jueves, 9 de enero de 2014

DE AMORES SIN FRONTERAS

Una excelente comedia que nos llega directo al corazón.


A lovely story that goes straight to our hearts.


NO SE ACEPTAN DEVOLUCIONES (Instructions not Included). Méx, 2013. Dir. Eugenio Derbez. Un vulgarcísimo "beach-boy", la versión tropicalizada del latin-lover para turistas aventureras y caldufas, recibe la visita de una "jipiosa" ex amante californiana que deja a su cuidado, y a su suerte, a una bebé de un año, aduciendo y reclamándole una paternidad responsable que él está tan lejos de sentir, y querer asumir, como la distancia que hay entre Acapulco y Los Ángeles.

A la sazón, la búsqueda infructousa de Julie (Jessica Lindsey), la irresponsable madre que al parecer  sigue haciendo de las suyas, une ahora a Valentín Bravo (Eugenio Derbez) el padre "mojado" a la fuerza y a una encantadora Maggie que crece a una velocidad vertiginosa. 

Unos 7 años después, todavía sin hablar inglés, pero ya como un cotizado "stunt-man" en la Fábrica de Sueños, como otrora se llamara a Hollywood, Bravo ha inventado, para su consentida niña bilingüe, que mamá Julie es una especie de embajadora viajera del bien que salta de país en país y de aventura en aventura, lo cual le impide  vivir al lado de ellos, pero que escribe cada semana sin falta.

Un día Julie llega del este, por cuestiones de trabajo, a California, y de pronto se aparece para conocer a su hija. Por supuesto que ambas quedan prendadas la una de la otra. Entonces, sin mucho pensarlo, ella y su pareja se disponen a reclamar la custodia de la niña para llevársela a vivir a Nueva York. La batalla legal comienza y los sucesos más increíbles desatan un final todavía más increíble para una película mexicana o gringa.  El final es más bien como a la europea. No otorga concesiones y es verdaderamente inesperado.

No cabe duda que la genialidad desmorona cualquier prejuicio. A mí, las figuras de la televisión para nada me llaman la atención en el cine,  (y la mayoría de las veces ni en la misma tv). Porque resultan ser tan cotidianas y tan estereotipadas como las telenovelas o los programas baratones que suelen protagonizar para entretener a la masa. Cuando pagamos por entrar al cine, usualmente lo hacemos con la esperanza de que literalmente allí adentro y envueltos en las sombras nos apantallen con algo extraordinario.

Esta vez Derbez lo logró, me apantalló veinticuatro veces por segundo. Como el actor de comedia que es no tiene comparación. Lo ví por vez primera en el Teatro Blanquita hará cosa de unos veintitantos años, cuando todavía no era figura de la tele y era parte del variado elenco de ese popular y maravilloso teatro de revista. El tipo tenía mucha chispa, y nos hizo reír a todos con su pequeña rutina previa a la presentación de la figura estelar.

En la sala cinematográfica todos nos reímos gracias al humor escatológico, básico y vulgar que podemos ver en cualesquiera de sus sketchs televisivos llenos de gags de lo más común y corrientito. Pero también nos reímos de un humorismo tan fino, tan irreverente que raya en lo magistral. Además, el argumento es excelente; logra llegarnos al corazón.

Como contraparte está una niña prodigio, Loreto Peralta, que hace de Maggie un personaje entrañable. En ella se confirma el dicho de que hay quien nace artista. De todo a todo la pequeña está inmejorable. Seguramente será merecedora de premios aquí y allá.

El soundtrack es de lujo y las locaciones muy atinadas. La fotografía, el tono, el ritmo, y, por supuesto, las actuaciones no tienen fallas. Esta película es un éxito artístico y comercial a gran escala. Si quieren saber por qué, sólo véanla, se van a  divertir y a emocionar como hace mucho que no lo hacían con una película nacional, pero de corte muy internacional.  ***


March de Malcriado.

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