y de los peligros que conlleva no tener padre ni madre (sí tenía, pero estaba recluida en un hospital psiquiátrico) y de tener un físico como el que ella tenía... El marido pronto es enviado a servir en la marina mercante y deja a su joven esposa al cuidado de su madre. Norma Jeane entra a trabajar como obrera, para no ser del todo una carga para su suegra. A los diecinueve años, gracias a que la descubre en la planta industrial el entrenado ojo del fotógrafo David Conover, decide por su consejo, meterse de modelo. Toma un curso en una agencia y pronto deja a todos de boca abierta porque es muy linda y bastante lista. Ya bien posicionada como la "Next door girl" y lo suficientemente cotizada, las tomas se multiplicarían hasta niveles inconmensurables. Los “click” de las cámaras la acompañarían durante toda su vida, como si fueran los latidos de su propio corazón…
Un día en el estudio de la Fox le dijo al jefe de casting ―quien la bautizó artísticamente como "Marilyn" (Monroe lo sugirió ella porque era el apellido de su abuela y de su madre)― un aforismo propio y premonitorio:
“No me importa el dinero, sólo quiero ser maravillosa”.
Todo lo que ella anhelaba era ser completamente fantástica. No sabía que ya lo era, y por mucho...
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Norma Jeane era muy bonita, pero quizás no tanto como muchas otras. Lo que la hacía sobresalir es que había aprendido muchos trucos para lucir todavía más linda de lo que era. La chica de la izquierda también es bonita, pero sin actitud de "bella", y eso hace la gran diferencia. |
ORIGEN Y ANTECEDENTES
Nacida ilegítima en el Hospital General de Los Ángeles el 1° de junio de 1926, Norma Jeane Baker (la "e" de Jeane sería después suprimida) fue hija de una vestuarista de la productora de películas RKO, y de un novio que desapareció en cuanto supo que Gladys, que tenía fama de estar medio "loca", estaba encinta.
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La madre, Gladys Pearl, una guapa pelirroja se apellidaba Monroe y había nacido en 1902 en Piedras Negras, Coahuila, México; cuando su padre trabajaba allá en la construcción del ferrocarril. Gladys tuvo por segundo marido a Edward Mortenson, que la abandonó a pocos meses de haberse casado con ella. Norma Jeane por eso llevó por un tiempo ese apellido, asentado en su acta de nacimiento, aunque él no era su padre. |
Un embarazo no deseado y el abandono de su primer marido Jack Baker —que en el proceso de divorcio le había quitado a sus dos hijos previos—, también del segundo, Edward Mortenson, los fracasos con sus amantes subsecuentes, la precariedad económica y la predisposición genética a los desórdenes mentales, fueron los detonantes de la esquizofrenia de aquella guapa pelirroja al cabo de unos cuantos años. Delante de la pobre niña, Gladys, presa de una fuerte crisis, fue maniatada con una camisa de fuerza y entre pataleos y alaridos la subieron en una ambulancia para ser ingresada en el manicomio, totalmente ajena a la realidad.
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NORMA JEANE BAKER Era una preciosa niña californiana de ojos azules y cabello lacio y extra rubio que casi desde que nació fue puesta en custodia con una familia porque su madre tenía que trabajar y no podía cuidarla. Nadie imaginaba su destino... |
Así, Norma Jeane a partir de los 6 años fue internada en un hospicio. Poco después, creció rodando de casa en casa, que no era tampoco lo mejor; sin ser realmente cuidada ni apreciada por nadie. En tales circunstancias la pequeña no obtuvo nunca el cariñoso estímulo afectivo e intelectual que se les prodiga a la mayoría de los niños cuando son deseados y queridos. No tuvo una familia permanente que la formara, la guiara y la quisiera de verdad. En casi todas esas casas de acogida siempre fue la última, la más relegada.
"Cuando era niña nunca nadie me dijo que era bonita; a todas las niñitas deberían decírselo, aunque no sea cierto".
Luego entonces, de todas sus carencias, la del amor materno fue la más terrible, la más dolorosa. Pues la familia Bolender, y luego las otras sustitutas, lo que realmente querían eran los dólares que recibían como compensación de la madre
―y luego del condado por tenerla en custodia
―. La pobre Gladys la visitaba de vez en cuando, pero se comportaba muy ausente y casi no le hablaba, recordemos que era una mujer cuya salud mental no era normal. En algunas casas el fanatismo religioso era extremo y en otras por el contrario, la enseñaban a bailar y la ponían a jugar con las botellas de licor vacías que quedaban de sus escandalosas fiestas. En algunas otras fue víctima de ciertos horrores y de abusos de connotación sexual.
