sábado, 29 de junio de 2024

EL CLUB DE LOS VÁNDALOS

EL CLUB DE LOS VÁNDALOS La adicción a la adrenalina del motociclismo de los “vándalos” ꟷa lo Brando y a lo Deanꟷ, que en realidad ni lo eran tanto. © Buena Vista International/ Regency/ Walt Disney Studios Motion Pictures


EL CLUB DE LOS VÁNDALOS/ THE BIKERIDERS (EE.UU., 2023. Dir. Jeff Nichols).
Desde que Marlon Brando volvió icónica la figura del rebelde en moto ꟷen su fabulosa motocicleta Triumph Thunderbird 6Tꟷ con la mítica película El salvaje/ The Wild One (Lázló Benedek, 1953) la subcultura de la motoneta se volvió viral, sobre todo para la juventud desencantada deseosa de ir en contra de lo establecido en los tiempos de la posguerra. Después llegó James Dean, que terminó de “sellar” ese estilo dándole ese toque de resplandor dorado.

Pero las cosas cambiaron y los “años dorados” de los 50 se fueron para siempre. Hay otros títulos que retomaron la figura de esos tipos rudos y motorizados, la más famosa de todas que recordemos fue Nacidos para perder/ The Born Losers (Tom Laughlin, 1967) que va más allá de la “inocente rebeldía” porque más bien ya raya en el ámbito de lo proscrito y lo delincuencial. El tema musical fue un hit inolvidable.

Con una dirección de arte y vestuario fabulosos, y ubicada en los años de 1960, El club de los vándalos es un nostálgico homenaje al estilo de vida los tipos motorizados y sus códigos de “hermandad”.

No hay en el argumento un arco dramático como tal, tan sólo es una crónica de las vidas de Benny (Austin Butler) y de Johnny (Tom Hardy), el líder del club de los “Vandals”, sus aventuras, sus lealtades y su peculiar forma de vivir la vida. Todo narrado por Kathy (Jodie Comer) la novia del indómito Benny (una especie de James Dean postmoderno).

El filme es un absoluto atractivo sonoro y visual, pues Austin y Hardy, ambos muy galanes altamente posicionados en Hollywood, aunque muy opuestos entre sí, tienen algo en común: los labios más sexies del cine. Ellos, bajo una muy buena dirección de actores, hacen de la historia un asunto muy interesante. Los actores de reparto también están muy bien en sus papeles. Todo enmarcado en el desolador panorama de un país que comenzaba a perder el rumbo por el descontento social, las miserias que llegaron después del asesinato de John F. Kennedy y la guerra de Vietnam.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado


miércoles, 26 de junio de 2024

QUERELLE

 

QUERELLE: UN PACTO CON EL DIABLO La historia de un ángel de maldad que usa su atractivo sexual para conseguir todo lo que quiere… © Planet Film (Munich)/ Gaumont Film Company



QUERELLE (Alemania, Francia, 1982. Dir. Rainer Werner Fassbinder).
Adaptación de la novela Querelle de Brest de Jean Genet (1947), un autor provocativo y abiertamente homosexual que llevó a la literatura muchas de sus vivencias en una época en que semejante atrevimiento era por demás transgresor. Por cierto, también les recomiendo su libro Nuestra señora de las flores (1942), donde retrata el mundo proscrito e inusitadamente queer de París con varias décadas de adelanto.


SINOPSIS

El marinero Querelle (Brad Davis) es una especie de "Dorian Gray" 
por su belleza, astucia, apetito sexual y por su inocente maldad. Justo al desembarcar en el puerto de Brest seduce por igual a Lysiane (Jeanne Moreau), la vieja madame del burdel "Feria" donde ella canta desencantada: “Todos los hombres destruyen lo que aman”; al exótico cantinero Nono ꟷque es el marido de Lysianeꟷ, al policía y a otros más (no van a creer también a quien y que es un personaje clave de la historia) e inclusive, y desde siempre, al mismísimo teniente Seblon (Franco Nero) quien al mando de la tripulación del barco "Vengeur" no puede evitar estallar de deseo, de pasión y de poesía por el más hermoso y letal de sus marinos. ¡Qué escándalo...!


ANÁLISIS

Nosotros vimos la película allá por 1983 en Los Ángeles, en el Cineplex de Beverly Hills, y por aquello de la censura supusimos que no la estrenarían en México, pero afortunada y finalmente sí fue exhibida y la vimos de nuevo, aunque no recordamos en qué cine, tal vez fuera en la Cineteca Nacional, para variar.

