domingo, 22 de febrero de 2015

DE LAS FASES DE LA LUNA

En  sus  cuatro  fases ésta es una  película  que  alumbra el panorama cinematográfico  mexicano e  ilumina  a quien  la  ve. 



CUATRO LUNAS México, 2014. Guión, edición y dirección de Sergio Tovar Velarde. Hacer cine es como construir una catedral, escuché hace muchos años. Pero hacer cine como éste es como construir una pirámide, según  yo. No tiene punto débil.
Cuatro historias entrelazadas, cuatro vidas que implican al otro, y a los que giran alrededor. Una minigalaxia social con sus soles, sus planetas, sus satélites... Nada sobra, nada falta. El vórtice es simplemente el amor, el de los amigos, el filial, el parental y el que hace que el mundo sea absolutamente maravilloso, el amor de pareja.
Hombre y mujer creó Dios, para que se amasen; pero a las escrituras (a todititas) casualmente se les olvidó incluir que como Dios mismo hubiere puesto en el corazón de cada quien. Dicen por allí que mientras el amor sea puro no importa el sexo... Ja, claro que importa, si es la tercera parte del equilibrio perfecto del  amor perfecto, además del nivel físico y del intelectual, por supuesto. Por qué relegar entonces al sexo y circunscribirlo únicamente a la pureza, ¿a la pureza de qué? En fin.


El amor siempre, pero siempre de los siempres será puro, no hay excepción. Porque el amor es el mismísimo Dios saliendo del corazón del uno para 
alcanzar y tocar al otro, y viceversa. De tal manera que cuando dos se aman ahí hay algo sagrado. Así  que  con  su permiso: Hombre con mujer perfecto, hombre con hombre perfecto, mujer con mujer también perfecto. ¿Quién podría erigirse en juez para decir lo contrario, argumentando qué...?
¡Ah!, pero ipso facto saldrán los tontos,  los ignorantes, prejuiciosos, puristas, los fundamentalistas, ortodoxos, heterodoxos, los pontífices... todos saldrán a exhibir su punto de  vista o "sabiduría" sobre la vida;  y sobre todo,  acerca de la vida de los demás (y lo que deben o no hacer). Todo como compendiado al estilo vulgar y barato de 
revista de súper mercado o de programita de radio (o peor, ¡de tv!).  Pero allí  no  queda  la  cosa;  pues  el asunto permea  hasta  "lo más  profundo" de las instituciones. En  muchas  naciones  y  en no  pocos  de nuestros  estados  de la república no  se  han  institucionalizado  los derechos  de  las  minorías,  que  no  son  tan minoritarias  como  se  supone. Nada más  si se salieran  del  clóset  las  legiones  que todavía permanecen dentro verían  con asombro  que su número es, con mucho, más grande de  lo  que  se  imaginan. Un  ejemplo, hay ciudades  donde  están prohibidas las obras de teatro que  tocan  o  tratan "ciertas temáticas"... ¿Por  qué  será...?, ¿pues a  qué le  tienen  tanto  miedo? 
Para  nuestra consternación en Chihuahua las autoridades prohibieron  la corrida  en  cines de  Cuatro lunas. Y  los representantes religiosos, bueno  ya  para qué le  sigo,  no  me  vayan  a  volver  a excomulgar...  aunque entre  excomunión  y excomunión también quesque predicando  el amor, estos  señores filtran y esparcen creencias obsoletas, hórridos atavismos y  con una sardónica  pero angelical sonrisa se  han convertido,  como siempre,  en crueles esclavizadores  de otros... (¿pero qué de verdad  ustedes  son un mar de pureza  y no esconden nada...?). ¡Mmmh...!¿Pues dónde  quedó el amor  al  prójimo? 

¡Horror, qué  bueno que ya  desapareció  la Santa (¿de  veras...?) Inquisición...! 

Si  algunos de ustedes,  mis  tres asiduos lectores , todavía  piensan como los que  ya cité  y  no  se  han  modernizado —les aviso que ya  estamos  en  el  año quince  del siglo XXI del  calendario  gregoriano, ¿eh?, y más  vale que vayan corriendo  a ver esta increíble película,  que los  hará  reír mucho (¿o  será  que  yo  soy  muy  simple?). Quizás hasta  los haga llorar,  pensar, reflexionar... La historia,  los actores, el ritmo, el  tono,  la fotografía son  de  altísimo nivel, además  el soundtrack  es ideal. La  banda Paté  de  Fuá les compuso  una  melodía  ex profeso.  

Así que  ya lo saben,  los que van  con  los tiempos y ya están mucho más allá  de la postmodernidad, seguramente ya  la  vieron y no  se espantaron  de ver  lo que  estaba haciendo  la  mamá (una espléndida Mónica Dione) y lo que le  dijo  a Fito (César  Ramos) cuando éste estaba a punto  de confesarle  su secreto; y  de seguro tampoco  hubo  susto cuando salen los besos  entre el guapo Andrés (un fascinante Alex  de la Madrid) y  el guapísimo Hugo (Antonio Velázquez), o entre el  abuelo Joaquín (Alonso  Echánove) y Gilberto (Alejandro  Belmonte) su chichifo... (sí,  aunque  no  lo  crean hasta los  dulces abuelitos machitos también tienen  su corazoncito). 
¡Extraordinaria  de todo a  todo...! ****

March  de  Malcriado    

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