FIN DE LA INOCENCIA
A pesar de todas esas desventajas, increíblemente, el coeficiente intelectual de Norma Jeane ―a la que apodaban "ratón" en la escuela por flaca y acomplejada― llegó a ser muy superior a la media. Según estudios e investigaciones recientes, se dice que de 165 puntos. Por eso, y a pesar de no haber podido concluir la instrucción secundaria (igual que tanta gente del espectáculo de esa época) porque la casaron prematuramente para evitar que regresara al orfanato, ella en un principio se esforzaba para minimizar su ignorancia y para poder entender libros de cierta dificultad cognitiva. Después terminó leyendo muchas obras de gran complejidad e inclusive hasta filosóficas. Tanto le interesaba la cultura y terminar de instruirse, que no obstante de ser ya toda una starlet se inscribió en un curso universitario de literatura en la UCLA, donde todos sus condiscípulos la conocían y la admiraban porque decían que "salía" en las películas. Cuando una de sus profesoras se enteró del hecho dijo que jamás se lo hubiera imaginado, porque era una alumna muy adusta y muy seria, tanto que le recordaba a las monjas.
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Norma Jeane en una de sus primeras glamour shots. Una figura de sirena es el vehículo idóneo para ser modelo publicitaria y aspirante a actriz. Si se tiene algo más, el paso al cine es lo que sigue. La firma ya era a la "MM"... ¡Guauuu...!
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DEL SUEÑO CASI IMPOSIBLE
Todavía adolescente, pero ya consciente de que era bastante mediocre, de que estaba desorientada en la vida y de que existía todo un universo inabarcable por descubrir —más allá del orfanato, de su precoz y anodino matrimonio con un chamaco inexperto y bobalicón, y después de su rutinario trabajo de obrera en una triste fábrica—, cerró los ojos con fuerza y soñó que ella no era ella...
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Marilyn como bomba sexy. La imagen idealizada de la mujer como símbolo erótico no había tenido jamás en la historia del arte (nidel cine) un referente tan poderoso. Previas a Marilyn sólo estaban las diosas mitológicas, las musas y las criaturas imaginarias de la escultura y la pintura, y los bombones sexuales de celuloide: Jean Harlow y Rita Hayworth. © Frank Powolny para la 20th Century Fox |
La joven Norma Jean soñó que soñaba un sueño donde ella era la chica más hermosa, la más dorada y la más admirada. Aquel juego onírico le comenzó a gustar tanto que volvería a hacerlo todas las noches. La ilusión era tan apasionante que inclusive también la repetiría como una ensoñación diurna. Pero en las mañanas, de camino a la planta industrial le quedaba bastante claro que no tenía los recursos suficientes y que tendría que conformarse con seguir soñando. Éso era lo único que podía hacer para mitigar el miedo, su miseria y la angustia de saberse otra vez abandonada; pues su joven esposo fue llamado a filas y enrolado en la marina porque el país estaba en guerra...
Corte a: Un fotógrafo publicitario la "descubre" y le dice que está muy guapa, pero sobre todo, que es muy fotogénica y por lo tanto ideal para ser modelo...
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Norma Jeane era una de cientos modelos de revista, que sabía encarnar también a la perfecta "chica de al lado", sin complicaciones y absolutamente natural.
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STARLET
Poco a poco, con trabajo constante y mucha disciplina logra ser ser modelo, una de las cientos de que había en Hollywood, la glamorosa "Capital del Cine". Viviendo aquí y allá, posando para infinidad de fotógrafos y artistas consigue subsistir en ese mundo tan competido. Comienza a conocer sus cualidades fotográficas, pero también analiza sus defectos y aprende a disimularlos muy bien, pues tiene las piernas flacas y chuecas, sus prominentes dientes y su nariz es bulbosa. Sin embargo, con todo y todo sigue entusiasmada; se estira, sonríe, camina, gira coqueta, posa, posa y posa otra vez, seduce... y brilla. Brilla de verdad porque le dicen que se aclare el cabello rubio castaño, a su tono rubio original de cuando era niña. Ya se enfilaba hacia el camino correcto para “ser maravillosa”, según sus propios parámetros, que eran cada vez más precisos, más exigentes. Con el tiempo sería evidente que sus anhelos no estuvieron nunca fuera de su alcance...