El apuesto Brad Davis ya era bastante famoso por sus previos y muy exitosos filmes: Expreso de media noche (Alan Parker, 1978) y Carros de fuego (Hugh Hudson, 1981), pero Fassbinder con Querelle lo catapultó para siempre como el nuevo objeto de deseo homoerótico: la nueva bomba homosexual del "cine de culto" de  los años 80 y más. El afiche publicitario o cartel no puede ser más sugestivo… y todavía a 42 años de su estreno continúa siendo uno de los mejores del cine de todos los tiempos.



Era la época de Su otro amor (Arthur Hiller, 1982) y de Víctor Victoria (Blake Edwards, 1982) que eran de lo más "atrevido" y nunca antes visto en la gran pantalla por su especial temática LGBTQ+ ꟷpor decirlo en las siglas actualesꟷ, pero lindas y suavecitas; y sí, claro que como éxitos de taquilla causaban sensación. Sin embargo, y al mismo tiempo, el genial Fassbinder, que era, y es, uno de los cineastas más talentosos y célebres del mundo, fue muchísimo más allá de lo permitido e hizo, sin proponérselo que aquellas cintas comparativamente quedaran reducidas a la categoría de lo que para él (y para nosotros los criticones, que no críticos) serían filmes de fórmula, complacientes, harto ñoños, ridículos y bastante heteronormados, pues con la superlativa Querelle, su última película ꟷque es considerada la mejor de toda su filmografía y todo un clásico del cineꟷ, se voló la barda de forma por demás innovadora y espectacular, dejando al público y a la crítica especializada de boca seca, casi en shock, si es que la pudieron "aguantar" hasta el final. Éso es el "cine de autor".  


QUERELLE Franco Nero como el teniente Seblon en la última y mejor película de Fassbinder. ©Planet Film (Munich)/ Gaumont Film Company



La puesta en pantalla de Querelle aprovecha al máximo a su increíble reparto, el soundtrackla estética del vestuario y la dirección de arte, todo alrededor de escenarios como de una obra de teatro de sencillos decorados pero de gran funcionalidad y belleza plástica. Luego entonces, la exquisita fotografía se encuentra en el punto medio entre el surrealismo y el impresionismo alemán del cine de Murnau, con ciertos tintes góticos, pero a colores, predominantemente en tonos ámbar; como si todos los personajes estuvieran suspendidos en su propia cápsula del tiempo y de su Ser ineludible,  cristalizados en la semipreciosa piedra transparente de sus "tremendas" vivencias ¡a la vista de todos!


El tono es el de una escandalosa y fabulosa fantasía erótica que va develando poco a poco esa irrefrenable tensión sexual, más bien homosexual, que escuece la mente y las zonas genitales de todos los personajes, en ocasiones de manera bastante explícita. Por otro lado, el ritmo es suave y uniforme, como los latidos del corazón imperturbable del joven Querelle, que jamás se sale de control bajo ninguna circunstancia (por éso nos recordó tanto al protagonista de Dorian Gray de Óscar Wilde).


CONCLUSIÓN

Sorprendentemente y contra todo lo esperado, Querelle es una antitragedia sicalíptica. En realidad es la máxima elegía jamás filmada en la que lo celeste y lo infernal se funden para crear, y hacer una apología cinematográfica de la naturaleza divina y satánica de los seres que pueblan esta magna síntesis del universo de Jean Genet, de Fassbinder, de Tom of Finland y de todas esas fascinantes criaturas que se atreven a todo porque están mucho más allá del bien y del mal... ¡Amén!

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado

sábado, 8 de junio de 2024

INMACULADA

 

INMACULADA Una novicia se enfrenta a las fuerzas del mal en un convento lleno de misterios y secretos. © Black Bear Pictures / Neon / Fórum Hungary



INMACULADA / IMMACULATE (EE.UU., Italia. 2024. Dir. Michael Mohan).

Como ya sabemos, desde el Bebé de Rosemary (Roman Polansky, 1968), El exorcista (William Fredkin, 1973) y La profecía (Richard Donner, 1976) el tema de las mujeres poseídas y a veces hasta embarazadas por el Demonio ꟷque será una especie de Anticristoꟷ, el tema ha sido muy explotado. Hay inclusive una interesante producción italiana de aquellos años intitulada El Anticristo (Alberto de Martino, 1978) bastante fallida, por cierto, pues de veras que por mucho que la protagonista Carla Gravina (con su corte de pelo a la “Me volví loca”) se esforzara mucho, sus gestos y muecas eran de risa loca, por tal resultó más divertida que de sustos.

Así entre buenas, malas y pésimas el cine no ha dejado de producir estas películas del muy gustado género de horror demoníaco. Hay incontables ejemplos de ello de todas las nacionalidades, una de las mejores filmada en México es El habitante (Guillermo Amoedo, 2017); que vista en pantalla fue bastante buena e impresionante…

Entre este perenne maremágnum llega Inmaculada; y las expectativas no fueron diferentes que las que tuvimos hace varias semanas cuando fuimos a ver La primera profecía (Arkasha Stevenson, 2024) reseñada aquí en abril.

