jueves, 22 de mayo de 2014

DE PASIONES AL PRIMER (Y AL ÚLTIMO) HERVOR

La historia de una chica tan hermosa como amoral.

LÁGRIMAS DE AMOR Méx, 1958. Dir. Alfonso Corona Blake. Una despampanante "artista" de 3ª en cabaret de 5ª mantiene a su guapo, bueno para nada y celoso cinturita (Sergio Bustamante, que hoy 22 de mayo ha partido para siempre). Ambos viven en una pocilga y hacen chanchullo y medio para evitar pagar hasta lo más básico. Como por ejemplo cuando ella le coquetea descaradamente a los taxistas para evitar que le cobren la tarifa. Entre arrumacos y carencias la pareja pasa la vida soñando con mejorar, pero su “mánager” no trabaja y no hace nada más que medio quesque cuidarla y, por supuesto, explotarla.

En el cabaretucho ella pronto conoce a un todavía lujurioso vejete (Carlos López Moctezuma) que le promete una vida mucho mejor si accede a sus devaneos. Ella se resiste, pero todo es un plan perfectamente estructurado para inflamar más de deseo al pobre viejillo, que se hace pasar por un próspero banquero, cuando en realidad sólo es un simple cajero de banco.



Con préstamos y desfalcos pronto le pone departamento a la artistilla. Ella está feliz, pues por primera vez en su vida la mujerzuela sabrá lo que es vivir en condiciones por demás decorosas; hasta tendrá un guardarropa completo, incluída una estolita de armiño.


Sergio Bustamante, que hoy se fué a los 79 años, se aferra a la única persona que lo ama en esta trama. Aquí con Ana Luisa.

Su gigoló se hará pasar por su hermano para poder visitarla sin despertar sospechas. Pasan los meses. Un día el buen señor, que ya le debe hasta el alma al diablo, llega y  descubre a los "hermanitos" en la recámara jugando a las “pipis y gañas”.

De ahí en adelante las cosas sucederán a un vertiginoso ritmo.

Por supuesto que la película tiene tintes bastante moralizadores, como lo tenía mucho del cine nacional (e internacional) de ese tipo y en esa época. El argumento se parece mucho al de El ángel azul (Josef von Sternberg, 1930***) que lanzó a la fama a Marlene Dietrich porque en las 2 historias la primorosa vedette es la causa de la degradación moral de un hombre decente y muy mayor.

Es muy interesante ver como la Peluffo fue fotografiada para lucir como todo el objeto del deseo tan consolidado que ya era. Se le montaron canciones sexy en vestidos de vampiresa con coreografías muy sencillas pero lo suficientemente candentes como para resaltar su hermosa figura y acrecentar su imagen de bomba sexual.

También a Bustamante se le dió tratamiento de galán con tomas especiales, inusitadas para ese tiempo, haciéndolo un tigre tan atractivo como peligroso… y la verdad hay que reconocerla, sí que estaba sabroso.

Por otra parte, López Moctezuma, nuestro villano por antonomasia, aparece aquí en el papel de casi casi un santo, vulnerable, ingenuo e irremediablemente enamorado como un jovenzuelo. Su registro histriónico era impresionantemente amplio, pues le creí a cada segundo que era un ser bueno.

Un buen número de películas mexicanas de la época de oro y después, casi hasta 1970, están mucho más allá del rigor, la mordacidad u objetividad (si ésto último fuera posible) de mi crítica, reseña o ensayo. Porque aunque sean más o menos ridículas, cursis, maníqueas, medio mal hechas, baratas, descaradamente copiadas de otras películas, sobre todo gringas; en fin, que eran 
—salvo honrosas y contadas excepciones— unos verdaderos “churros”.

Pero lo que las salva es que eran películas hechas por verdaderas figuras, por artistas y staff técnicos muy entregados que hacían su labor muy en serio, y, evidentemente con un inmenso amor a su oficio, ¡el arte…!
¿Cómo criticar de manera negativa a las fantásticas primerísimas figuras? En este caso Ana Luisa Peluffo, Sergio Bustamante y súper López Moctezuma, si ellos, como muchos otros, en donde quiera nos deleitaban con grandes actuaciones, y bajo la dirección de Corona Blake. Todos ellos lograron mantenerme despierto más allá de la media noche gracias a su  belleza, embrujo y talento impresionantes. Las películas, finalmente, pueden ser buenas  o malas por muchas razones, pero algo que las redime, que las apuntala, es y siempre será el talento de sus argumentistas, histriones, directores, fotógrafos y demás equipo  técnico.
¡Guauuu…! Amo el cine, y a mi cine mexicano de antes muchísimo más. Porque se hacía con mucha ilusión, aunque también con casi todo en  contra; desde el malinchismo del público, que desde siempre y por siempre ha preferido el cine joliwoodense, los bajos presupuestos y hasta las nefastas trampas de distribución de una cadena de cines bastante siniestra que únicamente buscaba el éxito comercial.

La que sí es bien honesta, verídica y representa todo mi respeto por el cine, y por quienes me leen, es mi escala de estrellas. A saber.

4 **** Para las cintas excepcionalmente buenas.

3 ***Para las muy buenas.

2 ** Estrellitas para las buenas.

1 * Estrella para las de mediana calidad.

0 ó estrella ninguna para las que a mi juicio no merecen ser vistas.

En Lágrimas de amor l
a dirección de arte, como ahora se llama a la escenografía y locaciones es correcta. La iluminación es notable. Las actuaciones de los 3 protagónicos son encantadoras. También aparecen en breves pero muy buenas escenas doña Consuelo Monteagudo y una jovencísima Yolanda Ciani. ¿Qué más se puede pedir...?
B y N. Melodrama. 105 min. ¡La volvería a ver con mucho gusto…! **

March de Malcriado

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