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Norma Jeane también posaba regularmente como pinup para el ilustrador Earl Moran. El artista la contrataba desde 1946 hasta 1949 a través de la agencia "Blue Book" para fotografiarla con vestuarios muy variados, y a veces bastante escasos, a fin de hacer sus ilustraciones para revistas y calendarios. |
Norma Jeane y sus maestros, ya en "Norma Jean" demuestra su desmesurada preocupación por la belleza, por el arreglo, el cuerpo, el ejercicio y la correcta postura. Ahora estaba obsesionada por todas las cosas; por saber los secretos del arte que muy pronto pondría en práctica: la actuación.
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Casi nunca se mencionan las horas y horas que Norma Jean se dedicaba a tomar clases de actuación, vocalización, danza y gimnasia; a la lectura de los clásicos, a los ensayos y al refinamiento personal. Aquí con su profesora rusa Natasha Lytess practicando su dicción. |
¿Cómo podía atreverse esta pobre bobita pretenciosa a quererlo todo...?, se preguntaban muchos envidiosos. Si lo que único que veían era tan sólo a una vulgar bonitilla más de boca demasiado roja y exagerados contoneos. Como creían que era tonta se burlaban de ella, y tristemente el bullying siempre estará presente. Continuaría siendo humillada, subestimada y abusada. Vaya que fue abusada: por sus "novios", por los instructores, por los agentes, por los productores y por todos los que tuvieran un poco de poder e influencia. La labor que se proponía se antojaba algo casi imposible de lograr, titánica. ¿Ser actriz para ser todavía más vampirizada?, eso era como ser una especie de sexo servidora. ¡Ay, pero pobre infeliz, con esos antecedentes y carencias! ¡Si no es fotogénica (así la consideraban varios jefes de los estudios, tanto en la Columbia cuanto en la 20th Century Fox) y tampoco sabe hablar...! ¿Cómo se crea entonces a una vampiresa a partir de una "campesinita" ignorante...?
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El fotógrafo húngaro, André de Dienes, intituló como "Happiness" esta foto de Norma Jeane Dougherty sin maquillaje en 1946. Estaban en la playa de Malibú leyendo poemas y ella personificaba los diversos sentimientos del alma humana. © André de Dienes |
SIRENA ENVUELTA EN LAMÉ
Cuando por fin comienza a fulgurar bajo los cegadores reflectores de la fama, jamás pierde la firme visión que tenía de la artista fabulosa que estaba diseñando y recreando poco a poco, en secreto, con la ayuda y la guía de sus profesores a los que era ella misma les exigía más. Mientras se mostrara "sirena" sería notada, admirada y deseada. Así, transformada, logra entrar al cine con papelitos de ornato con la ropa tan entallada que pronto la apodan la "Chica Mmmmh". Pero ella no se conforma solamente con éso. Quería mucho más. Necesitaba vehementemente convertirse y ser respetada como actriz. De tal manera que a sabiendas de que le faltaba mucha experiencia se perfecciona en su oficio, pincelada tras pincelada, de manera acuciosa y milimétrica; hasta los niveles mismos de la locura. ¡Como los artistas verdaderos...!
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MARILYN SUEÑOS DORADOS Despedida de la 20th Century Fox fue a parar a Columbia Pictures, pero después de rodar para ellos Ladies of the Chorus (Phil Karlson, 1949), un churro de 3a, su contrato tampoco fue renovado. En ese momento crucial Tom Kelley le ofrece una sesión de fotos al desnudo. Ella acepta por cincuenta dólares; nace entonces "Golden Dreams", el mítico calendario de 1950. © Playboy
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¡Ah, Norma Jean, Norma Jean…!, la pobre "putilla" desarrapada y sin apellido. La que se atrevió a hilar el lienzo en el que en definitiva plasmaría lo que desde siempre había soñado: La prodigiosa imagen de una diosa de nitrato de plata. ¡La más grande, la más inolvidable...!
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Nunca antes, jamás después... Marilyn Monroe. "Él me hizo importante", declaró en referencia al fotógrafo Milton Green. © Green State
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DIOSA
Divinidad dorada de mirada profunda y celeste... de labios sonrientes e incitantes. Siempre feliz en el templo inmaculado de su imagen de obsesión: el calendario rojo, la loca de los diamantes o la de la falda al aire; la Venus que sería, final y oficialmente, glorificada por el arte pop de Andy Warhol en esa imagen que cerraría una era y abriría otra.