Otra vez chica linda llega a un convento en Italia para tomar sus votos y hacerse novicia. La bienvenida no puede ser más festiva ꟷhasta con copa de Chiantiꟷ, el lugar está lleno de otras novicias, de monjas devotas y trabajadoras; por supuesto también están la Madre Superiora, Su Eminencia y un guapo Reverendo que es la mar de gentil y muy atento con la recién llegada. El ambiente es de total ensueño y los cantos del coro son bellísimos.

Pero al pasar de los días nada es lo que parece. Comienzan los sueños, las alucinaciones y la aparición de horripilantes espectros, la pobre “Hermana Cecilia” está toda confundida y su amiga, que fuma a escondidas como Tallulah Bankhead, le explica que parte del asunto es atender a las monjas ancianas que pronto morirán…

Así a la dulce cotidianeidad se incorpora un poco (o un mucho) lo inusitado, lo desconocido, lo misterioso y bueno… de repente la gran sorpresa que es la razón principal de semejantes horrores.

El argumento, dentro de lo previsible, es sorprendente, si logró asustarnos y, sobre todo, no es hilarante. Porque las cuestiones mágico-religiosas se imbrican con otro ámbito que no les voy a decir. Mejor déjense sorprender por esta película, que aunque exagerada e inverosímil ꟷcomo bien corresponde al géneroꟷ es de gran ritmo y belleza: La fotografía en una gran locación, su banda sonora, la dirección de arte, vestuario, actuaciones y dirección.

El final, el gran final, abre una puerta a la gran interrogante que la humanidad se ha planteado desde siempre: ¿Cuáles son los límites entre el bien y el mal…?

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado
          


domingo, 2 de junio de 2024

DÍAS PERFECTOS

DÍAS PERFECTOS Una de las mejores películas del 2023, que incluye a su director y a su protagonista en nominaciones y premios. © Master Mind Limited / Wim Wenders Productions / Circo Film



DÍAS PERFECTOS / PERFECT DAYS (Japón-Alemania, 2023. Dir. Wim Wenders).

Éso de “limpiar baños” siempre ha sido considerado una actividad bastante “desagradable”. Los más “nice” dirían que es de lo último en la escala laboral,  “really disgusting”, inclusive hasta para quien lo tenga que hacer en su propia casa. Pero la cosa cambia mucho cuando “éso” es en realidad un oficio. ¿Quién quiere limpiar excusados y urinales? No obstante, la cuestión tiene varios niveles, porque no es lo mismo limpiar los excusados o letrinas de una cantina, o de la central camionera, que limpiar los W.C. públicos de una ciudad como Tokio.

Hasta los temas más escatológicos en manos de un artista pueden cambiar totalmente de perspectiva. Así, Wim Wenders como coguionista y director de esta película, logra hacer que cada secuencia de limpieza a cargo de “Hirayama” (Koji Yakusho), el encargado del aseo de los baños, se vuelva casi un ritual de la higiene, una cátedra casi coreografiada de lo que la cultura de la responsabilidad, la pulcritud y el amor al trabajo que se impone en ciertas culturas. Sobra decir que Mr. Yakusho fue galardonado con la Palma de Oro al Mejor Actor en el Festival de Cine de Cannes.

Con un muy reducido reparto, es notable ver como el noble trabajador se relaciona con unos personajes cuya psicología está perfectamente delineada y que definen todavía más su propio “Estar en el mundo”.

Es un verdadero deleite ver la excelente factura técnica de esta producción. Ya sabemos: fotografía, edición, dirección de arte, vestuario, banda sonora, etc. 

Poblado su universo de papel de baño, guantes, detergentes y líquidos sanitizantes, pero también de literatura, música y de fotografía, el señor “Hirayama”, es paradójicamente todo menos un hombre "simple". Pues él, contra todo pronóstico y en toda su rutinaria sencillez ꟷa pesar de vivir en una de las metrópolis más grandes, modernas y sofisticadas que hayꟷ, ha logrado obtener la fórmula para equilibrar su mundo y poder construir, y sobre todo vivir a plenitud, esos “días perfectos” que la gran mayoría persigue infructuosamente. 
Porque: "No es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita".

Este delicado, profundo y entrañable filme de estilo “Zen” fue nominado a lo mejor del cine extranjero en la ceremonia de los Óscares más reciente. La maestría de Wenders y la potencia histriónica del protagonista quedan de manifiesto, y perfectamente selladas, en la secuencia final, que es un verdadero postulado filosófico, una obra maestra de la más alta poiesis que hayamos visto jamás en pantalla.

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado