Otra vez James Cameron hace gala de su genialidad con esta entrega que resulta una delicia visual perfecta. Ya no es tan recargada como su antecesora del 2009, en la que el no saber qué ver en la enorme pantalla de las salas la hacía lucir muy estridente, abrumadora y visualmente barroca. En esta ocasión inclusive, se torna en una experiencia estética de grandes valores artísticos.
Los personajes que están del lado del bien lógicamente son muchos más, pero los malvados aunque pocos son realmente de temer porque cuentan con los recursos tecnológicos que las civilizaciones invasoras desarrollan para apoderarse de todo lo que no les pertenece. Todo con tal de someter y conquistar. ¿Les suena conocido?
Sin embargo, esta fantasía acuática de animación tal vez sea un poco larga, 3 horas con 12 minutos, así que si van a verla al cine háganse un favor y no beban muchos líquidos antes o durante la función; los adultos mayores debemos comer más palomitas y tomar mucho menos refresco, porque eso de tener que pararse a las dos horas para ir al toilette puede resultar incómodo.
La magia de la 3D digital convierte al filme en algo todavía más monumental. De veras que vale la pena.
¡Corte y queda…!
MarcH de Malcriado
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