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NIAGARA Un raro ejemplo de cine negro pero en Technicolor, es la historia de una mujer vulgar y sin escrúpulos que engaña a su marido con un amante más joven. La publicidad la presentaba como una mujer inusitadamente hipersexuada. En la cinta aparecía todavía más cínica y provocativa. El mundo quedó atónito con esta mujer de belleza diabóloca. La "Liga de la Decencia" pegó el grito en el cielo y Marilyn consolidó una imagen de femme-fatale más letal y seductora que la de Marlene Dietrich o Greta Garbo. © Gene Korman para 20th Century Fox |
En 1954 Marilyn obtiene un papel en una película del magnífico director austriaco Billy Wilder. Su rol ni siquiera tenía nombre, pero la mitad de las actrices de Hollywood hubieran hecho hasta lo imposible para obtenerlo, porque había sido un rotundo éxito de Broadway. Se trataba de una sexy comedia de tintes sociológicos y psicológicos que retrataba ácidamente a la puritana y reprimida sociedad norteamericana de la posguerra con sus pulsiones sexuales y sus obsesiones. Era el vehículo perfecto para lucirse. Por ejemplo, Carolyn Jones (la inolvidable "Morticia" de The Addams Family o Los locos Addams), es una enfermera que acosa a un paciente de una forma absolutamente hilarante. El fantástico Tom Ewell está insuperable como el don Juan fallido que quiere seducir a su vecina (MM). La Monroe alcanza la consagración definitiva como la nueva diosa entre las diosas cuando en éxtasis casi infantil se para acalorada con las piernas abiertas sobre el respiradero del metro de Nueva York para recibir la brisa en una escena que de inmediato pasó a ser parte de la historia del cine, aun antes de su estreno.
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MARILYN MONROE ES LA MUJER BLANCA ABSOLUTA (Que no la roja como Ava Gardner, Bardot o la Loren) Un símbolo que proyecta toda su sexualidad de ingenua manera, como siempre; tan natural que nadie puede culparla de despertar los instintos más básicos del ser humano. Todos los hombres la desean y las mujeres no se ponen celosas, porque se identifican y quieren ser como ella. Nadie había llegado hasta allí con semejante gracia y talento, como si no pasara nada más que la intención de divertirse y celebrar la vida... Esa representación del Eros puro fue el resultado de casi 10 años de preparación histriónica. Foto: Sam Shaw |
En el proceso de mistificación delirante de su efigie no se puede pasar por alto la ópera rock de
Ken Russell en la increíble película Tommy (GB, 1975).
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La máxima apoteosis de la Monroe está en la "Marilyn Church", donde ella es diosa y sacerdotiza de una nueva religión. Es la ópera rock Tommy (GB, 1975) dirigida por Ken Russell. © Records / Columbia Pictures
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Las manifestaciones artísticas que han utilizado la figura de Monroe datan desde que ella comenzaba a ser estrella. Hay una pintura al estilo del expresionismo abstracto de Willem de Kooning fechada en 1954 que es muy interesante, y bastante fea, por cierto.
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WILLEM DE KOONING, "MARILYN MONROE", 1954. Es un poco difícil creer que en los años de 1950 Marilyn fuera representada en una pintura al más estridente estilo del expresionismo abstracto. La iconicidad de Monroe traspasaba muy tempranamente los límites de lo establecido. Figura de vanguardia proyectada en el inconsciente colectivo desde siempre. |
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"Multi Marilyn" de Andy Warhol, 1967. Retomada del original de 1962. © Museo de Arte Moderno de Nueva York.
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EL MITO
Sin embargo, no debemos olvidar que el mundo está lleno de paradojas, y que Marilyn a pesar de ser, y representar a la estrella más deslumbrante de Hollywood, en realidad no dejó de ser la chiquilla triste y solitaria, la güerita abandonada en el orfanato. Nunca dejó de ser Norma Jeane, la temerosa chiquilla de vocecita balbuceante, la de los zapatos viejos y los calzones agujerados.
Nacida bajo el signo de Géminis, invariablemente ella era dos personas a la vez, pero la misma. Esta mujer-niña —que aun en la cumbre de su fama atómica— nunca terminó de creerse del todo lo que era, porque siempre insegura se preguntaba si su obra maestra: "Marilyn Monroe en la pantalla" (y fuera de ella), había logrado convencer y gustarle al público por su trabajo. El público era ese maravilloso y fatídico ente irreductible, que sabía que era el único monstruo al que ella quería pertenecerle por siempre jamás... y en ello dejó su alma.
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La metamorfosis total, de Norma Jeane a Marilyn. La ascención de una simple mortal a una diosa se dio en la superstar más icónica de todas. © Bert Stern, 1962 |
¡Corte y queda...!
MarcH de Malcriado