jueves, 24 de abril de 2014

DE JEQUES ROMPECORAZONES

En una playa Alberto Sordi como el jeque rompecorazones está excelente.


LO SCEICCO BIANCO (El jeque blanco). Ita. 1952. Dir. Federico Fellini. Unos recién casados llegan de luna de miel a Roma. Pero allí les aguarda una aventura inimaginable. La joven e ingenua Wanda (Brunella Bovo) desaparece para ir a escondidas en busca de su ídolo de fotonovela. Mientras tanto, el marido trata de simular y encubrir su ausencia. Pues han llegado a verlos al hotel sus tíos aristócratas que no se explican por qué no pueden conocer a la chica. Lo peor es que sólo están a unas cuantas horas de llevarlos a ambos ante el Papa Pío XII para una audiencia y recibir la bendición.

El mundo del espectáculo siempre ha sido una gran fuente de inspiración y fantasía. Sobre todo para quienes únicamente lo pueden ver desde lejos, como público fascinado por los sueños que les propone el “star-system” desde las revistas, el teatro, las películas o la televisión. Hay figuras que desatan verdaderas pasiones y son idolatrados únicamente porque representan el modelo ideal.

Así, la tal Wanda logra conocer en persona al astro del momento, Fernando Rivoli “El jeque blanco” (Alberto Sordi). Por supuesto que va de sorpresa en sorpresa, pues el actor es un verdadero estuche de ellas.

Ésta es la primera cinta dirigida en solitario por Fellini, que ya anticipa en ella lo que será lo que se llama el “universo felliniano”, compuesto por personajes extremos, situaciones carnavalescas y su gran humor, mucho humor irónico. Tan irreverente que llegamos a disfrutarlo sin culpa alguna, pues él es el transgresor, no nosotros…

La música de Nino Rota logra romper ciertos momentos de gran tensión y acompañar festivamente a diferentes troupes en varias secuencias.

Como el jeque, Alberto Sordi, está magnífico, pues además de su gran presencia escénica logra conferirle a su personaje el tono satírico requerido. La Bovo como Wanda está muy bien y es graciosa, pero es Leopoldo Trieste como Iván, el marido desesperado, quien "se lleva la película”.

Gran divertimento, gozoso, con grandes momentos de comedia. Es tan ligera que los 86 minutos que dura se nos pasan volando. Muy recomendable, sobre todo si les gusta el maestro Fellini. ***

March de Malcriado

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