jueves, 29 de agosto de 2019

ROCKETMAN

ROCKETMAN Es una biopicture tan gloriosa como el personaje a quien le rinde homenaje.
© Paramount Pictures




ROCKETMAN G.B. 2019. Dir. Dexter Fletcher. Narra la biografía de un chiquillo hipertalentoso que toca el piano, pero a su familia realmente eso no le importa, y pareciera que tampoco nada que le acontezca; quizás, para deshacerse de él unas horas su madre lo lleva a  la ”Royal Academy of Music” de Londres donde  se  hace  acreedor  a  una  beca. El talento y la disciplina harán del apocado niño alguien todavía más especial, pues evidentemente está bastante acomplejado por la falta de atención de sus padres y por su peculiar manera de expresarse en un mundo donde ser común es la regla,  bajo  pena  de  "no  ser  amado  como  debe  ser". Pero él estaba destinado para ser todo menos ordinario. 



ROCKETMAN No sabemos por qué Elton John (Taron  Egerton), evidentemente enojado, recorre un larguísimo pasillo enfundado en este traje.
© Paramount Pictures



En la  primera  secuencia entra a escena caminando, en una toma de cámara subjetiva, un iracundo tipo espectacularmente disfrazado de diablo, se nota que está absolutamente lleno de rabia, pero no se trata de cualquier diablo, ¡es Elton John…!


Comienza la historia: El tímido Reginald Dwight con los años habrá de convertirse en una de las estrellas del pop-rock más fantásticas del mundo. No creo que haya nadie que no haya escuchado su exitosa música a través de tantas décadas. Pues se trata de canciones entrañables que estuvieron en las listas del hit-parade durante años, de manera intermitente. 

A pesar de no ser una película tan grandilocuente como su referente más inmediato: Bohemian Raphsody (Bryan Singer, 2018) su sencillez permite que sea un relato más íntimo, más conmovedor; mucho más cercano a la realidad, a pesar de su tratamiento como un  musical onírico con un tono a veces convenientemente fársico. 

Los personajes de semejante calibre no pueden ser, sentir ni comportarse como el  resto, como la gente común. Todo en los  artistas singulares pareciera ser exagerado; por eso su vida parece una farsa, pero no lo es. Así es su propia y única manera de estar en el mundo, no tienen escapatoria, como bien lo diría Heidegger. Es entonces que en medio de su excepcionalidad se da la poiesis, su creación,  su  arte. Los genios siempre han fascinado al mundo, recordad la figura de Mozart en Amadeus (Milos Forman, 1984). 

Así  desfila  en  pantalla toda una  colección de peculiaridades, frustraciones, alegrías, alianzas  amistosas, rupturas,  desencuentros, la  primera  audición,  el  contrato  las  giras y  todo  lo  que  es  parte  de la  vida  artística. Cuenta  con  muy buena  fotografía,  excelente guión y la soberbia  actuación de  Taron  Egerton.  Además,  tiene el plus  de un  soundtrack a prueba  de  escépticos,  increíblemente  interpretado  por el  fantástico Egerton (de  seguro lo  veremos  en  las  nominaciones  al  Óscar  de  2020). Si  no  son  fans  de Sir  Elton  John,  después  de  ver esta  cinta muy  probablemente terminarán  siéndolo.      
¡Catártica de principio a fin…! 

¡Corte y queda…! 

MarcH de Malcriado

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