viernes, 15 de noviembre de 2019

DÍA DE MUERTOS

DÍA  DE MUERTOS Una encantadora  película mexicana animada que retoma  esta gran tradición  que  ya  comienza a influir en  el  gusto  mundial.  
© Metacube / Symbiosys Technologies/ Videocine


DÍA DE MUERTOS México, 2019, Dir. Carlos Rodríguez Medrano. 

Nuestra mexicanísima celebración no tardará en volverse mucho más famosa y “cool” en el mundo. Fue gracias a 007: Spectre (Sam Mendes, 2015) con muchas secuencias alusivas a tales fechas escenificadas en la Ciudad de México y a Coco (Lee Unkrich, 2017), que el público internacional volteó sus ojos hacia ese  aspecto  de México con gran asombro y curiosidad. Es principalmente que gracias a dicha mega exposición, en el Halloween de otros países también se comenzaron a disfrazar, y a maquillarse el rostro, como calaveras y catrinas. Nada me extrañaría que pronto los chinos también comiencen a  producir su acostumbrada piratería en forma de imitaciones múltiples, copias  o clones, según la demanda, como ya lo hicieron desde hace varias décadas, por  ejemplo, con las figuras del “David de Miguel Ángel” que se venden en la ciudad italiana de Florencia o las efigies de la “Virgen de Guadalupe” que se expenden en La Villa de la CDMX, y con la mayoría de los souvenirs y una extensa gama de productos que tienen éxito mundial, o los conceptos… 


Nuestro tradicional e institucionalmente quite mexican “Día de Muertos” ya se ha vuelto un producto cuya comercialización puede llegar generar considerables ingresos; la cuestión es el correcto manejo de una campaña que lleve las clásicas cuatro “P” de la mercadotecnia: Producto, precio, plaza y promoción. No estoy en contra de ello, muy por el contrario, pues irremisiblemente vivimos en un mundo globalizado regido por la economía de mercado. Si Pixar/ Disney ya explotó hace 2 años Coco, ¿por qué en México no íbamos a hacer lo mismo? Dicen que por aquella exitosísima cinta (con Óscares y todo) fue que se retrasó la exhibición del filme mexicano. Pero en este año, antes de la tradicional y muy simbólica fecha de noviembre, y junto al “jálogüin” por supuesto, se estrenó esta producción nacional de dibujos animados. 

La trama es sencilla. Es una especie de explicación folclórica de la razón de ser de tan popular evento y el porqué de la prohibición a la joven Salma de no poner un Altar de Muertos. Los personajes que giran en torno a ella son dos rancherotes que se llaman Pedro y Jorge, y la abuelita es doña Sara, ¿les dicen algo esos nombres? La alusión a los míticos ídolos de la Época de Oro del Cine Mexicano es evidente. Salma también pudiera aludir a ya saben quien... 

La yuxtaposición del mundo de los vivos con el de los muertos se realiza, con el consabido tránsito de los personajes de uno a otro, de manera mágica, con un viaje al inframundo y varios hechizos por revertir, por supuesto y como siempre. 

Visualmente la película es dinámica, muy llamativa y colorida, contiene muchos gags realmente chistosos y situaciones campiranamente ingenuas, es graciosa pues. Pero es inevitable compararla con Coco, sin embargo y a pesar de ello, no está nada mal, no desmerece tanto. Además, agradecemos que haya habido un genuino interés de los productores y el director por ofrecernos este divertimento. Aunque un poco larga (94 minutos), sobre todo para el público infantil, cumple muy bien su función. Si vamos a ver cintas animadas gringas bastante más producidas y publicitadas, pero la mar de insulsas, ¿por qué no habríamos de ir a ver este esfuerzo rotundamente loable por tratar de poner en alto el nombre de nuestro país y competir también en el disputado mercado cinematográfico de   la animación…? Yo la recomiendo muy ampliamente, y si tienen niños llévenlos y cómprenles una suficiente dotación de golosinas en la dulcería y siéntense cerca del pasillo, por aquello de las idas al baño. 

¡Corte y queda…!

MarcH de Malcriado.

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