jueves, 19 de noviembre de 2015

DEL HOMBRE QUE NO PUDO SOSTENER EL IDEAL

A Pierre Niney ya lo habíamos visto en Yves Saint Laurent (Lalil Lespert, 2014) y nos causó magnífica impresión. Ahora en Un hombre ideal nos vuelve a apantallar. Foto: © 2525 Films / Wy Productions.



UN HOMME IDÉAL (Un hombre ideal). Fra, 2015. Dir. Yann Gozlan. ¿Hasta dónde es capaz de llegar un hombre para conseguir el triunfo y a la mujer que quiere?

Como parte de las cintas seleccionadas para el 19° Tour de Cine Francés tenemos este thriller sobre Mathieu (Pierre Niney), un escritor a quien le cuesta lo indecible hilar un párrafo con elocuencia. Después de mucho insistir en las casas editoriales,  un buen día —gracias a una pequeña gran triquiñuela— le publican su primer libro, que resulta ser una obra maestra.  Resultado:  éxito y dinero.  Se vuelve una celebridad de la noche a la mañana. Ya  puede cortejar entonces  a  su chica  ideal.

Otra historia sobre ese súper éxito artístico que les  llega a  algunos por un  golpe de   suerte, pero que usualmente tienen un talento bastante discutible. No  obstante, aun elevados a esas grandes alturas tienen que aterrizar en la vida real, en la cotidianeidad —y hasta en la vulgaridad— de la burguesía y los nuevos ricos  que  los acogen,  que los comienzan a  rodear, donde  hay mansiones, grandes coches y estilo de vida 
flashy (como la mostraba Chabrol). Pero entre tanto lujo y falsedades, el sofocante mundo interior de la joven promesa de las letras francesas lo arrastra,  y  a nosotros con él, a un verdadero tour de force bastante insoportable.



Esos  ojos  enormes expresan  todas  las  emociones  que  experimenta  el siniestro (¿o muy  tonto?) escritor Mathieu Vasseur,  que es capaz  de todo… Foto: © 2525 Films / Wy  Productions



Niney, en los créditos del principio y del final aparece acompañado de la frase:  de la Comédie Française. No es necesario (¿o sí?), pues quienes lo conocemos sabemos que es un actor de grandes alturas, claro, de extracción teatral. Y,  seguramente,  eso  es cuestión  de sus agentes.

El triunfo siempre tiene un precio, pero en el caso de Mat; 
lo que ha hecho para  pagar ese tan alto, conmociona.

El nivel histriónico es excelente. La fotografía aprovecha las bellas locaciones en la Costa Azul. Es un filme elegante; tal vez un poco exagerado, que nos remite a muchas otras películas del estilo “nada-es-lo-que-parece”. Muy buena.**

March de Malcriado

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