jueves, 8 de octubre de 2015

DE ¿QUÉ TANTO VALE UNA VIDA HUMANA? (O, ¡SÁQUENME DE AQUÍ...!!!)



Ser  un viajero  espacial  puede sonar, y de  hecho lo es,  fantástico,  pero  también  puede acarrear problemas totalmente  "fuera  de  este  mundo". Foto: © 20th Century Fox.



THE MARTIAN (Misión rescate). EEUU, 2015. Dir. Ridley Scott ¿Qué pasaría si alguien es abandonado en un planeta extraño, inhóspito y a 60 millones de kilómetros cuando está más cerca de la Tierra, según el momento de su movimiento de traslación? Aunque en  uno de  los afiches  publicitarios dice  que la  ayuda  está a  sólo 140 millones de millas  de  distancia.  ¡Ah,  los publicistas...!  

En  el  que  vivimos es el  tercer  planeta. Pero en el cuarto planeta, el único  rojo de nuestro sistema solar,   hay una delgada atmósfera de puro bióxido de carbono. No hay agua, por consiguiente no hay vida. Únicamente hay luz del Sol, temperaturas extremas, arena, cráteres y montañas rocosas de inconmensurable belleza. El día es muy similar al terrestre, pues dura 24h 37min. 


El reconocidísimo Ridley Scott, director de Alien: el octavo pasajero (1979)*** y Blade Runner (1982)****, nada menos, nos muestra la aventura de un astronauta dejado por su tripulación —debido a un funesto error, claro está—, en una misión de la NASA a Marte. Los avatares para la  supervivencia no son menores. Primero está la sensación de abandono y soledad, después la gran problemática de la conservación y aprovechamiento al máximo de los recursos disponibles en un entorno donde no es posible conseguir más: oxígeno, agua, provisiones y alimentos.


El ser  humano  necesita  vivir  en  sociedad.  ¿Qué  se  hace  cuando  todos  están a cientos  de  millones  de  kilómetros  de  distancia,  allá  en  la  tierra? Foto: © 20th Century Fox.


El instinto  de  conservación aquí  consiste en que el miedo de morir es mucho menos fuerte que el deseo de vivir y de solucionar problemas. Nos queda muy claro que definitivamente ayuda muchísimo tener  una mente asertiva y  ser un científico, Mark Watney (Matt Damon) la  tiene  y lo es; además de haber recibido el riguroso entrenamiento para ser un astronauta certificado por la National Air and Space Agency.  En  semejante  situación una persona común y corriente perecería nada más del puro susto. 

El hombre es un ser gregario, no puede, ni quiere, vivir aislado de los demás. Por supuesto que el ingenioso Watney tratará por todos los medios a su alcance de avisar a Houston que han cometido un error, y que tienen que ir a rescatarlo, por favor…

Mientras tanto y muy a su pesar, el soundtrack lo acompañará en sus cotidianos esfuerzos. Así, el clímax de la película llega al ritmo de aquella versión de Starman a cargo de David Bowie: “There’s a starman waiting in the sky. He’d like to come and meet us…”. Nada más idóneo.

La  cinta cuenta con  buenos Fx (recordad  el hermoso "ballet espacial",  si  la  ven  lo sabrán), efectivos pero no  apabullantes como ahora  se  estila. La cinematografía y el ritmo son excelentes, pues aunque dura 142 minutos no se da uno cuenta. Yo la ví en una sala con sonido Xtreme y en 3D, lo que aumenta mucho el divertimento. Damon está genial. Miss Jessica Chastain siempre nos ofrece actuaciones impecables, y aunque su papel 
como la comandante Lewis no es muy extenso, sí que es crucial para el desarrollo de la trama, pues en ella recae, finalmente, la toma de decisiones que harán la diferencia entre la vida o la muerte.


La siempre fabulosa Jessica  Chastain como la comandante Melissa Lewis.  Ella es quien decide: ¿Vida  o  muerte? Foto: © 20th Century Fox.


Esta película es un must para los fans de Ridley Scott. Ciencia ficción de primera factura que nos emociona porque nos atañe, como parte de esta raza cósmica que somos, ineludiblemente. ***

March de Malcriado

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