domingo, 8 de noviembre de 2015

DE UNA BELLEZA MUCHO MÁS ALLÁ DE LA MARICONERÍA


"Un poco más... y a lo mejor nos comprendemos luego / Un poco más... que traigo aroma de cariño nuevo / Volvamos al camino del amor, no importa lo que tengas que olvidar / Si vamos a sufrir por un error es preferible un ruego..." Álvaro  Carrillo.  Foto: © Tiburón  Filmes / Cinepantera





CARMÍN TROPICAL México, 2014. Dir. Rigoberto Perezcano. Dice por allí el slogan: “No se necesita ser mujer para ser una diva". ¿Será…? 

Hay un dicho bastante cursi: “Los muertos no se mueren mientras haya alguien que los recuerde”, es cierto. Los muertos están dentro de nosotros mismos, de quienes los hemos amado.

Carmín tropical se estrena comercialmente apenas, pero ya nos llega previamente galardonada como la mejor película mexicana de 2014 en el Festival de Cine de Morelia y con el Ariel al mejor guión original, escrito por el mismo Rigoberto Perezcano. Esta película del  género policíaco ofrece  mucho: originalidad, belleza, profundidad, pero sobre todo,  una tensión dramática que poco hemos visto en el cine azteca de los últimos tiempos.

Cuando un cineasta le pone el alma a su película se nota. Éso ha hecho Perezcano, sin tremendismos ni grandilocuencias. Su minimalista filme aborda el ¿"crimen de odio"?, de un patito nada feo que se convierte en el cisne más increíble de la región: "la Dany", un muxe (varón homosexual  travestido en zapoteco) que ha sido asesinada y que a nadie parece importarle, excepto a "Mabel" (José Pecina), su compañera de locuras y  confidente de siempre.

Recién llega a Juchitán, su pueblo natal en el Itsmo de Tehuantepec, Oaxaca, Mabel constata la muerte de su gran amiga y se interna en los recuerdos.  Habla con los familiares de la desaparecida, con  las amistades   mutuas, ve sus fotos, ata cabos… Inclusive,   va a ver al comandante de la policía para preguntar sobre el caso, y también a la cárcel, a entrevistarse con el presunto asesino; éste se confiesa inocente y  le dice que  hasta extraña  a la  difunta. Sin embargo, la inquisitiva Mabel no se conforma con la versión oficial, llena de inconsistencias y sin resolución definitiva. Así que comienza a investigar por cuenta propia.

“¿Qué va a hacer la familia con todas sus cosas, con los vestidos que todavía llevan su esencia?”, se pregunta Mabel llena de nostalgia, de tristeza, tal vez de culpa por haberla abandonado al  marcharse  a otra  ciudad… La ausencia pesa tanto. Todos los rincones de la morada de Daniela están llenos de ella, de su belleza, de su impetuosa alegría, de su inocencia. ¡Ah, y de  fondo Las hojas  muertas,  para ahondar   el dolor...!

Pecina hace una verdadera creación de su personaje Mabel, y Luis Alberti como Modesto, el buen taxista, está verdaderamente excelente. Los personajes secundarios son tan naturales que a veces llega uno pensar que ésto es un documental, no una película.

Una de las mejores cintas mexicanas de la actualidad. Pero alégrense, nada  de "tercer sexo"  e  intolerancias atávicas.  En Juchitán ellas  están  integradas  a la  cultura  desde   tiempos  prehispánicos,  y a pesar de la temática, y los prejuicios, ésta no es una película gay para gente gay, es una película extraordinaria y punto. Por favor, no se la pierdan.**

MarcH de Malcriado

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