viernes, 6 de noviembre de 2015

SPECTRE

SPECTRE Uno  de  los  héroes más queridos  del  mundo,  James  Bond, en  su  XXIV  entrega. Daniel  Craigh en Spectre está a  su  máximo. Foto: © Eon Pictures




SPECTRE GB, 2015. Dir. Sam Mendes. Se supone que las relaciones filiales y entre hermanos siempre son de mucha intensidad, pero cuando están entramadas con los intereses de una corporación de gran envergadura orientada al mal, la cosa se pone realmente dura y monumental.

DE QUE  LA  MUERTE  ME DIVIERTE EN MÉXICO La secuencia de apertura no podría ser más espectacular y emocionante. Después de una explosión aparece Bond luchando contra un archimafioso dentro de un helicóptero sobre el Zócalo, en una de las urbes más impresionantes y hermosas del mundo, la Ciudad de México.

Los créditos, como siempre son de gran impacto visual, esta vez acompañados de una especie de sirenas con cabellera de tinta de pulpo y la canción Writing’s On The Wall interpretada por el londinense Sam Smith.




La donna  Lucia (Monica  Belluci) recibe los  buenos  consejos  —y  algo  más— de Bond  en  su  lujosísima  villa de  Roma. Foto: © Eon Pictures


Después aparece una serie de secuencias en Roma, la siempre eterna, como marco para una riquísima  viuda  en  peligro, la donna Lucia (súper Monica Bellucci).  La  italiana superestrella a sus cincuenta es la “chica Bond” más mayorcita, pero eso sí, una de las más bellas. 

No les venderé la trama, porque ya la saben: el agente 007 tendrá que enfrentarse, solo como de costumbre, al peligro inminente de las fuerzas del mal que siempre quieren controlar el mundo. En esta ocasión la organización se llama Spectre.

Pero solamente es un decir, bien sabemos que en sus aventuras, Bond siempre está acompañado de hermosas mujeres. La rubia ahora es Madeleine (Léa Seydoux), que a pesar de ser la Dra. Swann, una científica de La Sorbonne, no halla impedimento para cenar con él en un tren. Su entrada al vagón comedor enfundada en ese vestido azul nos recordó mucho a Jean Harlow.

A los mexicanos no gustó mucho ver nuestra ciudad capital tan bellamente fotografiada. También está, en un brevísimo papel —casi de figurante—, la estrella de Miss bala (Gerardo Naranjo, 2011)** Stephanie Sigman.

Acción frenética de principio a fin, con la consabida fotografía de paisajes de gran belleza y los outfits siempre chic del agente más intrépido y sexy al servicio de su majestad.

Buena.**

March de Malcriado

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