lunes, 23 de septiembre de 2013

DE ¡AUXILIO, SÁQUENME DE AQUÍ...!

Una película de éxito no es garantía de calidad. 

THE HUNGER GAMES (Los juegos del hambre). EU, 2012. Dir. Gary Ross. Un churro insoportable, pretencioso y más jalado de los pelos que el estilizado peinado del presentador, Caesar Flickerman (Stanley Tucci), de un reality chóu tan espantoso e inverosímil que no sabe uno si reírse o llorar, porque el tal jueguito consiste en matar a 23 contrincantes para ganar. Tan así la cosa que hasta la excelente Jenniffer Lawrence nos ofrece, extrañamente, una actuación fatal, pues de seguro ni ella misma se creía que sus agentes la hubieran metido en semejante bodrio.

Muchos dicen que esta cinta, y las futuras, son las sucesoras de la “exitosísima” saga Crepúsculo para adolescentes. Que más bien yo diría que no son más que puras sagas producidas en forma de “trampa$-para-bobo$”. Pero por supuesto fielmente basadas en famosos “best-sellers” de librerías de supermercado.

Este fiasco es una versión fílmica parecida a una deslavadísima Romeo y Julieta al revés, pero en una especie como de "Factor X" de la muerte en oferta y dentro del contexto de una sociedad futurista, decadente y abyecta, donde el consumo, el “look” y la parálisis cerebral son veneradas hasta la idiotez más irreversible (increíblemente la semejanza con la “civilización” norteamericana de USA es pura coincidencia).

En paralelo, la vida de los 24 elegidos o tributos humanos “prole” de los 12 sectores —estados campiranos, agrícolas o mineros cuyos nativos seguirán por la tele el asqueroso evento anual de la muerte a cuadro—, tiene muchísimo menos valor que un corte con tinte y peinado de salón en la gran Capitol, la urbe sede de los “Juegos del hambre”.

Es una lástima que ni la bellísima pero pasmada Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence. No me importa que tenga un ojo medio “virolo”) ni el desangelado galancillo Peeta (Josh Hutcherson) hacen química alguna. Sus besos no transmiten nada, más que las ganas de reírse de tan fingidos.

Por otra parte, Donald Sutherland y un Woody Harrelson excelso (como siempre), demuestran que hasta las superestrellas como ellos tienen que trabajar en proyectos ridículos para poder comer y pagar sus cuentas. Sin embargo, los Fx son de primera línea, muy a lo superpoducción de “Holly-butt”.

Sólo para masoquistas adoradores de lo bizarro, la cámara trepidante (yo sí me mareé) y los admiradores de Miss Lawrence, Harrelson, Liam Hemsworth (que aparece en una que otra toma), el güerito Hutcherson o Tucci (reverencia).

La única estrella, de la escala de 4 que yo manejo, por supuesto es para los Fx y para el excelente Mr. Stanley Tucci, que una vez más nos ofrece una cátedra de actuación. *

March de Malcriado.

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